Como dije en mi profile, empezamos con este fanfic pequeño de tres drabbles. Cortito, consiso y lindo. Espero que les guste.
Los personajes no son míos, son de Takahashi. Y el fanfic está basado en la canción Manhattan, de La Oreja De Van Gogh.
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Tokyo
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Drabble Uno.
'Sola'
Kagome suspira mientras espera tras la larga fila para tomar un taxi. Odiaba los aeropuertos, por el simple hecho que odiaba estar tan lejos de casa. Tal vez por eso había decidido volver antes, o simplemente era porque tenía miedo.
No. ¡Por supuesto que ella no huyó! Frunció el ceño mientras movía sus pies apenas unos pasos. Extrañaba a su madre, a su abuelo, a Sôta y a Hôyô. A todos en realidad. Y lo que pasó… No fue nada.
De nada servía pensar en lo que sucedió en su visita a Tokyo. Así que simplemente se dedicó a pensar en todo lo que le contaría su familia cuando la viera porque, claro, ellos ni siquiera se imaginaban tenerla de vuelta tan pronto. Y habría preguntas. Y ella necesitaba respuestas.
Y una condenada fila para pedir taxi ayudaba a pensar, y pensar. En fin, todo se resumía con que quería regresar a su casa, besar a Hôyô y dormir el resto de su existencia. Hizo una nota mental: nunca volver a un aeropuerto.
Finalmente, Kagome guardó las maletas en la parte trasera del taxi y le dijo con voz clara al taxista hacia donde quería ir. El conductor, algo mayor, intentó entablar una conversación pero al notar que sólo recibía monosílabos como repuesta, encendió la radio y permaneció en silencio.
Kagome empañó el vidrio del taxi, dibujó un hombre y una mujer y los borró con su mano. ¡Qué hermoso día para decidir volver a casa! ¡La lluvia no parecía terminar más y las gotas golpeaban cada vez con más fuerza contra el automóvil!
El contador del taxi para, el recorrido termina y los temores, dudas y arrepentimientos de Kagome salen a la luz en un pequeño suspiro. Toma sus maletas (que, simplemente, eran dos), paga al taxista y permanece bajo la lluvia observando su casa.
A eso le temía. Enfrentarse a él. Enfrentarse a sus inminentes preguntas, sus dudas y las vacías respuestas que recibiría. No se sentía lista para enfrentarse a todo eso.
Miró su reloj, suspirando de alivio. Afortunadamente, Hôyô tenía trabajo y no regresaba hasta la noche. Con eso, tenía suficiente tiempo para darse una ducha, guardar un poco de ropa y… caer por el abismo.
