Al final del infinito.

Capítulo 1. Dos grandes noticias en un corto día.

Una chica pelinaranja despertaba con los primeros rayos de luz de la mañana, había pasado una noche maravillosa al lado de su gran amor de la preparatoria por lo que se levantaba de un humor increíble, no tardó en girar su rostro a la derecha y encontrarse con una nota en su mesita de noche e inmediatamente supo de quien se trataba, así que la tomo en sus manos para leer el mensaje que le dejaron:

Buenos días amor, perdón por dejarte sola esta mañana pero recibí un mensaje de un compañero que necesitaba que lo cubriera el dia de hoy en las guardias de practica del hospital. Te tengo una sorpresa preparada para esta noche, me muero por verte de nuevo, te amo.

Orihime sonrió al leer el mensaje, dejo la nota en donde estaba y decidió que era hora de tomar una ducha pues su día, al igual que el de Ichigo estaría muy ocupado, ella ahora se dedicaba a la docencia, se había graduado como maestra y trabajaba en un pequeño jardín de niños de la ciudad Karakura, en donde a pesar de contar con poco tiempo ejerciendo ya se había convertido en la maestra favorita de todos los pequeños. Por su parte Ichigo, ya estaba por graduarse de la escuela de medicina, profesión en la que sabia podía ayudar a varias personas, el había demostrado una singular habilidad para la cirugía así como para diagnosticar casos que pocos doctores lograban descubrir, motivo por el cual ya tenía oferta de empleo y oportunidad de estudiar especialidad en varios hospitales de prestigio e inclusive en el extranjero.

Habían pasado ya casi 5 años desde que ambos pelinaranja se graduaron de la preparatoria y empezaron a salir, Orihime nunca olvidara el dia que Ichigo le pidió que fuera su novia, pues es uno de los recuerdos más lindos que tiene y que atesorara por siempre en su corazón. Ese día fue el último día de clases, Ichigo temeroso de que alguien más listo que él se le adelantara y lograra conquistar a su princesa, reunió el valor suficiente para declararse, y fue el más feliz del mundo cuando escucho un ''si'' por respuesta; luego ella le confesaría que el fué su gran amor durante toda la preparatoria, ''tonto'', pensó él por no haberse declarado antes, sin embargo ahora eran una pareja muy feliz.

Por fin había llegado la noche, Ichigo se encontraba ansioso por ver a su pelinaranja, había llegado muy temprano al restaurant pues debía tener todo perfecto para la sorpresa de esta noche, ya estaba decidido, Orihime era la chica que más amaba, era hermosa, dedicada e inteligente, todo lo que podría desear y más, hoy era su aniversario de novios y esta noche también le propondría que se uniera a él para siempre pidiéndole matrimonio. Hoy sería la noche de su vida.

Él estaba listo, se veía mucho más apuesto de lo normal con su traje de vestir negro y camisa blanca desabotonada, y es que con sus casi 2 metros de estatura, piel pálida sin imperfecciones, cuerpo que parecía tallado por los dioses y cabello reluciente de un color muy particular nadie podía negar que era un hombre muy atractivo, el sueño de cualquier chica.

Todo estaba perfecto, había decido llegar primero al restaurant para hablar con los meseros sobre la sorpresa así que le dejo un mensaje a Hime (como él la llamaba), con la dirección para que llegara a la hora acordada. Ichigo observaba por última vez el anillo que le entregaría a su chica como compromiso, era perfecto, su propio padre le había ayudado a escogerlo, lo convenció al decirle que era un anillo muy parecido al que el le había dado a Masaki, la madre de Ichigo. Karin y Yuzu, sus hermanas, también habían estado de acuerdo con la elección del anillo y estaban muy felices de que Orihime fuera a formar parte de su familia, pues para ellas, la novia de su hermano era una chica a la que le habian tomado mucho cariño y ya la consideraban una hermana más.

Y ahí estaba ella, entrando al restaurant, tan hermosa como siempre, con un vestido rojo de tirantes con escote en V, labios rojos que hacían resaltar su rostro que parecía el de una diosa, y su hermoso cabello naranja que había rizado en las puntas lo que lo hacía ver perfecto, de inmediato el restaurant entero se llenó de un aura angelical motivo de su presencia dentro del lugar, Ichigo sonrió al verla y se puso de pie para recibirla y darle un beso en la mejilla.

-Hola amor, toma asiento.-y como un caballero le ayudo con su silla.

-Hola Ichigo kun- sonrió tiernamente -tan linda como siempre- pensó Ichigo mientras le devolvia la sonrisa.

Ambos pidieron lo que les apetecía de la carta y se dispusieron a cenar, sus platillos estaban deliciosos y la noche había transcurrido tranquila sin embargo Ichigo se encontraba bastante nervioso por la proposición que estaba apunto de hacer, toda la noche había transcurrido con Ichigo contándole a Hime sobre su día y ella solo se había limitado a sonreír o asentir de vez en cuando, él ni siquiera presto atención a ese detalle. Había llegado la hora que Ichigo puso para declararse se acercó con cuidado a Orihime y le dijo:

-Hime, eres la chica más maravillosa que conozco, eres perfecta en todo lo que haces y te admiro en todos los sentidos- puso su mano en la mejilla de la chica y con la otra intentaba sacar la cajita con el anillo de su bolsillo del pantalón derecho- te amo y quiero...

-Ichigo necesito hablar de algo importante.-Corto Orihime lo que el chico decía.

-Claro Hime, ¿qué pasa?- le sonrió muy tiernamente mientras acariciaba aún su mejilla.

-Creo que debemos terminar, ya no estoy a gusto con nuestra relación.-Le dijo al momento que quitaba la mano de Ichigo de su mejilla, la expresión de sonrisa de Ichigo cambio a una expresión de confusión- Veras creo que debemos separarnos y asi..

-¿De que hablas?, no entiendo, pensé que estábamos bien, ¿acaso hice algo que te haya molestado Hime?, podemos hablarlo y cambiare lo que sea que no te guste solo..-Orihime parecía enfadarse más con estas palabras así que lo interrumpió.

-Lo siento Ichigo pero creo que no me entendiste, ya no siento nada por ti, es más te diré la verdad, desde hace unos dias conocí a otro chico con el que he estado saliendo y me he dado cuenta de que a él es a quien amo, tu ya no significas nada para mi, no había querido decirte nada por temor a lastimarte pues tenemos mucho tiempo saliendo juntos pero esa es la verd...

-No Hime, no puede ser debes estar confundida- Ichigo comenzaba a exaltarse un poco al hablar y tomo amabas muñecas de Orihime para tomar toda su atención- estoy seguro que podemos solucionar todo solo debemos d...

-¡Que no Ichigo!- le quita sus manos y se levanta enojada- endiendelo, desde hoy ya no somos nada, y ya no quiero verte nunca más, ya tengo a otra persona, gracias por todo y adiós.- Orihime salió del restaurant dejando a un muy desconcertado y triste Ichigo, al salir del lugar las lágrimas de la pelinaraja comenzaron a caer.

Ya estaba todo decidido, Orihime tenía sus maletas listas y se había preparado para dejar su hogar. Este día había conseguido cambiar su vida para siempre, en la mañana todo apuntaba a ser un día tranquilo, sin embargo cuando tomo su ducha decidió que debía probar con el artefacto que había comprado un día antes en la farmacia para comprobar sus sospechas de hace ya un par de días, y ahí lo compró, estaba embarazada, se convertiría en madre de un pequeño o pequeña, de pronto la felicidad inundo su vida, cuando pensó que no podía ser más feliz de lo que era se enteró de esta hermosa noticia que de inmediato pensó en compartir con Ichigo. Ambos eran adultos responsables y con un trabajo fijo, un hijo en este momento de su vida sería una bendición para ambos, así que estaba segura de que Ichigo tomaría la noticia con tanta felicidad como ella. Escribió el siguiente mensaje de texto:

ICHIGO KUN ...¡Estoy embarazada!, seremos padres de un bebé.

Y estaba a punto de mandarlo cuando alguien toco a su puerta, decidió abrir y atender en seguida pues la forma en que tocaba parecía ser de alguien que le urgia ser escuchado.

-Hola Rukia chan- sonrió alegre Orihime.

-Hola Orihime, ¿puedo pasar?- haii- contesto la pelinaranja mientras le cedía el paso al interior de su casa.

-¿Quieres tomar algo?, puedo hacer algo de café, o tal vez prefieras té...

-Estoy bien así gracias.

-¿Y en que puedo ayudarte Rukia chan?, creo que no me visitabas desde la preparatoria, o viniste cuando...

-Iré directo al grano Orihime- hizo una pausa- estoy embarazada de Ichigo y tengo pruebas que lo confirman.

-¿De que hablas Rukia chan? estoy segura que debe tratarse de una confusión, veras Ichigo no...-Rukia le entrega unas fotos de Ichigo bastante comprometedoras, donde se ve el en una cama que ella logra reconocer como el cuarto de Rukia, pues durante la preparatoria lo visito varias veces.

-Asi es Orihime, estoy esperando un bebé y por el bien de el vengo a pedirte que te alejes de Ichigo, pues tu solo impedirías que el se acercara a su hijo, y yo quiero lo mejor para él, quiero que crezca en una familia al lado mio y de su padre.- Dice en tono de suplica

-Rukia yo...- se le quiebra la voz

-Mira Orihime, te diré la verdad, yo amo a Ichigo desde que íbamos en primaria, nunca lo he dejado de mar y sé que podría hacerlo muy feliz, no quiero que mi hijo crezca sin su padre..

-No hables más Rukia, yo... me alejare, no creo que pueda estar junto a él sabiendo que tú esperas un bebé suyo, no volverán a saber de mí, te lo aseguro.

-Sabía que entenderías Hime, yo me retiro y hablare con Ichigo cuando tú hayas terminado con él.

-Será esta misma noche y me alejare para siempre de ustedes.- Sin más, Rukia salio de casa de Orihime y la pelinaranja decidió borrar el mensaje que estaba por enviarle a Ichigo, para luego soltarse a llorar y pensar en lo que haría.

Hoy en nuevo dia todo estaba decidido, ella se mudaría a un pequeño pueblo de Japón muy alejado de Karakura, pediría su cambio de maestra a ese pueblo y sabía que se lo darían rápido pues pocos maestros se mudan a esa región, criaría sola a su bebé pues ella no podría estar con Ichigo después de que la hubo engañado y mentido de esa manera. Dejaría que fuera feliz junto a Rukia y el bebe que esperan, y ella le daría toda la felicidad que su bebé necesitaría. No volvería a ver a Ichigo nunca.