Esta es una historia de tres partes muy sencilla. Corta. Y también cursi. MonoKendo, por supuesto. Pero haciendo mención de Eri preciosa y casi clavada por completo a Monoma. Hay otra historia (aún en producción, en mi cabeza) con concepto similar a esta que casi toca los mismos puntos, MonoKendo también, que tiene por título Persona Perversa. Estuve a punto de robarle el título para este, pero al final se me ocurrió uno mejor. (Lo que solo significa que hay oportunidad para otro MonoKendō en camino).

Disclaimer: My Hero Academia no me pertenece.


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Paso I. Copiar.

Por Blue-Salamon.


Con instrucciones claras y precisas, en realidad, Monoma aún no tiene claro para qué es exactamente que Aizawa Shōta, alias EraserHead, ha solicitado que acuda a ver a una pequeña niña de nombre Eri. Lo que sí tiene claro es que Kendō no le quita la mirada de encima, incluso cuando se entretiene hablando con las chicas de la clase A. Y que después de un rato en que sus miradas se crucen de manera esporádica mientras él se asegura de obtener toda la información necesaria de sus rivales, al final Itsuka se le acerca.

—He estado averiguando, sobre la pequeña Eri que Aizawa-sensei quiere que conozcas.

Monoma inclina un poco la cabeza y sonríe de tal forma, bien y bastante divertido, que a Itsuka se le sube el calor a las mejillas y le frunce el ceño. —Ajá, sí. ¿Y qué has averiguado?

Itsuka lo mira con mala cara, su expresión de completo malhumor, antes de percibir la elocuencia del chico con sus gestos y no tardar en entender que en verdad que le interesa la supuesta información que ella le va a dar, así que se relaja un poco y lo mira en toda su seriedad: —quiere que copies su quirk —y apenas comienza, la chica se ve interrumpida por un resoplo de risa que, segundos más tarde, no hace más que estallar en sendas carcajadas ahogadas a duras penas por la misma mano del productor de dicho sonido burlón. Y Kendō se queda helada, sin acabar de entender qué es eso tan gracioso que había dicho para que Monoma se comenzara a reír así, tan cínico y descarado como solo él.

—Perdona, pero qué —y de buenas a primeras, Itsuka se fuerza a no usar la violencia. Pero es tan difícil cuando lo que quiere decir resulta verdaderamente importante y.

—De acuerdo. Eso me lo merecía...

Solo hasta que escucha la queja del chico es que se viene enterando del golpe estilo karate que le ha zampado justo en la coronilla con una sola mano que había crecido por su cuenta en tamaño. Lo que sigue es que tiene que cerrar los ojos para concentrarse en volverla a su tamaño normal. E inmediatamente después volverlos a abrir para no perder de vista sus prioridades. Pasa que Neito se le adelanta, y es él quien toma la palabra: —o tal vez, tan solo puede que tú también tengas parte de la responsabilidad en esto...

Suficiente. El tono jocoso del rubio hace que a Itsuka le hierva la sangre de la rabia y su paciencia llega al estado crítico en que, se desborda para no volver a ella. Como el gas de una botella de soda al ser abierta justo después de agitarse.

—¡Quieres cerrar la boca por un momento y escuchar lo que tengo que decir?

El silencio es pesado cuando los dos se quedan mirándose a los ojos y para entonces, ninguno sonríe.

Monoma no tarda en arquear una ceja, ladeando ligeramente la cabeza. —¿Crees que no sé que Eraser me quiere para que copie un quirk?

Kendō entonces se da cuenta de que empezó por la cuestión equivocada. En su defensa, sin embargo, está el hecho de que aún ella suele y no puede evitar dudar de las intenciones de Monoma. Casi siempre, estaba en tela de juicio la razón por la que aceptaba hacer ciertas cosas; como su decisión por apoyar a los estudiantes extranjeros con su excelencia en el manejo del inglés. Que Pony a veces usara expresiones fuera de contexto era una de las claras pruebas de ese asunto.

También su mal intencionada forma de robar información de los quirks de sus compañeros para luego usar la misma en su contra en enfrentamientos de entrenamiento y al mismo tiempo ayudarles a entender cosas que a veces ni ellos mismos se habían dado cuenta acerca de sus propias habilidades.

Pasaba que Monoma era un genio. Un chico demasiado brillante y a la vez tan, pero tan torcido... Si Kendō iba a darle una razón al hecho de estar tan al pendiente de él era, específicamente, por la mala saña que a veces parecía surgirle entre sus comportamientos y actitudes.

—Creo que no sabes para qué quiere que lo copies, específicamente —señala Kendō tras dar un suspiro de resignación. Por supuesto, quizá por un momento tan solo le dio por omitir el genio que tenía el chico. O era porque sabía que de cualquier forma, Monoma tendía a tenerle ciertas consideraciones. A ella y solo a ella.

La expresión del chico, cautelosa, con sus aires desafiantes y curiosos de ella, se le despeja de un momento a otro y Monoma se endereza: —te escucho.

Escucharla era una de dichas consideraciones. Escucharla y tomar muy en cuenta su opinión.

Kendō no puede evitar que se le haga una sonrisa en la boca, pero no tiene mucho tiempo para sentirse así y aún le queda asegurarse de que Monoma no vaya a hacer nada demasiado malicioso, por lo que: —Eri-chan es la niña a la que ayudaron a rescatar Tsuyu-chan y Uraraka-chan. Parece que ha pasado por una situación muy difícil y peligrosa, por eso quiero pedirte que seas lo más... delicado posible con ella.

Su explicación es breve y concisa al respecto de lo que pudo enterarse sobre cuestiones en lo referente a la mafia y lo que parecía ser que eran experimentos que involucraron a la niña. Además de eso, Itsuka tuvo la oportunidad de señalar que Midoriya y uno de los Tres Grandes, Togata Mirio, habían sido los principales héroes de la pequeña. Y que, en efecto, ella había sido la niña a la que habían visto con Togata-senpai durante el festival cultural.

Hablando al respecto, solo podían hacer conjeturas. Aunque Kendō no consiguió hacer más que quedarse extrañada cuando durante toda la charla que sostuvieron, Monoma no parecía entender el objeto con el que el profesor quería hacer a la niña encontrarse con Phantom Thief.

Así que, tan solo le quedó mirarlo y desearle suerte en su encuentro. —Ten cuidado de no asustarla y...

Cuando Kendō se queda callada, dejando la frase inconclusa, Monoma la observa sin entender su repentina interrupción. Tampoco el como es que termina negando y volviendo a decir la frase, terminándola antes del 'y'. Dándola por concluida con una sonrisa simple y sencilla. De esas que a Monoma le recuerdan lo mucho que ella le gusta y prefiere mantener la boca cerrada en vez de actuar como baboso y decirle cualquier estupidez.

A medio camino de volverse, sin embargo, Itsuka alcanza a percibirle una media sonrisa. Y con aquella percepción, ella se conforma y se recuerda, ya haciendo el camino a la cocina para encontrarse de vuelta con Yaoyorozu y las otras chicas de las clases del departmento de héroes, que si bien Monoma era a considerarse por mucho la persona más perversa con la que haya podido toparse, en realidad... No era tan mal chico; por lo que, confiaba en que podría ser de utilidad si se trataba de ayudar a una pequeña niña con la comprensión de su propio poder, único e inigualable.