Bien, este es como una especie de omake, de una parte de Contigo soy feliz... Trata sobre Mio, y bueno... sólo lean.


Mio había tenido una excelente idea durante la clase que tenía en común con su inalcanzable Ritsu. Había aceptado hacía poco sus sentimientos y se sentía menos oprimida, sin embargo, no sabía nada de cómo algo entre dos chicas funcionaba. Así que apenas se cambió el uniforme e hizo los deberes pendientes, empezó a investigar en su computadora.

Había oído un par de veces la palabra yuri, y al parecer Mugi encontraba esa clase de género bastante bueno. Y Mio investigó. Leyó un poquito sobre sus orígenes y toda la cultura general de un tema que le interesaba, hasta que decidió verse un anime. Empezó con uno corto de doce capítulos, y le pareció muy tierno, y sintió muchas veces que se le formaba una sonrisa en las escenas cursis. Negó lo que lloró y lo que odió al otro personaje masculino que se quería quedar con una de las chicas.

A los días, estaba en su cama rodando mientras abrazaba su almohada pensando que era Ritsu y fantaseando con ella, cuando se le ocurrió verse otra serie así. Tal vez esta vez podría imaginarse que ella era un personaje y Ritsu otro, y serían muy felices juntas, habrían abrazos y besos… Y sólo pensar en eso ponía a Mio de mil colores. Pero emocionada, volvió a su computador.

Encontró en un foro yuri una muy buena recomendación de un anime, Sono Hanabira, y lo puso a cargar. Salió una escena en la enfermería algo fuerte y Mio se sonrojó, sin embargo no pudo dejar de seguir viendo y escuchar esas voces con unos audífonos tan claros como los que tenía, y a unos personajes tan lindos, y la fantasía de Ritsu y ella… fue mucho para sus calenturientas hormonas y terminó cediendo.

Empezó con una curiosidad por saber si las iban a descubrir o no. Después cambiaron de escena, y pasaron más cosas, ante las cuales Mio intentó convencerse de que era sólo un anime, y que alguien hacía las voces y eran sólo animaciones. Unas animaciones muy condenadamente excitantes.

Mio siguió con su posición recta intentando pensar en algo más que el calor que estaba sintiendo. Luego intentó respirar hondo, y relajarse, resultando inútil. Ese día no se había cambiado el uniforme aún y podía sentir sus muslos rozándose. Descubrió que aquel roce se sentía muy bien, y distraídamente se empezó a mover más para tener más contacto. Hasta que no gimió, no se dio cuenta de lo que hacía, y paró, avergonzada, sólo para sentirse más incómoda y molesta.

…Y la condenada animación con unas niñas lindas haciéndolo sin parar continuaba.

La mano izquierda de Mio bajó lentamente, insegura de qué hacer. Al primer contacto tembló pero siguió tanteando por encima de la tela. No se detuvo, y al coger más confianza, traspasó la barrera de sus panties. Para ese momento, el anime ya había acabado, así como la consciencia de Mio, que como última orden le había dicho que se tapara la boca con algo para no delatarse. Esto debería quedar como un secreto para siempre.

X-X-X

O bueno, eso pensó hasta que fue descubierta por una charla que tuvo en verano, el día que pasó lo que menos pensó que pasaría en la casa de Ritsu.


Jajaja, drecidí que era mejor dejarlo ahí porque ya el resto... bueno, si leen esto ya son unos pervertidos y saben cómo termina para Mio. Esto lo escribí como regalo para las personas que me leen, porque sin ustedes, yo no estaría aquí (...en FF)

Yep, Ookini! :D

Ahh, como dije antes, era un omake, así que por eso tan cortito (...Sobra decir que me hacen muy feliz sus comentarios?)