Recuerdos.

-Volveré.- le había prometido él.

-No te creo.- susurró ella mientras lo veía sonreír tristemente.

-Haré todo lo posible por volver.- la había abrazado y había depositado un suave beso en sus labios que ella no correspondió.

-Solo vete.- difícil era hallarle diferencia a su tono con el de un autómata.

-No te olvidare.- suspiró al ver que ella no estaba dispuesta a perdonarlo por su inminente partida.

Ella tampoco había creído eso, pero no dijo nada más y lo dejó partir por esa puerta que lo llevaría a la sociedad de almas.

De eso habían pasado seis años, y Toshiro no había vuelto, ni una sola vez.

Karin ahora trabajaba oficialmente como doctora, solo para permanecer cerca de su hermana, pero no la llenaba, nada la llenaba.

Un día llegó un nuevo paciente a su clínica, que empezó a ir regularmente varias veces al mes, y no pasó mucho para que se interesara en la Kurosaki morena.

Ella aceptó sus invitaciones, posteriormente correspondió sus besos, y ahora aceptó ser su esposa.

Y lo hizo simplemente porque no tenía ninguna razón para negarse.

Era un buen tipo, atractivo, educado, divertido. ¿Por qué no?

Ya estaban a tres semanas de la boda, y la de ojos oscuros estaba tendida en su habitación ahogada en sus recuerdos.

No se sentía feliz, tampoco estaba triste, ni furiosa. Era más bien como si no pudiera sentir nada.

Ese día su hermano había ido de visita, y al enterarse de su compromiso, Karin sabía que pronto se lo diría a Rukia, Rukia a Renji, Renji a Matsumoto y Matsumoto a Toshiro.

¿Qué más daba?

Dudaba que siquiera se acordara de su existencia hasta el momento en que se la mencionara.

Claro que, cuando lo volvió a ver el día de su boda, enganchado al brazo de Hinamori, si sintió algo, algo muy doloroso.

Su rostro demacrado y su mirada dolida, como si ella hubiera hecho algo malo, casi la hizo querer matarlo.

Aun así, cuando le llegó la hora de decir el "sí, acepto" volteó a ver al Hitsugaya, totalmente inexpresiva, mientras olas de pensamientos y recuerdos la invadían, y llegó a una conclusión.

No lo amaba, ni a Toshiro, ni a su prometido.

Su prometido era un buen hombre, y no se merecía una mujer como ella, así que dijo:

-No.- helando a todos los presentes. –Lo siento. No aceptó.- no tenía ánimos de fingir estar apenada, así que solo se fue sin más.

Claro que eso le traería muchos problemas con su familia y probablemente ahora su prometido la odiara.

¿Qué más daba?

Sintió la mirada de Toshiro taladrar su perfil todo el camino mientras salía de aquella iglesia, pero poco le importó.

Ya no lo amaba, ya no era capaz de amar a nadie, habían sido demasiados años de dolor, y ahora…

Ahora solo sabía vivir ahogada en los recuerdos. Recuerdos de cuando era feliz, cuando Toshiro la hacía feliz y ella quería ser feliz.

Fin.

Hola! :D

Sigo feliz n.n Y solo toleró hacer este tipo de OS cuando estoy feliz :'v

Bueno, espero que les haya gustado! Los personajes de Tite -3-

COMENTEN! *o*

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!