Femenina.
Resumen: Cada persona tiene el mismo ángel del amor que su alma gemela quien se asegura que estas dos personas se encuentren. Jet a estado en el palacio durante tres mese y entre él y Zuko no a pasado nada, haciendo que este ángel tome medidas extremas. Zuko se despierta como un día normal... ¿¡Convertido en mujer?! ¿¡Pero que paso aquí?! Jetko
Advertencia: un Zuko histórico/a y dramático/a y un Jet bastante indeciso. O eso creo.
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Zuko resoplo frustrado una vez más mientras veía a Mai regañarlo.
-¡Tu no lo entiendes!- dijo enojado mientras fruncía el ceño y cruzándose de brazos se sentaba en la cama ofendido. La pelinegra rodó los ojos fastidiada, esta situación la habían tenido miles de veces.
-¡Si te gusta dicelo y ya! No me tome la molestia de averiguar donde rayos estaba en todo el mundo para traértelo aquí ¡Y que te quedes de brazos cruzados!- dijo seriamente, Zuko rodó los ojos.
-¡No te lo pedí!- respondió tercamente haciendo suspirar a la pelinegra.
-¡Ya pasaron tres mese desde que esta aquí!- grito Mai -Y estoy cansada de todo esto, ambos se insinúan y todo ¡Pero ninguno da el primer paso!- dijo de forma inexpresiva, Zuko miro para otro lado gruñendo levemente.
-Vete de mi habitación Mai- gruño acostándose y tapándose hasta la cabeza para no mirarla y de forma muy infantil. La pelinegra rodó los ojos y salió.
Mientras caminaba por los pasillos recordó porque estaban en esta situación, todo había comenzado hace cinco meses cuando ella y Zuko habían cortado, al principio le había dolido pero nada podía ser por siempre así que en poco tiempo volvieron a comportarse como amigos y ella era parte de su guardia, además de mejor amiga. Poco tiempo después de ello Zuko le había contado de alguien que había conocido en Ba Sing Se, como "Jet" lo había acusado de ser maestro fuego y toda la historia, con el detalle que el moreno le había "atraído" de alguna forma. Desde ese momento Mai había hecho de mejor amiga y había tratado de encontrar a ese chico, se sentía bastante bien "buscarle novio a tu ex" por más raro que sonara y luego de un mes de ardua búsqueda lo había encontrado. Le costó un poco convencerlo de que viniera al palacio para ser parte de la guardia real, ya que necesitaban gente capacitada para proteger al Señor del fuego -o por lo menos fue la excusa de la pelinegra- pero al final lo había logrado, para su suerte Jet ya no tenía ese odio enfermizo hacia los maestros fuego. Todo había sido perfecto y gracioso cuando se encontraron, Jet esperaba ver a un Señor adulto y Zuko sabía que iba a conocer a un nuevo guardia pero jamás se le hubiera ocurrido que fuera el moreno.
Mai sonrió levemente al recordar la escena, ambos se habían visto incrédulos antes de señalarse entre si.
-¡¿Lee?!
-¡¿Jet?!
-¿¡Pero que rayos haces aquí?!- había dicho sorprendido el moreno dejando caer su trigo. Zuko había levantado una ceja.
-Debería preguntarte eso yo a ti-
Ahí habían resuelto todas sus dudas y Zuko la retó por haberlo traído así sin más, pero ella creía que luego de unos días todo iría perfecto. Pero no, al principio había intentado ser paciente, la gente no se hace pareja en un mes, pero... ¡Ya habían pasado tres meses! Y ni siquiera un beso, nada había pasado. Ambos se comportaban como amigos, pero solían coquetearse algunas veces sin si quiera advertirlo y eso la empezaba a exasperar. Mai pensó para si misma que si en un mes más no hacían nada al respecto ella misma los arrojaría a una pequeña habitación sin ropa y tiraría la llave. Sonrió levemente ante el último pensamiento, diciéndose a si misma que amenazaría con eso a Zuko al otro día.
Mientras tanto, en la habitación Zuko salía de entre sus mantas mientras se estiraba. Suspiro mientras se paraba y miraba hacia afuera desde el balcón, la situación con Jet a veces era más difícil de mantener pero no quería decirle lo que sentía y arruinar la amistad que habían logrado tener. Se apoyo en la baranda mientras suspiraba y se tenía la cabeza con las manos.
-Necesitare un milagro o algo para poder decir mis sentimientos- suspiro frustrado antes de, algo cabizbajo, acostarse de nuevo en la cama.
No se dio cuenta que cuando se durmió una figura invisible hasta ese momento apareció en medio de la habitación mirándolo con sus ojos turquesas desconocidos.
A la mañana siguiente Zuko se despertaba con el amanecer como era costumbre, estirando sus brazos mientras bostezaba. El sol le daba justo en la cara y se refregó un poco los ojos para poder despertar, estaba acostumbrado a dormir solo con un short por la noche así que trato de levantarse para vestirse mientras corría su cabello demasiado largo. Abrió los ojos de repente, él se había cortado el pelo hacía poco días y ahora su cabello negro era demasiado largo, pero al bajar la vista hacia su torso aun descubierto trato de no entrar en pánico ¿¡Senos?!
-¡AAAAAAAAAAAAA!- no pudo evitar gritar cayéndose sentado de la cama incrédulo.
-¿¡Que pasa?!- el grito de sus dos guardias entrando (Jet y Mai) rápidamente hizo que instintivamente se cubriera con las sabanas mientras sus mejillas se coloreaban de un rojo intenso. Claro que ambos lo miraron fijamente sin entender bien lo que pasaba.
-¿Zuko?- susurró Mai con los ojos como platos como el libertador, más en seguida supuso porque se tapaba y tratando de mantenerse serena saco a empujones al moreno de la habitación.
-Pero...- trato de quejarse Jet en vano.
-¡Es una chica! ¡Así que salte!- dijo mientras lo sacaba y cerraba la puerta en su cara para luego darse vuelta al príncipe que quería que que la tierra se lo tragara. Ella lo miro incrédula -¿¡Pero que te paso?!- dijo sorprendida como pocas veces se mostraba.
-¡No lo se!- dijo Zuko mientras sostenía mas la sabana contra su cuerpo, palideciendo al notar su tono de voz femenino -¡Hay no!- dijo aterrado sin saber que pensar. Mai lo analizó rápidamente, el cabello del "chico" era mas largo, sus rasgos mas femeninos y aun conservaba la cicatriz pero mas pequeña y tapada por los mechones de cabello que habían caído sobre su cara, el short que tenía antes de dormir se había vuelto mas corto y femenino, sus ojos seguían igual pero había notorios cambios en su fisonomía del "yo" de antes.
-¿¡Como te volviste chica?!- prácticamente grito tratando de salir de la estupefacción, Zuko se encogió de hombros también tratando de no entrar en pánico, Mai al ver esto supuso que tal vez era obra de algún mago barato o algo así, pero al notar que el seguía semidesnudo ¿o semidesnuda? Se fue unos momentos para volver con ropa femenina.
-¡No me pondré eso!- grito el príncipe (o la princesa) saltando hacia la cama y cubriéndose completamente con las mantas, mientras Mai se había ido había alcanzado a ponerse una de las camisas que siempre utilizaba tratando de convencerse de que era una pesadilla y que pronto despertaría.
-¡Tienes que ponértelo!- dijo enojada mostrandole las ropas femeninas y el sostén -¿Tu ropa interior se volvió femenina o tengo que conseguirte?- preguntó, más Zuko seguía oculto bajo las mantas.
-¡no! ¡Yo no soy una chica! ¡Soy un chico!- chilló mientras se tapaba los oídos y seguía ocultándose.
-¡Zuko! No me obligues a sacarte de ahí a patadas y cambiarte yo misma- lo amenazo, Zuko lanzó un gemido lastimero.
-¡No puedes!- grito en su voz femenina mientras dejaba salir un poco su cabeza y mirándola con sus ojos oro -¡Yo soy el Señor del fuego!- la encaro ocultándose completamente otra vez.
–Dirás– dijo sonriendo maliciosamente –La Señora del fuego– dijo mientras se cruzaba de brazos y escuchaba otra vez un chillido lastimero haciéndola rodar los ojos. Suspiró un poco y le dejo varias prendas femeninas en el mueble, tal vez si lo dejaba solo -o sola- podría lograr procesar todo y salir.
Luego de varios minutos de no escuchar nada, Zuko se asomo y al no ver la pelinegra suspiró tranquilo mientras salía, bastante asustado se miro en el espejo que lo reflejaba completo, realmente había cambiado su cuerpo a uno completamente femenino.
Tragando duro se acercó sigilosamente hacia la ropa que había dejado la pelinegra y tomó el sostén. Aun con la camisa masculina se miro al espejo y puso en frente la ropa interior mientras fruncía el ceño, sin ponérselo trato de cerrarlo sin éxito. Gruñó enojado mientras seguía mirando la ropa que le había dejado, para luego volver al espejo.
Cuando por fin logró ponerse el sostén se animó a quitarse la camisa y el short, viéndose en ropa interior y sonrojándose furiosamente por ello. Trato de encontrar algo en él que no se hubiera convertido en "ella", todavía tenía la cicatriz, pensó mientras seguía examinándose, sus piernas seguían igual pero parecían depiladas y se preguntó por unos segundos si toda su vida había tenido piernas de mujer, desechando ese pensamiento rápidamente. Se veía tan delicada y frunció el ceño enojada ante eso. Dio una vuelta mirándose acusatoriamente, tratando de encontrar alguna explicación para lo que estaba pasando.
Resignada agarró las ropas femeninas y se las puso sin querer mirarse al espejo, notando que los boxers femeninos la molestaban demasiado, cambiándolos de inmediato por unos masculinos, todo estaría bien si Mai no se enteraba que había hecho eso. Luego de haberse vestido con un vestido y zapatos que su amiga había dejado volvió a verse al espejo ¿Que hacía con este pelo? Se preguntó mientras lo tenía en sus manos, el cabello le llegaba hasta la media espalda por lo menos.
Arrodillándose frente al espejo se lo peino para atrás, poniéndose el objeto que todos los príncipes usaban sin mucha ceremonia. No iba a hacerse peinados raros solo porque de alguna forma había cambiado a mujer. Toco su reflejo en el espejo mientras se miraba fijamente, tratando de obtener toda la seriedad y dignidad que pudo se levantó decidido y salió de la habitación, suspiro tranquila al notar que Mai ni Jet la esperaban en la puerta. Aun con el valor que había obtenido empezó a caminar, arrepintiéndose de inmediato porque todos los sirvientes lo miraban con la boca abierta e incrédulos, incluso algunos dejaban caer lo que tenían en las manos. Jamás le había hecho caso a la sensación de querer salir corriendo hacia la habitación y encerrarse ahí antes en el palacio, pero ahora era un gran momento para empezar. Así que nerviosamente dio la vuelta y entro corriendo a su habitación cerrando la puerta en un portazo y apoyándose en ella, sentándose en el suelo y tapándose el rostro con sus manos.
Zuko tragó el nudo en la garganta, mujer o no mujer no iba a llorar por este gran contratiempo, no lo iba a hacer. Respirando profundo levanto la mirada abriendo los ojos como platos ante la segunda sorpresa en el día, sentada en su cama estaba una joven con grandes alas de ángel vestida con un extraño vestido blanco mirándolo con una sonrisa.
-¡AAAAAAAAAA!-
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Hola, aquí empiezo otra historia Jetko (o algo así XD), estoy apunto de empezar las clases y estoy tratando de escribir a mil para terminar todas mis historias y esta idea no se me iba de la cabeza y caí en la tentación... Espero que les guste XD Será corta, de cuatro capítulos y un epilogo.
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