Este fic participa del Reto Temático de Febrero "Johniarty" del foro "221B Baker Street"
ATENCION: Por desgracia no soy propietaria de los personajes ni de la serie de SHERLOCK BBC.
Este fic esta creada para satisfacer dos deseos: experimentar situaciones y emociones con personajes de mis series/pelis favoritas y hacer disfrutar a otros como yo de las maravillas del fanfiction.
Sin mas preambulos... disfruten del espectaculo
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TRES VERDADES
Jim creía en tres grandes verdades: todos arrastran un lado oscuro, tan solo unos pocos sujetos entran en la categoría de extraordinarios y todo el mundo muere.
Estas verdades no se ven a plena luz del día, sino a oscuras, en el anonimato que ofrece la noche y normalmente acompañado de la luz de una luna llena, como la de aquella noche: blanca y fría.
Había tenido claro desde el principio que su "resurrección" saltarían las alarmas de jefes de estado, espías, terroristas y antiguos clientes satisfechos, pero nunca imaginó que sería él quien lo lograra localizar primero.
Por el tono de voz al teléfono y las pocas palabras que se usaron en la llamada hecha desde una cabina telefónica cualquiera, James dedujo que esa noche comprobaría de nuevo que las tres verdades son ciertas.
Quedaron en una fábrica abandonada, hueca y oxidada como el cadáver de una ballena azul, en la que apenas entraba la luz de aquella luna envidiosa que ocultaba a las insignificantes estrellas. Oyó unos pasos acercándose pero no se alerto, sino que se atrevió a acercarse a aquel hombre que se mostraba ante él: John Watson.
Probablemente nadie había visto nunca al doctor así. La furia salía de su cuerpo como una nube de vapor invisible que hubiera acobardado y enmudecido a cualquiera, excepto a Jim Moriarty, a quien la cercanía del peligro le excitaba sobremanera.
-Me alegra volver a verte, Johnny.
El aludido no respondió, solo siguió caminando en dirección al criminal asesor.
Cuanto más se acercaban, mas se distinguían los rasgos de John Watson, ahora nada dulces sino duros y fríos y fusionados con la oscuridad lo eran todavía más. La oscuridad interna de John estaba saliendo a flote.
Jim le siguió hablando chorradas como si nada, acercándose cada vez más a la bestia que ahora era el hombre que tenia ante él.
Un paso tranquilo, dos pasos seguros, tres pasos confiados... y al final se pararon el uno frente al otro, pero ninguno parecía dispuesto a hablar.
Cansado ya de esperar que saliera alguna palabra del doctor Watson, Jim bufó aburrido.
-Oh, vamos Johnny ¿Quieres decirme de una-?
En un rápido movimiento John lo derribó y lo dejó bocarriba en el suelo, aplastándole el pecho con su rodilla y aprisionándole la garganta con el brazo.
El impacto causó un gran dolor en la espalda de Jim, que se apunto mentalmente el verse si se había roto alguna costilla. Calculo antes de salir a ver a John que había un 15% de probabilidades de que actuara de manera violenta sobre su persona, razón por la que no estaba del todo sorprendido sobre su acto. Creyó que seguiría con una sarta de golpes para desquitarse con él pero no fue así, simplemente se quedó encima suya, dificultándole la respiración y agarrándole con una fuerza impropia de un hombre de su altura y constitución. Hasta que, finalmente, habló...
-No entiendo cómo es posible que sigas con vida ni cuáles son tus planes. Solo te localice para advertirte: aléjate de mi familia.
-Que frio, Johnny, ¿y qué hay de Sherly?-Jim intentaba provocarle, estaba tan alterado que supuso que sería bastante fácil- Supongo que, ahora que eres el hombre de la casa, no puedes seguir siendo su mascota.
John aumentó la presión sobre Moriarty.
-No me he olvidado, porque él también es MI FAMILIA.
-Jo, jo, jo... ¿y qué vas a hacer si mis planes los implican? NADA PUEDE DAÑARME-esto último lo dijo con su afilada lengua de serpiente. Esa que usa para sobreponerse a sus enemigos y sus mas problemáticos clientes.
Creyó que John se alarmaría y se descontrolaría ante la verdad que le revelaba, que se debilitaría y lograría que el médico se fuese de lado para dar carta blanca a sus planes con Sherlock, pero no fue así: estaba sonriendo.
Si fueran criaturas celestiales, Jim seria claramente un demonio, igual que Sherlock. Siempre pensó que John Watson seria más bien un ángel guerrero pero amable, simple y tierno como una magdalena... ahora veía que no era así. Estaba mirando de cerca la sonrisa de un ángel que había tocado el infierno y se había quemado en él. John Watson no era simple. Ya no.
-Se lo de Sebastian.-dijo sin dejar de sonreír de esa manera tan siniestra.
-¿Quien? ¿el imitador de V?
-No, Jim, ese no, hablo del Tigre.
Un escalofrió involuntario recorrió la espalda de Moriarty. John se acerco más a su rostro se acercó a la oreja de su presa.
-Se donde esta, se como matarlo. Y por lo tanto es como hacerte daño...-le susurró lentamente.
Y así sin más, se quito de encima suya y le dejo allí tirado como a un juguete que ya no le ve la gracia.
Jim se quedo allí, tendido y en shock. Aquel hombre se había atrevido a amenazar a su mascota predilecta y eso no lo iba a tolerar.
El criminal asesor regreso a su casa intrigado, excitado, sorprendido y malhumorado. John Watson le había vuelto a asegurar dos de las tres verdades universales; ahora solo debía descubrir cómo llevar a cabo la tercera.
