Es la primera vez que me atrevo a hablar de estos personajes. Si bien considero la pareja Sirius-Remus prácticamente canon, nunca antes había sido capaz de condensar mis ideas sobre ellos y volverlas fanfic. Pero cuando leí esta tabla en 'Retos a la Carta', algo me habló a gritos de los Merodeadores, de Remus, James, Sirius, Peter (porque Peter también fue Merodeador y también fue joven y también tuvo una historia) y también de Lily.
Este primer capítulo es algo soso. Principalmente porque es sólo una pequeña introducción mostrando como creo yo que debió ser todo en un comienzo. Es por eso que este es el capítulo más corto de toda mi tabla. Aquí va.
1-. Tacto
Cuando Remus tenía once años y llegó por primera vez a Hogwarts, no estaba acostumbrado al contacto físico. Fuera de sus padres, en su corta vida habían sido contadas las ocasiones en que había recibido demostraciones de afecto de ese tipo, principalmente por causa de su conciencia de ser una criatura altamente peligrosa. Él era un licántropo y no quería involucrar a nadie en su problema. Eso y que tampoco quería volver a sentir el peso del rechazo y la discriminación de sus pares.
Esto fue hasta que llegó Sirius.
Sirius era todo tacto y piel y manos en la espalda y definitivamente no se encontraba cómodo a menos que estuviera invadiendo vergonzosamente el espacio personal de los otros. Con James parecían tener una suerte de dependencia física que los tenía todo el día dándose amistosos golpes o simplemente apoyados el uno contra el otro. Peter aceptaba más a regañadientes las pequeñas collejas que le lanzaba Sirius al pasar, pero parecía entender aquel cariño efusivo y un poco violento que Black profesaba.
Para Remus la situación era un estrés continuo. Le alteraba los nervios la conciencia de que Sirius realmente necesitaba apoyarse contra su hombro al hablarle, en vista que en el caso contrario, sentía que no estaba recibiendo la atención suficiente. Para Sirius esto no era de ninguna manera una trasgresión de los límites personales de nadie: él entendía como parte ineludible de una relación el contacto físico y tenía un afán casi maniático por expresarlo.
Suponía que esta característica mucho y todo tenía que ver con el hecho de haber crecido en la familia Black. No era que Sirius alguna vez se lo hubiera dicho, sino que más bien tenía que ver con lo que se podía deducir de lo que Sirius no contaba: aquello que hablaba de una madre distante y autoritaria, un padre prácticamente ausente, un hermano obsesivo. Una casa enorme, llena de los cuadros de antepasados sedientos de sangre y las cabezas de sus elfos domésticos. Todo un legado sobre la espalda de Sirius, que sólo le había entregado una infancia solitaria y una tórrida llama de rebeldía contra su familia. Remus suponía que ahora que Walburga Black sabía la casa en la que había ido a caer su primogénito, era cuestión de tiempo para que todo empeorara. Sirius había llegado a comentar algo sobre ser borrado del árbol genealógico y que le expulsaran de casa. Remus prefería pensar que ninguna madre haría eso.
Era por eso que el joven licántropo había aceptado con temerosa condescendencia la amistad entusiasta del heredero de los Black, aceptando sus pequeños gestos de cariño que en un comienzo solo lo asustaban, temiendo que a través de ello se descubriera su más odiado secreto. Pero terminó por olvidar el miedo, notando en Sirius un terror casi palpable al rechazo, algo que escondía hábilmente tras su apariencia de gamberro y busca pleitos, pero que a ojos del Remus era evidente.
Sentado bajo el haya del lago, con James roncando ruidosamente a su lado y Peter cabeceando sobre su libro de historia, Remus se detuvo a observar a Sirius. Con sus once años, su cabello demasiado largo para ser decente en cualquier parte del mundo y los ojos azules entrecerrados, mientras reposaba la cabeza contra el regazo de Remus.
Era algo así como un cachorro de raza fina, con la elegancia Black brillando hasta en las uñas de los pies, abandonado durante demasiado tiempo en las calles y que había finalmente encontrado a su dueño.
Continuará.
No me gusta mucho este capítulo, pero aunque traté de reescribirlo, fue lo único que conseguí para narrar cómo ve este Remus de once años a Sirius.
El seguno capítulo es 'Vista'. Y habla un poco de James y Lily.
Hasta entonces
KmY
