DIVERTIDO SENTIMIENTO

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Summary: El verdadero amor siempre es unido por el destino…. Y quizás también con ayuda de una amiga un tantito despechada.

Disclaimer: Todos los personajes de Sailor moon son propiedad de Naoko Takeuchi

Seiya solo asintió levemente… entre una mezcla extraña de completo mutismo, orgullo y fingida seguridad... atisbo una seductora sonrisa y luego solo se trono las falanges de sus dedos… A pesar de la calma que dibujaba su rostro, cualquiera podía adivinar que todo ello era para no evidenciar un tanto de nerviosismo cuidadosamente disimulado. No era que no quisiera salir a ese lugar... pero es que... Él jamás se imaginó, ni en sus sueños más bizarros, que haría semejante ridiculez por conquistar el amor de aquellos preciosos ojos violetas… Si bien ya había escuchado que el amor volvía idiotas a las personas…. Jamás pensó que le sucedería a él…

— ¿Mina estás segura… que esta vez "esto" sí le gustara a Serena? — Una venita se alzo impetuosamente en su sien, mientras volteaba a ver con dubitación a la multitud que ya se reunía como cada viernes en la plaza principal del colegio.

— ¡Claro! no hay mujer a la que no le gustan los ositos de felpa y una romántica canción — Lo miró fugazmente, y en seguida volteó su rostro tratando de ocultar las infladas mejillas que luchaban por no dejar soltar una reprimida carcajada ante la ridícula imagen que se hallaba frente a ella… — ¡Vamos! … ¿No me dirás que tienes miedo? ¿O sí?— Cuestiono con diversión… ¡Esta sin duda era su venganza personal!

— ¡Ya te dije que lo haré! —Murmuro echándole un guiño con decidida picardía.

— ¡Diablos! No pensé que lo fuera a hacer — Musitó la rubia casi silente, arrugando el entrecejo con una pizca de arrepentimiento y nerviosismo.

Seiya se asomo por la ventana junto a la puerta que daba a la salida y observo con temor, que la multitud de alumnos se había duplicado y la ceremonia estaba a punto de comenzar… Ya era hora… y no había vuelta atrás. Tomo el picaporte de la puerta dispuesto a abrirla, no sin antes tragar saliva y llenar sus pulmones una vez más con aire relajante.

—Ok, ¡Por amor se es capaz de hacer las locuras más ridículas y jamás pensadas en el mundo! — Murmuro para sí mismo… brindándose ánimo… — ¡Por ti bombon! — Fue su último pensamiento. Así que con igual o más osadía que la chica a su lado, sonrío triunfante antes de tiempo… abrió la puerta y avanzó…

Sin duda alguna… Seiya Kou estaba a punto de hacer el oso más grande de su vida…

FLASHBACK.

—Entra tú primero— Le dijo Seiya, mientras empujaba a la rubia.

— ¡No entra tú! el profesor está acostumbrado a regañarte — Seiya realizo una mueca divertida ante el comentario de Mina... Sabiendo perfectamente que la rubia no mentía.

— ¡Bien!— Expreso con un puchero resignado y tomo la perilla de la puerta entreabriéndola con cuidado, escuchando al profesor decir:

"Su nombre es Serena Tsukino, su familia acaba de mudarse a Tokio". Escucho como el soberbio profesor presentaba a la que parecía una nueva alumna.

— ¡Minaaaa! — Murmuro con voz ronca y baja… volviendo a cerrar la puerta con delicadeza — Podemos entrar, hay nueva alumna…

— ¿Y eso qué? — Respondió la rubia, no comprendiendo.

— ¿Y eso qué? — Espeto con simulado enojo, cruzándose de brazos — Pues que, el profesor seguramente tratará de quedar bien ante la nueva… y seguramente no nos regañara… — Comento orgulloso de su conclusión.

— ¡Ahhhhh! ¡Qué inteligente eres Seiya! — Expreso con sarcasmo. — ¡Vale!… ¡Ve tú! Yo no me arriesgo, si veo que te regaña muy fuerte mejor no entro.

— ¡Que cobarde eres! — Dijo entrecerrando los ojos —. En fin… ¡Hay te ves! — Extendió su mano a modo de despedida y dio un paso aproximándose más a la puerta, suspiro fuertemente, y sonrió con descaro por si el profesor, efectivamente lo regañaba.

Pero tan pronto entro, lo único que sus ojos pudieron ver fueron 2 inmensos ojos celestes… y eran preciosos. Se quedo petrificado en esa posición, con la boca ligeramente abierta, el dorso agachado, la cabeza arriba y aún con la mano en la perilla de la puerta, aún en posición catatónica. Su respiración se contuvo y su corazón… aunque latía tan fuertemente que podría resultar molesto, no lo era… era una sensación extraña pero agradable… mariposas revolotearon en su estomago, y cuando se dio cuenta que esos ojos violetas igual lo miraban a él… ¡Sí!… Sintió llegar al cielo. … Y no era para menos… ¡Eran los ojos más hermosos que él jamás había visto!...

— ¡Bombón! — Exclamo en voz alta… aún dentro de sus pensamientos y ella rió…. ¡Una risa hermosa también! Pensó Seiya para sí mismo.

El profesor aclaro su voz… interrumpiendo el novelesco momento — ¡Buenas Tardes señor Kou! Llega tarde como siempre… ¡Ja! No me sorprendería saber que a todas las clases es igual…— Pronuncio el profesor con ironía, haciéndolo reaccionar de su embobamiento. Seiya lo ignoró, restándole importancia a su despotismo y avanzó hasta quedar enfrente de la bella joven de esbelta figura, cabello corto y tiernos ojos azules...

— Buenos días bombón… ¡Es un verdadero placer conocerte!... ¿Sabes? Nunca pensé que los angelitos tuvieran que estudiar... — Arguyó con coquetería... acompañando ese carisma con su mejor sonrisa… le hizo una reverencia a la joven… la tomo de la mano… Y deposito en aquella frágil mano un atento beso. La rubia asintió sonriendo, sus mejillas estaban ruborizadas… Le había encantado ese romántico gesto. ¿Y a quién no?

— ¡Señor Kou, entre al salón y deje de hacerse el interesante! — Espeto con impaciencia el profesor.

— En realidad… — La joven hablo… Y Seiya encontró en aquella voz el sonido más hermoso del mundo —. Si se fija bien profesor, el joven Kou ya está dentro del salón — Comento con ingenio y todos rieron ante el comentario de la nueva alumna… Seiya la vio divertido y ella le guiño un ojo en complicidad… acompañándolo así en su diversión.

— ¡Cómo sea!… — Refunfuño el profesor visiblemente avergonzado— Y si yo fuera usted señorita… no me metería en conversaciones ajenas…. ¡Es de muy mala educación!

— ¡Huy! Y qué bueno que no es así profesor, porque si usted fuera yo… yo tendría que ser usted… y seguramente también me deprimiría el hecho de ser tan fea y gruñona…. No es bueno para la salud tanto enojo — Comentó Serena con un gesto de inocencia fingida. — Además en dado caso… Con todo respeto profesor… usted fue quien interrumpió nuestra conversación… —Seiya no podía creer la osadía de la joven y el profesor estaba petrificadamenté ofendido.

— ¡Busquen un asiento libre y quédense quietos! Antes de que los mande a ambos a la dirección — Grito el profesor sin saber que decir… al mismo tiempo que se daba la espalda para escribir en la pizarra. Serena lo ignoró y le enseño la lengua con diversión tan pronto el profesor se dio la vuelta… Seiya estaba fascinado ante su evidente audacia.

— ¿Te sientas a mi lado bombón? — le ofreció con galanteo y ella acepto. Ambos caminaron dirigiéndose a la última fila… ofreciéndole el lugar que usualmente era de Mina… junto a él….

Durante toda la clase intercambiaron sonrisas y miradas comprometedoras. Seiya buscaba cualquier oportunidad para tocarla, pidiéndole el borrador, el lápiz, el sacapuntas, el corrector… y cualquiera otra cosa que supusiera poder tocar su mano. Cualquiera juraría que a Serena también le había gustado Seiya, por que lo espiaba cada que podía, le sonreía y repetidamente se mordía el labio inferior de forma coqueta. Otras veces simplemente movía su negro cabello con inocente sensualidad. Así estuvieron todo el día… dirigiéndose sonrisas correspondidas e intercambiando pequeños comentarios, como de lo aburrida que era la materia, o que ya querían salir al receso… ¡Excusas!... se habían llevado más que bien, la química desbordaba de ellos y Seiya se notaba más feliz que nunca.

Al pasar las horas la chicharra sonó indicando que las clases habían terminado. Seiya nunca había deseado que las clases no terminaran… pero esta vez era diferente. La sola idea de separarse de Serena le resultaba dolorosa e inaceptable. Tenía la certidumbre de que el resto del día le parecería demasiado largo. Pero resignado de no verla por el resto más, se ofreció a acompañar a la joven hasta su casa, cosa que jamás en su vida había hecho… pero que sin embargo no le molestaría que comenzara a formar parte de su rutina diaria… Lamentablemente ella le había informado que su padre la vendría a buscar cada día… Aún así Seiya decidió acompañarla hasta la salida… Después de todo debía asegurarse que la joven dejara la escuela sana y salva. Cuando Serena hubo subido al automóvil de su padre, Seiya se dio la vuelta encontrándose al instante con dos grandes y coléricos otros ojos azules…

— ¡MINAA! — Exclamo con asombro y alegría… estaba demasiado feliz—. ¿Dónde estabas? Pensé que te habías ido a tu casa… ¿Porque no entraste a clases?..

— Si entre ¬¬ … ¡tonto!— Contesto…No… más bien grito la rubia visiblemente enfurecida.

— ¡Ja! ¡Qué raro, no te vi! — Expreso con despreocupación, mientras entrelazaba sus manos detrás de su nuca.

— Eso fue… Porque le diste mi lugar a esa… a esa… ¡usurpadora de lugares! — Argumento Mina, dándole un golpe al piso con sus zapatos de moda.

— ¡Vamos Aino! ¡No te enojes… no te vayas a arrugar! — Chasqueó divertido… al mismo tiempo que le daba una palmadita en su rubia cabeza… y sin poder contenerse más de la presa alegría de su emocionado y sexy cuerpecito, la envolvió en un abrazo y la levanto para darle vueltas... Estaba demasiado feliz por haber conocido a esa tierna-audaz oji -violetas.

Entre las protestas de Mina, Seiya accedió a bajarla. Izo una limpia sonrisa al cielo… y dijo — Hoy es un día hermoso ¿No crees Min? — Comento mirando a su amiga. Y fue ahí fue cuando Mina supo que algo andaba mal… Ella no permitiría que Seiya la humillara una vez más… Si Seiya quería enamorarse de alguien… más valía que fuera de ella.

OoOoO

Al día siguiente, Seiya ya se encontraba en el salón… solo…Había olvidado pasar por Mina como usualmente lo hacía. Pero ¿Quién podría culparlo? El amor nos vuelve despistados y algo torpes. Y a Seiya ahora le era imposible pensar en alguien más que no fuera Serena Tsukino Sin embargo… al entrar Serena en la habitación… No solo, no se sentó cerca de él como lo había hecho un día antes, sino que también apenas le dirigió el saludo. Algo muy raro había sucedido ahí. Durante todas las clases, Seiya se dedico a observar a la misteriosa joven… No dejaba de preguntarse ¿Qué había hecho él para que ella cambiara repentinamente su actitud? Era una sensación desesperante… No podía apartarla de su mente, ni de sus ojos… incluso le dolía el estomago. Durante las clases le había mandado con Mina una notita, preguntándole si estaba molesta, y ella le había respondido que para nada... ¿Entonces rayos tenía?

El receso había comenzado… Seiya asistió a la cafetería con Mina, sentándose disimuladamente frente a la mesa que Serena ocupaba junto con sus amigas…. Si… para poder espiarla.

— ¿Qué te pasa Seiya? has andado muy callado y estas muy rojo ¿Te sientes bien? — Pregunto Mina con interés al ver que tenía los cachetes rojos y se mordía con ímpetu las uñas ya de por si inexistentes de sus manos.

— No lo sé Mina, me siento… como decirlo… Mmm… ¿Raro? Supongo — Dijo sincerándose — Como…Nervioso, preocupado, Y me duele terriblemente el estomago…— Se quejo.

— ¡Seiya! Te dije que dejaras de comer tantos burritos… ¡Seguro que ya te dio DIARREAAAAA! — Comentó esto último más alto de lo usual… Por supuesto los que escucharon incluyendo las amigas de Serena no dudaron en mofarse con amplitud.

— ¡Shhhhhh! ¡Quieres ser más discreta! — Ordeno tapándole la boca con su mano y con las mejillas coloradas —. No es eso Mina — Continuo— Creo que sabría si se tratara de… de un malestar estomacal. Pero esto no es malestar… — Recalco— Más bien es como si cientos de mariposas revolotearan sin consideración alguna dentro de mi pancita… haciéndome cosquillas y haciéndome sentir ansioso y con unas tremendas ganas de ver a…— Se calló. Agacho la cabeza pensativo, golpeando con su mano la mesa de metal del comedor de la cafetería… se quedo así unos 10 segundos y de nuevo elevo la mirada hacia la rubia— ¿Sabes Min? Se trata de SERENA, la nueva alumna… Ella… Emm, como decirlo, me gusta… pero no como me han gustado otras chicas… Ella me encanta, ¡me fascina! es un sentimiento extraño y a la vez divertido ¡Maldita sea! No dejo de pensar en ella, no sé si es su hermosa cara, sus tiernos ojos ó su ocurrente personalidad… No se… creo que estoy…

— Enamorado — Completo Mina con pesadez y cierta tristeza en su mirada — Pero ¿Por qué Seiya? No parece tu tipo de niña… Ella es tan… tan… tan… ¡Tan simple! — Espeto con enojo, tratando de buscar algún defecto en la oji -violetas que la hiciera ver ante Seiya como poca cosa… para que Seiya así despertara de su pasajero enamoramiento… ¡Es pasajero, es pasajero! Se repetía Mina asiduamente en su interior.

—No es simple— Recapacito él defendiéndola… y sonrió cerrando los ojos— ¿Sabes? Ella es, ingeniosa, audaz, divertida y… Sé que no es timida, es muy graciosa, ocurrente, la he observado en el salón y ella… solo mírala — sonriendo apunto hacia la mesa en donde Serena se encontraba entreteniendo a sus compañeras— Ella es buena, es tierna, es preciosa, es inteligente y amable. ¿Qué rayos me sucede? Hoy casi perdimos el partido de softball por mi culpa… no logro concentrarme…Pero, lo que me tiene preocupado es que ella, cambio conmigo… ayer era diferente… parecía interesada, y hoy simplemente huye de mí. — ¡Demonios! ¿Porque estoy actuando como un idiota?— se reprocho— ¡Mañana la invitare a una cita! y le diré lo mucho que me gusta. Le comprare un ramo de rosas y… Es más le preguntare de una vez… — Seiya procedió a levantarse de su lugar.

— ¡NOOOOOOOOOOOOOO! — grito la chica, tomándolo por la camisa con desesperación para que se sentara de nuevo — ¡NO COMETAS ESA ESTUPIDEZ! — Todos los alumnos voltearon hacia su mesa… Mina se quedo en silencio y finalmente exploto en una risita frenética… Se aclaro la garganta recobrando la compostura — Digo… Así solo pensará que eres de esos chicos guapísimos, populares y tremendamente sexys, que regalan cosas románticas.

— ¿Y eso es malo? — Pregunto Seiya arqueando su ceja izquierda con brutal sensualidad.

— Es que… Emm…es que a ella no le gusta eso Seiya… — Hablo con cuidado… — Yo la escuche hablando con Rei y dijo que no le gustaban los chicos tan predecibles y directos — Calló y se quedó así par de segundos… Y de pronto… a Mina se le ilumino el rostro… se le había ocurrido una magnífica idea para vengarse de Seiya… sonrió con malicia y habló de nuevo... levantándose de lugar repentinamente. — ¡Tú déjamelo a mí! yo me haré su amiga y averiguare todo lo que le gusta a ella en un hombre… así tú serás ¡el campeón!… ¡él más original! y romántico chico que ella haya visto… y no dudará caer rendida a tus pies. ¡Lo juró!

— ¡Eres la mejor Mina! — La abrazo agradecido… Lo que él no sabía era que Mina Aino… no había olvidado del todo aquella humillación del pasado… y así había comenzado todo…

OoOoOoO

Al día siguiente Mina ya había cumplido su promesa. Le había dicho a Seiya que una de las debilidades de Serena Tsukino eran los pastelillos... y Mina era tan buena amiga que pese a que no sabía cocinar, había pasado la noche en vela haciendo pastelillos de pistache molido, para que Seiya pudiera regalárselos a Serena al día siguiente.

Seiya levanto sus cejas con notable duda… Observando con un asco poco disimulado aquellos verdes panquecitos envueltos torpemente dentro de una bolsa de papel celofán…— Emm… No te ofendas Mina pero estos panquecitos no se ven nada apetitosos… el color es horrible ¡Parecen de vomito o moco!.. ¡Guacatélas! — Enseño la lengua con gesto agrio.

— ¡Eres un mal agradecido Seiya Kou! todavía que pase la noche en vela para ayudarte… me insultas. Incluso los he envuelto de forma torpe para que Serena piense que tú lo has hecho todito…— Expresó la rubia entre lagrimas y sollozos. Las clases de teatro definitivamente habían hecho de Mina una excelente actriz…

— ¡Está bien se los daré! No llores Mina… — Mascullo resignado el pelinegro... si algo Seiya no soportaba... era ver llorar a una mujer.

—Ok. ¡Ahí está! — Apunto con su mano a Serena quien acababa de entrar al salón junto a Lita. — ¡Anda… dáselos!— Urgió empujándolo… ya no había señal de sufrimiento en el rostro de la rubia… Seiya se acerco vacilante hacía donde se encontraba Serena y su amiga... quedando frente a dónde ellas se encontraban sentadas.

Serena levanto la mirada y Seiya se perdió en ella durante unos eternos segundos… Lita carraspeo ayudándolo a salir de su ensimismamiento —Hola Bombón— Reacciono con nerviosismo, tanteando la idea de darles aquello horribles pastelillos— Emm. Te quiero regalar estos pastelillos… — Dijo al mismo tiempo en que se los ofrecía con mano temblorosa — Sé que no se ven muy apetitosos… — Río con angustia — Pero tienen buen sabor… yo mismo los freí… digo los horneé — Ella hizo gesto de confusión… Pero el solo hecho de que Seiya había cocinado especialmente para ella… pareció conmoverla, y acepto los pastelillos con una deslumbrante y tierna sonrisa.

— Gracias Seiya, eres muy amable… si quieres los comemos juntos — Dijo mientras le ofrecía uno de los asientos a su lado. Del otro lado, Mina… los observaba con un gento expectante, divertido y un tanto perverso. ¡Seguramente esos pastelillos tendrían un horrible sabor!… pensaba. Y ella esperaba que Serena rechazara a Seiya por esos grotescos pastelillos… Sin embargo, lo que pasó a continuación fue a un peor…

OoOoO

Todo sucedió muy rápido, y sin saber cómo o porqué Seiya se encontraba en la sala de espera de un hospital, junto a su incondicional amiga… estaba shock, la niña de la que estaba enamorado había casi muerto por su culpa. Se encontraba cabizbajo y notablemente deprimido. Lo único que recordaba era que sin darse cuenta… Serena había comenzado a toser estrambóticamente, tenía el cuello y las manos rojas… los cachetes y los ojos de la chica... se habían comenzado a inflamar a tal grado que lo único que supo fue que Lita había llamado a la emergencias… … ¡Serena era alérgica a los pistaches!

— ¡Ya Seiya! no te aflijas… tú no sabías que ella era alérgica… ni siquiera ella misma lo sabía— dijo la rubia dándole un golpecito en el hombro — Además ya está de alta… ya mañana asistirá como si nada a la escuela. ¡Es más para mí que fingió todo ese numerito para llamar tu atención!

— ¿Bromeas? — Seiya suspiro, riendo con ironía... y se tapo el rostro con ambas manos en señal de desesperación… — No creo que ella quiera volverme a ver en toda su vida…

— Toma… esto te animará— Mina deposito un papel con lo que parecía ser un poema de amor— Me he pasado la tarde armando un plan que definitivamente no fallará… ¡Es tan bueno!... que ella caerá rendida a tus pies... y esta vez no enferma ja ja ¡Ya lo veras! Es la disculpa-declaración más romántica de la historia…. Su historia de amor será igual de romántica que la de Romeo y Julieta…

— Ellos terminaron muertos Mina ¬¬

— Ja, ja, ja — Río divertida — Bueno ya sabes lo que quiero decir… Repito... este poema ¡No fallará!... confía en mí... ¡Muahahahaha! — Rió con maldad, realizando un rostro de lo más tenebroso.

— Mina... ¿Estás riendo malignamente? — Le pregunto Seiya con espanto.

— ¡Ah! Siii… — Repuso con fingida dulzura — Solo estaba ensayando mi risa malévola... ya sabes para el teatro — Esa respuesta pareció satisfacer a Seiya, quien no dio replica. Y procedió a dar lectura al poema que la buena Mina desinteresadamente había hecho para que él conquistara el corazón de SERENA…

¡Oh SERENA! Tu cara de niña ñoña me pone a mil y tus hermosos ojos me recuerdan a un lindo cachorro ¿Abandonado?— Seiya frunció el cejo... ¿Acaso era una broma? — ¡Mina no seguiré leyendo, hasta yo sé, que eso es estúpido!

— ¿Qué? ¿A qué mujer no le gustan los cachorros desolados y que le digan ñoña?… — Pregunto con simplicidad — Por si no lo sabes… ñoña es sinónimo de inteligencia. Además no es un poema... es una canción y ya hasta tengo la coreografía y el vestuario. Tú déjamelo a mí. No hay nada más romántico que el amor que se declara delante del mundo entero. ¡Recuerda por amor… se hacen hasta las locura jamás pensadas! Y tú quieres conquistar a SERENA ¿O noooo?

— ¡Claro! ¡A como dé lugar! — Aseguro, empuñando su mano en el corazón.

— ¡Bien!, entonces esto es lo que haremos…. Escucha bien… — Seiya escuchó el magnífico plan de Minako, el cual consistía en poner a Seiya a cantar la canción que Mina había compuesto ante todo el colegio…. Claro… en la ceremonia a la bandera que se realizaba todos los viernes a primera hora… O sea mañana.

FIN DEL FLASH BACK...

Y ahí estaba Seiya Kou… el chico más popular de la escuela preparatoria Juban a punto de realizar el oso más grande de su vida… Y lamentablemente para él… esto último no fue dicho de manera simplemente metafórica…

—Ok, ¡Por amor se es capaz de hacer las locuras más ridículas y jamás pensadas en el mundo! — Murmuro para sí mismo… brindándose ánimo… — ¡Por ti bombon! — Fue su último pensamiento. Así que con igual o más osadía que la chica a su lado, sonrío triunfante antes de tiempo… abrió la puerta y avanzó…

— ¡Oh! — La multitud volteó a ver con asombro… Como una enorme botarga de un hermoso y alto osito negro de felpa, con larga cola de cabello negro y gran ramo de rosas rojas sostenido por su peluda mano… A travesaba a paso decidido la plaza principal del colegio, dirigiéndose al estrado con visible seguridad… Y tan pronto llego a su destino… le quito el micrófono con algo de dificultad al maestro de ceremonias, diciendo…

—"1, 2, 3 probando" — Decía mientras le daba pequeños golpecitos al micrófono — SERENA… ¿Serena Tsukino estás ahí? — Y al decir eso la joven de ojos celestes y cabello rubio salío de entre la multitud, extrañada… confundida… Después de todo era realmente extraño que un enorme oso de felpa le hablará…

— "Serena Tsukino favor de pasar al estrado…. Repito SERENA TSUKINO favor de pasar al estrado" — Mina le había arrebatado el micrófono al oso… y ante sorpresa de todos SERENA se acercó a la tarima de la plaza sin dudarlo.

— ¿Qué quiere señor oso? — Pregunto un tanto enojada y sin vacilación al ridículo oso negro de felpa que le entregaba ya el bellísimo ramo de rosas rojas…

— ¿Son para mí? — Pregunto ella… y el oso asintió con su enorme cabeza… — Pues… Gracias, es usted muy amable señor oso — Agradeció la joven… — ¿…Pero quién las manda? — Pregunto interesada… De alguna forma tenía que agradecer personalmente a la persona que se había tomado el detalle de enviarle rosas de una forma peculiarmente original...

— Bombón…Soy yo… — Le contesto la botarga de oso… al mismo tiempo que se deshacía de la enorme cabeza de felpa que ya lo asfixiaba — Soy yo… Seiya… Seiya Kou.

Serena no podía creer lo que sus ojos observaban… No solamente era Seiya… era ¡Seiya disfrazado de oso!— ¿SEIIIYAAA? — La quijada de Serena y de todos los presentes cayó al suelo ante el asombro… excepto la de Mina quien reía con malicia a su lado. Y no fue de esperar que el gentío explotara entre carcajadas y aullidos de conmoción, una vez descubierta la identidad de aquella ridícula figura… Y no era para menos, se trataba de ¡Seiya Kou! Él recién elegido Rey de primavera... Él chico más popular del colegio... y ahora también, el protagonista del ridículo más grande en la historia de Tokio.

Seiya se encontraba ruborizado…pero seguro y confiado cómo solo él podía estarlo en esa situación… Pareciendo no estar consciente de las burlas de los alumnos que los observaban.

— Canta la canción Seiiiyaaaa— le murmuro Mina en un oído con rostro perverso… Seiya observo el papel con meditación unos segundos… Cerró los ojos y respiro — ¡Estúpido Seiya! —Se reprocho con una sonrisa de lado; y en vez de eso saco de entre su peludo y caluroso traje, un nuevo papel. Una canción escrita por él mismo. Noche atrás había decidido componer una canción que expresará lo que él sentía por SERENA.

—Anoche…— Comenzo a leer, mirándola a los ojos con desbordante emoción— Anoche escribí una canción para ti… Es demasiado simple y sin embargo espero que me disculpes que hoy prefiera expresártela con palabras y no cantarla… — Ella asintió totalmente conmovida con la idea.

—Serena… -Pronunció su nombre y al hacerlo sonrió inconscientemente para mirarla de nuevo con penetrante dulzura —… Bombón... Sé qué probablemente estés harta de mí, que quizás no quieras verme ni en pintura y créeme que te comprendo...— Se sinceró emitiendo una risita que resulto encantadora para todas las chicas presentes— ¡Pero escúchame bien!… por favor — La pidió con suavidad, negando un poco con la cabeza — No sé cómo, ni porque… pero desde que te conozco el mundo es una porquería…— ¿? Serena abrió los ojos como platos, subiendo los hombros con una mirada de incomprensión — Si… es una porquería... — reafirmo Seiya — Me he vuelto torpe y ridículo… solo veme aquí, haciendo literalmente el oso de mi vida y ¿Sabes que es lo más extraño? — Ella negó — ¡Que no me importa en absoluto! — Grito Seiya, mirando al publico—… Quiero decirte, que pese a que se, que soy un desastre andando… que prácticamente te mande al hospital… por cierto perdón por eso — hizo pausa y continuo— Yo realmente creo que me he enamorado de ti…. Lo sé, porque no puedo apartar tu hermoso rostro de mi mente, mucho menos tu bella sonrisa, me gusta repasarlos una y otra vez… y soñar con que algún día, esa sonrisa y esos ojos me vean únicamente a mí — Afirmo suspirando— Como veras… estoy loco por ti y me temo que ha sido desde el primer día en que conversamos… ¿Recuerdas? — Pregunto y ella asintió a causa de su mudez— ¡Ese fue un día único!… tu audacia y tu simpatía se clavaron en mi corazón Bebe… sólo tú haces que mi mundo vaya bien… porque desde que tú estás en él… todo es maravilloso… el sol y la vida me sonríen. Pensaras que me enamoro con rapidez… pero la verdad es que yo nunca me había enamorado antes… me parecía complicado e innecesario… pero contigo fue ¡Tan fácil! Hacerlo —Seiya inhalo una vez más — Sé que es irreal… Y no es de sorprenderse… Porque tú mi pequeña audaz, eres la persona más única y original que yo he conocido… ¡Demonios! —Se agarro la cabeza con desesperación— yo… Lo que realmente quiero decir es que tú tienes los ojos más dulces que yo jamás he visto…

¡Vamos Seiya! ¡Bésala! ¡Sí, que la bese! … Aclamaba con exigencia el público que los observaba…

… Emm — La presión se apodero del muchacho. Quería besarla… si… pero tenía miedo de la reacción de Serena — Y a pesar de que había dicho que no cantaría la canción, se aclaró la garganta y procedió cantar los hermosos versos… con su magnífica voz.

"Cada mañana salé el sol… cuando apareces por el salón… No me concentro en ningún momento… estoy perdido en tus ojos bellos… Tocar tu mano me pone a mil… y casi nunca te fijas en mi… habita un ángel en tu mirada… que me atraviesa cuando me hablas…

Seiya no pudo continuar la canción, ya que en menos de un segundo, Serena lo había tomado por su peludo hombro de oso, entrelazándolo en un abrazo impulsivo y de primeras tosco por lo inaudito de las circunstancias. La idea de un beso no le fue ajena a Seiya, ya que el muchacho lo correspondió como mejor pudo… La mente se le nubló unos instantes muy leves, en donde no supo si estar en tierra firme o que simplemente el suelo se había movido de su lugar. Todo con ella era distinto, irreal, delicioso, mágico. El sabor dulce de sus labios, el compás armonizado de ambos corazones, deseosos uno del otro, en una plegaria simple pero correspondida. No faltaba terminar la canción… porque todos los presentes sabían con certeza de que tanto la canción cómo el corazón del compositor le pertenecía únicamente a ella…

Avergonzados, se separaron respirando el mismo aire. Felices. Se observaron unos segundos en completo silencio, inherentes y demasiado sonrojados... Alejados de la multitud que se encontraba a sus alrededores, tan conmovida… que ni los profesores se atrevieron a separarlos... o intervenir en la situación.

—Espero que no te moleste… hacer el ridículo conmigo— Le susurro Seiya con dulce voz en uno de sus oídos… al mismo tiempo que le acariciaba el cabello con una ternura interminable.

Ella dejo de esconder su rostro y lo miró a los ojos expectante y sincera —Yo haría el ridículo siempre… mientras que sea contigo— Le respondió Serena tomando la peluda mano de Seiya entre las suyas. — Seiya… — Pronuncio con dificultad… — Te me gustas… sinceramente me gustas mucho — Expreso con dulzura.

— Pero… ¿Por qué no me lo dijiste antes bombón? — Le pregunto Seiya — Bueno… ¿Ya sabes?... me hubieras ahorrado tremendo espectáculo… — Sonrió radiante… echándole un vistazo al agitado publico que ya les aplaudía entre lagrimas y porras.

— Porque sabía que a ti no te gustaban las chicas tan directas como yo... Bueno eso fue lo que Mina me dijo.

— ¿Mina? — Arrugo el cejo con confusión—. A mí también me dijo que no te gustaban los chicos TAN directos… — Ambos voltearon hacia donde se encontraba la rubia... — ¡Minaaaaaaaa!— Gritaron en coro, la rubia abrió los ojos con espanto, arrugando los labios en un gesto indescriptiblemente frustrado…. Comprendiendo que sus motivos se habían descubierto… y sin más se echo a correr.

Seiya y Serena se miraron con resignación… y rieron… Después de todo… aquella rubia despechada, simplemente había ayudado a que la situación fuera más divertida, romántica y peculiar. Ambos se envolvieron nuevamente en un tierno beso… En un mero sueño cumplido y la frustración de no haberlo hecho suyo antes se iban rápido en ese sublime contacto… ¡Fantástico! Ahora toda la escuela era testigo de ese amor correspondido. La tenía solo para él… ruborizada como la cosita más tierna existente en el mundo...

Y así…. Serena comprendió que pese a que nunca le habían gustado aún cuando era una niña los peluches… era claro que ahora amaba a los osos de felpas… sobre todo a uno muy sexy, de larga y hermosa caballera negra…

FIN...

¡Awww! ¿A que son lindos los osos de felpa? ¿Verdad?

PD. He hecho un especial de este fic. Se llama el motivo de Mina, y explica la razón por la que Mina se vengó de Seiya…. Está en mis historias. Ta cortito… simplemente no quería dejar a mi adorada Mina de tan despechada. XD.