Crossover Frozen + Big Hero 6. Helsa. Continuación del drabble "Análisis" de "Iceburns Drabbles".

Disclaimer: Nada me pertenece, le pregunté a Mickey y el maldito no me quiso vender los derechos de Frozen ni de Big Hero 6. Al parecer no soy lo suficientemente rica como para hacerle una oferta decente. Algún día lo seré y entonces comenzará el reinado del Helsa. e.e *Sigue soñando*


Diagnóstico Incómodo


La exposición científica de la Universidad de Arendelle se encontraba a reventar. Prácticamente todo el alumnado se había presentado al evento; muchos de ellos con toda clase de inventos y elaborados experimentos. Era bien sabido que a la demostración acudirían importantes patrocinadores y obtener el interés de alguno de ellos representaba una gran oportunidad.

Eso sin embargo, no le interesaba a cierto pelirrojo que caminaba entre los stands observando con algo de recelo a su alrededor. ¿Quién pensaría que precisamente él se encontraría en un sitio atestado de nerds?

Se detuvo con semblante serio frente a un rincón, en donde un chico pelinegro acomodaba en el suelo una caja de color rojo.

—Ah, hola Hans—saludó amablemente al notar su presencia.

—Hamada—replicó escuetamente, contestando a su saludo.

—¡Qué extraño es verte por aquí!

El mencionado enarcó una ceja.

—Ya sabes, porque esto es una exposición de ciencias y tú… bueno, tú… no pareces interesarte mucho en eso—explicó el otro, provocando que esta vez frunciera el ceño.

¿Qué estaba tratando de insinuar ese patético geniecito? ¿Acaso creía que era alguna especie de tonto que no entendía de ciencias? Tal vez la materia no era su fuerte y no tuviera un coeficiente intelectual tan monstruoso como el suyo, pero tampoco era un idiota.

"Estúpido nerd", pensó con amargura. No entendía que era lo que le veía Elsa. Su sonrisa barata de anuncio de pasta dental y su ridícula gorra no tenían nada de impresionante.

—Seguro vienes a buscar a Elsa, ¿verdad? Debe estar a punto de llegar—le dijo Tadashi, pasando por alto su cara de pocos amigos.

—¿Quién dice que vengo a buscarla a ella?—repuso el cobrizo con desdén, lo que provocó que el moreno volviera a sonreír socarronamente.

—Bueno, no creo que vengas a buscarme a mí—apuntó con gracia—y honestamente, tampoco a ver la exposición, ¿o sí?

—¿Qué? ¿Uno no puede interesarse por las cosas científicas?—inquirió Hans retadoramente.

Tadashi rio por lo bajo. Sabía perfectamente que no le agradaba al pelirrojo así como la razón de su aversión hacia él. El pobre andaba detrás de su mejor amiga pero era muy orgulloso como para aceptarlo. Y a él la situación le parecía de lo más divertida.

Tomando en cuenta que Elsa era tan obstinada como el ojiverde; quien tampoco le era precisamente indiferente, había llegado a la conclusión de que esos dos eran tal para cual. Sobretodo después de presenciar sus numerosas discusiones y la manera en que solían comportarse debido al otro. Cuantas veces no había reído cuando la rubia se pasaba horas criticando al, como solía llamarlo, "imbécil de Westergaard" o cuando veía como el aludido se esforzaba por llamar su atención.

—Así que te interesa lo científico—dijo—. Me comentó Elsa que ya te había enseñado nuestro pequeño invento—acto seguido, se inclinó para abrir la caja que estaba a su lado.

Esta se expandió y se abrió para dar paso a un enorme robot inflable de color blanco y diseño adorable.

—¿El malvavisco parlante?—dijo Hans con voz monótona—Sí, me lo mostró el otro día. Ya me enseñó cómo funciona.

"Hasta me dio una demostración práctica", dijo irónicamente para sus adentros, recordando el pisotón que la muchacha le había propinado antes de probar su maravillosa invención.

—Ah, pero no lo has visto con las mejoras que le implanté—aseguró Tadashi observando con orgullo al androide—. Ahora puede hacer análisis mucho más exactos del organismo de una persona. Este pequeñín va a ayudar a mucha gente.

Hans rodó los ojos. Como odiaba cuando ese nerd se hacía el buen samaritano; siempre tan intachable y amable con todo el mundo. Lo detestaba.

—Hola, soy Baymax. Tu compañero personal del cuidado de la salud.

Hans tuvo ganas de buscar el bolígrafo que llevaba en el bolsillo para reventar a ese ridículo robot.

—Hablando de la reina de Roma, mira quien ha llegado—el anuncio de su creador le hizo darse la vuelta de inmediato, para ver a una chica rubia que se aproximaba hasta ellos. El estómago le dio un vuelco.

—Lamento la tardanza—Elsa se volvió hacia él con expresión sorprendida. Estaba claro que no se esperaba verlo allí.

—No te preocupes—la tranquilizó Tadashi y enseguida adoptó un gesto malicioso—. ¿Sabes? Iré a buscar a mi hermano, ¿quieres arreglar el stand mientras tanto? Ya vuelvo.

La platinada solo atinó a asentir mientras lo miraba alejarse entre la multitud. Luego se volvió hacia Hans que la observaba fijamente. Carraspeó incómoda.

—Westergaard—lo saludó con frialdad, ocupándose en arreglar la mesa en donde se instalarían ella y su compañero—. Qué extraño es verte por aquí.

—Tu amiguito me dijo lo mismo—dijo él, sin poder evitar recalcar la palabra "amiguito" con cierto enfado.

—Bueno, ya sabes, es porque esto es una exposición de ciencias y tú… pues, eres un idiota—soltó Elsa sin una pizca de vergüenza y ganándose una mirada fulminante de sus orbes esmeraldas—. ¿Qué? No eres precisamente Einstein—añadió, arqueando una de sus finas cejas—. Por cierto, ¿a qué viniste? Si es raro verte aquí.

—Vine a verte hacer el ridículo con tu patético robot y ese nerd amigo tuyo—espetó Hans con una sonrisa arrogante de lado y buscando fastidiarla, cosa que supo que había logrado al ver las pálidas mejillas de la muchacha tornarse rojas.

—¡Tú eres el patético! ¿Por qué nunca dejas de molestar?

—Lo haría copo de nieve, pero es demasiado divertido y fácil venir a provocarte.

—¡Estúpido!—sin poder contenerse, Elsa le dio un empujón que provoco que chocara contra el suave y mullido robot que tenía al lado.

Baymax hizo que se incorporara con delicadeza y volvió a escanearlo, omitiendo su mirada confundida que después se volvió sarcástica. A ver con que idiotez salía de nuevo el malvavisco gigante.

—Detecto una serie de cambios en tu organismo—habló el androide con aquella voz suave y robótica que lo caracterizaba—. Síntomas: alteración de las hormonas, liberación de dopamina, oxitocina y fenetilamina, aceleración del ritmo cardíaco…

Ahora Elsa frunció su ceño, extrañada ante el análisis del autómata.

—Mi diagnóstico concluye que estás enamorado—tanto ella como Hans abrieron los ojos como platos, la blonda con incredulidad y él con horror.

—¡No es verdad!—exclamó alarmado.

No era posible que estuviera escuchando tal conclusión de aquel miserable muñeco, ¡¿cómo lo había descubierto?! El nerviosismo comenzó a apoderarse de él.

—Mi memoria indica que en casos como este, el paciente debe hablar de lo que siente para hacer patente su mejoría—continúo hablando Baymax.

—¡Cállate!—el joven se volvió enfadado hacia Elsa, quien se veía más confusa que nunca—¡Nada de lo que dice es cierto! ¡No sirve! ¡Tu robot no sirve!—exclamó con vehemencia.

—Baymax siempre es muy acertado en sus diagnós…

—¡No sirve!—la interrumpió Hans bruscamente—¡Y si vuelve a repetir esa mierda lo voy a desinflar!

—¡Te mato si lo haces!—lo amenazó la platinada, asesinándolo con sus ojos azules.

—¿Estás satisfecho con tu cuidado?—escuchó él que le preguntaba Baymax y se sintió al borde de la exasperación.

—¡No! No estoy satisfecho con mi cuidado—dijo Hans con una voz en la que se mezclaban el enojo y su acostumbrado sarcasmo—. Púdrete, malvavisco parlante. ¡Espero que no ganes nada el día de hoy!

—Es una exposición idiota, no un concurso. No hay ningún premio—intervino Elsa de mala manera.

—¡Pues entonces espero se descomponga!—bramó el pelirrojo atrayendo la atención de varias personas a su alrededor, lo que no le importó puesto que había comenzado a alejarse para salir de esa convención de nerds—¡Y tú eres la idiota!—añadió señalando brevemente a Elsa, antes de darse la vuelta por completo y retirarse malhumorado.

La joven se le quedó viendo con frialdad, deseando en su interior que un autobús lo arrollara de camino a su casa.

—No puedo desactivarme hasta que digas que estás satisfecho con tu cuidado.

Con las manos en la cintura, ella observó detenidamente a Baymax, impidiendo que fuera detrás del cobrizo. Era tan extraño lo que acababa de decir. ¿Sería posible que estuviera en lo cierto al mencionar un diagnóstico tan peculiar?

Se sintió ruborizar al instante y enseguida negó con la cabeza. Hans Westergaard y ella se odiaban el uno al otro y eso no cambiaría ni en mil años.

Lo mejor sería que desactivara manualmente al androide y revisara su memoria, antes de que llegara algún patrocinador. Lo más probable era que hubiera algo que a Tadashi se le hubiera pasado por alto.


Nota de autor:

Ok, para tomarme un breve descanso de mis habituales escritos, mis musas me susurraron que debía escribir esto. El universo de Big Hero 6 es fascinante y más cuando lo combinas con Frozen y mi amada parejita. *w* Además, un comentario de AlbaSky para el drabble "Análisis" me inspiró y bueno... salió esta pequeña locura. Es como bien dije al principio, una continuación de lo que sucede después de lo ocurrido en ese pequeño corto. ¿Qué les ha parecido, mes chéries? :3

Ese Baymax es un loquillo, dándole un empujoncito a cierto pelirrojo y cierta rubia que yo conozco a admitir lo que sienten. e.e

Jajajaja, es tan divertido ponerlo a él a discutir con el robot; no sé, canónicamente pienso que él lo odiaría por su naturaleza malvada y todo eso. Y como ven, aquí si salió Tadashi. :D Maldito Disney, primero Mufasa y luego él, ¡no al homicidio de personajes! D: (Solamente en fics xD).

Comentar en la cajita de aquí abajo es gratis. ¡Úsenla! :D