Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn! No me pertenece ni sus personajes es propiedad de Akira Amano.
Advertencias: El siguiente fic ha sido clasificado con rating M. Por si no ha quedado claro, es Yaoi, pareja principal G27. Posible violencia y lemon futuro.
Aclaraciones:
"Hablan los personajes".
'Pensamientos'.
"Lo que Tsuna escribe para comunicarse".
-aclaraciones- (Mías XD)
Summary: Su vida era perfecta, casa perfecta, familia perfecta, amigos perfectos e incluso trabajo perfecto. No le pareció inconveniente aceptar a un nuevo inquilino en su casa. Sólo había un obstáculo, su inquilino no podía hablar.
Yunmoon Projects
Presenta:
YOUR VOICE
Prólogo
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Posiblemente podría negarse, no, posiblemente debía negarse, lo que le pedía ese hombre era que mantuviera un ojo sobre su hijo, pero Giotto estaba tan ocupado como el hombre que le pedía ese favor. Negarse era una opción y de hecho era la opción más viable, no tenía tiempo ni para si mismo, así que realmente debería negarse. Pero la idea de cuidar a un niño como si fuera su hermano era tentadora, él siempre había sido el hermano menor, al que trataban como un niño incluso después de cumplir los veinte, así que cuidar a un niño y tratarlo como tal le parecía, aunque dudaran, le parecía divertido y productivo. Sus amigos decían que tenía que cuidar a alguien, no a un perro o a un gato, a un ser humano y ciertamente le parecía una buena idea. Viendo los pros y los contras, decidió que lo mejor sería acomodar su itinerario y darse unas pequeñas vacaciones.
Y así, con una sonrisa en el rostro, Giotto miró al hombre frente a él.
"Iemitsu-san, estaré encantado de cuidar a su hijo durante seis meses". El rubio mayor sonrió y Giotto casi escucho como un suspiro salía de sus labios, eso le pareció divertido. Iemitsu pareció querer decir algo, pero luego se quedo callado. "Tsunayoshi… ¿Cómo es?".
El hombre soltó una risita. "Es un buen chico… no te causara problemas".
Bueno, realmente eso no le importaba, si el niño era un necio, un caprichoso o un mimado también le divertiría, los niños traviesos le parecían interesantes, sobre todo cuando querían ser consentidos, sin duda eran niños lindos. Bueno, aunque si no le causaba problemas, también le vendría bien, después de todo, estaba bastante ocupado.
"Debe ser entonces un buen niño".
Iemitsu alzó una ceja y sonrió de forma nerviosa. "Giotto… mi hijo no es un niño".
El rubio sonrió de forma nerviosa, sin saber si comenzar a lamentarse o hacerlo hasta conocer al tal Tsunayoshi.
"¿No?".
"No, Tsuna tiene dieciséis".
Oh… pues vaya, eso fue una enorme sorpresa. Iemitsu vio la reacción de Giotto, se levantó de la silla y se encamino a la salida.
"Realmente te lo agradezco, Giotto. Tsuna estará en tu casa mañana a las ocho".
Sin permitirle replicar Iemitsu salió rápidamente. Eso no podía ser. No es que tuviera algo en contra de los adolescentes, pero Giotto recordaba su etapa y se estremecía, mientras que él era un adolescente promedio, ósea, normal, muchos de sus compañeros eran… extremos, unos eran fumadores, borrachos, drogadictos, chicos problemas e incluso delincuentes. La adolescencia era la peor etapa de un ser humano y Giotto realmente no tenía tiempo para lidiar con un adolescente. Pero ya se había comprometido y no había forma de salir de eso. Al menos no ahora que Iemitsu había escapado.
El rubio soltó un nuevo suspiro, tenía en la mano un papel con el número de teléfono del niño y algunas notas sobre sus hábitos y gustos, como que le gustaba comer, sus alergias y algunos datos más.
Iemitsu era un buen amigo de su padre y de él también, lo había conocido desde que era un niño, incluso Giotto fue a la boda de él y Nana. Actualmente Iemitsu estaba pasando por una crisis, al parecer un incidente llevó a su esposa al coma, Nana en cama y Tsuna solo en casa era algo que no podía permitir o al menos eso le había dicho. Como último recurso el hombre había recurrido a él. Giotto se compadeció del niño y todo, pero él tenía sus propios problemas y por esa razón no deseaba aceptar, pero bueno…
Ya había dicho que sí, así que lo mejor era aceptar lo que había decidido. Confiaría en las palabras de Iemitsu, realmente esperaba que Tsuna fuera un buen chico. Sería problemático tener que ayudarlo con sus crisis de la adolescencia.
Ese día, como todos los otros, Giotto trabajó hasta caer en el cansancio, una vez termino el trabajo se fue directo a casa. Pasaban de las once de la noche cuando llegó a su vivienda, pero estaba demasiado cansado, así que se quedo dormido en el auto, en fin, no sería la primera vez.
Cuando volvió a abrir los ojos eran las cinco de la mañana y le dolía todo el cuerpo, saco sus llaves de la ranura y salió del auto, se encamino a su casa, a su gran casa. Subió escaleras y finalmente llegó a su alcoba, se tiro en la cama, mierda, si tenía una cama tan cómoda… ¿Por qué se conformaba con el duro asiento de su auto? Soltó un suspiro y se levantó y comenzó a quitarse la ropa, se dio una ducha de agua caliente y una vez fresco y listo salió del baño, en calzoncillos se encamino a su armario y lo abrió, saco un traje negro con rayas blancas, una camisa blanca y una corbata roja, se colocó todo pulcramente y una vez listo bajó a la cocina. Se sirvió un poco de cereal y comenzó a comerlo. Una vez listo se encamino a la puerta trasera, la que conducía a su garaje, se subió sobre su segundo auto favorito y se dirigió a su compañía, listo para comenzar con el trabajo.
Este día… fue el peor día de la semana, no, fue el peor día del mes. El trabajo estaba atrasado, al parecer alguien se había fugado con información de la compañía y G no estaba especialmente contento, todo lo contrarió, estaba que reventaba de la furia. Entre calmar a su amigo y asistente y terminar con el trabajo se saltó la hora de la comida e incluso su hora de salida, cosa que realmente no era extraña. Para su suerte, G logró recuperar la información perdida y el trabajo se finalizo con ayuda de su… ¿salvador? Bueno, Alaude era algo así.
Realmente necesitaba unas vacaciones, su pelirrojo amigo ya le había hablado de ello, pero sentía que todavía no estaba listo para dejar ese lugar solo, ni por un día. Seguro se iba y al día siguiente de su partida ya habría explotado todo el edificio.
Cuando llegó a su casa pasaban de las doce, rayos, si que no tenía caso tener una casa si finalmente iba a terminar durmiendo en el auto, simplemente debería dormir en la oficina y listo. Negó con lentitud, esta vez no deseaba quedarse dormido en el auto, realmente necesitaba dormir en una cama. Salió del auto con pasos pesados y algo en la entrada de su casa lo sorprendió… no era algo… bueno, eran dos grandes maletas, ¿o tres? No, la de en medio no era una maleta…
Era un chico.
Y con terror Giotto recordó algo.
"¡Tsunayoshi!".
Sin pensarlo ni un segundo, olvidando su cansancio y problemas de oficina, Giotto corrió hacia la entrada, se detuvo frente al chico y se arrodillo. Casi deseo autocastigarse, el niño dormía frente a su puerta, con la espalda recargada en la madera y la cabeza enterrada en sus rodillas. Si que era de lo peor, realmente era un idiota. ¿Cómo pudo olvidar que ese niño iba a llegar ese día? Realmente necesitaba unas vacaciones o un castigo, realmente se sentía mal por haberlo hecho esperar cuatro horas. Un poco vacilante movió ligeramente a Tsuna.
"Tsunayoshi". Susurró bajito, tratando de despertarlo de tal forma que no se sorprendiera, pero el niño no lo escucho. "Tsunayoshi… Despierta". Esta vez aumento un poco su voz, pero el niño no se movió ni un milímetro. "¿Tsunayoshi?". Un poco más impaciente movió al chico por la cabeza y ahora si pareció reaccionar.
Fueron movimientos lentos y algo torpes, el niño primero lanzó un murmullo, luego movió las manos, que rodeaban sus rodillas y finalmente alzo el rostro. Oh, vaya sorpresa, ese niño era la viva imagen de Nana. Fue cosa de segundos lo que ocurrió en ese momento. Casi podrías contar hasta tres mientras veías los acontecimientos.
En el primer segundo Tsuna le miraba aturdido, sin saber que pasaba a su alrededor, todavía en el mundo de los sueños. En el siguiente segundo, Tsuna agrando los ojos, abrió la boca como si fuera a gritar y se levantó con prisa. En el último segundo, Tsuna tropezó con sus torpes movimientos y se golpeo la nuca con la puerta, volviendo al suelo, en donde había comenzado todo.
Giotto no pudo evitarlo, soltó una risita ligera, eso había sido totalmente gracioso, recuperando la compostura se levantó y estiro una mano al niño. "¿Te encuentras bien?". Tsuna asintió y tomó la mano que Giotto le daba, Tsuna era cálido, casi como un niño. "Lamento haberte hecho esperar… Realmente lo siento, pero el trabajo de hoy fue, particularmente difícil".
Tsuna le miró por un momento y luego sonrió mientras negaba con la cabeza, al parecer le estaba disculpando, se imagino Giotto. El castaño comenzó a buscar algo en las bolsas de su sudadera, era una sudadera naranja con blanco, y luego en las de su pantalón, cuando finalmente dio con lo que buscaba lo sacó y se lo dio a Giotto, se trataba de un pequeño sobre, una carta.
"¿Para mí?". Tsuna asintió y le sonrió de forma nerviosa, e incluso podría decir que fue tímida, que niño tan lindo, ni siquiera parecía un adolescente de dieciséis. "Vale, abriré la puerta". Tsuna se quitó de enfrente y Giotto incrusto la llave y la giró, abriendo la cerradura y finalmente abrió la puerta permitiendo al menor entrar.
Tsuna tomó una maleta, la más pequeña y con esfuerzo la levantó y entró, Giotto rió entre dientes ante eso y trató de imaginarse como abría llegado en primer lugar. Para ayudar al castaño tomó la segunda maleta y entró, mientras cerraba la puerta comenzó a abrir el sobre para ver su contenido. Era una pequeña nota, escrita rápidamente, debía de destacar, la caligrafía era similar a la de Iemitsu y se imagino que se trataba de una carta de él, probablemente dándole los últimos detalles acerca de Tsunayoshi. Mientras leía la carta comenzó a subir las escaleras y Tsuna le siguió por atrás.
Cuando termino de leer lo que había ahí, soltó la maleta en medio de las escaleras y abrió un poco la boca, ligeramente sorprendido.
Para mi querido amigo Giotto:
Si estas leyendo esto, es porque Tsuna ya ha llegado a tu casa. Realmente te agradezco infinitamente el que hayas aceptado a mi hijo en tu casa. Tsuna no es problemático, es un buen chico, hará lo que le pidas y tratara de no estorbar, es por eso que estoy preocupado, me temo que mi hijo es demasiado consciente de todo lo que lo rodea, no es caprichoso, nunca lo fue, aún esta a tiempo de ser mimado, así que espero que tú puedas mimarlo un poco. Mi querida Nana necesita una revisión más exacta, así que por esos motivos tengo que irme de viaje con ella, no tardaremos mucho, algunos médicos en Alemania me han alentado sobre el estado de Nana, ella podría salir del coma con un par de tratamientos, así que deseo acudir a ellos.
Realmente no tengo palabras para agradecerte que cuides a mi hijo. Nana y yo te lo agradeceremos.
P.D.: Tsuna perdió la voz en el accidente, así que no puede hablar.
Tu amigo, Sawada Iemitsu.
Tsuna miraba todo a su alrededor, detuvo su mirada en Giotto y le sonrió, tímidamente. El rubio le sonrió de regresó y se acercó a él y con sorpresa lo abrazó.
"Tsunayoshi, bienvenido a casa".
Las palabras lo tomaron por sorpresa, pero finalmente asintió, un poco nervioso e inquieto, nunca había sido abrazado por un extraño de forma tan repentina.
Giotto… era realmente cálido.
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Primer capítulo, realmente me gusta esta pareja, me preguntó que pensara Giotto al saber que lo revivimos para hacerlo pareja de su descendiente… ¡Seguro que esta más que contento! (XD)
Espero que les haya gustado este primer capítulo, esto sería más o menos el prologo, así que no tengo mucho que decir.
Shao~ shao~
