Disclaimer: Todos los personajes de Sailor Moon pertenecen a Naoko Takeuchi. Todo lo demás, que no es igual de grandioso, me pertenece.
Summary: [UA] Serena Tsukino tenía todo lo que se necesitaba para ser feliz. Un matrimonio perfecto, amigas inseparables, un título universitario, un buen trabajo e incluso: un amante. "¿Cómo se llamaba tu marido, Bombón?"
Aviso: Los capítulos serán muy cortos, un poco más extendidos que un drabble, pero sin llegar a grandes extensiones de palabras.
─ La historia está catalogada en "M" por futuras escenas.
"Secretos"
I
La vida de Serena Tsukino.
─ ¿Quién era?
La simple y llana pregunta le volcó el corazón. Asustada se giró para ver al amor de su vida, o al menos así había quedado cuando se casó con él. Sonrió de aquella forma que solo ella podía hacer: ingenuamente.
─ Del trabajo. No quería despertarte amor, llegaste muy cansado hoy ─Se acercó a él para colgarse de su cuello, le dio un beso casto en los labios que él respondió.
─ Pensé que había pasado algo malo, te escuché muy asustada ─Ella negó con la cabeza sonriéndole. ─ ¿Sabes que te amo, cierto? Me haces el hombre más feliz del mundo, Sere.
Ella le sonrió nuevamente, recibió un beso apasionado de parte de su esposo y luego subieron a la segunda planta de la casa para volver a la cama.
La vida de Serena Tsukino era lo que los demás catalogarían como perfecta. Con unos recién cumplidos treinta años, ya se encontraba casada con su primer amor, aquel chico galante y caballero que conoció en su adolescencia: Darien Chiba. Se casaron hace cinco años, apenas ella terminó la universidad, así que post título se dio el evento que la mayoría de sus amigos esperaban, el matrimonio. Fue una boda de ensueño, se casó vestida de blanco, en la Iglesia del barrio, con sus familiares, amigos de la juventud, universitarios y los que habían estado siempre a su lado. Después de un alocado viaje de luna de miel, volvieron a la ciudad. Darien, siguió trabajando en el Hospital de Tokio como neurocirujano y ella pudo ejercer en lo que más quería: organizadora de eventos.
No se podía quejar, después de cinco años, llevaba un buen matrimonio. Se había mantenido en la empresa que le dio lugar a su primer empleo ya profesional. Seguía en contacto con las amistades, Sammy ya había ingresado a la Universidad, sus padres se encontraban retirados y en buen estado de salud.
Todo era perfecto.
Y se tenía que seguir manteniendo así. Antes de cerrar los ojos, miró con molestia su celular. Ya iba a hablar con él mañana, tenía que dejar en claro los horarios de llamada.
.
─ Te dije que no me llamaras anoche.
Serena se cruzó de brazos observando a un joven que le devolvía una sonrisa divertida.
─ Buenos días, bomboncito.
El joven se levantó del sillón dejando su guitarra de lado y se acercó a ella. Serena, pese a saber que estaba en un cuarto donde no había ventanas, miró para todos lados.
─ ¿Nerviosa?
Le abrazó tomándola de la cintura, la observó hacia abajo teniendo en cuenta la diferencia de estaturas, ella seguía con el entrecejo fruncido.
─ ¡Seiya!
─ Ese es mi nombre, Bombón. No lo malgastes.
Antes de que ella pudiera seguir rebatiéndole el error que había cometido el día de ayer, la besó. A Serena le costó volver a la realidad después de ello. Sus besos seguían siendo tal cual como él, intensos y llenos de una adrenalina que le removía el piso.
─ Si sigues con tus imprudencias nos van a descubrir.
Y pese a que su vida era perfecta, también estaba llena de secretos que nunca podrían salir a la luz, como el hecho de que hace tiempo Darien ya no tenía noches para ella por estar en el Hospital. Aunque mentiría descaradamente si dijera que ese fue el motivo que la llevó a éstas circunstancias.
De un momento a otro, cuando conoció a Three Lights, se encontraba teniendo buenos lazos con el vocalista, que aunque era más joven que ella, tenían muchos gustos en común. Comenzaron con leves mensajes de texto, luego con muchas risas en sus reuniones y después de ellas, una inocente invitación a un café después del trabajo se volvió una rutina, largas conversaciones en la sala de descanso de la empresa, almuerzos compartidos, chistes que solo ellos entendían ante la vista de los demás y de repente, sin darse cuenta, comenzaron los besos. Le gustaría decir que todo empezó lento, como un tórrido romance, pero no fue así. Los primeros besos fueron como ambos querían, fogosos y llenos de un deseo incontrolable de querer devorarse al otro. Después de unos días maravillosos de escapadas en los lugares oscuros de la empresa, unas cuantas caricias y gemidos de las ansias, lo aclararon: Ella estaba casada y no pensaba dejar a su marido. Él era joven y solo quería una buena aventura.
Y así fue como terminó Serena Tsukino en su vida perfecta, con una relación que no se esperaba y que mucho menos estaba contemplada en su planificada vida.
─ Tranquila Bombón, nadie sabrá que tienes un amante.
Y no se arrepentía de nada.
Este sería su secreto mejor guardado.
Nota: Nunca me he animado para escribir una historia extensa de Serena&Seiya, tengo miedo de cagarla completamente. Así que me animé con ésta pequeña historia, los capítulos no serán extensos, serán un poco más largo que un drabble y tampoco planeo que sean demasiados, creo unos cinco. Aunque bueno, eso se verá viendo con el transcurso de la historia. Espero que tenga buena acogida ésta nueva historia. Espero sus comentarios :)
¡Besos!
