Esta historia fue publicada en el desaparecido MundoFanfiction hace al rededor de un año. También fue publicado en NarutoUchiha bajo el sobrenombre de Yukichan. Yukichan fue mi primer sobrenombre y ahora soy Yin pero YO tengo las claves de ambas cuentas. No la subí en ningún otro sitio, ¿ok?
Link: http: /www. narutouchiha. com/foro/viewtopic. php?f=34&t=101336
Este fanfic fue dedicado a Hagobi Riench con mucho amor.
Aviso: contiéne diálogos del capítulo 439. Sí, los copié directamente del manga traducido por NU y ya verán porqué.
Disclaimer: Naruto no me pertenece ni quiero que me pertenezca. Kishimoto ya ha denigrado lo sufiente su propia obra como para que vaya yo a hacer cualquier mariconada.
Y había llegado el día en que habían ido a por él. Kyûbi lo había estado esperando con impaciencia. Sabía perfectamente que su contenedor no podría con ese muerto viviente, puesto que el chakra que lo controlaba era inmenso y muy poderoso.
El combate se sucedía y él continuaba esperando. Esperando cada vez con más impaciencia el instante oportuno.
Las palabras que planteaba el de detrás del muerto eran algo que había oído unas cuantas veces antes. Uno de esos genios que habían visto el mundo en general y no una sola parte. Alguien que luchaba por el bien común. Pero los humanos eran demasiado egoístas para velar por un bien común, y eso hacía de estos genios unos idealistas que nunca llegarían a nada.
Los humanos preferían su mediocridad.
Una insignificante humana que no tenía un papel relevante en la trama principal de su obra saltó al campo de batalla. Sonrió para sí. Sólo faltaban unos segundos. Esa era. La pieza prescindible de su puzle y la desencadenate de su resurrección.
—Siempre creí que tendría que sacrificar a alguien más... "valioso".
¿Una confesión de amor? Rió ante la perspectiva. Eso era simplemente perfecto. Dejó fluir su chakra como fluiría un río por su caudal.
La verdadera batalla empezó, su energía era cada vez más demandada y él no negaba el suministro. Las palabras que el muerto había profesado calaban en su cachorro.
—¿Por qué? ¿Cómo ha podido ocurrir todo esto? —Escuchó sus lamentos, su confusión era palpable—. Yo... ¡No lo sé! —Gritó delante de él—. Duele... ¡No lo soporto!
Se hizo notar entonces en el consciente de su contenedor. El momento oportuno había llegado.
—¡No lo sé! ¡¿Qué es lo que debo hacer?
Kyûbi pasó la lengua por sus labios, el desconcierto que profesaba su contenedor le sabía a gloria. Y nunca mejor dicho.
—¡Ayúdame! ¡Necesito la respuesta! —Naruto era ahora completamente vulnerable a él. No podía esperar ni un segundo más.
—Destrúyelo todo. Destruye todo aquello que te cause dolor —las palabras salían de su garganta con un tono convincente. Las sensaciones estaban tan a flor de piel que no pudo evitar sus siguientes palabras—: Entrégame tu corazón. Yo lo protegeré del dolor.
A pesar de su maldición —haber sido convertido en humano— no había ni un solo demonio en el mundo que no se quisiera a sí mismo más que a cualquier otra cosa. Naruto era suyo, su marioneta, y parte de él; por consiguiente, también lo amaba.
—Muy bien. Un poco más —dijo bajito mientras el sello era desbordado por su chackra demoníaco. Casi, casi estaba, sólo faltaba...— Ven... Quita ese sello.
Lo vio levantarse y dirigirse hacia él. Su azulina mirada estaba vacía, doblegada por sus palabras. Un escalofrío le recorrió la espina dorsal cuando rozó el sello.
Sólo un jalón y...
Gracias por leer *heart*
