Un día caluroso no es una novedad en verano, pero si estas en Hogwarts después de los exámenes de fin de curso resulta realmente sorprendente, o asombroso que a pesar de la tormenta en tu cabeza los días sean soleados afuera.

Una rubia ojiazul aprovechaba ese sol para sentarse a pensar, bueno no a pensar, prefería sumergir sus pies en el lago y escuchar música en su mp3 –regalo de su amiga Lily-, estaba sola pues sus amigos estudiaban en la biblioteca, ella ya había "estudiado" o por lo menos le había echado una ojeada al libro.

Un ojiverde buscaba un lugar para estudiar, la Sala Común estaba llena por los de séptimo y la biblioteca por los de quinto, él apenas llevaba 3 años en Hogwarts asi que no debía preocuparse ni por E.X.T.A.S.I.S ni por sus T.I.M.O´s, pero si quería una nueva escoba le debía ir bien en pociones. En el lago podría estudiar pacíficamente.

Albus buscaba un árbol que estuviera cerca al lago cuando vio a su amiga Lyssander –su rubio platinado es inconfundible-.

-Lyss! Lyss!- Gritaba sin obtener respuesta.

Se acerco a ella sigilosamente, podia escuchar la canción que retumbaba en los oídos de la chica. Perfecto pensó.

- Y un cuerno!- grito ella asustada-Ahh Hola Al-lo saludo indiferente, como si nada hubiera pasado.

- Hola Lyss- él se notaba mucho más alegre por encontrársela que ella- Que haces?

- Nada en particular- seguía estando un poco cortante- y tú?

- Estudio pociones- su tono cambio a otro más aburrido.

- Mmm si quieres te ayudo vale?

- En serio?

-Claro, no hay nada mejor que hacer- Al se mostraba un poco reacio- Sabes que una siendo una Ravenclaw soy más inteligente que tu ¿no?- trato de bromear un poco.

-Vale, Vale pro no hay necesidad de que me digas tonto.

Lyssander comenzó a preguntarle cosas a él pelinegro sobre pociones, pero mientras el recitaba como un loro las recetas del libro ella se perdía en sus ojos verde esmeralda. La piedra favorita de Lyss desde el segundo año era el diamante, por los ojos de un Sly mejor amigo del chico que tenía en frente –Scorpius-, pero ese tercer año comenzó a ver a Albus como algo más que un amigo y al concentrarse tanto en sus ojos su piedra favorita había cambiado a la esmeralda.

-…entonces son polvo de cuerno de unicornio, sanguijuelas y…y… Que mas Lyssa?- trataba de decir los ingredientes de la poción multijugos, al ver a su amiga perdida paro- Lyss? Lyss!- y le pasaba la mano al frente.

-Qué?- parecía salida de un trance.

-Pero chica que piensas?

-Nada, nada.

- No parece nada. Dime sabes que cuentas conmigo- y le sonrio de una manera que atonto mas a la pobre chica.

-Ehhh, pues es que me gustaría saber si al chico que me gusta le gusto. Es que aun no me convenzo.

- Pues pregúntale, tu nunca has tenido problemas con los chicos Lyss- Al estaba un poco desanimado pues a él si le gustaba la rubia, pasaba las hojas del libro sin leer nada en realidad.

- No, no tengo un plan mejor- seguía viendo a él pelinegro un poco insegura pero que era lo peor que podía pasar.

- Y que harás?- dolido como estaba a Albus le gustaba ver a la ojiazul emocionada así que le seguía la conversación.

- Esto.

Y aun con el libro en las manos pero con los ojos verdes mirándola expectantes se lanzo hacia los labios del pelinegro, no fue un gran beso un roce de sus labios, pero que el Gryffindor correspondió y con el se estremeció, la Ravenclaw no salía de su felicidad pero corto el beso pues quería saber que pensaba el chico.

-Y bien?- Lyss tenía una gran sonrisa en sus labios.

- Me gustas Lyssa-Albus estaba recobrado feliz y ya no le importaba el examen que tendría al día siguiente, e increíblemente tampoco la escoba, se quedaron mirándose y ocasionalmente se besaban.