Plegaria
No era la primera ves que se escuchaban gritos, los vecinos ya estaban acostumbrados a las continuas discusiones que provenían de "La esquina Matiz", un edificio enorme con unos pequeños canteros en mal estado en cada ventana y una puerta exageradamente grande. En ella miles de niñas caminaba como si fueran una colonia de abejas, todas vestidas con un mismo uniforme y mochilas colgadas al hombro.
Los gritos no cesaban y una ronda de chicas curiosas se armo en frente de una puerta de madera oscura.
- ¿Que Sucede? – pregunto una niña curiosa que se asomaba entre muchas cabezas para ver lo que ocurría. – Saffir – respondió una chica mas grande que ella que estaba al lado de ella –Ohhhhh- respondió y detuvo a escuchar los gritos aturdidores que se escuchaban del otro lado...
- Yo no e hecho nada! -
- no mientas jovencita sabemos perfectamente que tu lo as echo!-
- por vigésima cuarta vez yo no e hecho nada!-
- Entonces quien? -
-no lo se!.-
-habla niña o sino...-
-o sino que?...- desafió una vos imponente y desafiante – me va a echar de este asqueroso internado?. adelante hágalo con gusto aria mis maletas y me iría!-. rugió la mima vos.
- no creerá que le voy a dar el gusto ¿verdad?- pregunto otra vos algo calmada y odiosa. – valla a su habitación le are saber su castigo –.
Tras decir estas palabras el picaporte se movió y tras hacerlo todas las jóvenes dieron un paso hacia atrás mientras contemplaban como una joven enfurecida salía sujetada del brazo por una señora mayor que la arrastraba. La joven se soltó y miro a su alrededor para ver la multitud que se había juntado para observar quien era la causante de todos esos gritos. La niña solo movió lo labios los cuales gesticulaban sin ningún sonido "nadie les dio vela en este entierro". Tras decir esto salió maldiciendo a una y cada una de las personas que la observaban
Una joven de cabello rojizo y ojos marrones salió corriendo tras ella mientras que la muchedumbre se dispersaba rápidamente, esta entro a un cuarto no muy elegante pero ordenado con una pequeña venta ubicada sobre una cama en la cual esta tirada la misma joven que había maldecido a todas sus amigas
-Que quieres? – pregunto entre sollozos mientras se daba vuelta para contemplar a la joven parada frente a la puerta.
-Que as hecho esta ves? – respondió esta con una vos dulce y comprensiva
- Nada, Zeide, nada –dijo ella abrasando a su amiga –No e hecho nada
- y porque tanto grito? -
- la directora cree que yo e roto los pupitres del aula de Matemática y puesto pegamento en cada uno de los bancos del aula de Literatura – dijo ella tirando un suspiro al aire y desplomándose nuevamente en su cama. Zeide la contemplo esperando que ella admitiera su culpa –Saf...-
- yo no e hecho nada! – rugió nuevamente
- Saffir... te creo, ahora por favor deja de gritar- se impuso Zeide mientras le alcanzaba un pañuelo. –Tu eres la única razón por la que me quedo aquí, Zeide, sino fuera por ti yo ya estaría caminando tranquila por los parques de la ciudad-
-no digas tonterías –dijo Zeide mientras Saffir se secaba sus lagrimas
- No son tonterías muy pronto me iré estoy segura te juro que me iré – la contradijo su desolada amiga. –Bueno ya, ahora estas aquí y tenemos una clase de Literatura e 5 minutos así que arriba- la alentó Zeide mientras le alcanzaba su mochila.
Al caer la noche ni un solo sonido se podía oír y la única luz que existía era la luz de la luna que se colaba por la ventanas. Todos dormían placidamente excepto una niña que se hallaba arrodillaba frente a su cama con sus manos unidas. La luna asía brillar sus grises que se inundaban de esperanza por cada palabra que decía -Hola dios, soy yo, la simple y ordinaria Saffir, solo te pido lo que cada día anhelo tener, solo quiero Salir de aquí ir a un lugar muy lejos de aquí un lugar especial donde allá aventuras, emoción donde allá gente que te valore...- un ruido se escucho por lo legos -... Solo eso. Debo irme pero por favor te en cuenta mi plegaria, mi suplica – y sin sacarse el uniforme se sumergió en un profundo y cálido Sueño ese mundo donde nadie la podría retar ni mucho menos. De repente sintió como si estuviese cayendo en un abismo sin fin, y una brisa fuerte le impedía abrir su ojos.
Mientras tanto muy a kilómetros de donde se encontraba Saffir, en un campo de deportes volaban 14 jóvenes, los cuales dos perseguían una pequeña pelota color dorado, 6 se peleaban por atrapar una pelota colorada y 4 agolpaban sin cesar a 2 pelotas que, por lo general, iban a parar a las personas que componían el equipo rival.
En las gradas jóvenes de 11 a 17 años alientan a los dos equipos que se encuentran en pleno juego pero en un preciso momento los gritos de aliento de todos los jóvenes se convirtieron en asombro al ver un destello de luz roja que se mezclaba con el cielo el destello tomo forma de una joven y de allí apareció Saffir cayendo a toda velocidad a unos 200 M de altura, pero enteramente dormida.
Todos quedaron boquiabiertos al contemplar a la joven caer, nadie parecía tener intención de salvarla de su caída cuando un joven se libro de su asombro y bajo a toda velocidad a para tomarla por la cintura. Al atraparla todos salieron de su asombro aplaudiendo por la hazaña mientras el joven la subía a la escoba, y descendía lentamente.
-¿Quien será?- pregunto una vos curiosa pero asustada.
Saffir sentía miedo de abrir sus ojos, no tenia ni la mas mínima idea de lo que había pasado, solo sabia que por un momento sintió vértigo. Se sentía débil y cansada sin ninguna razón. Sin mencionar que tenia la extraña impresión de que se estaba olvidando algo.
- Apártense! – grito una vos mientras se habría paso entre una manada de jóvenes. La niña al oír esa vos sintió una enorme seguridad y con la poca fuerza que tenia abrió sus ojos. Se sintió extraña al divisar tantas personas observándola mientras ella yacía tumbada en el suelo. Una persona en particular había llamado la atención estaba frente a ella observándola tras sus lentes de medialuna como si estuviera buscando algo en su rostro. Saffir siento un abraso cálido que la invadía por todo el cuerpo y volvió a serrar sus ojos.
Pasaron 3 días y Saffir no habría los ojos, todos en el lugar ya sabían de la extraña muchacha que había caído del cielo y que por el momento no había dado señales de vida.
-quien será? – pregunto de nuevo la vos curiosa.
- Saffir Slowad –respondió débilmente esta mientras abría sus ojos con mucho esfuerzo y contemplaba que 3 personas que estaban en el tope de un cama observándola totalmente asombrados. Saffir echo un vistazo a su alrededor era un lugar extraño que nunca había visto, había camas a los laterales y armarios a medio abrir, en el fondo había una pequeña puerta y a 3 camas de ella otra puerta mas grande. - Despertó, Madam Pomfrey, despertó-. Grito enérgicamente uno de los jóvenes echándose a correr hacia la puerta de la cual salía una señora mayor muy exaltada. – llama a Dumbledore – le ordeno la señora mientras corría hacia donde estaba Saffir. –ustedes Fuera – dijo señalando a los otros dos chicos que aun se encontraban en el tope de la cama, estos obedecieron y en cuestión de segundos se quedo sola con la tal "Madam Pomfrey".
-Disculpe... señora... donde... estoy? – pregunto Saffir desorientada mientras se sentaba en la cama.
- Primero dime como te llamas pequeña – dijo ella con una vos falsamente dulce pero con mucho interés mientras vaciaba una botella de liquido violeta en un baso y se lo daba para beber –Saffir Slowad – repitió esta mientras tomaba un sorbo del extraño liquido violeta – Disculpe... pero... ¿dónde estoy? – insistió la joven. Madam Pomfrey se dispuso a contarle pero antes de que pudiera emitir un sonido la puerta se abrió de par en par y la misma figura que le había otorgado tanta calidez se acercaba a ella con tal calma que Saffir no pudo comprender. –¿donde estoy?- siguió insistiendo ella mientras miraba muy confundida al hombre que se posaba en la cama de enfrente observándola muy fijamente a los ojos, la señora desapareció de la habitación y unos segundos de silencio fueron interrumpidos por la pregunta insistente de Saffir. –Primero dime quien eres – respondió la persona frente a ella.
- Estoy cansada de hablarle a una persona desconocida que me pegunta quien soy y no me dice quien es, así que si quiere saber mi nombre primero dígame el suyo -
- Albus Dumbledore -
-Saffir Slowad… discúlpeme señor… pero...¿donde estoy? -
- ¿por qué quieras saberlo?- pregunto tranquilamente Dumbledore.
- ¿Usted que aria y si estuviese durmiendo en su cama y de repente aparéese en un lugar enteramente desconocido con personas que no conoce?- replico ella, Dumbledor sonrió levemente, parecía causarle gracia la forma de hablar de Saffir
- Disculpe pero enserio... deseo saber donde estoy -
- Me temo que eso tendrás que investigarlo tu -
- Señor... entienda no se donde estoy -
- te lo diré si me dices quien eres -
- Soy Saffir Slowad, tengo 13 años cumplo 14 dentro de 4 meses, mi actual hogar es un internado pupilo llamado "La esquina Matiz", odio mi vida, y no se donde estoy – respondió ella insistente como siempre. Estaba desesperada por saber donde estaba, miraba a su alrededor y no podía recordar ese lugar, nunca había estado allí.
- Te encuentras en Hogwarts – respondió este parándose.
- Hogwarts .¿qué es...?-
- Colegio... Hogwarts... de magia y hechicería- la atajo. La niña sintió que su cabeza explotaba por un leve momento y una imagen se aclaro en su cabeza, luego escucho hablar a unas personas y su dolor cesó – Muggle – repitió ella por lo bajo observando sus manos y pasándola frente a sus ojos – Disculpe que es muggle... lo acabo de escuchar y me gustaría saber que significa -
- muggle es una persona sin magia -
- yo... yo soy muggle ¿verdad?- pregunto ella. Dumbledore pudo descubrir en sus ojos que la confusión de la pequeña era tan inmenso que sus ojos se desorbitaban. Entonces tomo asiento y le explico detalladamente donde se encontraba, que había ocurrido y todo lo que debía saber antes de que pudiera levantarse de su cama. Saffir pregunto porque si los magos estaban anónimos para que los Muggles porque le estaba contando todo a ella. Pero Dumbledore no respondió esperaba a que ella depusiera esa respuesta. La niña no pudo conseguir descifrar la respuesta pero estaba segura que muy pronto podría descifrarlo. -...De todos modos el Ministerio de la magia está trabajando para saber como as llegado aquí...- continuo Dumbledore mientras se paraba. –Bueno... creo que debo irme. Adiós -
-Disculpe – lo detuvo Saffir antes de que saliera de la habitación. -¿tendré que estar aquí asta que vuelva a mi casa?-
-Supongo que...- se detuvo a ver bien a la joven y se acerco. –Podremos hacerte pasar por una estudiante-.dijo Dumbledore mientras le guiñaba el ojo. Saffir sonrió, y repentinamente el desapareció.
