Muy bien

En el aula que comparten, el aire que flota es solemne desde que Satoshi desapareció. Tensión ya había desde la pelea por la presa. En especial después de que Mion incluso golpeara a Satoko. Pero algo más se endurece para después volverse maleable y perderse en el tiempo antes de que empiece la clase cuando Rena lleva el florero con petunias silvestres, para depositarlo sobre el único pupitre vacío. Mion pasea la mirada adolorida por encima del presente discreto y le busca los ojos, repitiendo su nombre, queriendo saber si está bien. Por supuesto, a ella no la abdujeron demonios.