Capitulo 1: desenlace inesperado
- ¡bella! ¿Estas lista para irnos?- grito Edward desde las escaleras.
Bella suspiro. No estaba de humar para fiestas (nunca lo estaba), sobre todo si era la fiesta de su cumpleaños, el numero 18. Alice tenía una tendencia a exagerar todo y de seguro, en contra de su voluntad, la llenaría de regalos que no había pedido.
Bella se acomodo su vestido azul de tirantes, cortesía obligada a aceptar por parte de Alice, y los zapatos de tacón alto plateados con los que de seguro se caería y bajo las escaleras.
Edward se quedo de piedra al verla. Su cabello caía en suaves ondas por sus hombros y en la parte de arriba formaban una pequeña corona. El vestido azul resaltaba las delicadas curvas de su cuerpo y hacia ver su piel del color de la crema y las rosas. Su rostro no llevaba mucho maquillaje: una sombra lavanda suave cubría sus parpados y en sus labios un brillo rosa pálido.
Hermosa-pensó edward.
Bella termino de bajar las escaleras y le sonrió nerviosa. Rápidamente, aunque siempre con cuidado, edward la tomo por la cintura, le levanto la barbilla y la beso.
No había nada que le gustara más a bella que besar a edward. Sus boca sobre la de ella con apasionado fervor, su frió aliento delicioso chocando con el de ella, la sensación de su suave lengua resbalando en su interior…
Bella sintió que se mareaba, aunque no por falta de aire, por lo que se separo de el y trastabillo para atrás hasta que callo en un sillón personal del living. El dolor había sido tan repentino… y tan rápido como apareció se fue. Suerte que charlie se había ido donde billy, porque se hubiera preocupado sin razón.
Pero caso aparte era edward.
- ¡¿estas bien?- pregunto edward, alarmado, mientras iba a velocidad vampirica a tomarla en brazos.
- sip, no se que me paso, pero no te preocupes, ya estoy bien-
Bella se tomo la cabeza entre las manos. Edward movió la cabeza, disgustado, sabedor de la tendencia a no darle tanta importancia a el dolor para no preocupar a los demás de bella.
- pues a mi me parece que fue muy raro. ¿Has comido algo antes de arreglarte?- pregunto edward pensativo.
- sip, un emparedado de mantequilla de maní con mermelada de mora ¿por?- dijo bella asintiendo.
- nada. De seguro fue algo de momento, no se, algo como el oxigeno que no estabas respirando- edward se encogió de hombros, sonriendo burlonamente.
Bella sintió como el calor inundaba sus mejillas y bajo la cabeza. No lo admitiría ante el, pero esos mareos ya el habían ocurrido antes y no les había dado importancia. Edward se rió.
- bueno, en fin. Si ya te sientes bien, es hora de irnos o alice nos va a matar. O peor, nos obligara a todo un dia de compras en seattle.- dijo edward apuntando hacia la puerta.
Bella gruño.
- jo, si que te recuperaste rápido- sonrió edward.
- esta bien. Vamos antes de que decida pegarme a la puerta- bella se levanto con mucho cuidado para no darse un porrazo. Edward la ayudo y cuando llegaron al volvo, le abrió la puerta.
- no te serviría- edward rió entre dientes. Bella le pego un codazo, sabiendo que le iba a quedar un moretón. Auch- se quejo internamente.
Edward volvió a reír mientras se subía al coche y se dirigían a la casa de los Cullen.
Hicieron la mayor parte del trayecto en silencio, solo la suave música de debussi escuchándose como fondo. Este silencio se debía en parte a que bella aun estaba enojada por ser obligada a ir a una fiesta, su fiesta, y en parte edward estaba muy divertido viendo a bella enojada como para hablar.
En un rato llegaron a la casa, que estaba iluminada con faroles color rosado por todas partes.
-alice- mascullo bella, indignada.
Edward solo se carcajeo, muy divertido con la apariencia de gatito enojado de bella.
Cuando entraron, todos estaban esperándolos en hilera. Alice con un vestido plateado hasta la rodilla y un delicado escote, rosalie luciendo su escultural cuerpo en un vestido rojo bastante, sino demasiado apretado y esme con un lindo vestido dorado que hacia juego con sus ojos caramelo.
Emmet, carlisle y jasper traían puestos unos trajes clásicos, con camisas roja, blanca y ploma respectivamente.
Mención aparte era edward, que tenia puesto un traje negro y una camisa azul, resaltando el color de su piel hasta casi volverlo irreal.
-feliz cumpleaños bella- saludaron todos a coro, con grandes sonrisas en su rostro, si hasta jasper y rosalie tenían pequeñas sonrisas.
La casa estaba repleta de velas rosadas y jarrones llenos de rosas rojas. El piso estaba cubierto de pétalos de rosa.
Bella gimió.
-hay, no es para tanto. Podría haber sido peor, podría incluso haber organizado tu fiesta con mucha gente en ¡los Ángeles!- alice sonrió como el gato de Alicia en el país de las maravillas.
Bella se estremeció. Sip, podría haber sido mucho peor.
Carlisle se le acerco y le paso el brazo por los hombros, llevándola hacia donde estaban todos.
-lamento esto, pero alice es imparable- carlisle rió entre dientes.
-Ya me di cuenta de eso- se quejo bella. Alice se les acerco con sus andares de bailarina y la empujo hacia la mesa llena de regalos. -lo sabia- murmuro bella.
-a abrir tus regalos- canto alice.
-yo no quería nada- se volvió a quejar bella mientras se cruzaba de brazos como una niña pequeña.
-y yo no te escuche ¡anda, ábrelos!- alice le puso una caja en la mano.
Jasper, emmet y rosalie le regalaron un nuevo ipod y otro equipo de música. Alice, un baúl lleno de ropa (eso era de esperarse). Carlisle y esme le dieron 2 pasajes para que ella y edward fueran a visitar a renee a jacksonville.
El último fue el de edward.
Insistió en llevarla a el jardín, solo ella y el. Se sentaron en un banco entre las rosas de esme.
-no quería darte tu regalo frente a ellos, ya que es algo muy especial para mi y ahora quiero que sea tuyo- edward saco un estuche de esos para guardar collares y lo abrió. Dentro había una delicada cadena de oro de la que colgaba un dije: un cordero y un león a cada lado de un corazón que parecía hecho de algo como un cristal, talvez diamante.
Bella se quedo petrificada. Era hermoso. E iba a ser la primera vez que aceptaría un regalo sin quejarse. Ese collar significaba la union entre ella y edward, ese sentimiento calido que los llenaba por dentro para ir a parar a su otra mitad: para bella, edward, y para edward, bella.
Edward malinterpreto su silencio, y su mirada se entristeció.
-bueno… no es necesario que lo aceptes si no te gusta. De veras, a mi no me…-fue interrumpido por bella, que se lanzo hacia el y enrollo sus brazos en su cuello, para luego enterrar la cabeza en su frío pecho. Comenzó a sollozar.
- si me gusta- sollozo. A edward le comenzaron a brillar los ojos, una sonrisa extendiéndose por su rostro mientras la rodeaba con los brazos.- ¿Cómo no podría? Ese collar representa lo que somos el uno con el otro- volvió a sollozar- claro que me gusta.
Por un momento se quedaron en silencio, pero edward la separo de su cuerpo y le sonrió, quitándole las lagrimas del rostro.
-déjame ponértelo- bella asintió mientras de daba la vuelta. Edward le saca el collar que llevaba puesto y lo reemplazo con el otro, el que nunca se quitaría.
Cuando se tranquilizo y no le quedaron muestras de que había llorado, entraron de nuevo en la casa. Los estaban esperando, por supuesto, con una torta con 18 velas en las manos de alice.
Le cantaron el cumpleaños feliz.
-anda, sopla las velas querida- la insto esme.
Bella asintió, conmovida y soplo las velas.
Y ahí todo cambio.
La luces comenzaron a parpadear y las cosas a moverse, mientras una luz roja rodeaba a bella, quien callo al piso quejándose de dolor y rodando por el piso.
-bellaaaaa- grito edward acercándose a ella. No pudo, choco contra una especie de capa que la cubría.
-¿Qué rayos le pasa a mi hermanita?- grito emmet mientras empujaba contra esa especie de capa.
-yo se lo que le pasa- dijo una voz masculina desde la oscuridad de un rincón, avanzando.
Un ser cubierto con una larga capa negra apareció de las sombras, secundado por otro ser cubierto con lo mismo, solo que más pequeño. No eran normales, cuando caminaban, parecía como si flotaran y las luces se oscurecieran a su paso.
Los cullen, la mayoría todavía impactados, se movieron para proteger a bella, mientras edward todavía luchaba por entrar a donde ella estaba.
- ¿Quiénes son ustedes y que quieren?- pregunto carlisle, adelantándose un paso.
Lo ignoraron y se acercaron hacia donde estaba bella.
Edward se agazapo delante de espaldas a ella, preparándose para luchar si era necesario.
- ¿Qué quieren?- gruño
De debajo de la persona mas baja salio una pequeña risa femenina. Se acerco a el y se gano a su lado mirándolo a la cara.
- no me sorprende que no me reconozcas, querido mellizo mío- le dijo.
Edward se helo. Debajo de aquella capa, unos ojos color esmeralda lo miraban fijamente.
