Dos años habían pasado desde la última vez que había estado allí, en el archipiélago de Sabaody. Dos años en los que había cambiado su aspecto y mejorado sus habilidades pero todavía ciertas cosas seguían intactas, cosas como lo que seguía sintiendo por él, ese amor que tantas veces había resentido su corazón haciendo que se derrumbara en la oscuridad. Nico Robin seguía completamente enamorada de Roronoa Zoro y aunque sentía una expectación especial por encontrarse de nuevo con él, la razón hacía que esta se tiñera de miedo, miedo a que él ya no sintiera lo mismo. Es por eso que la morena decidió encerrarlo en un cajón de su mente, por nada en el mundo quería que algo como aquello arruinara la felicidad que sentía. Asique siguió caminando directa al Grove trece.

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Cerca de allí Zoro caminaba en la misma dirección, en dirección al Shakky's Rip-off Bar mientras una mezcla entre alegría y nerviosismo recorría su cuerpo desde los pies hasta la cabeza. Realmente estaba feliz porque en poco tiempo se encontraría de nuevo con sus Nakamas y nervioso por volverse a encontrar con ella después de tanto tiempo. El hecho de no saber qué iba a pensar cuando le viera o no saber cómo reaccionaría le atacaba. Tras esos dos años no había día que su recuerdo no hubiera estado con él ayudándole a superar aquel entrenamiento, haciéndole más fuerte pues lo que él quería por encima de todo era ser capaz de protegerla.

A medida que Robin se acercaba al bar no podía evitar sonreír con más fuerza. Su paso era pausado pero decidido mientras avanzaba entre la gente. Varios minutos después acababa de llegar al Grove trece, la morena miraba con dulzura una flor que había recogido por el camino mientras seguía avanzando. A unos cuantos metros frente a ella el espadachín miraba al suelo mientras intentaba serenarse. Entonces ambos levantaron la mirada y se encontraron con la del otro. La flor que Robin llevaba en sus manos se deslizó suavemente por sus dedos cayendo al suelo a la vez que la morena se quedó parada en seco sin poder dar crédito a lo que tenía frente a ella. El espadachín por su parte también se quedó parado mientras miraba a la despampanante mujer que tenía frente a él y en el momento que sus ojos se fijaron en los azules de ella el peliverde sintió como lo desarmaban. Y sin pensárselo dos veces avanzó sin apartar su mirada de aquellos ojos que por tanto tiempo había extrañado. Robin comenzó a andar pues sentía como algo tiraba de ella haciendo que se moviera, su paso fue lento al principio pero a medida que el espacio se acortaba entre ellos este se fue acelerando hasta que sus cuerpos chocaron y sus brazos abrazaron con fuerza el cuerpo del peliverde que a su vez rodeó la cintura de la morena pegándola completamente a él mientras sumía su cara en el cuello de la arqueóloga inspirando su aroma.

-Zoro- Susurró de forma casi ineludible. El espadachín levantó la cabeza quedándose a escasos milímetros de los labios de la morena que acarició su mejilla con suavidad mientras que una sonrisa cautivadora se extendía por su rostro, este sin decir ni una palabra cogió con suavidad el rostro de la morena entre sus manos como tantas veces había soñado y se acercó a ella besándola con una pasión desmedida que podría haber tumbado al más fuerte de los titanes, con la necesidad que recorría sus cuerpos intentando saciarse, con temor a que aquello fuera otro sueño, un beso que sabía a tiempos pasados, un beso que se tornó mojado pues la morena no pudo reprimir las lágrimas de pura felicidad, un beso que les devolvió la vida.

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Dentro del Shakky's Rip-off Bar, Shakky miraba la escena sin poder evitar que una tierna sonrisa se extendiera por su rostro mientras encendía un cigarrillo llevándoselo a los labios dándole una larga calada.

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Cuando el aire comenzó a faltar en sus pulmones ambos separaron sus labios quedándose con la frente pegada a la del otro mientras una gran sonrisa se extendía por sus rostros.

-No puedo creer que esto sea real – Murmuró Zoro mientras depositaba un cálido beso en la frente de la morena antes de agarrarla por la cintura y darle una vuelta en el aire. Esta comenzó a reír sin poder despegar la mirada del rostro del peliverde que al escuchar aquella melodía sintió que estaba en el cielo.

Poco después, ambos entraron al Bar cogidos de la mano y Shakky los abrazó de forma efusiva ofreciéndoles algo de tomar.

-¿Entonces somos los primeros en llegar?- Dijo la morena dándole un trago a su bebida.

-Si, por aquí no ha venido nadie.

-Entonces tendremos que esperarles.

-Eso parece, asique deberíais ir apresurándoos en buscar algún lugar en el que quedaros, que está comenzando a anochecer- La mujer dio una última calada al cigarrillo antes de dejarlo en el cenicero.

-Tienes razón, aunque creo que sé dónde podemos quedarnos hasta que lleguen.-Una vez que la morena dijo esto ambos se levantaron despidiéndose de Shakky y saliendo del bar. Tras una larga caminata llegaron al lugar donde se encontraba el Sunny. Robin posó la mano sobre el casco del barco sonriendo con dulzura. Una vez que ambos estuvieron sobre la cubierta, lo registraron y se aseguraron de que todo estuviera en perfecto estado, hecho esto Robin fue a la cocina seguida por el espadachín que se sentó en la barra mientras observaba como la morena hacia algo de comida que había traído en su mochila. Cuando terminaron recogieron todo lo que habían ensuciado y salieron.

-Zoro, me gustaría darme una ducha-Murmuró esta mientras le sonreía.

-Ohh, vale yo te espero aquí-Una sonrisa se extendió por el rostro del peliverde cuando la morena deposito un suave beso sobre sus labios antes de darse media vuelta dirigiéndose al baño, una vez allí Robin se duchó lo más rápido que pudo pues quería volver rápidamente al lado del peliverde, que permanecía mirando el cielo estrellado. Tiempo después Robin se envolvió en una toalla, se cepilló el pelo y salió del baño hacia su cuarto donde se encontró apoyado en el marco de la puerta al espadachín, que la recorrió de arriba abajo a la vez que sus ojos tomaban un brillo especial.

-¿Qué, protegiendo la puerta?-Dijo la morena agarrando el cuello de la camisa del peliverde con suavidad mientras le miraba con la ceja levantada.

-Solo esperaba a que bajases- Contestó este percatándose de como la morena volvía a provocarle como en los viejos tiempos.

- ¿Y eso por qué?-La morena susurró sensualmente acercándose al cuello del peliverde depositando un suave beso sobre él.

- Robin, estas cosas ya no funcionan conmigo- Contestó el espadachín mientras sonreía de lado ante la mirada escéptica de la chica que comenzó a pasear sus dedos sobre el pecho de este.

-¿Seguro?- Rodeó con sus brazos el cuello del espadachín quedándose a centímetros de sus labios, pero la sonrisa del peliverde la desarmó.

-Permíteme que te lo demuestre- La morena volvió a levantar la ceja mientras contenía unas sonrisa, entonces Zoro la cogió en brazos, llevándola hacia la cama donde la soltó abalanzándose sobre ella. Entonces la morena buscó sus labios y se fundieron en un beso explosivo los desarmó. Las manos del espadachín recorrían la piel de la morena con delicadeza mientras que esta le quitaba como podía la ropa al peliverde. Este a su vez retiró la toalla que cubría el cuerpo de la arqueóloga y comenzó a besarlo, a morderlo mientras que esta luchaba por reprimir los gemidos que desataban aquellas caricias. Y el tiempo pasó entre besos, caricias, gemidos, pasión y placer. Una vez que finalizaron la morena exhausta se dejó caer sobre el trabajado cuerpo del espadachín que la rodeó con un brazo. Momentos antes de que ambos se sumieran en un profundo sueño.


Bueno aquí esté el primer capitulo de mi nuevo fic a expresa petición de mi queridísima Zu Robin Kato(que la adoro con el alma y pienso cobrarme todas mis venganzas xD), espero que os haya gustado lo suficiente como para molestaros en dejarme un Review y así poder saber si os ha gustado. Muchos abrazos. Nos leemos :3