"Un Regalo del Corazón".

Personajes de Hetalia: Rusia; Lituania (como narrador y personaje principal); Letonia; Estonia; Ucrania; Bielorrusia.

Personajes Originales: Georgia; Chechenia.

Los Secundarios: Uzbek; Turkmen; Tajik; Kirghiz; Kazakh; Azerbaijan; Armenia; Afghanistan; Moldova.

Nota de la Autora:

¡Mi primer FanFic! La idea me vino cuando vi el comic en el que Rusia le reconoce a Lituania que sueña con un lugar cálido rodeado de girasoles. Y pensé, ¡Bueno! Hay un montón de lugares cálidos y con girasoles que Rusia ocupó alguna vez, así que ¿Por qué no contar su historia? He añadido un nuevo interés amoroso de Rusia hacia Georgia, mientras que también está con Lituania como amante, sirviente y narrador de la historia.

Solo algunas notas: He jugado con la Historia un poco, pero sobre todo traté de coincidir eventos en la historia con hechos reales. Parte de la escena de Domingo Sangriento NO ES MIO, sino una traducción de la original banda de Domingo Sangriento. Obviamente, Rusia y Lituania, no son personajes mios. He utilizado los nombres de los paises porque me parecen mejor que los nombres que son dados a los personajes. Solo lo pueden leer adolescentes dado por la violencia y las menciones de relaciones sexuales (Sin embargo, no hay escenas de sexo).

Por último, ¡Se acabó! ¡Gracias a todas las personas que le han dado un vistazo a esto y se lo darán en un futuro! ¡Espero disfruten de la historia tanto como yo disfruté escribiendola!

Capitulo 1.

¿Qué puede decirse de la actitud de Rusia que no se haya visto por todo el mundo en estos tiempos modernos? Es terrible, sin duda. Al final su poder a disminuido, así como su capacidad de lanzar su larga sombra temerosa para más de un país menos influyente, como yo. Sin embargo, los efectos de su locura aún perduran. Aunque derrotado, no está derrotado. Y yo soy testigo de los efectos de su psicosis al igual que quién todavía suspira por él, además de mi mismo: Georgia.

Ah, Georgia. La belleza de la región del Cáucaso, la señora del Mar Negro. Sus rizos caen en cascada negra por su espalda, y brillan bajo el sol. Tiene la cabeza alta, una mujer de gran cultura y pensamiento, conocimientos y experiencias, a menudo olvidados por las naciones más jóvenes.

"Me acuerdo de Roma" suspiró ella una vez que miraba por sus grandes ventanas un invierno en Petersburgo, la aguja que llevaba suspendida en su bordado. "Él era un hombre atrevido, Lituania. Tratos y penas crueles, si, pero honorable." Echó un vistazo a Rusia a través de la sala, con gran nariz atrapada en un libro de la obra de Pushkin. "A veces veo un rayo de Roma en esa gran persona. Sin embargo, la alegría, Lituania. ¿Dónde está la alegría?

Rusia levantó la vista de su poesía y nos sonrió, la sonrisa suave de la muerte de alguien escondido en sus pensamientos. Yo contuve el aliento y miré hacia otro lado, tratando de que no viera en mi el miedo o la ira. Georgia se limitó a asentir y le devolvió la sonrisa, me hizo un guiño.

"No le puedes tener miedo" dijo ella en voz baja. "Podemos estar cautivos, pero aún somos sus invitados. Hay una razón por la que estamos aquí, cariño."

El cautiverio de Georgia fue bastante simple. Rusia viajaba hacia el sur, debido a su deseo de calidez que era negrado en su casa. Caminaba tan al sur que se topó con el Mar Negro. Nunca antes había encontrado aguas tan agradables. Se puso en pie justo en la línea de costa, con los ojos cerrados, dejando que el aire caliente diera contra su frente y pelo.

"¡Hola!" una luz, la voz alegre le llamaba a él. Abrió los ojos y miró hacia el otro lado de la playa. Allí estaba Georgia, saludando y sonriendo, corriendo con los pies descalzos hacia él, los zapatos en la mano y el pelo agitado detrás de ella. Su corazón se hinchó al verla, golpeando contra su pecho, y él sonrió y le devolvió el saludo.

Georgia se detuvo frente a él, su mano en el pecho, respirando con dificultad.

"Dios mio, usted es un hombre muy alto" dijo ella sonriendole. "Ha pasado mucho tiempo desde que vagaba por estos lugares un huésped sin malas intenciones."

"¿Huésped?" dijo Rusia, ladeando la cabeza. "¿Malas intenciones?"

"No hay necesidad de hacerse el tonto." negó Georgia con la cabeza. "Otro país, señor. Y llevo aquí el tiempo suficiente para conocer la diferencia entre un invasor y un explorador. Pero, ¿cómo puedo ser tan grosera? Parece como si usted hubiera estado viajando desde hace algún tiempo. ¡Ven!"

Ella lo tomó del brazo y llevó al hombre algo desconcertado a una pequeña casa blanca en una colina sobre la playa. Un exuberante jardín rodeaba la casa, verde contra la cal. Más prominente, los girasoles que se alzaban desde sus verdes y largos tallos temblando por la brisa del mar. Aunque humilde era la apariencia en el exterior, dentro de la casa las paredes estaban cubierta de tapices y alfombras de oro trincado. Almohadas de varios colores estaban esparcidos por el suelo y los sofás eran dorados. Adornos y estatuas cobrían cada centímetro de los cuadros decorativos en las paredes y las separaciones de los sofás. Sentó a Rusia y le sirvió un vaso de chacha (vino destilado) para él. Tomo un trago y echó a reir.

"Esto es casi tan bueno como el vodka" dijo con una sonrisa. "Pero hasta ahora es lo único aquí que no ha podido superar mi propia casa."

"¿Y dónde está su casa?" dijo Georgia, hechando otro vaso para el gran hombre.

"En Rusia, señorita…"

"Georgia" dijo ella, empujando un mechón de pelo de sus ojos. "Yo soy Georgia. Y me alegra encontrarme contigo, Rusia."

Ella miró hacia abajo a sus pies.

"En realidad, ha pasado mucho tiempo desde que alguien tan agradable me ha visitado. Turquía hha venido a llamarme, pero es muy exigente…muy aterrador."

Ella levantó la vista y volvió a sonreir a Rusia.

"Pero creo que podría disfrutar de una compañía que mira con tanta felicidad."

Le tendió una mano esbelta. Rusia la miró durante un momento y luego la cogió entre sus gruesos dedos propios.

"Tú eres hermosa, Georgia, como tu casa." dijo. "Haría cualquier cosa para mantenerla a salvo."

Georgia arrugó su frente. Tiró suavemente intentando soltar su mano. Rusia aumentó la presión. Su sonrisa aún más ancha.

"Podrá disfrutar de Petersburgo." dijo. "Tal vez no sea como Moscú. Moscú no es tan cosmopolita. Y por la apariencia de su hogar, ¡Usted necesita mucho más de Moscú! Pero en Petersburgo tengo una casa allí que es posible que-…

"No entiendo." dijo Georgia, todavía tirando de su mano, ahora desesperada. "¿Qué quieres decir con eso?"

Se puso de pie rápidamente, pero Rusia se levantó junto a ella. Su control seguía firme.

"Quiero decir que una persona tan encantadora como usted no podría dejar de ser invadida por alguien cruel y malo. Yo la protegeré, Georgia. Voy a proteger su mar cálido y el verde de sus bosques." Él hizo un gesto con su mano señalando una ventana abierta donde se podía ver el jardín.

"Voy a proteger sus girasoles, Georgia."

"Su protección es bienvenida." dijo Georgia levantando la barbilla. Ella parpadeó con unas cuantas lágrimas. "Pero no voy a ir con usted."

Rusia cerró los ojos y sonrió.

"No lo has entendido." dijo, riendo suavemente. "No era una elección."