Disclaimer: Hetalia NO me pertenece a mí sino a Hidekaz Himaruya.

Advertencias: ...

Pareja/Personajes: DenNor

Acotaciones:

¡Hola! :D

El primer intento que escribo de este par como pareja, increíblemente XD


El perfecto plan

Noruega nunca se lo ha dicho a nadie, ni siquiera a Islandia, pero conoce la manera idónea para que la visita de Dinamarca sea un poco, pero sólo un poco, más soportable. Un plan perfecto.

No. No es arrojarlo escaleras abajo precisamente, aunque es una idea excelente, pero está ciento por ciento seguro que la caída, pese a romperle las piernas y dañar la capital, no conseguirá callar por completo al danés. No.

Noruega saca su libretita de color lila y con dibujitos de duendes. Es una libretita muy masculina y que no le vengan con lo contrario, mucho-mucho menos el cabeza de chorlito de Dinamarca.

El noruego vuelve a sus reflexiones, después de anotar el pensamiento anterior y de subrayarlo con marcador rosado.

No cree que funcione, pero por si acaso.

Pues verán, volviendo a la realidad, Dinamarca, por esas circunstancias de la vida, ha hecho una de sus visitas y, por cosas que igualmente escapan de su control, han terminado sentados en el sillón.

Noruega, acostumbrado a ese panorama, puede permanecer con la vista fija en un punto imaginario en la pared.

Porque a esas alturas está entrenado y ello le permite, de cuando en cuando, desconectar su mente de la realidad mientras tanto.

Aunque ese no es su perfecto plan, pues pronto el danés notará la escasez de atención del noruego para con su persona, por lo que comenzará a reclámasela.

Hará pucheros poco masculinos, que Noruega se repetirá millones y millones de veces no son ni remotamente adorables, y comenzará a pellizcarle las mejillas.

A partir de ese punto, Noruega tiene una serie de opciones a considerar.

- Lo sigue ignorando (Lo que con el correr del tiempo se vuelve cada vez más difícil).

- Lo arroja escaleras abajo (Lo que sigue siendo una excelente opción, pero es un plan sin probar).

- Llamar a Troll (Útil, pero tan común que comienza a convertirse en cliché).

- Llevar a cabo su perfecto plan.

Así que mientras Dinamarca continua con su blablabla sin parar, Noruega lo toma bruscamente de las mejillas para plantarle un potente beso que, si el danés tiene un poco de suerte, va a incluir un poco de intercambio salival.

-Cállate.

Al separarse, Dinamarca parece haber perdido el habla, por lo que rojo como un tomate vuelve a sentarse correctamente en el sillón, para mirar hacia ninguna parte.

Se pone a repasar los acontecimientos anteriores, debatiéndose si es su imaginación desbocada, es una realidad alterna o será que está soñando.

Noruega por su parte, sonríe, internamente, satisfecho.

El resto de la tarde transcurre en total silencio.