Ninguno de los personajes me pertenece, todos son de Sthepenie Meyer
Capitulo I
Dime que si…
Nuestro viaje de vuelta de Italia fue una agonía, no quería pegar los ojos y perderme el exquisito rostro de Edward, sería los últimos momentos que pasaría con el antes de que me abandonara nuevamente; no se como me repondría esta vez pero haría lo posible por ocultárselo hasta el último instante. No quería desperdiciar mis horas llorando. Cuando estuvimos en el auto con Rosalie y Emmett supe que el sueño me vencería, pero entre sueños idee todas las posibilidades para evitar que el se fuera pronto.
Esa noche cuando me rendí a continuar despierta ante la imposibilidad de que así fuera, me decidí en que si la manera de que Edward volviera para hablar con el era tirarme nuevamente del acantilado para que tratara de evitarlo lo haría.
No fue necesario cuando desperté muchas horas después, y sentí sus fríos brazos en torno a mí.
¿Aun sigues aquí?- dije no muy segura de si hablaba con Edward (¡Dios! ¡Que difícil era pronunciar su nombre con tanto miedo! Nunca le temí como ahora) o mis alucinaciones.
Si, Bella, estoy aquí.- dijo él besándome el cabello. Sentí que las lágrimas comenzaban a caer por mis mejillas.
¿Por qué aun no te has marchado?
¿quieres que me vaya?- preguntó sonando confundido.
No, no se trata de eso, pero es que no lo entiendo creí que solo me dejarías aquí y te irías. Necesitaba hablar contigo pero no creí fuera tan fácil encontrarte.
Yo también quería hablarte antes de irme- ahí estaba la palabra mágica que había evitado escuchar, la palabra que sabía continuaba a la calma de dormir con el. Me voltee para verle el rostro, había formado una mascara inescrutable pero sus ojos atormentados demostraban dolor. Me abracé con más fuerza a él llorando, ahogándome con mis sollozos, intentando no levantar la voz y despertar a Charlie en el cuarto contiguo.
Bella, yo te amo…- dijo y de repente se calló, el también sollozaba, un llanto aun mas atormentado que el mío, quizás porque a su dolor siempre le faltaban lagrimas.
Pero me vas a dejar nuevamente verdad…- dije sentándome en la cama, lo mejor sería mantener un brazo en torno a mi, para cuando me volviera a dividir en dos, esta vez no se como lo soportaría.
Si- dijo aun sollozando pero el también se sentó en la cama. Me tomó el rostro entre sus manos, y me besó con urgencia, el dolor de ambos era insoportable, era un beso de despedida, pero si debía dejarme no quería fuera el último.
Quiero que me regales algo, para soportar mi vida sin ti.- me silenció con un dedo sobre los labios. Las lágrimas aun caían sobre mis mejillas, cuando acercó el rostro y con los labios las quitó de mi rostro.
Te voy a regalar todo un día, quiero que no pensemos en nada mas que en nosotros, no quiero que nada nos aparte, quiero ser humano para ti, Bella, quiero mostrarte cuanto te amo y te amaré siempre. De no querer que me quede, me lo puedes decir, lo sabré entender sé el daño que re he ocasionado, pero todo lo que te puedo ofrecer es un día, me niego a quitarte la vida y tu alma, por lo que aunque tenga que dejar mi corazón contigo me iré de todas maneras.
Si todo lo que puedes darme es un día, lo quiero.
Vístete, quiero que salgamos a conocer el mundo con tus ojos humanos. Quiero ver las cosas como tú las ves.
No quiero salir aun- dije recostándome nuevamente. Me miró confundido.
¿Quieres dormir mas? seguro debes estar cansada todavía- lo atraje con mi mano a la cama, se acostó mirándome desconcertado, me acerqué a su rostro y lo besé.
Comprendió inmediatamente lo que significaba cuando le comencé a desprender la camisa, sin embargo no opuso resistencia, hasta unos minutos después cuando se encontró sobre mí.
Bella estas quebrantando mi autocontrol.
Es lo que pretendo, esto es lo que yo te pido si no podré tenerte.
No, es muy riesgoso.
¿Mas aun que saltar de un acantilado, viajar a Italia y huir de vampiros sedientos por mi sangre… incluyéndote?- dije buscando hacerlo dudar.
Pero es que…- dijo buscando una buena excusa. No hallaba ninguna, y apartó su rostro de mi vista, sabía que estaba por ganar.
Quiero que seas el primero para mí.
¿Estás segura de esto?- dijo preguntándoselo mas a si mismo que a mi.
Si…- dije en un susurro casi inaudible.
Nuevamente comenzó a besarme primero con urgencia a medida que pasaba el tiempo con mayor dulzura.
Besos, espero que les guste, este va en capítulos así no se cansan. Si comentan viene el próximo, a menos que no les guste.
Les aviso que la publicación de esta historia será semanal, para evitar que la cabeza de la autora explote…
