CAPÍTULO 1.- El comienzo de todo.

Y allí estaba él, dándose por vencido, tratando de darle fin a su existencia vacía, mirando correr a las enfurecidas aguas del río, sintiendo la lluvia fría mojar su rostro, sosteniéndose únicamente de la orilla de aquel puente que lo separaba de la muerte, mirando con frialdad e indiferencia el vacío.

Levanto el rostro dejando ver soledad en sus ojos, quiso mirar por última vez el cielo, se preguntó que habría después de la muerte, ¿en verdad habría un cielo? Y si lo había ¿tendría lugar para él? Lo más probable era que no, por lo que había escuchado el cielo era para gente buena que ayudaba al prójimo; y el no ayudaba a nadie, ni siquiera así mismo. Suspiro.

¿Cómo había llegado a ese lugar? Ni siquiera lo recordaba.

- ¿Por qué la vida es tan vacía? - se preguntó en voz alta apretando el barandal del cual se sostenía, tratando de buscar una respuesta para aferrarse a la vida.

- porque es uno mismo el que tiene que llenarla. - escucho que le respondía una voz femenina. Volteo rápidamente y se encontró muy cerca de él a una pareja; el chico era alto, delgado, de piel clara, pelo negro sujeto en una coleta alborotada y ojos cafés oscuros; con una sonrisa leve, la cual no le llegaba a los ojos, los cuales denotaban tristeza. La chica era de una belleza exótica, pelirrosa de pelo largo y lacio en punta, no era alta pero tampoco baja, piel blanca con unos hermosos ojos grandes y jades, mantenía una mirada fría y cara de seriedad; ambos estaban mirándolo.

Dejó de observarlos y los ignoro mientras se disponía a saltar, ¿Qué caso tenía averiguar quiénes eran? La verdad no le importaba y estaba a punto de lograr olvidarse de todo.

- ¡hey! Te importaría cederme el puesto, no sabía que esta es la hora pico del lugar y no quisiera hacerlo deprimido por ver como saltas. - dijo con un tono de broma el muchacho sonriéndole como tratando de convencerlo. Solo lo miro de soslayo y se inclinó un poco más para saltar.

-tú… el suicida anónimo, en verdad cédele el turno sino no querrá hacerlo aquí y será fastidioso buscarle otro lugar, veras que no se tardará nada y te dejamos tranquilo. - le pidió la chica. Los miro de soslayo sintiéndose curioso por la ironía de la situación, ¿acaso ese chico le estaba pidiendo el lugar para saltar el primero y la chica se lo pedía para no buscarle otro lugar a su… "amigo" para saltar? Bueno eso era lo más raro que había presenciado nunca. Aunque el caso era curioso no debería siquiera estar pensándolo, a él no le incumbía; pero… esos chicos le causaban demasiada curiosidad algo no muy normal en sí mismo, y que más daba esperar solo un rato más, tal vez esa acción contaba como algo bueno.

Los volteó a ver nuevamente, suspiro, se quitó del barandal del puente y se colocó enfrente de ellos.

-mph...

-gracias chico, eres un buen tipo. - le dijo el pelinegro mientras tomaba el lugar donde hace unos momentos se encontraba. Él solo se dedicó a ver que sucedía.

-en verdad gracias. - le dijo la chica. - es importante para él. - le miro de soslayo, era extraño que una persona acompañara a otra para hacer "eso". - por cierto, mi nombre es… y el urgido que está en el puente es ...

-Sasuke. - le respondió sin importarle no haber escuchado sus nombres, observo como el muchacho miraba el cielo como hace unos minutos él lo hacía.

-un gusto, y perdona si soy entrometida, pero… ¿Cómo fue que llegaste a esta decisión?

Suspiro nuevamente, que más daba hablar, casi nunca lo hacía y menos con alguien desconocido, pero… tal vez se podría desahogar un poco haciéndolo, ya que importaba.

-pues digamos que mi vida no tiene propósito y la verdad ya me canse de buscarle uno. - la miro hacer una mueca pensativa volteando a ver a su amigo y luego lo miro a él.

-…entiendo.

-supongo que llegue a esta decisión como lo hizo él. - reflexiono.

-te equivocas. - le interrumpió.

- ¿Mmm?

-que te equivocas, veras él no…- dejo su frase inconclusa al escuchar a su amigo empezar a gritarle a la nada.

-AQUÍ ME TIENES NUEVAMENTE FRENTE A TI, ME VOLVISTE A GOLPEAR, ME VOLVISTE A LASTIMAR, PERO NUEVAMENTE ESTOY AQUÍ DÁNDOTE LA CARA, DICIÉNDOTE QUE NO ME DARÉ POR VENCIDO, ME ESCUCHASTE MALDITA TRAICIONERA, NO ME DARÉ POR VENCIDO, ASÍ QUE POR MAS QUE ME HAGAS IMPOSIBLE MI EXISTENCIA TENGO QUIEN ME APOYE Y NO ME VENCERÁS.

-…solo vino a desahogarse. - concluyo en un susurro.

-NO TE SALDRÁS CON LA TUYA, NO DEJARE QUE NI TU NI NADIE ME DERROTEN, OÍSTE, YO HAGO MI PROPIO DESTINO, ASÍ QUE OLVÍDATE DE VERME DERROTADO PORQUE ESO NUNCA PASARA. - termino de gritar jadeando por el esfuerzo de hacerlo, se quedó unos segundos tratando de regularizar su respiración y volvió a mirar el cielo.

-sabes ninguna vida es fácil y nadie está conforme con la suya. - retomo la charla mirando de soslayo a sasuke. - el punto es que solo debes aceptarla y transformarla en lo que tú quieres, solo debes saber que tu vida está en tus manos y si no te gusta… cámbiala.

-tú no sabes nada. - le contesto con el ceño fruncido.

-es verdad. - susurro indiferente.

Los dos vieron como el pelinegro se bajaba del barandal y venia hacia ellos con una gran sonrisa y la tristeza de sus ojos había desaparecido.

-listo hermosa, gracias amigo. - tomo de la mano a la chica y se dio media vuelta para empezar a andar con ella, pero después de caminar unos metros volteo hacia él. - haaa por cierto… no vale la pena créeme; espero que nos volvamos a ver, pareces buen tipo, hasta luego. - y se dio la media vuelta.

-nos vemos mañana. - se despidió ella guiñándole su ojo dando media vuelta también y junto con su amigo empezaron a andar desapareciendo de la vista de sasuke.

Él se quedó en el mismo lugar sin mover un musculo con los ojos muy abiertos, pero pasado unos segundos su entrecejo empezó a fruncirse dando claramente señas de enojo.

Pero que chicos más singulares, bueno él no era la persona más normal del mundo, pero ellos lo sobrepasaban, además "nos vemos mañana" que no habían notado que tenía claras intenciones de acabar con todo. "No vale la pena créeme" qué no valía la pena, es que ellos no sabían nada acerca de él.

Y ahora que lo pensaba claramente, observo a su alrededor con detenimiento. ¿Cómo había llegado al río? ¿Acaso no estaba en su habitación?

(Suena estrepitosamente una alarma)