Disclaimer: Shingeki no Kyojin es propiedad de Hajime Isayama.

Advertencia: Yaoi (Boy's Love) | Uso descarado del OoC | EreRi | Universo Alterno (UA) | Lenguaje vulgar | Contenido sexual explícito | Fluff, mucho fluff.

N/A: Holiwis \OwO/ aquí vengo con una historia nueva -lanza dulces(?)-. No será nada del otro mundo XD, sólo qué tendrá comedia, romance y mucho fluff (y lemmon, porque yo sé que les gusta eso èwé), Fluff everywhere, porque me gustan los finales felices, llenos de puro amors del bueno ùvú (?).

En fin, dejo que disfruten de la lectura /o/

Ojo: Es un EreRi, o sea, Eren es el seme.


LONELY HEARTS CLUB.

By: Maka Kagamine.


It only takes two lonely people

To fuck love up and make it evil.

.

It only takes a drop of evil

To fuck up two beautiful people.

.

E.V.O.L

Marina and the Diamonds


.

Introducción.

( • ̀ω•́ )✧

.


—Luces peor qué la mierda que cagué esta mañana.

Fue lo primero que dijo Rivaille mientras se inmiscuía a mi departamento sin permiso. No me importó demasiado; él podía hacerlo si quería. Nos conocíamos desde primaria, habíamos sido amigos por mucho tiempo, por ello tenía la suficiente confianza en él como para darle la llave de mi casa.

Yo le miré durante unos pequeños segundos antes de rezongar en voz baja ante su oscuro comentario. No me ofendí, sin embargo. Porque sabía que Levi tenía un sentido del humor bastante negro y, gracias a todo el tiempo que habíamos compartido juntos, yo había aprendido a lidiar con eso. Incluso algunas veces me encontraba a mí mismo soltando comentarios para él igual de negros.

Sí, Rivaille era una mala influencia para las mentes débiles.

Como la mía, por ejemplo.

Rodé los ojos sin darle respuesta alguna para luego volver a perder los ojos en la televisión. Levi torció un poco el gesto ante mi poca habilidad de cooperación ese día; era raro que no le hubiese respondido ya. Sin decir ni una sola palabra él comenzó a caminar hacia mí, esquivando con una gracia increíble las latas vacías de cerveza que había dejado desperdigadas por el suelo. Rivaille, para mi sorpresa, no me regañó por dejar la basura ahí —lo cual era súper raro y me hizo pensar qué algo le había pasado a él también—, simplemente se dejó caer en a mi lado, en el sofá de doble plaza.

—¿Qué sucede, Eren? —preguntó, mientras arrugaba su entrecejo al verme tomar mi cuarta lata —¿o era la séptima?— de cerveza—. ¿Por qué estás tan deprimido?

Encogí los hombros y, después de beber un gran trago de cerveza, pregunté: —¿Qué te hace pensar que lo estoy?

Levi levantó una ceja. Advertí que estaba lanzándome una mirada que decía algo cómo ''¿en serio estás preguntando eso, pequeña mierda?''.

—Oh, no sé —soltó, con sarcasmo—. Quizá porque estás tomando cerveza como un obseso. O, tal vez, por el enorme bote de mantequilla de maní, que ya llevas a la mitad, maldito obeso de mierda —gruñó, con exasperación—. O simplemente es porque estás viendo Mujer Bonita, Eren. Y yo sé que sólo ves esa película cuando estás deprimido.

Me rendí ante él; no podía hacer nada para ganarle. A veces, realmente odiaba que Levi me conociera tan bien. Sintiendo un repentino nudo muy ajustado en mi garganta decidí contarle el por qué de mi comportamiento.

—La vida es una mierda, peor de la qué cagaste esta mañana, Riv.

Él, que no quería hacerlo, terminó por dibujar una minúscula sonrisa en su rostro. Que quitó unos segundos después, al recordar mi patético estado.

—¿Qué ha pasado?, ¿quieres contarme? —preguntó, con tono suave, algo bastante raro en él, mientras estiraba la mano y tomaba una lata de cerveza de la pequeña mesa que había frente a nosotros.

Observé un poco fascinado —¿o es que ya estaba borracho?— la manera en que mi amigo limpiaba minuciosamente toda la lata. Levi era bastante quisquilloso cuando se trataba de la limpieza, hasta podía decirse que él sufría de un Trastorno Obsesivo Compulsivo. De hecho, a mí estaba pegándome la manía de traer un desinfectante en gel todo el tiempo para evitar las bacterias.

Culpaba a mi mente débil por dejarse influenciar tan fácilmente por Rivaille.

—Pues casi nada —respondí, medio irónico, para luego, hacer una pausa y mirar al reloj de pared—. Sucede que hace unos 20 minutos Armin terminó conmigo... por teléfono. Gracioso, ¿no?

Rivaille casi se ahoga con la cerveza tras mis palabras. Tosió varias veces mientras llevaba una mano a su boca, para evitar que el líquido amarillo se desparramara en el suelo, y volteaba a verme, con sus pequeños ojos bien abiertos, totalmente anonadado. No era raro que él se mostrara así de sorprendido. Mentiría si dijese que a mí no me había tomado desprevenido que Armin haya terminado conmigo de esa forma tan repentina. Porque nuestro noviazgo parecía ir bastante bien; no teníamos problemas, nos conocíamos desde la preparatoria; éramos amigos, confidentes. Por eso no entendía el por qué de su decisión.

El por qué decidió dejarme.

—Debes estar bromeando —fue lo único qué respondió. La voz le salió casi robótica.

Negué con la cabeza para luego beber más cerveza. El líquido amargo se deslizó por mi garganta con dificultad. El nudo que todavía sentía en la boca se hizo más apretado cuando Levi me miró fijamente; los ojos verdes le brillaron casi en histeria reprimida. Un millón de hormigas, pequeñas e hiperactivas, se movieron por toda mi barriga. La sensación era tan extraña que intenté apaciguarla con una cucharada de mantequilla de maní, pero no funcionó. Todavía las sentía arrastrándose por todo mi interior.

Me moví incómodo en mi lugar. Se sentía muy feo.

—¿Y sabes qué es lo peor, Riv? —inquirí, al sentirme inquieto, por las hormigas en mi estómago y por el repentino silencio que invadió la estancia.

Mi amigo negó con la cabeza, aún sin saber qué decir para animarme. Entonces, luego de que metí la mano en el hueco que quedaba entre mi cuerpo y el reposa brazos del sofá, saqué una caja pequeña de terciopelo azul que terminé por lanzar a las manos de Levi, antes de continuar: —Qué planeaba pedirle matrimonio hoy.

Rivaille aguantó la respiración cuando obtuvo la caja entre sus dedos. Mi confesión le tomó totalmente desprevenido. Fue cuando él abrió la caja, y observó el precioso anillo de compromiso qué reposaba ahí dentro, que sus ojos se llenaron de un brillo singular, uno que jamás había visto en él.

—Lo siento —dijo, totalmente sincero, mientras cerraba la caja y levantaba sus orbes hacia mí. Su mirada estaba llena de muchísimos sentimientos; la tristeza sobresalía. Las hormigas en mi panza se movieron con rapidez, mientras sentía la bilis subir por mi garganta—. Si te sirve de consuelo, también Erwin terminó conmigo; hoy, me dejó un puto mensaje en el whatsapp. Ridículo, ¿no?

Fue mi turno de quedarme sin palabras. Tan sólo pude estarme ahí, quieto como estatua mientras mi alcoholizado cerebro trataba de procesar sus palabras. Era hasta gracioso que ambos estuviéramos pasando por la misma situación, ¿no? Levi y yo teníamos un montón de cosas en común, pero que nuestros novios terminarán con nosotros, el mismo día, del casi mismo modo, era ridículo.

Pero no sé podía hacer nada, porque el destino era todo un hijo de puta.

Sin embargo, sabía que debía decir algo cualquier cosa para animarlo. Levi lo necesitaba, porque estaba herido. Quizá no lo demostraba —de hecho, él casi nunca mostraba sus sentimientos. Siempre parecía haber una barrera construida a base de sarcasmos e ironías a su alrededor—, pero yo podía saberlo. Todos esos años que había pasado a su lado me habían ayudado a descifrar todo el dolor que ocultaba tras su mirada indiferente. Pero no había mucho que pudiera decir, nunca fui demasiado bueno animando a las personas; mucho menos en esa situación. Así que simplemente dejé caer mi cabeza sobre su hombro. Levi no se quejó, ni hizo el amago de querer alejarse, por lo que cerré los ojos, escuchando únicamente las voces, provenientes de la televisión, y la respiración de mi amigo.

—¿Lo odias? —preguntó, luego de un rato de silencio.

—¿A Armin? —inquirí, de regreso. Rivaille asintió—. No lo sé. Pero ahora mismo me siento herido. Y me duele, Riv. Pasamos muchos años juntos, y de pronto me deja de esta manera. Vaya mierda.

Y esa era la verdad; en ese momento no sabía ni qué cosa sentía. Estaba demasiado confundido.

—¿Y tú, odias a Erwin?

Levi se quedó callado durante un buen rato, parecía estar hurgando por la respuesta entre sus revueltos sentimientos.

Respondió después de unos minutos, cuando suavemente dejó caer su cabeza contra la mía: —Yo tampoco lo sé con claridad. Pero me da rabia que me haya terminado de esa forma. No tiene las suficientes bolas como para decírmelo a la cara.

Y empecé a reírme porque estaba ebrio, casi sin poder seguir pensando claramente. Levi rodó los ojos pero no estaba enojado. Más bien parecía divertirse con lo estúpida que sonaba mi risa. Pero paré las carcajadas de una, cuando recordé algo importante.

—¿Pero sabes qué cosa sí odio? —inquirí, frunciendo el ceño.

Mi amigo encogió los hombros, mientras bebía un poco de cerveza.

—¿Qué?

—Que me quedaré sin sexo durante una temporada —dije, como si hubiera hecho un gran descubrimiento—. Porque tú sabes, soy un romántico empedernido que no se acuesta con cualquiera.

Y nuevamente empecé a carcajearme como el típico borracho que ya ni sabe de qué se burla. Levi se rió también, para luego beber más cerveza.

Amén por eso, hermano —respondió, con burla, mientras chocaba su lata de cerveza con la mía.

No es que fuera un romántico empedernido, en realidad. Pero no era del tipo de persona que iba de bar en bar para buscar a alguien con quién follar. Aunque, ahora que estaba borracho, eso ya no se escuchaba tan mal, porque no estaba tan seguro de que pudiera aguantar demasiado tiempo sin tener sexo.

—Pero hablando en serio, Riv —suspiré—. A veces, me gustaría tener una relación abierta, ¿sabes? Sin nada de ridículos sentimientos de por medio; sólo para follar.

Levi pestañó, parecía estar sopesando mis palabras.

—O sea... ¿Cómo amigos sexuales?

Asentí varias veces mientras movía mi semi vacía lata de cerveza. El líquido se deslizó de un lado a otro haciendo un ruido bastante cómico. O al menos así me pareció. La verdad, estaba demasiado ebrio que todo me causaba risa hasta el entrecejo de Levi, que se había fruncido porque estaba pensando demasiado en algo. Siempre hacía eso cuando analizaba las situaciones.

—Sí, sólo sexo y más sexo. Sin amor, sólo sexo del rudo —repetí, únicamente porque escuchar la palabra ''sexo'' me causaba gracia en mi estado de inconsciencia temporal—. O sea, duro contra el muro, Rivi.

Y volví a reírme como pendejo en espera del golpe que se avecinaba. Pero, contra todo pronóstico, Levi no me golpeó por haber usado ese apodo que odiaba. En cambio regresó sus ojos a mí, al mismo tiempo que sonreía de esa manera tan peculiar.

Por un momento me alarme. Porque sí, Rivaille había puesto esa mueca que advertía qué estaba planeando algo malo.

—¿Qué? ¿Por qué sonríes así? —pregunté, medio espantado.

Los ojos de Levi brillaron.

—¿Por qué no hacerlo, Eren?

Parpadeé.

—¿Qué cosa...? —pregunté, confundido—. ¿Lo de amigos sexuales?

Levi asintió. Esta vez, le miré horrorizado, como si esa criatura que estaba sentada a mi lado no fuese el Rivaille que detestaba la suciedad. Ese que odiaba terminar lleno de sudor y fluidos ajenos.

Ante la mirada que le dediqué, lo sentí removerse incómodo.

—¡Deja de mirarme así, pedazo de mierda!

—Pe-perdón —me apresuré en decirle—. Pero es qué no te imagino acostándote con alguien equis, Levi —le dije, con apabullante sinceridad—. Ya sabes, por tu trastorno y eso.

Levi soltó un suspiro pesado mientras se pegaba en la frente con la palma de su mano, en un gesto de exasperación. Lo hacía sólo cuando la paciencia se le estaba agotando.

—Pero es que no estaría acostándome con alguien equis, Eren —aclaró, con una tremenda lentitud, como si yo fuera un niño de kínder al que le están enseñando a leer—. Me refiero a ser amigos sexuales; y yo.

Quizá fue por todo el alcohol que había consumido, o tal vez porque la parte racional de mi cerebro decidió abandonarme para no seguir viviendo en mi depresivo mundo, no lo sabía. Pero, después de sus palabras, sonreí como imbécil cuando un mundo de posibilidades se abrió ante mis ojos. Porque, para ser sincero, la idea no sonaba tan mal.

Digo, tendría sexo con un amigo. Sólo sexo sin necesidad de estar en una relación, entonces, ¿qué podía salir mal de aquello?

Nada, por supuesto.

Así qué, después de saborear su idea y sonreír completamente coqueto, respondí: —No suena nada mal, Riv.

Sí, así acepté; sin más. Sin siquiera ponerme a pensar en los pros y los contra de su propuesta. Ni tampoco en las consecuencias que esa relación atraería consigo. Ni siquiera en el por qué Levi estaba proponiéndome eso, así, de pronto. Estaba tan ebrio que en realidad no me importaba nada en ese segundo.

Rivaille soltó una pequeña risa.

—Entonces, ¿qué prefieres? —preguntó, con tono sensual, mientras se levantaba de su lugar y se ponía frente a mí, dejando nuestros rostros peligrosamente cerca—. ¿Tu habitación, o contra la pared, Titán?

Negué mientras me reía por el chiste —que sabía iba en serio— y me revolvía el pelo.

—Para todo lo que tengo planeado hacerte, la cama es mejor.

Él rió de nuevo, mientras desabrochaba botón a botón su camiseta. Entonces, luego de que ésta cayó al suelo y su pálida piel quedara al descubierto, Rivaille terminó por juntar nuestros labios en un beso rebosante de pasión.

Y fue donde todo comenzó.


.

Continuará...

.


N/A: Mi primer fic del 2015 ; o ;. ¿Les gustó? Ojalá que sí *o* me gustaría saber sus opiniones, así que no se olviden de dejar un review (en el siguiente capítulo hay lemmon *0*) xD.

En fin, nos vemos en el próximo capítulo -corazón, corazón(?)-.

Lyne Diamond*


¿Review? *-*