Y aquí me encontraba yo acostada sobre mi estómago leyendo un libro encima de mi toalla de playa sobre la suave arena canela, escuchando las olas del mar y las voces de la gente a mí alrededor charlando y los niños jugando.
Me sobresalté al escuchar una deliciosa voz aterciopelada, me giré y en ese instante creo que morí, porque frente a mí estaba un autentico Dios Griego de mirada esmeralda y cabellos broncíneos despeinados. Llevaba una camisa blanca con letras rojas que se le ajustaba a su perfecta musculatura y un bañador rojo que no dejaba nada para la imaginación con unas cholas blancas, en ese instante me dieron ganas de ir al agua y ahogarme porque ese pedazo de Dios era el socorrista sexy de la playa, cuando salí de mi ensoñación capté las últimas palabras de algo que me dijo
…muy roja –
¿perdona? –
Decía, que tienes la espalda muy roja- repitió con una sonrosa torcida que era mi predilecta
Oh, umm, sí… - balbuceé patéticamente – no tengo quien me ponga – dije mordiéndome el labio
Yo podría ponerte como quieras – oh dios otra vez esa sonrisa
Me encantaría, por cierto soy Bella- sonreí coquetamente
Yo Edward, alcánzame la crema y date la vuelta- yo accedí gustosa. Comenzó a expandirla por toda mi espalda con sus suaves manos, sentí como desató las tiras de mi bikini y yo no opuse resistencia. Sus caricias me traían loca, cada vez eran más intensas y un calor estaba creciendo por mi cuerpo, junto con pequeños gemidos que acallaba mordiéndome el labio. De pronto dejé de sentir sus manos en mi espalda, y acarició la parte trasera de mis muslos, extendiendo por ahí también la crema. De la parte trasera de los muslos pasó a la parte interior del muslo haciéndome jadear del placer, cada vez se aproximaba más a mi sexo pero nunca llegó a rozarme, poco a poco fue apoderándose de mis nalgas ya que llevaba un bikini de tanga negro, estaba tan sumida en el placer de sus caricias que quise llorar cuando dejé de sentirlas
Ya he terminado – me susurró al oído. JA eso es lo que él se creía
No estés tan seguro, ¿crees que puedes dejarme así?- contesté con mis cejas arqueadas y mirándolo por encima de mi hombro derecho
¿así…cómo?- dijo con una inocencia fingida
Así tan… húmeda – le dije gimiendo la palabra- tan…excitada y tan necesitada de ti – le dije elevando un poco mi trasero para que hiciera contacto con su creciente erección, él soltó un jadeo
Aunque claro, tienes que ir a trabajar, así que vete el agua está fría creo que te sentará muy bien – le dije riéndome de su expresión de incredulidad y atándome las tiras de la parte superior del bikini
¡oh no! A la mierda el trabajo, tengo en mente algo mucho mejor-
Algo como tú y yo, en la suite presidencial de ese hotel con el jacuzzi rodeado de pétalos de rosas rojas y velas blancas dándonos placer hasta el cansancio-
Y a que estamos esperando, vamos – lo tomé de la mano y tiré de él. Caminamos por la arena hasta el hotel, y subimos hasta la habitación. Una vez en la habitación ya estaba todo preparado como él lo describió, y no pude mirar nada más porque acto seguido me encontré de frente con la pared mientras él lamia mi cuello y nuca a la vez que dejaba besos húmedos. Sus manos se encargaban de mis pechos excitados mientras su erección hacia contacto con mi trasero. Yo sólo podía jadear y gemir del placer proporcionado, pero también quería darle placer a él, así que me giré y lo miré con ojos deseosos. Lo encaminé adentrándonos en el jacuzzi burbujeante sentándome a horcajadas sobre él besándolo con pasión contenida, rodeé su cuello con mis brazos mientras mordisqueaba su mandíbula y su cuello bajando hasta su pecho, el cual no se cuando quedó expuesto, donde me dediqué a enroscar mi lengua por sus pezones seguido de mis dientes con pequeños mordiscos dándole placer, él me tenía cogida por la cintura pegándome más a su cuerpo si eso era posible. Sus manos fueron a las tiras de la parte superior del bikini, dejándome totalmente expuesta ante él, una vez la molestosa prenda desapareció sus manos fueron directas a mis pechos acariciando uno mientras el otro era succionado por sus perfectos labios rosados, y así consecutivamente. Yo lo seguía besando desenfrenadamente por todo su cuerpo, mientras mis pequeñas manos le quitaban su bañador de socorrista con un poco de desespero por acariciaba su gran excitación a la vez que él desataba la tiras de mi diminuto tanga de bikini y deslizaba dos de sus dedos por mis pliegues, comprobando cuan húmeda estaba e introduciendo esos mismos en mi interior. A esta altura de nuestras bocas solo salían fuertes gemidos que ni siquiera tratábamos de controlar, cuando sus dedos fueron reemplazados por su masculinidad quise llorar de placer y felicidad, esto se siente endemoniadamente bien. Yo aún estaba encima de él, quien me marcaba el ritmo ayudándome con sus manos en mis caderas. Sentí que el mundo dejó de existir cuando empecé a ver estrellitas de colores
Mas fuerte… socorrista sexyyyyyyyyy – dije alcanzando mi orgasmo al mismo tiempo que él
Ohh, si, Bellaaaaaaa – gritamos a la vez
Me desplomé encima de él enterrando mi cara en el hueco de su cuello intentando controlar la respiración, pasado unos minutos me cogió con sus fuertes brazos y se puso de pie para salir de ahí, así que enrosqué mis piernas en su cintura mientras me llevaba a la cama, y me tumbaba con extrema suavidad besándome los labios.
¿Preparado para la segunda ronda? – le susurré mordiendo su lóbulo haciéndolo estremecer
A esa segunda ronda le siguió una tercera, y una cuarta ronda. Cuando terminamos me indicó que le esperara ahí que enseguida volvía, se puso unos shorts y una camisa y salió de la habitación.
A su regreso venía vestido con un pantalón largo rojo, en los lados tenía dos líneas reflectantes amarillo fluorescentes conjuntadas con unas botas negras y de cintura para arriba mostrando su belleza inhumana, sólo tapado por un casco rojo y amarillo. ¿¡QUERÍA VOLVERME LOCA DE REMATE! Venía vestido con una de mis fantasías sexuales más deseadas, venía de bombero, o mejor dicho de bombero caliente!
Oh bombero sexy, llega gusto a tiempo para apagar mi fuego – le dije acercándome a él para desvestirlo lo más rápido posible. Y dicho y hecho después de muchas caricias, jadeos y gemidos proporcionados por el placer llegamos a un exquisito quinto orgasmo cayendo rendidos el uno junto al otro
Edward, he pasado un día maravilloso junto a ti-
Pues acostúmbrate cariño, este sólo ha sido nuestro primer día de luna de miel, y pienso cumplir todas y cada una de tus fantasías mi amor –
Te amo, mi amante sexy- dije besándolo y dejándome llevar por los brazos de Morfeo
Yo también te amo, princesa – escuché apenas en un susurro
Espero que hayáis disfrutado un poco aunque sea con este fic
¿Se imaginan a Edward Cullen vestido de bombero sexy-caliente? Yo sí y les digo que muero porque ese día llegue jajaja ¡soñar es gratis!
Un besooo a todas! Nos leemos guapísimas
