Hola a todas y todos!

Estoy de regreso con otro fic largo jeje ya lo tengo adelantado con varios caps así no sufriré y no les haré esperar tanto.

Este fic es súper diferente y conjunta 3 cosas que en lo personal amo a morir: el IchiRuki, el fútbol y el Inter de Milán.

Espero les guste y agradezco de antemano su lectura y sus reviews.

Nota importante: En algunas partes contiene lenguaje fuerte.


… … * … …

"Efectos Secundarios"

Capítulo I

"5 minutos"

La razón que la había llevado a aceptar ir a ese sitio había sido la misma Rangiku, su mejor amiga, la convenció de ir con la idea de que 'no había nada que perder' y añadiendo además que 'ya era momento de darse otra oportunidad' si bien no se cerraba por completo a la idea pero habiendo muchas formas de conocer gente y llegar quizá a enamorarse se preguntaba ¿porqué ahí? ¿Por qué ese lugar? Pero nada más por querer experimentar ahora estaba afueras del sitio.

Resopló resignada y sin más entró al establecimiento; a penas cruzó el umbral y los ahí presentes fijaron sus ojos en ella, en especial los caballeros, algunos descaradamente la contemplaron y la desnudaron en su imaginación, hubo quienes la ignoraron porque 'no era su tipo' y las mujeres la criticaron en su fuero interno. Rukia se sintió ajena desde el primer instante, solo saludó por educación y después se postró en un lugar cercano y ahí aguardó.

Un sujeto de fisonomía masculina pero muy afeminado apareció con todo y su abanico para después empezar a contar a los ahí presentes y después dar un aviso.

— ¡Bien, solamente nos falta uno así que esperemos unos minutos más!—

Al igual que el resto, Rukia se mantuvo al tanto aunque se sentía de lo más desencajada, así que se dispuso mejor a ver el lugar, prácticamente era una especie de cafetería pero con un toque bohemio. De ahí pasó a mirar discretamente a los hombres, siendo sincera, ninguno físicamente era su tipo, quizá cuando hablase con ellos la cosa cambiaría pero la verdad es que estaba mentalizada a no quedar con nadie para después.

Mientras tanto, a unos cuantos metros de ahí, a las afueras de ese mismo lugar, un sujeto alto de cabellera refulgente miraba con repulsión la fachada de la cafetería. Era una locura. Debía estar lo suficientemente urgido como para estar ahí, y en condiciones normales no estaría allí por voluntad propia.

— ¿Qué pasa? — Le cuestionó Urahara — ¿No piensas entrar? —

A penas abrió la boca, justo ahora estaba dudando de hacerlo.

—Esto es ridículo… es innecesario…— Dijo Ichigo al instante, sin poder creerlo —Hay otras formas de hacerle frente a mi problema y lo sabes— acotó el ojimiel, y es que su problema se podía tratar de otras forma sin tener que recurrir a esas vergüenzas pero ese jodido rubio de mierda quería hacerlo sufrir.

—Esta es la mejor forma. Si aprendes a ser tolerante, a tener buena actitud, controlar tu ira, a tener una relación sana con desconocidos, será más sencillo para ti— Urahara así lo creía, después de todo era su psicólogo, trabajo por el cual el dueño del Gamba Osaka le pagaba.

— Si, si ya lo sé pero ¿porqué putas en un sitio de citas? ¿he? ¡Explícamelo! — Le exigió, casi a gritos, estaba de acuerdo en eso de los desconocidos pero lo que sí de plano no entendía que tenía que ver era lo de las citas. No necesitaba una cita, así se encontraba bien.

—No vayas con la idea de que son 'citas', es una manera de relacionarte y pondrás a prueba tu paciencia— Quiso dejarle en claro, después de todo sólo iba ahí a poner en práctica el efecto de sus terapias.

—Sí, sí ya entendí pero te juro que sólo lo hago porque quiero que la Directiva del Inter de Milán me fiche para su próxima temporada y nada más— Esa era la única motivación por la cual Ichigo se sometía a semejante humillación. Su sueño era emigrar al futbol Europeo y un gran club estaba interesado en comprar sus servicios.

—Sí, anda ve. Y recuerda que evaluaré los resultados de a quienes conociste, debes de tener un buen comportamiento— Esas fueron las últimas palabras de Kisuke antes de volver al auto.

El pelinaranja agarró valor, mucho valor y después entró al dichoso lugar donde ya le esperaban. De solo ver el interior y las personas, le entró un escalofrío, era perturbador, y sin decir nada se acercó a donde la mayoría se encontraba.

Aquel hombre de aspecto rudo y con abanico en mano volvió a aparecer y se varó en el centro, para después dar las indicaciones pertinentes.

—Buenas tarde a todos. Soy Charlotte y seré su anfitrión. Supongo que todos saben porqué están aquí así que pasaré a decirles la regla de oro: "Nunca decir su nombre completo ni dar su número a nadie"—

De ahí comenzaron los murmullos y las miradas coquetas comenzaron a hacer acto de presencia, aunque claro, los únicos que parecían estar en otro mundo eran la morena y el pelinaranja.

—Los caballeros van a tener 5 minutos con cada chica y viceversa. Cuando se acaben esos 5 minutos haré sonar una campanilla y se irán rotando. Al final y por medio de la página web emitirán sus votos. Si los votos a favor son recíprocos entonces les mandaremos los datos y ya verán ustedes si salen, van al cine o lo que sea— Acotó el drag queen, haciéndoles saber cómo funcionaba el programa de citas.

Así que hizo sonar la campanilla y al instante todos fueron a ocupar su lugar para dar inicio formal.

La primera persona que le tocó conocer a Rukia le resultó desagradable, era un tipo con pinta de hippie que sólo le platicaba de sus ideas a favor de la legalización de la marihuana. Le tiró un rollo enorme sobre el Gobierno y los efectos. Y no es que fuese algo que resultara aburrido, al contrario era un tema interesante, pero no quería hablar de esas cosas en esos momentos. Se supone que había ido para pasarla bien, no a que el hippie le diera toda una conferencia sobre los efectos positivos en la legalización de drogas.

De las pocas veces que le dejó hablar, fue sólo para decir 'ahh que interesante' aunque sonaba más que fingido.

Mientras tanto, Kurosaki tenía frente suyo a una mujer de aproximadamente 40 años que no hacía más que contarle sobre lo cabrón que era su ex-marido; que llegaba tarde a casa porque según él trabajaba pero en realidad era porque andaba de putas. Que una vez le quitó la tarjeta de crédito y fue su tragedia, que incluso hasta dudó que su último hijo fuese suyo y cuanta cosa más ella se acordara. Y la realidad es que a Ichigo le valía un pepino, ni siquiera fingía estar poniendo atención, de vez en cuando bostezaba con la intención de que ella notara que se estaba aburriendo pero su 'cita' era como un perico, no se callaba.

En esos instante maldecía a Urahara, ¿Cómo carajos esperaba que pusiera en práctica el efecto positivo de sus terapias si esa divorciada no le dejaba hablar? Si sus demás 'citas' seguían así, terminaría cabreándose más pero a quién le iba a patear el culo iba a ser su psicólogo.

Sonó la campanilla y con ello el cambio de pareja, esta vez a Rukia le tocó un sujeto con cara de pervertido. Platicaron de cosas normales, aunque de repente el sujeto se desvió en contarle sus fantasías sexuales, de sus experiencias y de pornografía. Y no es que le espantaran ese tipo de temas, pero joder, no tenía que ser tan explícito ni porque hacer poses y sonidos; se morían de la pena. Ella trató de ser lo más reservada posible, porque esa cosas no se las cuentas a cualquiera.

Por otro lado, Ichigo tenía ahora como compañera a una mujer anti futbolista; y desde el momento que ella se lo confesó, la odió a morir. Se echaron un completo debate sobre el fútbol, su persona lo defendía nada más ni nada menos porque era su profesión y ella le iba en contra tildándolo de estúpido. Esa mujer le sacó canas verdes, mira que burlarse de su trabajo; pero igual trató de tranquilizarse, debía poner el práctica lo de sus terapias… Contar hasta 10. Y después de que ella le echó mierda, ahora Kurosaki se encargó de tirarle tierra al trabajo de ella, el cual era en el banco. Se cansó de llamarla 'ladrona' y ella de responderle 'idiota' aunque lo hacían de manera discreta.

Una vez más sonó la campanilla y hubo de nuevo la rotación de lugares. La Kuchiki recibió a un geek, de esos que están fascinados con la tecnología. Él le contó de su trabajo en un cyber café, que su más grande amor era su iPad y si no fuera porque lo tiene prohibido, se casaba con el aparatejo ese. Le cuestionó si sabía qué era un App, que qué prefería si el Mac OS X o era de las que prefería Windows 7, que si su móvil era de última generación y cuanta cosa rara de tecnología. Rukia vio en él toda una enciclopedia de la tecnología sin embargo no le agradaba en lo más mínimo.

Para Ichigo la cosa no fue tan agradable, ahora su 'cita' constaba de una chica a la cual no le cabía una operación más. Era notorio el colágeno en sus labios que parecía que la hubiesen agarrado a golpes y se hinchó. Y no es que fuese fijado pero esa mujer tenía tremendo escote, unas mega tetas tamaño melón que Ichigo juraba que si la tuviese en la cama su mano no alcanzaría a cubrir semejantes pechos. Ni hablar de la piel de su cara que estirada estaba de tanto botox. No era de su agrado, le parecía muy vulgar su apariencia aunque tenía una voz de hotline. Y sí, había notado que ella se le insinuaba bastante, pero no había ido ahí para eso, estaba poniendo en práctica lo de sus terapias, y aunque estuviese ahí para eso; ni de loco se citaría con esa mujer.

Para su fortuna sonó la campanilla y siguió la rotación.

La otra dos persona que a Rukia le tocó conocer fue un sujeto que se creía perfecto y solo le habló de lo genial que según él era. Ichigo por su parte le tocó la chica tímida que a penas y hablaba, no se dijeron mucho y fue irrelevante para el ojimiel.

Sin embargo y como dicen por ahí, "Lo bueno se hace esperar y lo último es siempre lo mejor", al final ambos se encontraron en la mesa. Ambos tenía en la cabeza al instante que al igual que las otras cuatro personas anteriores, esta vez igual sería una mierda.

—Antes que nada quiero que sepas esto de las citas para mí no tiene sentido— Dijo el muchacho como preámbulo, para que la otra no se ilusionara mucho.

—Para mí también así que no te preocupes— Contestó y es que en un principio le había resultado interesante la idea pero después de conocer a los cuatro imbéciles anteriores, ya no estaba en condiciones.

—Menos mal que pensamos igual… y dime ¿por qué estás aquí? — Le surgió la duda, si no estaba para encontrar a alguien debía haber otro motivo.

—Mi mejor amiga cree que es momento de que me dé otra oportunidad— Comentó sin más, las cosas tal cuales eran.

— Y ¿la necesitas? —

—No lo sé…— Esa pregunta no se la esperó, así que no sabía que decir y mejor desvió la conversación — Y tú ¿por qué estás aquí? —

—Por prescripción de mi psicólogo— De mala gana se lo hizo saber, si por él fuera ya se abría ido —No sé tú que opines pero el lugar es una mierda, empezando por el anfitrión travestí—

—Ni que lo digas. Aquí viene solo gente que desde hace años que se le fue el tren y pretenden encontrar a alguien igual de quedados que ellos para hacerse compañía— Explicó su punto de vista, aunque había sus excepciones pero la mayoría encajaban con su descripción.

—Estoy de acuerdo… por cierto… soy 'Quince'— Se presentó con el nick que eligió, señalando la plaquita que tenía.

—'Quince'… ese es tu ¿nick? — Preguntó Rukia al mirar el gafete del chico de cabellera refulgente.

—Sí—

—Que simple…— Dijo como comentario, irónica para después dar un sorbo a su vaso de agua.

— ¿Y de que va el tuyo? Chappy… ese estúpido conejo que sale en la tele, en los programa infantiles…— Y con tono de burla se lo dijo, mira que ya se veía lo suficientemente crecidita para estar con esas niñerías.

— ¡Me gusta el conejo Chappy y que! — Le contestó retadora, la molestia se podía ver reflejada en sus ojos.

—No nada… ese es problema tuyo…— No había nada de malo pero era muy extraño, en fin, desvió la conversación — ¿Y se puede saber a qué te dedicas? —

— Soy periodista ¿y tú? —

—Yo… verás… soy futbolista, portero para ser precisos. Juego en el Gamba de Osaka— Orgulloso se lo dijo, mira que no cualquiera llegaba a estar ahí.

La ojiazul-violáceo soltó una carcajada, casi le daba un ataque de risa, incrédula, le había parecido un buenísimo chiste. El futbolista la miró serio, enojado un poco de su reacción.

— ¿Porqué te ríes? — Le cuestionó duramente, sin compartir su humor.

—Es que… es que…— A penas y podía hablar, le ganaba la risa que casi se le salían las lágrimas —No te creo nada… no pareces uno—

—Pues créelo… Juego en el Gamba Osaka, Primera División. Ya has de haberme visto en la televisión— Se jactó de una ligera popularidad que creía tener, pero la realidad es una muy diferente.

— ¿En serio? Qué extraño porque nunca había escuchado hablar de ti. ¿Has estado en Selección Nacional? — Que ella supiera, su nombre no le sonaba en lo más mínimo.

—No pero he sido titular en mi club… bueno… en las pretemporadas he sido titular porqué Renji lo es durante todo el torneo regular y…— No terminó de explicar, ya que ella le interrumpió.

— ¿Renji? ¿Hablas de Abarai Renji? El mejor portero que tiene Japón… Eres muy afortunado en ser su compañero de equipo, ya quisiera que me volteara a ver, nunca me quiso dar una entrevista cuando trabajaba en J-Sports… es como misión imposible— Comentaba maravillada, y es que Abarai es toda una luminaria del fútbol japonés sin mencionar que a sus ojos era muy atractivo.

— ¿Te quieres callar? — Le pidió, enfadado y es que debía aceptar que envidiaba mucho Renji por ser el titular, el Director Técnico confiaba mucho en él. No estaba dispuesto a seguir escuchando como ella se derretía en halagos a quien podía considerar compañero-amigo-rival en varios sentidos.

— Perdón — Dijo sin más — Entonces qué eres tú, ¿una especie de futbolista fracasado? —

Ichigo se ofendió al escuchar la palabra 'fracasado'. No, no era eso. Simplemente no le había llegado oportunidades en el momento adecuado.

— ¿Ya terminaste de insultarme? —

—No te insultaba, solo era un comentario. Pero no te preocupes, aunque no juegues al menos tienes un sueldo base. A mí me despidieron y no tengo dinero. Pero todavía tengo oportunidad de que me contraten, claro, siempre y cuando lleve un material buenísimo y nunca antes visto— Le contó, al menos con eso el futbolista podía sentirse mejor, al menos tenía dinero para subsistir, y no como su persona que ya debía 2 meses de renta y aún no encontraba trabajo; sobrevivía de unos ahorros que tenía.

—Me importa una mierda el dinero. Lo que quiero es estar activo— Esa mujer no entendía, creía que el dinero era lo más importante, bueno ayudaba mucho pero lo que en verdad quería era estar en el campo de juego, ser reconocido por sus habilidades y no ser un futbolista más del montón.

—Eso lo dices porque tienes mucho dinero. Pero si me preguntas, te digo que con eso me doy por bien servida— Fue sincera, después de todo el dinero movía el mundo y si tenía en exceso era una preocupación menos en la vida.

—Ponte en mi lugar…— Ichigo le quería hacer entender queriéndola poner en su lugar pero la campañilla que significaba el fin de los 5 minutos se hizo escuchar.

—Me gustaría pero ya no hay tiempo. Me has caído bien. Hasta nunca— Fueron las palabras de la morena antes de tomar sus cosas y marcharse de la mesa.

El ojimiel se quedó pasmado y con las palabras en la boca. Para después mirar hacia donde ella se dirigía y negar con la cabeza, murmurando un 'vaya tipa más extraña' y después retirarse también.

Pero la conveniencia tenía algo que los involucraría a ambos.


Habían pasado un par de días desde la sesión de 'citas' en la cafetería esa.

Ahora estaba ocupado, miraba con cierta molestia el ir y venir del balón, algo pensativo analizaba, siempre era lo mismo… desde que estaba ahí, siempre era así… era irritante, nunca pensó que eso le pasaría pero para su desgracia estaba inmerso en algo donde esforzarse era vital, lo malo es que parecía que sus esfuerzos nunca eran vistos o en realidad le valían mierda al técnico… Ichigo nunca pensó ser futbolista, nunca, ni en sus más guajiros sueños, sólo lo tomaba como una actividad más para mantenerse en forma, simple entretenimiento pero no imaginó que un día nada especial llegase un fulano caza talentos ofreciéndole el paraíso del balón pie japonés, ese caza talentos lo convenció de ser el mejor, el más talentoso, hasta llegó a compararlo con los grandes, le pintó el mejor de los futuros y se lo tragó… Tenía solo 16 años, su padre lo apoyó en todo momento, quería ver a su hijo siendo exitoso… pero nada es lo que parece… nada…

Kurosaki Ichigo, tenía ya 8 años en el fútbol profesional y no, no era la estrella, ni Capitán de su equipo, o titular siquiera, no, era más conocido por su mal temperamento que por lo que hacía dentro de la cancha, aunque escasas veces hacía algo, y sabía que esas cosas llevaban tiempo, que su gran oportunidad estaba por venir pero por alguna razón esta se postergaba a raíz de su actitud…

— ¡¿Qué? ¡Eso es falta, falta! — Kurosaki se levantó de la banca y gritó enérgico al árbitro asistente, quien hizo lo posible por ignorarlo.

Ichigo vio como el árbitro no marcaba nada, sólo meneó el cabeza, incrédulo y volvió a su lugar, desde ahí siguió observando el ir y venir de sus compañeros de equipo y de los contrarios, realmente le exasperaba que el puto árbitro se hiciese pendejo con algunas jugadas.

El ojimiel siguió mirando, con un gol era suficiente para llevarse el liderato aunque momentáneo del torneo. Sus ojuelos siguieron el balón, hasta que poco a poco uno de sus compañeros comenzó a ganar terreno y acercarse a la portería contraria; estaba a punto de sacar un disparo directo al arco cuando le hacen una fuerte barrida.

— ¡Penal, eso es penal, aquí y en Brasil! — Nuevamente Ichigo se levantaba de la banca, gritaba que se hiciese justicia, mientras todo el griterío y emoción se centraban en el campo.

Pero el árbitro no marcó tal cosa porque según 'no lo vio', que porqué el árbitro asistente dijo que 'no' y muchas más excusas que no dejaban contentos ni a los jugadores, ni a los aficionados, ni al Director Técnico.

Ichigo pudo volver ir a su lugar y sentarse, pero no fue así… sus ánimos terminaron apoderándose de él y sin más salió de la banca, corriendo fue directo hasta el árbitro asistente y lo confrontó.

—¡Eso era un puto penal y no lo marcaste maldito perro! ¡Eres un vendido! — Le gritoneó en su cara mientras lo provocaba a reñir con su cuerpo, cabreado, valiéndole madre todos.

El partido continuaba su curso pero gran parte de la atención tanto de los aficionados como de la televisión, estaba centrada en la escena a nivel nacional de Kurosaki con el árbitro asistente. Incluso el árbitro central al darse cuenta, detuvo el partido y fue directo a ayudar a su colega.

— ¡Asqueroso ladrón, nos robaste un gol! — Ichigo seguía con sus gritos casi al oído, aventándolo con el pecho para que reaccionara y le entrara a los golpes, pero el asistente no hacía más que poner cara de mosqueado.

Los compañeros de equipo de Kurosaki buscaban alejarlo, calmarlo, pero este los ignoraba; si no es que el árbitro central ya hastiado de la actitud del ojimiel va y le saca tarjeta roja. Sí, no era la primera vez que le jodía con lo mismo, ya hasta le daba ansia arbitrar los partidos de los Gamba Osaka porque estaba seguro que ese escandaloso y pleitista de Kurosaki iba a salir con sus cosas y a joder a sus compañeros árbitros.

— ¡¿Qué? ¡¿Roja? ¡Porqué! ¡¿Por qué le digo sus verdades? — Ichigo escandalizó más su expulsión, no podía creerlo, le parecía una estupidez que lo expulsaran, malditos perros roba triunfos.

El central solo le hacía la seña de "fuera", para que se largara a los vestidores y dejase de dar lata, porque siempre era lo mismo.

— ¡¿Ah sí! ¡Entonces vete a la mierda! ¡Eres una mierda de árbitro, que te den por culo por vendido! — Le seguía gritando a viva voz, sin importar nada, mientras sus demás compañeros le alejaban del central y del asistente, pidiéndole a voz queda que se fuera a vestidores.

Mientras el Director Técnico se le caía la cara de vergüenza, ese puto de Kurosaki nunca sabía cuando callarse, nunca entendía que había cosas en el fútbol que no podían decirse ni por tan cabreado que estuviera, ah no, él siempre y su bocota.

A la par que los aficionados gritaban, muchos eufóricos de acuerdo con Ichigo mientras los aficionados contrarios le coreaban abucheos. Y como Kurosaki le costaba irse del campo de juego, la misma seguridad tuvo que intervenir y escoltarlo, porque si no, iba para largo y el juego nunca se reanudaría.

Cabreado llegó hasta los vestidores y pateó la puerta infinidad de veces, por la televisión vio los minutos finales del partido, el cual empataron a 1.

Al finalizar, sus demás compañeros se metieron a las duchas, a lo cual su DT aprovechó para llamarle la atención una vez más en privado.

— ¡No tenías ni 5 juegos de haber sido expulsado cuando otra vez! ¡Qué parte de cierra tu bocota todavía no entiendes! — Le vociferaba el técnico ya hasta rojo del coraje, harto de la situación que se le estaba yendo de las manos.

— ¡No puedo evitarlo! ¡No iba a dejar que ese miserable se fuera así como si nada! — Ichigo se excusaba, también a gritos, y es que no concebía quedarse calladito cuando las cosas pasaban frente a sus ojos y menos cuando se trataba de su equipo.

— ¡Como pretendes que te dé minutos si te haces expulsar siempre! — El DT al menos quería que por una oportunidad de titular se callara e hiciese las cosas bien.

— ¡Pudiste meterme hoy pero no lo hiciste! ¡Estuve toda la puta semana entrenando y haciéndolo bien; y no fuiste capaz de darme un solo minuto en la cancha! — Al ojimiel ya no lo engañaba con esa táctica, no, no. Había algo más ahí que no quería decirle y que era la razón de que no le metiera al campo de juego.

— ¡La posición de portero no es algo que me pueda dar el lujo de cambiar tan fácilmente. Debo estar seguro de que harás todo en tu haber para defender el arco! — Esa fue la explicación del DT, no era algo de tomarse a la ligera el cambio de portero de un partido a otro, además no tenía la confianza suficiente en Ichigo, ¿para qué arriesgarse si puede tener a alguien seguro como Renji? Era un cambio innecesario.

— ¡Claro, y Renji hizo todo en su haber que hasta se tragó un gol sencillito! — Ichigo se burló.

— ¡Se supone que por eso ibas a tus sesiones con Urahara, para que te ayudara con tus problemas de actitud y a controlar tu ira! — Le gritoneó el técnico, sin comprender como Kurosaki parecía no tener evolución en sus terapias.

— ¡Lo he intentado pero lo de hoy fue una verdadera mentada de madre y lo sabes! —

— ¡Con esa actitud el Inter de Milán va a retirar su oferta. Si quieres que te fiche pórtate bien y no hagas escenitas como esas! — Si Kurosaki no cambiaba su explosiva actitud el club italiano lo dejaría fuera y lo lamentaría mucho —Mejor dúchate y ve a casa, ni te molestes en venir al entrenamiento mañana mejor ve a doble sesión con Urahara— Fueron las últimas palabras del DT.

Kurosaki no dijo nada… solo maldijo por debajo.

Y siempre era así, su actitud era la que muchas veces terminaba arruinando todo. Le había costado llegar al club de Gamba Osaka, todas las semanas trabajaba muy duro para ser considerado pero nunca había logrado vestir la camiseta con el número 1 estampado y tampoco estrenar aquellos guantes. Sus apariciones sólo se daban en pretemporadas cuando el puto de Renji prefería alargar un poco más sus vacaciones, en amistosos sin importancia, en partidos de relleno o cuando Renji se lesionaba. Y hace 2 meses pudo haber tenido su gran oportunidad de lograr algo mejor pero esa oportunidad se vio ensombrecida por una expulsión que lo rezagó 3 partidos, los suficientes que Renji ocupó para estar en condiciones aceptables y volver a las andadas.

Sus amigos cercanos le decían que era afortunado por jugar con el Gamba Osaka, pero al ojimiel de qué le servía estar en ese gran club y ganar bien, si ni siquiera podía hacer lo que le gustaba: jugar.

Debía hacer algo. Quería estar en el Inter de Milán. Ser el sucesor del brasileño Julio César. Ser titular. Jugar en los más grandes eventos futbolísticos. Ser Campeón del Mundo.


Glosario

Gamba Osaka: Equipo de la Primera División del futbol japonés.

Julio César: Arquero titular de la Selección Nacional de Brasil y del F.C. Internazionale Milano (Inter De Milán)

Inter de Milán: Equipo de Futbol de la Serie A Italiana. Ha ganado 18 veces el Scudetto, 6 Copas de Italia, 5 Super Copas, 3 Champions League, 3 Copas UEFA, 2 Copas Intercontinentales y 1 Mundial de Clubes. Es actualmente El Mejor Equipo del Mundo.

D.T: Abreviación que se usa para referirse al Director Técnico de un equipo.


Hasta aquí llega el primero, lo estaré actualizando cada lunes ;) y me despido.

Nos vemos, besos, abrazos y gracias.