Hola!
Regresando de mi HIATUS de casi dos años, les traigo esta nueva propuesta que no podía quedarme sin escribir. Sé que la mayoría de ustedes no me conocen, puesto que es mi primera aportación al fandom de Inuyasha, por lo que me presento. Yo soy Kem-chan!
Esta historia la escribí hace un buen tiempo ya, pero por uno u otro motivo no la había publicado. Como ya dije es mi primera vez con estos personajes, así que lo más seguro es que cometa errores. Les agradecería mucho que me dijeran cuando falle y en qué, para poder mejorar, pero por favor no sean tan duros conmigo.
Otra cosa! Esta historia va dedicada a una persona súper especial. Es para una excelente chica, una magnífica escritora, una gran amiga y la mejor hermana que cualquiera podría desear: Mi nee-chan Aniyasha! Ani-nee-chan, este es por tu cumpleaños, extremadamente tarde eso lo sé, pero para esa fecha yo aún no había regresado. Sólo quiero que sepas que sí lo recordé y que es por ti que subo esta historia. Espero que te guste.
Ahora sí, espero de todo corazón que la historia se les haga interesante y le den una oportunidad, ya sólo me queda aclarar que está ubicada después de que Inuyasha comenzó a utilizar la espada de diamante, en algún punto muerto entre ése y el siguiente suceso.
Y, pues... ¡A leer!
Disclaimer: Los personajes, escenarios e historia de Inuyasha no son míos, le pertenecen a Rumiko Takahashi. Pero esta historia sí es mía así que, ¡Díganle no al plagio!
EL REGALO PERFECTO.
-1- Regreso a casa.
Eran cerca de las dos de la tarde, y debajo de un gran árbol se encontraba un grupo de personas almorzando.
-Gracias por la comida- se escuchó en unísono y procedieron a comer.
-Oye Ahome, ¿por qué estás tan pensativa?- preguntó Sango rompiendo el silencio.
-No es por nada, sólo extraño mi casa- contestó Ahome con nostalgia.
-Sí, te entiendo, yo también extraño a veces mi pueblo- dijo suspirando.
-Oye Inuyasha- volteó a verle- necesito volver a mi casa antes del sábado.
-¿Por qué? ¿Qué pasa el sábado?- preguntó Inuyasha gritando como siempre.
-Es... Mi... Cumpleaños- fue todo lo que contestó.
El silencio reinó por un momento hasta que Shippo se lanzó sobre la chica y la abrazó por el cuello.
-¿De verdad? Eso es muy bueno- exclamó el pequeño zorro entusiastamente.
-Y dime Ahome, ¿cuántos años cumples?- preguntó Miroku acercándose a ella.
-Dieciséis- contestó ya nerviosa por tantas preguntas.
-¿Sabes? Los dieciséis es la edad del amor- dijo tomándola de las manos.
-Ya está bien monje- intervino Sango y se lo llevó por las orejas.
-Algunas cosas nunca cambian- susurró Ahome y todos asintieron.
Al día siguiente emprendieron el camino a la aldea de Kaede, y un día despúes ya estaban allí, así que fueron directamente a buscarla.
-¡Hola!- gritó Ahome desde la entrada.
-Ah, hola chicos- saludó Kaede- ¿Qué ha pasado?
-Nada malo, volvimos porque Ahome se va a casa- contestó Sango.
-Claro, me imagino que extrañas a tu familia- dijo Kaede volteando hacia ella.
-Si, además este sábado es mi cumpleaños y mi madre me había dicho que estuviera allá para estas fechas- contestó sonriendo.
-Entiendo, y te irás hoy, ¿no?- preguntó Kaede.
-Sí, es mejor que me vaya ahora que no está Inuyasha- contestó levantándose.
-De acuerdo, cuídate mucho- se despidió Sango.
-Sí, nos vemos pronto- se despidió Ahome saliendo.
-Adiós- contestaron todos en unísono.
10 minutos después...
-¿Dónde está Ahome?- preguntó Inuyasha al entrar y no verla.
-Se fue- contestó Miroku. Inuyasha se dio la vuelta.
-¿A dónde vas Inuyasha?- preguntó Kaede.
-¿No es obvio? A traerla de vuelta- contestó disponiéndose a salir.
-Inuyasha- lo llamó Sango- tienes que entenderla, se va porque va a cumplir años, no seas egoísta. Deja que esté con su familia, al menos... -bajó la mirada tristemente, se mordió el labio- ¡Al menos ella puede!- gritó molesta y salió corriendo, abandonando la estancia.
-¿Ves lo que logras?- le reclamó Shippo- Voy a buscarla- salió también.
Mientras tanto en la casa de Ahome:
-¡Ya llegué!- gritó Ahome desde la entrada.
-Hola hermana, ¿cómo estás?- saludó Sota quien iba saliendo.
-Hola Sota, ¿ya te vas a la escuela?- preguntó Ahome.
-Sí, nos vemos- se despidió y se fue.
-Hola Ahome, veo que regresaste a tiempo- la saludó su abuelo.
-¡Hola abuelo! Claro, se lo prometí a mamá. Por cierto, ¿dónde está?- preguntó entrando en la casa.
-No está, se fue al mercado. ¿Vas a ir hoy a la escuela?- preguntó con curiosidad.
-No, mejor me quedo a esperarla- terminó y subió a su habitación.
Media hora después la madre de Ahome llegó y se metió a la cocina.
-¡Hola mamá!- saludó Ahome desde la sala.
-¡Ahome hija, hola!- saludó sorprendida y emocionada, y se dirigió a la sala para abrazarla- No estaba segura si vendrías- le dijo luego.
-Claro que sí, te lo prometí- le guiñó un ojo- ¿Qué vamos a hacer?- preguntó refiriéndose al sábado.
-Pues tenía pensado una pequeña fiesta con tus amigas- contestó de forma pensativa.
-Me parece buena idea, las llamaré para avisarles- terminó Ahome y se fue.
-Bueno, comencemos con los preparativos- se dijo la madre de Ahome.
Por otra parte en la época feudal Shippo, luego de 15 minutos buscándola, encontró a Sango en la orilla de un río con Kirara.
-¡Sango!- la llamó y ella volteó- Oye, ¡no le hagas caso a Inuyasha! Él es un idiota, vamos no te pongas así.
-Lo sé Shippo, ¡es que me molesta mucho su egoísmo! Ella también tiene derecho a estar con su familia, ¿no crees?- le preguntó la chica.
-Sí, pero ya conoces a Inuyasha- contestó resignado.
-Tienes razón, ¿no crees que deberíamos regalarle algo? Aunque es una lástima que no podamos estar con ella- se lamentó Sango.
-¿Estás segura?- preguntó intrigado.
-¿A qué te refieres?- preguntó confundida.
-Bueno, la anciana Kaede conoce a muchos demonios, tal vez conozca alguno que nos ayude, podemos preguntarle- contestó seguro.
-Buena idea, vamos- contestó Sango animada.
-Oye, igual le regalaremos algo, ¿verdad?- preguntó curioso.
-Por supuesto, ven sube- terminó ella, se subieron a Kirara y se fueron.
Luego de volar un poco se encontraron con Miroku y le contaron la idea, a él le pareció buena así que se fueron a buscar a Kaede, a quien encontraron frente a la tumba de Kikyo. Descendieron.
-Chicos, ¿qué pasa?- preguntó Kaede al verlos bajar.
-Nada, es sólo que queremos preguntarle algo- contestó Shippo.
-Está bien, pero antes, ¿han visto a Inuyasha?- preguntó pensativa.
-No- respondió Sango- ¿Qué pasa con él?
-Es que hace rato lo encontré aquí, le hablé de Ahome y entonces se enojó y se fue, ahora no sé dónde puede estar- contestó simplemente.
-Bueno, eso era de esperarse- dijo Miroku resignado.
-Sí, ¿y qué era eso que querían preguntarme?- preguntó interesada.
-Ah sí, ¿de casualidad sabe cómo Ahome e Inuyasha pueden viajar en el tiempo?- preguntó Shippo.
-Bueno, está claro que el pozo es la conexión entre estas dos eras, pero ni siquiera yo he logrado comprender por qué o cómo lo hacen- contestó Kaede.
-Vaya, ¿y no sabe de algún demonio con una habilidad parecida?- preguntó Sango.
-Veamos, hace tiempo vivió por las colinas del oeste un demonio que podía manipular el tiempo con hechizos y amuletos, aunque hace mucho que no sé de él, ni estoy segura de que sea eficiente- contestó pensativa.
-Pero vale la pena intentar, ¿cómo lo encontramos?- preguntó Miroku.
-¿Ven aquel camino?- preguntó señalando hacia la puesta de sol- Al final hay unas colinas, detrás hay un arroyo y siguiéndolo encontrarán una cueva, allí es donde vive. Su nombre es Hiroyuki, demonio del tiempo. Pero, ¿para qué quieren viajar en el tiempo?- preguntó Kaede curiosa.
-Es que queremos ir a la época de Ahome- contestó entusiasta Shippo.
-Ah, ya veo... Bueno, en ese caso mucha suerte, quédense a dormir esta noche y será mejor que partan mañana- acotó Kaede.
-Tiene razón, vamos- dijo Miroku y se fueron a casa de Kaede.
A la mañana siguiente, luego de unas últimas indicaciones y de que Kaede les deseara suerte una última vez, partieron. Recorrieron todo el camino, pasaron las colinas, luego encontraron el arroyo y siguiendo su cauce llegaron a la cueva poco después del mediodía.
-Bueno, entremos- dijo Miroku, tomaron aire y entraron.
-¿Quién anda ahí?- se escuchó una voz al fondo de la cueva.
-¿Tu eres Hiroyuki, demonio del tiempo?- preguntó Sango.
-Sí, soy yo, ¿qué quieren?- preguntó acercándose.
-Queremos hablar contigo- contestó Miroku.
-Bien, aquí me tienen- dijo saliendo de la oscuridad y dejándose ver.
Continuará.
¿Una nueva amistad?
¿Una discusión sensata?
¿Un consejo que seguir?
¿Una pregunta sin respuesta?
Todo esto y mucho más en el próximo capítulo titulado: "Conociendo a Hiroyuki y los dilemas amorosos".
Muy bien! Esto es todo por esta vez. Espero que el capítulo no los haya decepcionado y se merezca un review. Pueden libremente enviarme sus sugerencias, dudas, o simplemente su opinión a través de éstos, yo con mucho gusto los recibo.
Ani-nee-chan, espero que tu regalo por lo menos te sacara una sonrisita, y quedamos pendientes con el resto, porque esto apenas comienza.
A todos los demás les agradezco por tomarse el tiempo de leer y también seguiré subiendo las contis lo más frecuentemente que pueda.
Y ya me voy! Cuídense mucho, y feliz inicio del fin de semana, nos estamos leyendo!
Besos,
Kem.
