En esta historia me he tomado la licencia de realizar algunos cambios en algunos personajes de Mentes Criminales. Se sitúa alrededor de la temporada 5, pero habrá episodios retrospectivos. He creado para esta historia un antiguo equipo de Emily recopilando personajes ya aparecidos en la serie. Básicamente mantendré a Sean Mcallister y a Clyde Pascua, pero introduciré en dicho equipo al personaje de Mick Rawson, pues esta historia es básicamente una historia entre Mick y Emily. Me gustó mucho este personaje en la serie, y me parecía que había mucha química entre ambos. Llevaba tiempo dándole vueltas a un par de historias entre ellos. En esta en concreto, la trama se desvía de lo ocurrido después en la serie, puesto que se conocen en la misma, pero bueno, aquí la dejo. Espero que os guste.

Capitulo 1.

Año 2010.

Emily, al contrario que el resto del género humano, por lo general adoraba los Lunes. Le encantaba su trabajo. Mantenía su cabeza ocupada sin tiempo para pensar en nada más. Por eso nadie entendía que tuviera esa cara de felicidad cuando los demás parecían ir arrastrando el fin de semana hasta la oficina.

Aquel lunes, sin embargo, no le hubiera importado quedarse en la cama. Hotch les había dado tres días libres, y había aprovechado para ir a Las Vegas. Apuestas, alcohol y sexo con un desconocido, sin mayor trascendencia. Lo que pasa en las Vegas se queda en las Vegas, era uno de sus lemas favoritos. Sólo que su resaca no parecía estar muy de acuerdo, y aún arrastraba sueño de varias noches.

Sin embargo, sonrió al ver a sus compañeros bromeando junto a la mesa de Reid, que se entretenía haciéndole uno de sus trucos de magia a García. Ésta intentaba descubrir la trampa, pero Reid tenía las manos demasiado rápidas incluso para Penélope. J.J. Morgan y Rossi, parecían que se reían a costa de ella, pero en realidad, tampoco eran capaces de averiguar el secreto del aprendiz de mago.

- ¿Mal fin de semana?- Preguntó Rossi al verla acercarse.

Emily le miró de reojo, no muy dispuesta a hablar de ello.

- Por la cara que trae yo diría que demasiado bueno- Puntualizó Morgan, que se echó a reír al ver que ella negaba con la cabeza y le devolvía una mirada maliciosa.

- ¡Oh querida!- Penélope le pasó su brazo por encima de los hombros en actitud divertida- ¿sexo, alcohol y rock and roll?

Ella volteó ligeramente la cabeza para mirarla, levantando una ceja con picardía.

- Solo dos de ellas- Aclaró deshaciéndose del abrazo de Penélope

El grupo se echó a reír.

- Yo descartaría el sexo- Afirmó Reid no muy convencido. Tenía a su compañera puesta en un pedestal, y de las tres opciones era la que más le disgustaba.

Todos se volvieron a él riendo, mientras Emily tomaba asiento en su mesa y hurgaba entre sus papeles, haciendo caso omiso de la conversación.

- ¿Qué?- Preguntó Reid desconcertado ante la mirada atónita de sus compañeros.

- ¿En serio, Spence?- Preguntó J.J. Era difícil imaginar que detrás de esa cara inocente se escondiera un genio.

- ¿Qué?- Volvió a preguntar.

- Reid- Dijo al fin Morgan- ¿Cuándo has visto tú a Emily escuchando Rock and Roll?.

Y todos se echaron a reír ante la expresión de repentina comprensión de Reid. Incluso Emily esbozó una sonrisa ante la broma.

- Dejando la vida privada de Emily a un lado- Continuó Rossi mirando de reojo a ésta, quien de repente encontró muy interesante el informe que tenía entre las manos- ¿Aún sigue Hotch reunido con los de la Interpol?.

La mención a la Interpol, captó su atención inmediata. Dejó los papeles a un lado, y dirigió su mirada hacia el despacho de Hotch. Las persianas estaban parcialmente cerradas, así que no podía distinguir a las personas que se encontraban en su interior. Luego miró a Rossi.

- ¿Qué hace la Interpol aquí?- Preguntó intentando no parecer excesivamente interesada.

- No lo sabemos- Le aclaró J.J.- Pero llevan encerrados desde hace más de una hora.

Justo en aquel momento, la puerta del despacho de Hotch se abrió para dar paso a tres caras que Emily, para su desesperación, conocía muy bien. Era parte de su antiguo equipo. Pudo reconocer perfectamente a Sean, y detrás de él a Mick. Poco después salía Hotch junto a Clyde. La única que faltaba era Camille, pero era normal porque ella en realidad nunca había pertenecido a la Interpol, mientras que Sean había aceptado un puesto en la misma hacía varios años. Todos miraban hacia la puerta intentando averiguar qué ocurría, y por ello no se percataron de la palidez del rostro de Emily. Después de su marcha, había seguido en contacto con ellos esporádicamente. Sean la llamaba dos o tres veces al año, y hacía unos meses había ido a visitarla; Con Clyde prácticamente no había tenido contacto, aunque siempre le mandaba saludos a través de Sean; respecto a Mick, quedaban a veces cuando éste venía a D. C. o si ella viajaba a Londres. A veces sólo para tomar una bebida. A veces amanecían en la cama de alguno de los dos. Pero sólo era sexo entre viejos amigos, sin complicaciones y Emily nunca permitía que sacara a relucir lo que había ocurrido años atrás.

En la BAU, sabían que ella había realizado colaboraciones esporádicas con la INTERPOL, aunque desconocían que lo había hecho desde la CIA, y no del FBI. No entendía cómo ni Mick ni Sean, la habían avisado de aquella reunión. ¿Qué diablos estaban haciendo allí?.

Contuvo la respiración mientras el grupo, guiado por Hotch se dirigía hacia ellos, sin saber qué hacer ni qué decir. Su cuerpo estaba tenso y su boca seca. Tuvo que hacer un sobre esfuerzo para controlar el temblor de sus manos.

Antes de que Hotch pudiera hacer siquiera las presentaciones, Sean se abalanzó sobre ella dándole un abrazo de oso ante la cara entre divertida y sorprendida del resto.

- ¡Dios, cómo te he echado de menos!- Exclamó prácticamente asfixiándola.

Emily vio por encima del hombro de Sean cómo su equipo la miraba con curiosidad. Hotch, sin embargo parecía saber que ya se conocían. Clyde y Mick la miraban complacidos por la situación.

Cuando por fin Sean la soltó, Emily respiró aliviada, y saludó al resto de su antiguo equipo. Recibió un abrazo más comedido de Clyde, quien la observó detenidamente durante unos segundos como si intentara asegurarse de que se encontraba en perfecto estado.

Por fin llegó el turno de Mick. Emily se acercó a él torpemente y, al ver su sonrisa traviesa, se horrorizó temiendo que fuera a besarla en los labios delante de todos, sólo para ponerla en un aprieto.

- Ven aquí, Campanilla- Mick la atrajo hasta sus brazos con demasiada dulzura como para ser un simple abrazo entre amigos, y la besó suavemente en la frente.- ¿Estás bien?- Le susurró al oído.

Emily afirmó ligeramente con la cabeza y disfrutó durante un momento de aquellos brazos que siempre la hacían sentir protegida. Recordando donde estaba, se separó con delicadeza de Mick, manteniendo sin embargo sus manos unidas unos segundos más, hasta que por fin la extraña atmósfera silenciosa que se había creado durante su encuentro, fue interrumpida por Hotch, quien con un carraspeo, llamó la atención de todos.

- Supongo que Emily no necesita presentaciones.- Dijo al fin.- Sin embargo, para los que no los conozcan, estos son Clyde Pascua, Sean McAllister y Mick Rawson, de la INTERPOL- Luego siguió con las presentaciones en sentido inverso.

- ¿Y a qué se debe la visita?- Preguntó Rossi con curiosidad.

- En realidad les he pedido yo que vengan- Aclaró Hotch- Nos ha llegado un caso de tráfico de drogas, con asesinatos de por medio aquí en D.C., pero algunos de sus componentes parecen tener relación con una antigua organización de crimen organizado que operó en Rusia hace unos años. La dirigía un tal Sergey Sokolov, no sé si reconoceréis el nombre.

Emily palideció ante la sola mención del nombre de Sokolov, sus piernas se debilitaron y prácticamente tuvo que agarrarse a una de las mesas para no caerse al suelo. Todos atendían la explicación de Hotch, salvo su antiguo equipo que la miraba con preocupación, pero sin atreverse a ponerla en evidencia. Mick había estado a punto de abalanzarse para sostenerla en caso de que cayera pero controló su primer impulso al ver que Emily recuperaba como podía la compostura.

- Reconozco el nombre- Dijo Rossi- Murió durante una operación secreta. Pero hasta donde sé, traficaba con armas, no con drogas.

- Así es- Afirmó Clyde- Pero creemos que parte de los que escaparon durante aquella operación se reagruparon después de su muerte. No sabemos quién es el cabecilla. Hemos desclasificado parte de la información de aquella operación para poder trabajar conjuntamente. Aún tenemos el listado de personas que trabajaban con él durante aquella época. Nos ayudará a determinar el perfil del posible líder actual.

- ¿Sólo tendremos acceso a parte de la información?- Preguntó Reid. Para él podría suponer un problema no tener todos los datos.

- La información que permanece clasificada es innecesaria para el caso- Añadió Clyde, intentando tranquilizar a Emily, quien parecía un cervatillo asustado ante los faros de un coche. Ésta le sonrió tímidamente, agradecida, ajena a las miradas curiosas de sus compañeros ante aquella respuesta silenciosa.

- De todas formas, por lo que me han contado, tú trabajaste también en ese caso. Nos serviría mucho tu punto de vista actual para realizar el perfil.- Hotch se dirigió a Emily, quien abrió los ojos de par en par sin saber qué responder. Desconocía hasta qué punto sabían de su intervención. Por lo que había dicho Clyde unos segundos antes, ignoraban el modo en que aquello le había afectado, pero ¿qué le habían contado exactamente?.

Antes de que pudiera hablar, Clyde se adelantó a responder en su lugar.

- Nos ayudó con el perfil y participó en las labores de campo de la operación desplegada por la INTERPOL. Pero en cualquier caso, fuimos Mick y yo quienes realizamos la intervención principal, puesto que sobretodo, era una operación de nuestra agencia. El resto de componentes procedían de agencias exteriores- Aclaró.

- ¡Vaya!- Exclamó Penélope con regocijo- Eres una especie de Mujer Maravilla.

Emily la miró intentando esbozar una sonrisa forzada. Sean acudió en su rescate para aligerar la situación.

- De hecho la llamabamos Wonder Woman- Dijo riendo.

- De hecho, tú eres el único que me llamaba así- Le regañó Emily dándole un golpecito en el hombro.

- Vale, vale- Replicó Sean levantando las manos en son de paz- Te has vuelto muy suspicaz desde que trabajas aquí- Señaló en tono burlón, lo que provocó risas entre todos.

Hotch volvió a intervenir para dar las directrices oportunas a García respecto a la preparación y reenvío de los informes de la INTERPOL. Sean y Clyde la acompañaron hasta su "guarida" para ponerla al día y Hotch los convocó a todos en media hora en la sala de Juntas.

Emily se apartó del grupo, y se dirigió al office. Necesitaba un café fuerte para digerir todo aquello. Se encontraba sola cuando apareció Mick sorpresivamente por detrás provocando que casi derramara el café.

- ¡Oh Dios!, ¡Me asustaste!- Exclamó Emily, volviéndose a él, al tiempo que comprobaba que el contenido de la taza, continuaba en su lugar.

- Lo siento, Campanilla- Dijo Mick por toda respuesta.

Emily se giró dándole nuevamente la espalda mientras se concentraba en echarle bastante más azúcar de la necesaria al café.

- ¿Por qué?- Preguntó sin mirarle- ¿Por asustarme o por aparecer sin avisarme?

- Por ambas- Reconoció Mick- Fue todo muy precipitado. Nos enteramos de un día para otro y cogimos el primer vuelo. Entre los desfases horarios, y las prisas no hubo demasiado tiempo para avisarte. De todas formas, esta mañana intenté contactar contigo pero tenías el teléfono apagado. Si no te fías, puedes comprobar tú misma las llamadas perdidas- Añadió.

- No es necesario- Dijo al fin. Emily recordó entonces que efectivamente la noche anterior su móvil se había quedado sin batería y con la resaca se había olvidado de recargarlo.

- Emily- Puso la mano sobre su hombro, obligándola a darse la vuelta- Ya se lo dije a Clyde. No me parece buena idea que trabajes en este caso

Emily asintió en señal de comprensión.

- Y si hiciera eso, ¿Qué explicación daría?- Su voz sonaba cansada y frustrada.

- No sé… - Mick no sabía qué responder a eso- Sólo pensé…

- Mira- Lo interrumpió intentando mantener la serenidad- Estoy bien.

- Por supuesto- Se burló Mick- Siempre estás bien- Añadió con ironía.

- Pero lo estoy- Insistió Emily- Ha pasado mucho tiempo, y Sokolov está muerto. Si puedo hacer algo para atrapar al resto de los miembros de la organización, lo haré.

- Esta bien- Cedió Mick- Pero si necesitas hablar con alguien, prométeme que acudirás a mí- Le cogió de las manos sosteniéndole la mirada.

- Te lo prometo- Accedió Emily acariciándole la mejilla. Sin apenas pensar en lo que hacía, se inclinó sobre Mick y depósito un suave beso en sus labios.

- Será mejor que vayamos a la sala de reuniones- Dijo al fin cuando se separaron- Hotch seguramente ya estará esperando.

Y juntos se dirigieron hacia allí.