Una advertencia, este es una serie de relatos cortos entrelazados entre sí, no le entenderán mucho si no han leído mi fanfic "mariposa" y los one shot "gogo de niñera" y "yo no te amo", así que si no lo han hecho se los sugiero, sino pues no pasa nada, solo que no entenderán algunas cosas.
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Wasabi
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El Moreno no sabía cómo había llega a estar en aquella situación, escondido en un baño esperando que Fred se olvidara que lo había acompañado a esa tonta exposición; cuando el rubio le dijo que tal vez se disfrazarían nunca imagino que los vestuarios serian de la película "corazón valiente", para su altura y complexión aquella cosa era demasiado reveladora, jamás había pensado que usar una falda lo haría sentir tan apenado. Pero no le fallaría a su amigo, haciendo memoria de cuando habían empezado los dos a ir a esas convenciones, todo fue culpa de Hiro.
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Había pasado que en una conversación cualquiera llegaron al tema sobre la prometida de Hiro, este no daba muchos detalles pues temía que esa persona escuchara y decidiera no salir con él.
-Eso es una pista, significa que la chica siempre anda cerca. - dijo Wasabi a Fred, este apuntaba lo mencionado en un papel arrugado lleno de notas antes dichas por el menor.
-Nos estamos acercando amigo. -
-¿Ustedes dos están tratando de averiguar quién es?- pregunto un tanto angustiado Hiro.
-Vamos, no lo echaremos a perder, Honey ya lo sabe, Tadashi pare saberlo, Fred, Gogo y yo somos los únicos que faltamos. –
-Increíble. – Hiro dejo salir una carcajada. – Ustedes tratando saber de quién me enamore cuando deberían de poner atención a su alrededor, la chica de tu sueño puede estar cruzando la esquina, en especial lo digo por ti Wasabi. –
-¿De verdad?- pregunto Fred entusiasmado.
-No lo escuches Fred, trata de distraernos. –
-Nada de eso, me creas o no el primero en caer serás tú, salvaste a tu esposa de ser asaltada una tarde muy parecida a la de ahora. –
-Si claro, y el IQ de Fred es más alto que el de Einstein. –
Se siguió con esa conversación, a Fred no se le había pasado por la cabeza que podía preguntarle cosas sobre su futuro a Hiro; por lo que a partir de ese día seria hostigado por el rubio de mañana a noche sin descanso pidiendo pistas, fechas, nombres.
Pasaron algunas semanas tras esa conversación, Wasabi se encontraba dando clases a los niños bajo la supervisión del maestro Kyoshi, al finalizar las clases el moreno acompaño a su grupo para ver que cada padre o tutor los recogiera, cuando por fin salió el último tomo una escoba y se puso a barrer la banqueta, un poco de música se escucha de fondo, era la escuela de danza que estaba a unos cuantos pasos de ahí.
-Que agradable sonido ¿no cree Wasabi-san? – le comento el maestro.
-Si…sería más agradable si supiera bailar, pero no sé. –
-¿No me diga que piensa dejar el doujo por ir a clases de baile? – pregunto con severidad.
-No, por nada del mundo dejaría el doujo. -contesto preocupado de haberlo ofendido. Él maestro rio con fuerza para luego continuar.
-Era una broma, debe relajarse más. -luego cambio el tono de su voz a uno más serio. – Pero recuerde, toda escuela de este lado de la acera es nuestra enemiga. – el maestro entro de nuevo al edificio dejando a Wasabi solo. Era el tipo de persona que no se puede distinguir si realmente está bromeando o hablando enserio. Ya para retirarse a su casa, el moreno vacío los botes de basura en una bolsa, ayudo al maestro a cerrar el doujo, se despidió de él y se encamino al callejón para depositar los desperdicios en el contenedor, aquello le provocaba una ansiedad terrible, era lo único que no le gusta hacer al trabajar ahí. Junto todas sus fuerzas para levantar la tapa y en cuanto metió el contenido la soltó, un escalofrió le recorrió todo el cuerpo para luego sacar su liquido anti bacterial y frotárselo quisquillosamente en las manos.
-Bien, todo está bien, todo está limpio…nota mental, la próxima vez traer guantes desechables. – se dijo a sí mismo.
El sonido de una tapa metálica cayendo ruidosamente llamo su atención, cerca de la calle un hombre forcejeaba con una joven mujer, le trataba de arrebatar el bolso a la vez que la atraía al callejón.
-Por favor, se lo ruego, no tengo dinero, lo que hay ahí son papeles muy importantes, tome mis pendientes o mi celular, pero déjeme el bolso. – Rogo la chica, Wasabi la reconoció de inmediato, era la joven maestra de la escuela de baile, la había visto una vez cuando la universidad de Danza de San Fransokyo se había presentado en un intercambio cultural entre universidades.
-Ya te dije que me lo entregues. – dijo el ladro mientras que el hombre sacaba una navaja. La chica al ver el arma soltó el bolso y dio un paso atrás. Un golpe certero en el rostro, un movimiento de desarme y otro más para dejarlo en el piso y recuperar el accesorio y el ladrón estaba fuera de combate. Wasabi se acercó a la joven, la damisela en apuros trataba en vano de cercar las lágrimas que le recorrieran el rostro, el moreno gentilmente le ofreció un pañuelo, normalmente lo portaba para no tocar las cosas o limpiar superficies sucias, pero había alguien más que lo necesitaba.
-¿Estas bien?- pregunto Wasabi.
-¿Cómo voy a estar bien? Casi me rompes el brazo. – contesto el ladro que fue acallado por una nueva patada.
La chica no dejaba de quitarle la vista de encima, no parpadeaba, parecía incluso que no respiraba, totalmente embobada con los ojos del chico. Luego de unos segundos reacciono.
-Dis..disculpa, hey…hola, yo Anastasia y ¿tú?-
-Hola…Anastasia, mi nombre es Wasabi y ¿Tú estás bien?-
La chica se puso roja como un tomate, de descendencia latina y asiática, dotada con piel tersa, mejillas rosadas y ojos de un extraño color turquesa, jugaba con su largo cabello negro tratando de tranquilizarse.
-Qué te parece si vamos a tomar un café, conozco un lugar muy bueno, solo déjame tirar esta basura. – dijo mientras sujetaba al asaltante.
Ya en el lugar Wasabi quedo perdidamente enamorado de la chica, era todo lo que había soñado, limpia, seria pero divertida, con buena figura y condición física, leía mucho por lo que los temas de conversación no acababan. Cuando la joven se retiró del café Hiro se acercó y le dijo.
-Es ella. –
-Amiguito, no necesito que lo digas, sé que la encontré. –
Después de eso la locura de Fred para encontrar a su chica ideal fue en aumento, Hiro solo le dio la pista de que la encontraría en una expo de comic al ser acompañado por Wasabi, desde entonces no dejaban de asistir a todas las que hubiera, por pequeña que fuera. Pero eso no quitaba que su amigo lo hiciera pasar ridículos.
-Wasabi, ya sal…quiero ver cómo te quedo el disfraz. –
El chico salió tratando de no mostrar nada pues la falda le quedaba dos manos por encima de la rodilla.
-Fred, no pienso salir así a ningún lado. –
-¿Por qué no me dijiste que no te quedo? En un santiamén arreglamos eso. – dijo sin ningún tono de burla, en menos de lo que canta un gallo el modista particular de Fred ya le había hecho los ajustes necesarios. Ambos chicos chocaron puños y salieron de los baños para mezclarse con un mar de gente.
Ahora sí, mi practica es que sean relatos cortos y mi máximo de es de 7 capítulos, espero no pasarme esta vez. Como ya dije, estaré actualizando cada 15 días pero diversas historias que estoy escribiendo ahora. Nos leemos luego.
