Saludos a todas las lectoras, si, ya se que deberia estar terminando mi otro fic -estoy en blanco con ese!- pero esta historia se me ocurrió hace unos días en el colegio y desde entonces no me la he podido quitar de la cabeza.
Posiblemente encuentren errores ortográficos. Es que el programa que uso no me corrige!
Disclaimer: Hetalia es propiedad de Hidekaz Himaruya.
De Jóvenes Estúpidos
La miró una última vez. Ninguno dijo nada. Una última vuelta. Ella se negaba a apartar sus orbes marinas del libro que tenía en mano. Ni una mirada, ni una palabra, ni siquiera un ligero cambio de exprecion en su rostro. Nada.
-Me voy, esto no da para más...- No recibió respuesta alguna. -Adios...- La sala quedó nuevamente en silencio. Movió su diestra lentamente hacia el pomo de la puerta, como queriendolo evitar, tan solo esperando una reaccion de ella. Abrió la puerta y salió de allí con el alma en los pies.
Esperaba una reaccion, una muestra de que le importaba. Una vez creyó que haría florecer una sonrisa en sus labios de cristal, que pudiera hacer latir su corazon derritiendo el hielo que albergaba, y saber que ella lo amaba. Sería tan feliz si hubiera logrado algo de ello. Pero la vida no fue justa para con él, el no tenía la culpa de amar a aquella criatura elegante, callada, refinada, pero, tan fria de expreción que pese a los escasos metros que los separaban, parecía ser que un enorme acantilado los separace, conviertiendolo a él en una espada de doble filo que intentaba, en vano creía él, adentrarse en el corazon de su amada, lastimandose a él mismo por cada muestra de cariño que no recibía.
Si tan solo hubiese sido más atento, si la hubiese visto un poco más en esos momentos, si tan solo hubiera vuelto a entrar, si tan solo hubiese caído encuenta de una fina lágrima que rodaba desobediente por la blanca y delicada mejilla de su amor, o si hubiera notado como mientras la miraba esperando respuestas, ella, con nerviosismo, arrugaba insistentemente una de las esquinas de su libro favorito, mismo que sostenía y pretendía leer.
Por desgracia para muchos, el "Si Hubiera" no existe.
Después de ese día, todos los días y a la misma hora, ella se sentaba en el mismo sofá en el que se encontraba el día en el que el joven de cabellos alborotados se despidió de ella, con el mismo libro , que había sido obsequiado por el, arrugando una a una las páginas que una vez fueron lisas. Ya caía en la su rutina recrear exactamente la misma escena diariamente, excepto por un detalle: Ahora ella esperaba su regreso, aunque intentaba negarselo, dicendose que no le importaba, ni nunca le importó, su partida. Él nunca volvió.
Encuanto al joven. El se dedicó a olvidarla, o eso intentó. Yendo por a vida de bebidas y mujeres. Pero nunca pudo olvidar a su princesa de porcelana, de la cual solo guardaba una fotografía desgastada con la imagen de ambos, regalo de ella, la cual siempre observaba a la misma hora que se fué, esperando una señal de que a ella si le importó alguna vez. Ella jamás demostró su querer.
Con el paso de los años siguieron la misma rutina sin importarles la vejez, y con el tiempo solo quedó un libro maltratado y un retrato fotográfico en las mismas condiciones, que en un futuro se volvieron polvo, acabando así con la única evidencia de una historia de desamor entre una pareja de jóvenes que por intentar negar a su corazón no lucharon, ni aunque no fue necesario, por estar juntos.
FIN
Si alguien esperaba un final feliz lo lamento, pero no queria arruinar la trama contandoles, aunque sea un poco, el final.
Si alguien pregunta el por que del título, fue porque me pereció simplemente estúpidas las acciones que fijé para los personajes -No demostrar lo que sienten y esperar a que el otro dé el primer paso-, eso y que no se me ocurrio otro ^_^U
¿Consejos? ¿Criticas constructivas? ¿Flechas ardiendo? ¿Cañonasos? ¿Reviews?
