Disclaimer: Naruto no me pertenece.
Sumary: Naruto desapareció de la aldea, de una forma misteriosa. Dos años después, un espía les informa de un posible paradero.
:::::::::::::::::Cenizas de un Sol::::::::::::::::::::
Oscuro Reencuentro.
En un bosque montañoso del área neutral del mundo ninja, cerca de la villa del acero. Nubes oscuras dominaban los cielos nocturnos de los primeros días de primavera, notificantes de la próxima tormenta que azotaría a la zona.
La luna siendo tapada por las densas capas, la noche y las hojas de los arboles no permitían el acceso a la luz, lo que dejaba un terreno hermoso y verde en unas penumbras casi abismales, sacadas de relatos de terror.
Los seres que lo habitan se refugiaban con rapidez. Huyendo, buscando un lugar donde resguardarse de la tempestad que sentían llegar. Sin embargo, en un determinado sector de lo más profundo del bosque, un grupo de personas avanza al norte pendiente arriba.
—¡Apresúrense!
Grito uno de los muchos seres humanos. El movimiento de cada uno de los integrantes era veloz y firme. Cada obstáculo; como rocas, llanas y demás; lo saltaban y evitaban con gracia. Sus vestimentas oscuras y ligeras les hacían parecer sombras siniestras, que parecían alentar la huida de los animales, y las presencias que dejaban notar, mostraban poderío y determinación.
—Ya estamos por llegar al lugar…
Informo otro con voz neutra. A lo que cada uno identificaba, con su visión, el fin de las arboladas a una cercana distancia para pasar a un terreno totalmente rocoso. Después de recorrer unos minutos, el grupo se detuvo a metros de un acantilado.
El cielo relampagueante iluminaba periódicamente el ambiente, revelando a los seres que se encontraban en la más alta de las cornisas de aquellas montañas.
Ocho sujetos vestidos de negro y con máscaras en sus rostros, con una banda simbólica de su país en sus brazos derecho. Observaban y analizaban con sus miradas a la única silueta que difería de lo natural.
Parado en el filo de la pendiente se encontraba una solitaria figura humana de pelo rubio, contemplando las nubes, y dándole la espalda e ignorando la presencia de los recientes allegados. Llevaba puesto una fina yukata negra con detalles anaranjados que era sujetada con un obi blanco, en el cual se enganchaba una vaina negra donde descansaba su arma.
El sujeto que encabezaba al grupo dio un paso adelante, preparándose para lo que fuera. Su pelo liso y puntiagudo sobresalía de su máscara con un tono plateado.
—Es increíble lo útil e imponente que es la naturaleza… —de repente comento con suavidad la solitaria silueta.
Cada uno se alertó y tenso por la sorpresiva toma de palabras de su contraparte, pero nadie contesto o se movió a su señal, simplemente esperaron a que continuara. Su rival siempre había sido impulsivo e impredecible, y con el tiempo sumamente poderoso, además de un aliado incondicional y bastante tonto pero de confianza. Sin embargo hacía tiempo que había desaparecido y no sabían que tanto podría haber cambiado, por lo que estar precavidos no era mala idea.
—La tormenta es la encargada de la limpieza… y la que corta el vestigio de un pasado, —prosiguió con tranquilidad, al tiempo que una fina llovizna se presentaba y un rayo caía relativamente cerca, mostrando que bajo sus pies vendados se hallaba un cuerpo inerte, y que la ligera humedad hacia circular la sangre pendiente abajo. Lavando el suelo rocoso.
La reacción de los videntes fue totalmente oculta por sus máscaras, aunque un ligero temblor recorrió el cuerpo de algunos.
El rostro del muerto conservaba sus rasgos intactos, solo que de sus oídos y ojos parecía brotar pequeños canales carmesís. Su cuerpo por otro lado se encontraba doblado y enroscado como un muñeco de trapo, y presentaba algunas heridas visiblemente abiertas, que mostraban el tejido carnoso y muscular. En la oscuridad su silueta había sido confundida con la formación rocosa del terreno. Sin embargo lo que más asustaba de aquello, es que conocían a la víctima. De hecho hace unos pocos días se había contactado con algunos.
—Cada uno de nosotros representa una sombra del pasado… las cosas han cambiado. —musito de manera reflexiva.
—¿Qué has hecho, Naruto? —pregunto el líder del grupo, mientras su ojo derecho se habría rebelando uno de cualidades diferentes a su izquierdo.
El silencio de palabra se formó, siendo acompañado por los estruendosos relámpagos y el sondeo de las ráfagas de viento, que se iba intensificando con el pasar de los segundos. Pero nada de esto intimidaba a los sujetos ni siquiera molestaba, ya que el ser frente a ellos era su conocido amigo o eso esperaban. En sus recuerdos lo recordaban perfectamente, pero su misteriosa desaparición y el hecho de que parecía haber acabado con un hombre, de una forma tan despiadada, les hacía replantear sus acciones.
Después de unos minutos en que ninguno de los bandos accionara en absoluto, empezó a llover. El ambiente de seriedad sofocaba a algunos enmascarados. Naruto nunca podía quedarse callado, era demasiado inquieto. Por lo que ahora no sabían si el sujeto frente a ellos era su amigo, o simplemente un desconocido, que poseía un pelo similar y una cercana carácter vocal a la suya.
—¿Qué he hecho?... —dijo suavemente, preguntándose a sí mismo. —¿Eliminar un obstáculo? No, no manifestaba peligro alguno… quizá sea mejor decir, que borre una molestia… si eso es más acertado… —contesto con resolución.
No cabe decir que los shinobi estaban un poco perplejos por como hablaba su contraparte. Además de darles la espalda de esa forma tan relajada, incluso ante la fuerte tormenta que los golpeaba.
—La verdad… esa pregunta fue estúpida, —comento manteniendo aquel tono suave —es obvio lo que hice, y la razón es por la que están aquí. No voy a justificarme con ustedes. No les debo nada, pero solo diré que las sombras del pasado pisan fuerte, incluso son más oscuras… y si quieren seguir con sus vidas olviden la tormenta.
—¿A qué te refieres? —exclamo una voz femenina en el grupo, mientras daba un paso al frente. Alineándose al lado del líder de escuadrón —Naruto…
—Ni digas nada más, —ordeno otro, que se posicionaba a su lado —ahora mismo debemos dejar nuestros sentimientos de lado, para que no interfieran en nuestro camino. Recuerden que estamos de misión…
—¿Sentimientos? No esperaba eso de ti, Sasuke —interrumpió el rubio, que ladeo su rostro levemente. —Al fin de cuentas, no soy el único que ha cambiado…
—¿Qué es lo que sucedió, Naruto-kun? —pregunto otra mujer en el grupo, con un tono suave apenas perceptible en aquella tormenta. A lo que todos sus compañeros observaron.
Una mujer, de estatura promedio de pelo largo lacio y oscuro, apretaba su puño contra su pronunciado pecho a la altura del corazón.
—Yo… no puedo contestarte. —Contesto lentamente luego de un segundo.
—Entonces basta de palabrerías. Es hora de que llevemos a cabo nuestra misión. —Informo Sasuke, que mostraba unos ojos rojos con tres aspas negras —Naruto, te llevaremos a Konoha… aunque sea a la fuerza.
—Oh, ¿y cómo se supone que hagan eso? —pregunto ladeando levemente el rostro, revelando las tres marquitas de sus mejillas.
—De esta forma. —Contesto al tiempo que se abalanzaba y su mano derecha destellaba — ¡Chidori!
El ataque quedo en la nada.
De un momento para otro, el cuerpo de Sasuke fue apresado por una fuerza invisible en pleno trayecto. El escuadrón de shinobis no tuvo siquiera tiempo de sorprenderse, cuando su propio compañero se les venía encima.
Tras unos pocos segundos, reaccionaron y se levantaron para enfrentarlo nuevamente. Sin embargo, al observar a su antiguo amigo se quedaron congelados y atemorizados. Ninguno de los ocho pudo evitar mostrar plenamente el temor de sus ojos, e incluso el temblor de sus cuerpos ante lo que se les presentaba.
Naruto se encontraba en la posición en la cual lo encontraron, parado sobre el inerte y mirando las nubes tormentosas. Pero ahora, una bestia de pesadillas se interponía entre ellos.
Un zorro de pelaje rojizo, del tamaño de una persona adulta alta, les gruñía con ferocidad. Sus ojos inyectados de sangre, sus afiladas garras y dientes sin olvidar su estatura no eran lo único atemorizante. Sino, las nueve colas que poseía le daban el toque sobrenatural que sus conocidos temían y describían por su poderío.
—K-Kyubi.
Musitaron. Mencionaron sin intencion, perdidos y desenfocados con un tono suave los shinobis. El ser que era cuidado por su antiguo amigo, el prisionero al que todos temian y odiaban estaba libre esa noche, para hacer lo que se le plasca. Ya sabian de su poder, algunos por experiencia vivida y otros por relatos historicos, pero… verlo de frente, no tenia igual.
—No hay forma de que cumplan con su mision esta noche, —comento el rubio con tranquilidad, para que luego de un segundo en silencio diera un pequeño salto. Pisando el suelo rocoso, se agacho, levanto el cuerpo y lanzo un objeto hacia atras —solo eso puedo dejarles, este cuerpo todabia puede tener un ultimo uso, —informo mientras se volteaba hacia sus videntes, para despues inclinarse levemente —con su permiso, nos retiramos.
—¡Espera…! —pidio el capitan del grupo, dando un paso hacia delante y estirando su brazo.
No llego a terminar su pedido cuando Kyubi rugio sonoramente, haciendoles caer de rodillas y taparse los oidos.
El estruendo de los truenos les regreso a sus sentidos. Por lo que todos abrieron los ojos, y notaron que estaban solos en aquella pendiente.
—¿Q-que fue todo eso? —pregunto la primera mujer que habia hablado, su voz se encontraba seca y debil. —¿realmente era Naruto? —unos fuertes brazos la apresionaron, y ella se dejo sostener por ellos.
—No lo sabemos bien, todabia. —le respondio su captor, casi en un susurro. Él tampoco entendia la situacion.
Mientras que el capitan, levantaba del suelo el objeto que previamente habia lanzado el rubio. Se encontraba sorprendido, temeroso y confuso aunque no lo mostrara.
—Kakashi-sensei, ¿que es lo que nos dejo? —pregunto otro del grupo.
—cierto Kakashi, ¿Qué es lo que nos dejo, Naruto? —pregunto Sasuke, mientras se acercaba a observar.
El resto miraba al lider de mision, esperando saber la respuesta u observar lo que sea que fuere. Kakashi, simplemente suspiro cansado y les mostro a todos el objeto. Un Hitai-ate de su aldea.
—Regresemos, debemos informale a la Hokage de esto. —ordeno, a lo que todos asintieron.
Cada uno de ellos iba con la cabeza baja. Cansados y confunsos, volverian a su aldea sin poder cumplir con aquella mision, apenados y tristes de no recuperar a aquel que los habia rescatado de alguna forma, y al que todos ellos terminaron quierendo como a un amigo o como a un hermano, sino es que mas.
Sin ser notada una silueta oscura los vigilaba, desde la punta de un arbol a una buena distancia. Habia visto todo lo que habia sucedido aquella noche tormentosa.
—Oh, esto debe ser relevante para él. —se dijo a si mismo, con un tono placentero. —Quizas pueda divertirme un poco con ellos, —hablo con gracia para luego dar una carcajada —¡sera emocionante!. —exclamo, para luego saltar de desaparecer en la tormenta.
Minutos despues en una cueva cercana, Naruto descansaba recostado sobre el lomo del zorro, que parecia acunarlo con sus colas. Su ojos se encontraban ocultos bajo una mascarilla de porcelana blanca con detalles dorados, mientras que el resto de su facciones eran visibles.
Una de las colas del gran zorro le acariciaba la mejilla izquierda con suavidad y delicadeza, procurando no despertarlo de su letargo. Hacia un tiempo que le habian liberado de su prision, y desde ese dia no se habian apartado, a excepcion de esta noche.
"Porque los humanos querian llevarte. Acaso no entienden tu sufrimiento, y solo te quieren para que sigas sacrificandote por ellos. No me importa cual sea su motivo no permitire que se te acerquen, Naruto"
—No te preocupes por mi… Hitomi —dijo suavemente el rubio, sorprendiendo al zorro que simplemente lo observaba.
—Incluso entre sueños me tienes presente —comento con cariño la zorra, que miraba con admiracion al joven.
Poco tiempo despues, la zorra no pudo mas y se dejo vencer por el sueño. Compartiendo su calor con aquel que le habia liberado y salvado.
Fin del primer capitulo.
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Notas:
No tengo mucho que decir, quizas esta es la que deja mas dudas y presenta mas enigmas de las dos narraciones. Cada presenta un punto en comun, como ya leeran.
Bueno espero que voten por cual sea la que mas les interese.
Saludos, y nos estamos leyendo.
