Dicen que la primera vez nunca se olvida. Ni la persona que te hace vivir ese momento de placer tampoco.
Y ahora, a mis 23 años de edad, recuerdo como si fuera ayer la primera vez en aquel día cuando tenía 16 años y llegábamos de la misión más dura y larga que jamás pude olvidar.
Tras dar el informe y cobrar la recompensa solté la bolsa de viaje y me tumbé en mi cama exhausta.
Me deshice de los odiosos moños que me solía hacer en el pelo porque creía que a Neji le gustaban y me quité la camiseta y el pantalón para estar más cómoda.
En la mesilla tenía 3 fotos: Gai, Lee y Neji.
Neji…Ese bastardo. 3 años detrás de él y me ignoraba totalmente. ¿Para qué me esforzaba en estar guapa si el muy imbécil ni me dedicaba una mirada lasciva?
Nunca había tenido novio. Nunca. ¡Y a mis jodidos 16 años tenía las putas hormonas revolucionadas y pidiéndome sexo a gritos! ¿Y yo qué les daba? ¡Sexo! ¡Pero sexo en solitario!
No había nadie que me quisiese. Y lo sabía. Así que me dedicaba a fantasear.
Me metí en la ducha cansada y me fui quitando mientras tanto la ropa dejándola tirada por el camino. Abrí el grifo y dejé que el agua corriese mientras me miraba en el espejo.
Yo creo que no tenía nada que envidiar a Ino, Sakura o Hinata.
Mis curvas estaban muy bien formadas. Mi trasero era duro. Y mis pechos eran grandes y tersos. Piel nívea. Labios rojizos.
¿Por qué coño nadie se fijaba en mí?
Me metí en la ducha y fantaseé un poco. El agua me estimulaba mucho y mi imaginación tenía un gran poder.
Mis dedos jugueteaban con mis zonas erógenas haciéndome llegar al clímax. Gemí con fuerza. ¿Quién me iba a oír?
Resbalé en el suelo de la ducha exhausta, ruborizada y ardiendo; sin pensar en que en ese momento se abriría la puerta y entraría Él.
-¡TenTen te oí gritar! ¿Estás…?
-¡Lee, idiota, largo!-le chillé poniéndome una toalla alrededor del cuerpo-¿No diferencias un orgasmo de un grito?
-Yo…Yo…-Tartamudeaba él sin quitarme el ojo-¿Tú estabas masturbándote?
-Teniendo sexo conmigo misma-le corregí y me giré hacia el espejo-Ya que nadie quiere satisfacerme sexualmente tendré que hacerlo sola
Y de pronto noté como Lee me abrazaba mientras me susurraba:
-¿Por qué no podías haberme preguntado a mí?
No podía dar crédito a mis oídos. Mi corazón dio un vuelco y sentí un cosquilleo en el estómago.
Para cuando me quise dar cuenta, le estaba dando el mejor beso que creía poder darle a falta de experiencia.
A los 5 minutos ambos estábamos en la ducha besándonos tórrida y lascivamente. Él me tenía sujeta contra la pared y entraba en mí con mucha facilidad.
¡Era la mejor sensación que jamás había sentido!¡Sin importarme que fuese con él! De hecho…¡Amaba que fuese con él!
Me penetraba. Me besaba. Torturaba mis senos haciéndome sentir llena y completa.
Poco después ambos regalamos nuestros fluidos al otro que gemía agradecido.
Ambos resbalamos y, tumbados en la ducha, volvimos a hacerlo.
Ahora, a mis 23 años de edad, aun recuerdo aquel día en el que mi virginidad fue regalada al chico que ahora mismo duerme junto a mí.
Y estoy pensando…Que quizá debería despertarle ya…Y sé una forma muy especial de hacerlo.
