Capítulo 1: Olvidar
Tras Sora haberse introducido en la cápsula para así recuperar los recuerdos perdidos que Naminé había borrado de la mente de Sora, a consecuencia de ello no solo los recuerdos de Sora habían desaparecido sino también sus amigos se habían olvidado de él y de Riku.
En las Islas del Destino una chica pelirroja de ojos azules esplendorosos cuyo nombre era Kairi amiga de Riku y Sora, miraba la puesta de Sol pensando en sus dos amigos que tanto anelaba .
Ya había pasado un mes desde la marcha de sus dos amigos y todos los días sin falta en el crepúsculo del día se acercaba al mar esperando la vuelta de sus dos amigos.
"Están lejos..." pensaba la pelirroja.
La espera comenzó a hacerse larga y cansada y lo más extraño de todo para la pelirroja es que los demás, los amigos que Kairi compartía con Sora y Riku no parecían percatarse la ausencia de estos y esto a Kairi le molestaba por lo que comenzó a alejarse de ellos y a volverse una chica solitaria.
Pasaban los días y la llegada de sus dos amigos empezaba a no tener sentido por lo que comenzó ha olvidar la razón por la que esperaba pacientemente todos los días. Ni siquiera en el instituto decía palabra y los compañeros empezaron a tomarla por un bicho raro.
Selphie una chica de pelo castaño claro y ojos verdes la mejor amiga de Kairi, no aguantaba más la situación que Kairi llevaba, así que se decidió ponerle fin. Se dirigió a la costa donde ella sabía que estaría su amiga y donde efectivamente la encontró sentada en la orilla.
- Hola Kairi...¿Como estas?-
Esta no decía palabra seguía mirando el horizonte.
- Kairi, permíteme preguntarte algo- dijo Selphie mientras se sentaba a su lado - ¿Por qué todos los días a estas horas miras el mar? En el instituto no dices nada y siempre pareces estar en otro mundo y tú nunca has sido así.
- Lo olvidé.- dijo la pelirroja con una voz un poco ronca y temblorosa mientras salía una lágrima de uno de sus ojos y sin quitar la mirada del horizonte.
- Llora Kairi, llora. Desahogate, tienes derecho, has sufrido mucho. - decía la castaña mientras arropaba a la pelirroja suavemente entre sus brazos.
- ¿Por qué lo olvidé? ¡Se que es importante pero lo olvidé!...¡sea lo que sea que esté esperando no me lo merezco! - decía la pelirroja mientras comenzaban a brotar de sus ojos gran cantidad de lagrimas -
- No digas eso Kairi, sea lo que sea que estás esperando seguro que también te espera, no te preocupes acabarás acordándote y mientras yo estaré a tu lado apoyándote ¿de acuerdo? – dijo con cariño a la vez que ocultaba a pelirroja entre sus brazos
Kairi se mordió el labio inferior y se aferró más a la castaña.
Las cosas empezaron a ir mejor desde aquel momento y Kairi volvió a salir con sus amigos.
Mientras Naminé estaba preocupada puesto que para recrear la memoria de Sora debía dibujar en su cuaderno los recuerdos de este pero por una extraña razón cada vez que terminaba un dibujo este se borraba solo. Naminé estaba desconcertada y se lo comentó a DiZ.
- No importa cuanto una las memorias de Sora estas vuelven a desunirse por si solas -
- Mmm...- este no parecía prestar atención a lo que decía Naminé.
- ¿Me estás escuchando? - preguntó Naminé indignada
Sora significaba mucho para Naminé y no soportaba la idea de que los demás no se preocuparan por él, que solo fuera un objeto para los planes de DiZ y nada más.
- ¿Has oído lo de la nueva miembro de la Organización XIII? -
- ¿Nueva miembro? -
- Si, se llama Xion pero no es un incorpóreo -
- ¿Como? ¿Eso puede ser posible? - preguntó la rubia sorprendida
- Trataré de conseguir más información sobre ella, tú mientras sigue con los recuerdos de Sora -
Naminé asintió y se retiró. Estaba cansada de estar sola en aquella mansión abandonada que estaba entre el bosque de Villa Crepúsculo, DiZ lo no dejaba que saliera porque sino corría el riesgo de ser atrapada por la Organización XIII. Además Riku no la visitaba, solo venía de vez en cuando para informar a DiZ de lo que sucedía fuera. Así que Naminé harta de estar entre cuatro paredes decidió sin su consentimiento y abrir una puerta de la oscuridad para escaparse un rato.
Entonces la rubia apareció en una pequeña isla muy soleada empezó a examinarla y pudo ver una cabaña en un árbol otra en la playa un puente que se unía a una isla más pequeña y alta, una cascada y mucha vegetación. Se acercó a la costa parecía no haber nadie, podía oír el tranquilo sonido de las olas así que agarró su cuaderno de dibujos y se sentó a pintar los recuerdos de Sora una vez más. Fue entonces cuando escuchó el sonido de unos niños corriendo y gritando. Naminé se giró para ver quienes eran y vió a dos niños uno de ellos rubio de pelo escalado y puntas hacia fuera con un palo en la mano y otro pelirrojo con el pelo de punta hacia arriba y una cinta azul en la frente ambos de unos 15 o 16 años de edad.
- ¡Oh, no! ¡Qué miedo! - decía el pelirrojo sarcásticamente
- ¡Wakka eres estúpido! ¡Ven "acá" que te dé una paliza cobarde! -
- ¡Tidus, Wakka no os peleis que ya sois grandecitos! - dijo una chica castaña que iba detrás de ellos
Naminé giró la cabeza de un lado hacia al otro con una debil sonría mientras los miraba y luego dirigió la cabeza a su cuaderno pero entonces oyó un grito de la chica castaña que le llamó la atención.
- ¡Kairi ayudame a sujetar a Tidus! - decía la castaña mientras agarraba al chico por detrás
- ¡Voy! - decía una guapa muchacha pelirroja que corría desde el otro lado
Naminé entonces lo supo esa chica pelirroja tan crecidita no era otra que su ser original: Kairi
La muchacha que borró de la mente de Sora y que a pesar de ello él no olvidó del todo. Por alguna razón Naminé no pudo evitar sentir celos de ella puesto que Sora prefería a Kairi que a ella y eso le hizo tener celos y rencor hacia ella. Naminé se incorporó y se alejó de ella no quería estar cerca de la persona que le había arrebatado el único ser que llegó a quererla alguna vez.
Pasaba el tiempo y el grupito se entretenía jugando mientras que Naminé estaba un lado apartada con sus dibujos. Ya habían pasado 3 horas y el cielo estaba empezando a volverse rojo. Naminé llevaba hechos tres dibujos y todos se habían borrado nada más acabarlo pero Naminé no se rendía llevaba dibujado algunos trazos del cuarto dibujo cuando sintió la presencia de alguien, giró hacia la izquierda la cabeza y vió a Kairi a su espalda con la cabeza a la misma altura que la de Naminé.
- ¡Hola! - dijo la pelirroja con una sonrisa
- Hola... - "qué chica más impertinente"
- Me llamo Kairi ¿y tú? -
- Naminé -
- Encantada Naminé, ¿sabes? llevo un rato observándote Naminé, oye ¿te gustaría pasar el rato con nosotros? -
- No lo siento. - "Estoy muy ocupada haciendo que tu amado se acuerde ti"
- ¡Oh, vamos! - insistía Kairi
- ¡No de verdad que no puedo! -
- ¡Esta bien, está bien! Como quieras - "¡vaya, perdona por querer ser tu amiga!"
Kairi se marchó algo indignada y enojada "¡encima que trato de ser su amiga!" pensaba Kairi con enojo, se juntó con su grupo y cuando ya empezaba a anochecer todos se marcharon de allí. No mucho rato después tras otro fallido intento de que el dibujo no se borrara Naminé se levantó se aseguró de que no había nadie y abrió una puerta de la oscuridad y regresó a la vieja mansión con la preocupación de que DiZ se hubiera dado cuenta de su larga ausencia.
