Sabía que hoy no era un buen día para usar tacones, pero ella quería verse bonita, sus años de ser una machorra habían quedado atrás y ahora no había día en el que no se viera al espejo al despertar, se pusiera un poco de maquillaje, se arreglara la ropa y se revisará una última vez antes de salir del departamento, Hinata Hyuga ahora era una verdadera belleza, con sus grandes pechos y su cintura avispada, sus piernas largas y su hermoso cabello oscuro, la decisión de haber dejado de usar esas chamarras enormes y faldas sin forma había sido la mejor de su vida.

Ahora ella se encontraba con el tacón roto, las medias desgarradas y el cabello hecho un desastre, había tenido ese presentimiento de no salir de casa con tacones, unos zapatos de piso estarían bien, pero no, tenía una cita importante con los comerciantes de la gran capital y no podía llegar tan informal, había salido de su apartamento, era casi medio día e iba temprano a su junta, ser precavida era mejor a llegar tarde, había tomado el taxi que tenía contratado en la empresa para todos los días martes cuando agendaba sus juntas y no le agradaba tener que preocuparse por el estacionamiento, había bajado del taxi, sólo había dado dos pasos y ya se encontraba con un tipo rubio encima de ella gritando maldiciones por haberse puesto en su camino y haber llegado tarde a su junta.

-¿¡Qué piensas que haces?! He llegado tarde por tu culpa- Ese chico rubio tenía los ojos más azules que había visto, pero ver esa expresión de enojo… le parecía familiar

-Yo no tuve la culpa, si querías llegar temprano, hubieras salido antes, si me permites, tengo una junta importante a la 1:30

-…Espera… ¿1:30?... Oh dios… de la que me he salvado, creí que había llegado tarde

Así como fue su encuentro, el volvió a su propio mundo y entro al edificio ignorando las condiciones en las que había dejado a la chica

-Ahora… ¿¡Qué voy a hacer?!... mis tacones, mi cabello, mis medias…. Soy un desastre…- No tuvo otra opción más que llamar a su hermana para pedir que le llevará ropa limpia y unos zapatos, se cambió en el baño particular que tenía en este edificio de juntas, era más cómodo que en su propia oficina, y así, faltando solo cinco minutos para su junta, salió para dirigirse a la sala, y justo va entrando cuando cruza su mirada con esos ojos azules.

-Creo que he hecho algo mal… buenas tardes señorita Hyuga, soy Naruto Uzumaki- Se levantó y tomó la mano de Hinata- lamento lo ocurrido en la entrada, simplemente fue una confusión, lamento haberme ido sin siquiera una disculpa, espero no la haya herido-

-N-no se preocupe… e-estoy bien, lo único dañado fueron mis tacones, pero estoy bien- Por alguna razón se le hacía conocido, tal vez en alguna junta de su padre… - Discukpe, Uzumaki-san, ¿no lo he visto antes?-

-Si, claro que si, de hecho, en parte es por eso que tendremos esta junta-

-Oh, entonces será mejor apresurarnos-Su voz le hacía sentirse nerviosa, pero extrañamente segura, como si lo que dijera fuera un calmante

Siguieron su junta, firmaron los contratos y al final Naruto la invitó a cenar a casa de sus padres, una reunión entre la familia Hyuga y la familia Uzumaki.