Disclaimer: No le he pedido permiso a Jota Ká Rouling para jugar con sus personajes, así que mantengamos el secreto, ¿Vale?
Este fic participa del Mini-reto "El calcetín de Dobby" del foro "Las cuatro casas"
La verdad he disfrutado bastante escribir este Drabble, espero que ustedes disfruten al leerlo.
No estaba prohibido
Por las mañanas Dobby cuida al Señorito Malfoy. Es una tarea agotadora porque el niño disfruta el montarse en su espalda. Cuida que no se caiga o se raspe las rodillas. Cuida que la sonrisa del infante no se borre. Lo cuida además de los castigos del Amo Lucius. Dobby cuida a Draco como si se tratara de su hermano.
Nunca le habían prohibido tratarlo como un hermano.
Al mediodía Dobby va a las cocinas para cocinar junto a sus compañeros. Prueba recetas antiguas y corta todos los vegetales cuidadosamente. Controla las hierbas de cada plato y sigue la preparación de la carne muy de cerca. A Dobby le gusta cocinar para los Amos, ver como se esbozan pequeñas sonrisas valen el haber saltado por toda la cocina.
Nunca le prohibieron disfrutar de su trabajo.
Cercano al atardecer Dobby sirve el té a Narcissa Malfoy y a veces también a sus invitadas. Adorna galletas y acomoda los sillones en el jardín, lo suficientemente lejos para que los insectos no molestaran a Su Señora, pero lo suficientemente cerca para que pudiera admirar el trabajo de sus camaradas. Le divierte elegir la porcelana a usar en la semana. Tazas, platillos, teteras, cubiertos de bronce, oro y plata. Aprecia la forma de cada recipiente y en su cabeza analiza la forma de hacerlas. Muchas veces Su Señora lo regaña por estar distraído y no rellenar las tazas a tiempo.
Pero a Dobby nunca le prohibieron admirar el arte.
Por las noches a Dobby le gusta pasear por los extensos jardines Malfoy. En silencio él disfruta del roce de los pétalos de las flores que sus amigos cuidan con recelo y como la tierna tierra se hunde a sus pies. Se pregunta cómo sería pasear en otras tierras, servir a otros Amos. Sonríe y piensa en el pequeño. Lo traerá mañana a recorrer juntos los jardines.
Nadie le había prohibido disfrutar de un paseo.
Por las madrugadas Dobby sueña. Sueña con sus padres y con sus tíos. Sueña con la familia que poco a poco se le fue. Sueña también con ojos mercurios amables y una sonrisa en finos labios pálidos. Sueña con una caricia de agradecimiento o con la preciada prenda. Un nuevo sueño asoma en la cabeza de Dobby. El sueño de desobedecer a Su Amo y salvar a aquél niño de ojos esmeralda.
Después de todo soñar no estaba prohibido.
