—Esta deliciosa —mencionó Zack, devorándose otra porción con alegría.

Ray asintió en acuerdo.

Los individuos se encontraban sentados en el sillón, donde el joven, tenía la caja de pizza que hace minutos habían ordenado en medio de sus piernas como también una porción en su mano, esa que devoraba con ímpetu. Mientras Ray le dio un mordisco a la que tenía ella, apenas terminándola cuando Zack iba por la quinta, engulléndola con avidez y sobretodo hambre, quien continuamente tragaba cada rebanada que se metía en la boca.

Realmente, parecía que tenía un hoyo en el estómago.

Dejando de mirarlo, Rachel tomó otra porción de la caja de pizza. La ultima. Entretanto, al poco tiempo, la mano vendada se movió hacia la caja de pizza para tomar otra rebanada, pero no logró agarrar una. Estaba vacía.

No había más pizzas.

—Mierda, se acabaron... todavía tengo hambre —dijo mientras se lamia los dedos, al quedar un poco de queso fundido en ellos.

—Pediré otra caja de pizza —repuso Ray, pero Zack no la dejó. Tomando su muñeca antes de que levante del sillón

—No necesitas hacerlo —espetó sin rodeos. Sonriendo ampliamente, al tener un idea.

Y la haló, empujándola hacia abajo. Ella chocó su cara contra su pecho, quien al segundo la apartó, donde sus ojos azules hicieron contacto visual con los de él.

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Los labios de Ray sabían a pizza.