Era un día relativamente tranquilo en el Sunny cada tripulante se hacía cargo de sus tareas habituales, Nami había estado trabajando en un mapa desde hace un rato, le sorprendió darse cuenta de que había terminado rápidamente, pensó que probablemente se debía a que no había tenido que salir a dar un regaño a su Capitán.
- ¿Qué estará haciendo ese tonto? – Pensó con una mueca en su cara – bueno no es que me importe de todas formas.
Pero sí que le importaba, de hecho pensaba bastante tiempo en su Capitán, en especial en los dos años que estuvieron separados, con frecuencia se preguntaba si estaría bien, porque seguramente estaría entrenando como un loco, o si se sentiría solo, cosas como esas de pronto pasaban por su mente y se obligaba a si misma a dejar de pensar en eso y continuar con su entrenamiento. Después de haberse reunido, Nami se había sorprendido con el nuevo Luffy, bueno en realidad era algo confuso pues era el mismo Luffy de siempre, alegre y despreocupado, claro mucho más fuerte que antes, pero además de eso no parecía haber un cambio significativo en él, a pesar de eso Nami lo 'sentía' diferente, no estaba muy segura de cómo pero definitivamente había algo diferente, de nuevo trataba de no pensar mucho en eso.
Era hora de verificar el rumbo, se levantó de su escritorio, se estiró y salió a la cubierta a ver el cielo y a comprobar el log pose, fue entonces cuando lo vio, hay estaba Luffy, solo, sentado en la borda del Sunny con la cabeza baja y sosteniendo una caña de pescar, al verlo tan tranquilo le pareció tierno y sin darse cuenta ya estaba caminando hacia él, se paró a su lado y lo miró, el inmediatamente notó su presencia.
- ¿Qué estás haciendo aquí solo? – bueno era bastante obvio que estaba pescando, pero su pregunta era porque le parecía extraño ver a Luffy tan tranquilo.
- ¡Oh! Nami – dijo entusiasmado - estaba en el taller con Usopp, de pronto me dijo que era muy importante que consiguiera un pescado, así que me mandó para acá, aunque no estoy muy seguro de para que lo necesita.
- Ya veo – así que solo quería deshacerse de él, pensó.
- Aún no he conseguido nada, pero está bien he estado pensando en algunas cosas.
- ¿Pensando? – Se sorprendió bastante, pero no tuvo tiempo de preguntar más, Luffy había pescado algo.
- ¡Hey! Genial, Nami me has dado suerte.
Nami se sonrojó ligeramente al escuchar esto, pero esa sensación pasó rápido cuando vio lo que estaba en el anzuelo.
- Mmm, pero si esto no es comida – se quejó Luffy.
Los ojos de Nami estaban clavados en el pequeño cofre que se había atorado en la caña de pescar, era pequeño pero lucia valioso, brillaba a pesar de estar sucio, evidentemente por haber estado hundido en el mar.
- Pero si es mejor que comida, es un tesoro – bueno era pequeño pero seguro que contenía algún tesoro.
- ¡Enserio!
- Veamos que hay dentro - Y lo tomo entre sus manos, sacudiendo algunas algas que colgaban de él.
- Recuerda que fui yo el que lo encontró.
- Claro, nos dividiremos el contenido, te daré el 30%.
- ¡Eh! Solo el 30.
- Pues claro, si yo no hubiera estado aquí lo habrías tirado por la borda.
- Mmm – murmuró Luffy, pero no dijo más, su Navegante tenía una expresión de felicidad, sus grandes ojos brillaban más de lo normal y su rostro en general resplandecía, le gustaba verla de esa manera, así que se dedicó a mirarla abrir el cofre. Usando sus viejas pero no olvidadas habilidades como ladrona con un broche forzó el pequeño cerrojo del cofre.
- Que suerte que no tiene candado, esto es bastante fácil. -Pero al abrir el cofre no se notó muy complacida, solo había una piedra y no precisamente una preciosa. – Luffy nos han engañado, solo es una roca.
Era demasiado tarde cuando Nami volteó a ver a Luffy, el ya estaba en su camino hacia el agua, era como si de pronto su cerebro procesara todo a una velocidad sorprendente pero el tiempo transcurría muy lentamente mientras lo veía caer, era Kairoseki.
- ¡Luffy! – Tonta, tonta, tonta… – Se repetía así misma mientras se lanzaba al agua.
Se sumergió rápidamente, no podía perderlo de vista, tenía que llegar rápido con él. – Como es que alguien de goma puede hundirse tan rápido, no debería de ser muy pesado cierto – Es increíble las tonterías que pasan por la cabeza de alguien en una situación desesperada – ¡Tienes que nadar más rápido! – El ver a su Capitán inconsciente y sumergiéndose cada vez más fue suficiente para forzar su cuerpo al máximo, al fin logro sujetar una de sus piernas, ahora que lo tenía no pensaba dejarlo por nada, comenzó a nada hacia arriba jalándolo bruscamente, eso que importaba ahora, por fin llegó a la superficie, tomo aire, se sumergió de nuevo e hizo uso de todas sus fuerzas para tómalo por su chaleco, tiró de él, y lo abrazo por el cuello para sacar su cabeza del agua lo sujetó firmemente de uno de sus hombros para mantenerla así. Estaba agotada, ahora tenía que nadar para alcanzar al Sunny, por suerte no estaba muy lejos, a ella le había parecido lagos minutos bajo el agua pero en realidad no había sido mucho tiempo, es curioso cómo funciona el tiempo.
- ¡Luffy! Lo siento, aguanta. – Dijo agitadamente, nadar con solo uno de sus brazos no era fácil.
En el Sunny, Robin buscaba a Nami en el cuarto, la comida estaba lista, al ver que no estaba salió a la cubierta, vio un cofre en el suelo y fue a ver que era, le pareció raro que no hubiera nadie, cuando se supone que Luffy pescaba, al acercarse a la roca comenzó a sentir los efectos y calló al suelo.
- ¡Robin-neechan! – Exclamo Franky cuando la vio caer cuando salía de la cocina, corrió rápidamente hacia ella.
- La piedra – Murmuró débilmente.
- ¿Pero qué…? – Y la pateó hasta el otro extremo del barco, se arrodillo a un lado de Robin y la ayudó a reincorporarse con delicadeza. Nami había logrado sujetarse de una de las cuerdas del Sunny.
- ¡Aguanta Luffy!
La Arqueóloga y el Cyborg la escucharon y no tardaron mucho en entender lo que pasaba.
- ¡Franky!
- No digas más, voy al Super rescate – Y con esto fue rápidamente hacia la borda donde había escuchado la voz de Nami. – Nami-neechan sujétate.
- Franky – Nami estaba feliz de ver a uno de sus amigos, estaba cansada y no estaba muy segura de cómo iba a subir a su Capitán de vuelta al barco.
El resto de la tripulación pronto se dio cuenta de que algo pasaba y salieron a ver, cuando llegaron a la cubierta vieron a su Capitán y a su Navegante empapados tendidos en el suelo, Franky examinaba a Luffy y Robin estaba al lado de Nami.
- ¡Nami-swan! ¿Qué te ha sucedido?
- ¿Esta bien verdad? ¿Franky? – Nami no escucho al Cocinero, temblaba y no era por el aire frio que rozaba su piel mojada.
- Si, solo esta inconsciente.
- Navegante-san, va a estar bien.
- ¿Qué pasó? ¿Cómo es que han terminado en el agua?
- Espadachín-san ya habrá tiempo para explicaciones, ahora hay que atender a Capitan-san.
- ¡Ah! Ha sido mi culpa, yo lo envié a pescar.
- El va a estar bien, solo necesita que Chopper lo revise – dijo Franky mientras lo cargaba para llevarlo a la enfermería.
- Rápido, rápido, tráelo. – El pequeño Reno corría adelante del Cyborg.
- Tal vez tiene algo que ver con esta extraña piedra que parece Kairoseeee… - Brook no pudo terminar la frase, cayó al suelo.
- La piedra, estaba en el cofre y Luffy, yo, no pude…
- Vamos Navegante-san hay que cambiarte de ropa, Nariz larga-kun puedes hacerte cargo de Esqueleto-san por favor.
- ¡Nami-swan! Te prepararle a ti y a ese Idiota algo caliente, espera lo tendré listo pronto.
- ¿En el cofre eh? – Usopp lo tomo del suelo – Vamos Brook suelta esa piedra – La metió de nuevo al cofre y se dio cuenta de que Brook comenzaba a sentirse mejor – Tal vez el cofre sea de plomo –
- Sentí que se me salía el alma del cuerpo, pero yo no tengo cuerpo Jo Jo Jo.
- ¿Ya estas mejor verdad?, ¿No deberías tirar eso por la borda?.
- Pero Zoro, en el cofre no parece hacerle daño a nadie, además podría sernos útil, ya sabes cuándo se nos cruce algún enemigo que sea usuario, esto vale oro.
- Pero cuídala bien tenemos demasiados usuarios como para que ande rondando por ahí – Y se dirigió a la enfermería.
Entonces Usopp cerró bien el cofre y fue a guardarlo en su cuarto, Brook le hacía compañía en la cocina a Sanji que preparaba té y sopa, en la enfermería Chopper daba los cuidados necesarios a Luffy mientras Franky le explicaba los detalles de lo ocurrido a el y a Zoro. Nami hacia lo mismo con Robin en su cuarto mientras se cambiaba.
- No puedo creer como deje que pasará esto.
- No es tu culpa Navegante-san.
- Pero era sospechoso desde el principio, debí…
- Capitán-san es fuerte, y tú no pudiste haberlo hecho mejor sacándolo del agua.
- Es que yo pensé que el… - No termino su frase, no pudo, no quería ni pensarlo.
- ¡Nami-swan! ¡Robin-chan! El té y la sopa están listos, además ese Idiota ya despertó, está en la cocina comiendo como si nada. – Gritaba Sanji fuera del cuarto de Nami.
- Lo ves Navegante-san, todo está bien.
Nami sonrió aliviada, ahora que sabía que Luffy estaba bien todo parecía más claro, trató de tranquilizarse, después de todo Robin tenía razón, no era la primera vez que Luffy caía al agua y algo como eso no iba a derrotarlo, además mientras ella estuviera ahí no dejaría que su tonto Capitán se ahogara, claro que se había asustado como nunca, había tenido mucho miedo, era normal ¿cierto? después de todo el tiempo y las cosas que habían pasado juntos, se disculparía con él, porque en el fondo aún sentía que había sido su culpa, mientras tanto respiro hondo, y se dirigió con Robin a la cocina, no quería que los demás vieran algún rastro de lo que aun llevaba dentro, hasta que no hablara con Luffy no se sentiría completamente tranquila.
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Hace unos minutos en la enfermería.
- No parece haber tragado mucha agua, despertará en cualquier momento.
- Nami-neechan actuó rápido, no creo que haya pasado mucho tiempo en el agua.
- Na… mi
- ¿Qué está murmurando este idiota?
- ¡Luffy! ¿Estás bien? ¿Cómo te sientes?
- ¿Chopper? – Se dio cuenta de que estaba en la enfermería, se levantó rápidamente - ¿Dónde está Nami?
- Nami-neechan te Super rescató del agua, ahora esta con Robin-neechan cambiándose, tú deberías hacer lo mismo.
El agua, si comenzaba a recordar, el cofre, el frio, la sensación de debilidad, la voz de Nami llamándolo – Pero, ¿En serio ella está bien?
- Nado contigo de regreso hasta el barco, Franky los ayudó a subir por la borda.
- Ya veo – dijo aliviado – ¡Hace frio!
- Pues claro, si estas empapado, vaya que eres lento, vamos a que te cambies – Zoro lo ayudó a levantarse.
- También tengo hambre.
- Jaja ya es el mismo de siempre – Chopper sonrió.
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Y de regreso en la cocina.
- Nadie va a comer hasta que mis princesas no vengan, ¡Escucharon!
- Si, si, ¿pero entonces por que Luffy ya está comiendo? – Gruño Usopp.
- Como si alguien pudiera controlar a ese salvaje.
Nami y Robin entraron a la cocina.
- ¡Nami!, gracias por sacarme del agua, te debo una – Luffy dejo de comer, se levantó de la mesa y se limpió la cara para dirigirle estas palabras acompañadas de una sincera sonrisa.
- Cuando quieras Capitán – Era feliz solo de verlo.
- ¡Nami-san! ¡Robin-chan! En seguida les serviré tomen asiento.
- Que ruidoso ¿Acaso no puedes servir en silencio?
- ¿Qué dijiste? Voy a hacer todo el ruido que quiera.
- Sanji yo quiero algo dulce.
- Chopper tienes que algo primero – le dijo Franky.
- Usopp, donde dejaste esa piedra – le pregunto Brook.
- ¿Qué? ¿Guardaste eso? Debiste haberlo tirado –La Nami agresiva de siempre regresaba.
- Pero si es algo muy valioso, pienso hacer un arma con ella, no se preocupen la cuidaré bien.
- Creo que es una buena idea Nariz larga-kun.
-¿Qué? Robin tú también – Replicó Nami.
- ¡Luffy! No comas de mi plato.
- Jo jo jo
Y así la normalidad, si a esto se le puede llamar así, regresa al Sunny, y a pesar de la loca idea de Usopp de guardar algo tan peligroso Nami se siente aliviada, le gustan estos momentos con el resto de la tripulación y no puede evitar mirar a su Capitán de vez en cuando y sonreír para sus adentros, aunque claro, está decidida a hablar con él.
