No, Yukine, estás equivocado.
No importa que me mires con esos ojos consternados, estás mal.
Ella es solo Hiyori.
Es la única humana que me ha tratado de salvar aún cuando estaba fuera de sus posibilidades y la única humana a la que de hecho le he importado en toda mi existencia, pero no estoy enamorado.
Estoy profundamente agradecido con ella, por haberse preocupado por ti cuando estuviste mal, incluso le agradezco el no haberme dicho nada, eso es un signo de lealtad y de cuidado hacia ti, sus intenciones eran inocentes, y ya no recordaba lo que era estar en compañía de alguien de mente brillante y pura como ella.
Simplemente disfruto de su compañía, de mirar sus ojos y de observar cómo el sol brilla en su cabello mientras gira, ligera, alegre, frente a nosotros.
Pero no te equivoques, nunca dije que me gustara ni nada por el estilo.
Solo busco una oportunidad de hacer contacto corporal con ella porque gracias a que está puedo sentirme relajado por primera vez en milenios. Me relajo porque confío en ella lo suficiente para pedirle directamente que acudiera con Kofuku y Daikoku si algo me sucedía. El hecho de que lo hiciera y tuviese el suficiente tacto para traer a Kazuma el día de tu ablución, habla de lo atenta que está de lo que pasa a nuestro alrededor. Sus muestras de afecto son tan sutiles como para pasar desapercibidas, pero a mí me llenan de calidez.
No es como si la amara ni nada por el estilo, ¿entiendes?
Es la única persona a la que quiero mantener a mi lado, la única que no quiero que me olvide, la única a la que quiero hacer feliz el resto de su vida, y la única que supo mi nombre real aunque nunca se lo dije. Sí, la observo con cuidado en su habitación por las noches para defenderla contra todo posible daño porque es demasiado valiosa para mí.
¿Mis propuestas de matrimonio? Sólo trataba de animarla y de hacerla sonreír, porque solo ver su sonrisa puede iluminar mi mente durante muchos días seguidos.
Es por eso que todo es tan caótico conmigo a su alrededor, Yukine. No puedo evitar bajar la guardia. No puedo evitar pensar en cada momento que estoy con ella lo mucho que deseo que se acerque más y termine en mis brazos. Sólo quiere decir que es una persona única en el mundo para mí.
No, no la amo.
No amo a la persona que simplemente por querer animarme hizo un pequeño santuario en una sola noche, que me hace entrar en razón cuando más lo necesito, cuyas mejillas sonrojadas me ponen fuera de control y la única persona en el mundo a quien no soportaría ver herida de ningún modo.
No la amo aunque me dolió en el alma no cumplir su deseo de poder escapar de las dificultades de su vida tras el incidente en el Hospital Iki. Sí, perdí la oportunidad de quizás estar con ella para siempre pero no podía simplemente arrebatarle su vida de ese modo, arrebatarle a la gente que la quiere, y a quienes ella quiere. Todo lo importante en su vida es algo ajeno a mí, yo no puedo darle nada de lo que su propia gente le da. No la amo aunque el día en que ella decida casarse con alguien y continuar con su vida preferiría morir.
No la amo, Yukine.
Lo que siento por Hiyori está muchísimo más allá de esa palabra.
Gracias a Hati-chan, a Zorro Junior, a92, narusasu25 y pafu, por leerme y dejarme reviews, gracias a sus consejos soy capaz de seguir alimentando mis ganas de escribir y de continuar mejorando. También gracias a todos los que no dejan reviews pero aún así se toman la molestia de leerme. Nunca me había animado a publicar mis trabajos (la única vez que alguien leyó uno de ellos que dejé descuidado fui objeto de burlas familiares muy pesadas), pero Noragami me ha llegado tan al corazón que no pude contenerme y tuve que compartir lo que imaginaba con otras personas. En verdad mil gracias por estar.
