El Internado de los locos by Alvissaoikitsunechan.
HELLO FRIENDS, vale, es mi primer fic de Eyeshield 21.
Comentario del autor: Al principio ni fu ni fa Eyeshield 21, lo había visto una vez pero no le preste atención, de algún modo he hecho un trato y aquí está el resultado después de ver muchos capis descargados XD.
Vegetanime, espero que te guste.
Los géneros son, Romance, Humor sobre todo, crimen, angustia, dolor…etc. Tendrá un poco de todo para variar y hacerlo más interesante.
Y sin más demos paso a la locura.
Cap.1 El nuevo compañero.
23 de julio, un día absolutamente normal en Tokio. La gente iba y venía en sus compras, sus vacaciones o en sus fastidiosos trabajos que no les daban ni un respiro, las chicas iban a las tiendas en busca de ropa, algunas mu locas fans iban a un quiosco para comprar los álbumes de Sakuraba Haruto, un modelo de fotos muy atractivo según las fans.
Pero no todo era felicidad, porque los críos fueran a comprar helados y la mayoría de la gente estuviese alegre, no, que va, para nada.
Una muy cansada Mamori suspiraba mirando por la ventana. El edificio en el que tenía que soportar sus veinticuatro horas diarias de lunes a domingo, era oscuro y apenas había felicidad, la chica recostó su espalda en la silla giratoria de su escritorio. Volvió a mirar todos los informes que tendría que ordenar y rellenar para el día siguiente, su vista regreso a la ventana cuando de repente una gran mancha de gente se amontonaba en la salida, con paso inseguro se levantó y fijo su vista.
− ¡Otra vez!-grito furiosa.
De una rápida carrera salió de su despacho y llego al patio, donde, unos tres muchachos le estaban pegando patadas a un niño de curso más pequeño. Ella nunca tuvo familia, al menos una que la quisiera, cuando sus padres no pudieron darle más de comer la mandaron a un orfanato, dando por excusa que no podían sustentarla. Mamori conocía lo que era estar sola, sin nadie que te ayudase cuando lo necesitas o cuando sabía perfectamente que odiaba los orfanatos, ironías de la vida, fue su pensamiento.
Al llegar los chicos, dos rubios, uno de cabello más claro y el otro que complementaba el trio era un castaño. Al verla, dejando salir un "¿Huh?, ¡¿Huh?! Y ¿¡Huuu?!" por cada uno y echaron a correr como descosidos saltando la gran valla que rodeaba el recinto. Con cuidado se agacho al pequeño que se abrazaba así mismo haciendo un ovillo en el suelo temblando con algunas lágrimas en los ojos castaños, le acaricio el pelo con ternura, intentando animar aunque fuera un poco, ese niño lo paso fatal y de algún modo lo veía como su hermano pequeño. No entendía porque querían meterse con él, era un niño dulce, simpático y siempre estaba dispuesto a ayudar fuese cual fuese el recado que le dieras, ahí estaba con su sonrisa.
Poco a poco, el niño castaño fue subiendo la mirada para ver a una sonriente Mamori, rápidamente se echó a sus brazos, rompiendo en llanto. Por supuesto, esta lo abrazo con cariño intentando que se sintiera protegido.
− ¡Mamori nee-chan!-lloro abrazándose con más fuerza.
Ella sonrió con cariño levantándole la barbilla para limpiarle las lágrimas con un pañuelo.
−Sena-chan, ¿Cómo te lo haces para meterte en tantos líos?
El pequeño gimió un poco.
−Yo solo les salude cuando volvia a traerle a Sasune-san sus donetes TToTT-contesto sacando de la chaqueta, los protegidos donetes de chocolate que protegió.
−Ostras -quedo impresionada de que el niño se sacrificara tanto por unos simples donetes- Sena-chan, no debes salir del centro sin mi permiso, por algo soy la directora, y si Sasune quiere donetes que vaya al chiringuito de la Tamelo que no esta tan lejos -`.´-
Sena asintió quitándose el polvo, agradeciéndole su preocupación mientras iba a toda prisa al despacho de Sasune. Anezaki Mamori, como era normal en ella sonrió mirando al pequeño Sena corriendo, sí, en serio que era un niño muy bueno…
XDXDXDXDXDXDXDXDXD
Ya era la hora de cenar y no había terminado el puto papeleo, todavía le quedaban las inscripciones de ese año, las subvenciones a los clubs extraescolares, permisos de excursiones, demandas de los profesores…
− ¡Mamori-san!-grito Sasune entrando en su despacho agitada.
La ojiazul miro a la mujer, de pelo verde largo hasta la cadera, liso y brillante. Sus ojos rojos ligeramente entrecerrados, de curvas increíbles y piel pálida. Sasune era su mano derecha, sin ella la mayoría de cosas en el recinto serian un desastre total, pero la peliverde estaba demasiado agitada para pronunciar palabra alguna que entendiese. Se levantó y le extendió un vaso de agua para que recuperara fuerzas de algún lado, porque parecía que estaba echando el hígado por la boca.
−Tranquila Sasune…-le sonrió-Ahora relájate y habla.
−Es…es…es… ¡Otra vez, es la tercera vez, ya no puedo controlarlo sola!-grito al borde de la locura.
− ¿Qué?
− ¡Esta en el comedor otra vez haciendo de las suyas!-le agarro de los hombros zarandeándola un poco.
Cuando se recuperó del mareo que tenía, empezó a darle vueltas a la cabeza. Intentaba encontrar sentido a lo que dijo, hasta que escuchó un ruido familiar, demasiado familiar para su gusto, con el ceño fruncido cogió a su mano derecha por el antebrazo y la llevo afuera en dirección al comedor.
"Ya estamos otra vez, pero de esta no se libra" pensó con furia.
-U-U—U-U-U—U-U-U-U-U-U-
Cuando llegaron al gran comedor, donde cabrían unos 400 alumnos, se encontró con lo que sospechaba. Todos los chicos y chicas estaban debajo de las mesas protegiéndose mientras solo cuatro, entre ellos el causante de semejante alboroto, estaban sentadas.
Uno era gordo con cara de buena gente, estaba sonriendo. El segundo era castaño, con aire muy maduro y comía impasible, y el tercero era el pobre Sena que se escondía detrás del gordo temblando como una gelatina y rezando oraciones.
−¡KEKEKEKEKEKE YA SOMOS 5 MIEMBROS DEL PRESTIGIOSO EQUIPO DE LOS DEVIL BATS YAAA-HAAA!-grito un alegre rubio con cara de demonio, cogiendo unas pistolas y disparando a ciegas a todo y a la vez a nada.
− ¡Hi-Hiruma-san, ya se lo he dicho yo no juego al futbol americano!-lloriqueo Sena abrazándose al gordo.
− ¿¡Ahh?!-casi grito ofendido, luego sonrió diabólicamente apuntándole con la pistola− ¿Pretendes desobedecerme enanito?
−¡UUUUAAAHHHHH NOOOOOO NUNCAAAA HIRUMA-SAAANN!-grito aterrado.
−¡KEKEKEKE ASÍ ME GUSTA! ¡KEKEKEKE!-reía feliz.
Entonces….
¡PUMBA!
− ¿¡Se puede saber qué estás haciendo Hiruma, cuantas veces tengo que decirte que no puedes usar armas aquí?!-grito Mamori arrebatándole el arma y tirándole de la puntiaguda oreja al rubio que tenía un chichón en la cabeza.
−¡AYYYYY, ya basta dire Anezaki, deja de tirarme de la jodida oreja!
−¡Más respeto niño, soy la directora de este centro, un mínimo de respeto es lo único que te pido, eso y que no uses más armas!-le soltó la oreja, lanzándole el arma a Sasune que la cogió al vuelo con cierto temor.
El demonio rubio, según algunos lo apodaron, chasqueo la lengua molesto. Aún le quedan tres años para poder largarse de ese lugar, lo había aguantado todo, de castigos hasta insultos, pero de ahí a que le quitaran sus preciadas armas…
− ¿Respeto dice dire Anezaki? Kekekeke, que yo sepa, todos tenemos derecho a llamarle como queramos, ¿O acaso Sena-kun puede llamarla "Mamori nee-chan" cuando quiera?-pregunto Hiruma sacando una libreta oscura.
Mamori parpadeo sorprendida, Sena solo la llamaba así cuando estaban solos o delante de Sasune, nunca lo hizo ante los demás. Pero olvido que Hiruma era así de retorcido y se habría informado vete a saber cómo y lo escribió en su libreta de amenazas, de verdad, en ocasiones ese rubio la sacaba de quicio. Poco a poco, los estudiantes salieron de debajo de las mesas y empezaron a quejarse de que Hiruma tenía razón, que no era justo que Sena la llamara con tanta familiaridad.
Con su sonrisa dejando ver sus afilados colmillos, Hiruma se acercó a la directora, riéndose maliciosamente.
−Dire Anezaki, eso está muy mal, no se puede tener preferencias…
Quería girarle la cara a ese rubio, estaba harta de que fuera siempre tan retorcido e idiota, no lo podía expulsar, pero podía hacerle repetir curso. Aunque no era castigo suficiente para él, tenía que buscar algo que hiciera que el rubio dejara de incordiar, algo que le afectara un poco, y sobre todo jugar bien las cartas porque la mente astuta de ese demonio podría jugarle una mala pasada.
La chica de ojos azules sonrió cuando encontró el castigo perfecto para Hiruma.
−Estas avisado de tres faltas, Hiruma-kun, una más…-sonrió maliciosamente-y cerrare el club de futbol americano…
El gordo se levantó sobre saltado al igual que el castaño. Hiruma chasqueo la lengua, solo existía una persona en la faz de la tierra que le plantara cara al rubio, y esa era Anezaki Mamori. De mala gana se encogió de hombros, sacándose se la camisa una pistola, de las botas militares que llevaba un cuchillo y otra pistola, de la chaqueta sorprendentemente un bazuca…y después de unas cuantas armas de fuego en donde nadie se esperaba, de la manga derecha una navaja multiusos. La pobre Sasune tenía que ir amontonando las armas en una pila porque de tantas-había contado como unas 20- ya no le cabían en las manos. Mamori suspiro, de verdad que Hiruma era el estudiante más alborotador y sorprendente de todos, ¿Quién creería que se sacó 23 armas de lugares insospechados? y encima se movía con total naturalidad sin siquiera inmutarse.
Hiruma miro con el ceño fruncido como la directora se marchaba con sus preciadas armas seguida de Sasune.
−Eo, Hiruma, no nos jodas más de lo que estamos ya, solo nos faltaría que cerraran el club-dijo el castaño con cara de maduro.
El rubio se volteo a mirarlo sonriendo diabólicamente.
−Kekekeke, mira que eres plasta jodido viejo, no permitiré que la dire nos cierre el club-se sentó en el banco como si nada y empezó a comer despreocupadamente.
El gordo sonrió aliviado, conocía a su compañero rubio desde mucho tiempo. Sabía que en el fondo Hiruma no quería hacer daño a nadie, simplemente expresaba su felicidad con las armas de fuego. Sena suspiro aliviado, pero en seguida se dio cuenta de que muchas miradas estaban puestas en él, muchas de odio o de envidia, ahora que los demás internos sabían que tenía una relación meramente por el hecho de quererse "especial" con la directora Mamori de seguro le iban a…
No faltó tiempo que Filadelfio el Manosrotas, un matón pelirrosa se le lanzara encima insultándole. La gente hizo un corro para empezar a golpearle por turnos, Sena quiso escabullirse pero le pillaron por las axilas y empezaron a darle puñetazos y patadas en el estómago causando que escupiera sangre. Era demasiado para el pobre castaño, si seguían así posiblemente moriría en ese internado del que muchos querían salir y muy pocos lo lograban, solo los más astutos burlaban el avanzado sistema de seguridad.
Un puñetazo se estrelló en su ojo derecho, y no había duda que le dejo un morado que perduraría por días y días. Casi al instante vio como un interno diferente a Filadelfio Manosrotas cogía un cuchillo dispuesto a clavárselo.
Cerró los ojos con fuerza, sabiendo que iba a pasar ahora.
Pero nunca llego ese momento…
Abrió los ojos, solo para ver al chico gordo cogiéndole la mano al del cuchillo, el castaño con cara de maduro neutralizando a otro chico que iba a clavarle el vaso roto que tenía en la mano y a Hiruma, que, metiéndose la mano en su alzado pelo rubio, no sin antes mirar a ver si venia Mamori, se sacó una metralleta y apunto a Filadelfio sonriendo macabramente enseñando los colmillos mientras un aura oscura y murciélagos aparecía detrás de él.
−Kekekeke, yo de ti lo soltaba capullo…si no quieres ser un colador-amenazo sonriendo aún más diabólicamente.
Por supuesto, nadie en su sano juicio haría enfadar al diablo rubio, todo el mundo, a excepción de Sena, el gordito y el castaño retrocedieron hasta quedar apretados contra la pared. Todos muertos de miedo, Sena miro al gordo que le sonrió tendiéndole la mano, la acepto devolviéndole la sonrisa, quizás después de todo no eran mala gente.
−Todos los aquí presentes no me habéis visto con una metralleta, ¿ok?-dijo amenazadoramente a todos los que tenían oídos- He dicho… ¿¡OOOOKKKKKK?!
Entonces empezó a apuntar a todos con la metralleta, obviamente todos los chicos asintieron, con armas o sin armas, el rubio era peligroso en todos los sentidos. Complacido, Hiruma y los otros tres se sentaron de nuevo a comer como si nada hubiera pasado, pero Sena aún sentía un poco…no, mu…no, ¡Dios estaba cagao de miedo! Hiruma siempre fue un chico problemático había oído que en los entrenamientos de su equipo (Que eran tres, incluyéndose Hiruma mismo) si el resultado de sus compañeros no le complacía les hacía jugar a algo que llamaba el "Juego del castigo" y por lo visto, era horrible.
−No te preocupes, Sena-kun, nosotros no dejaremos que te hagan daño-sonrió el gordo.
− ¿Eh? Ah, mu-muchas gracias…
−Puedes llamarme Kurita, es un placer-le tendió la mano y correspondió.
Sena miro al castaño, el cual le dio una mirada severa pero a la vez amistosa.
−A ese jodido viejo puedes llamarle Musashi, enano-dijo mientras devoraba su puré de patatas el rubio.
−Cállate rubiales, solo sabes incordiar-se quejó Musashi apoyado en su mano con una sonrisa provocadora.
−Kekekeke, a que te lleno de agujeros viejo-sonrió diabólicamente, pero no había maldad en ella.
−Atrévete-desafió sonriente.
Y ahí empezó una pelea, pero antes de que el rubio sacase su arma, Musashi le tiro puré de patatas a la cara, siendo rápidamente correspondido por Hiruma, el rubio se tiro encima del castaño provocando una nube de polvo y múltiples brazos y piernas sobresaliendo dando a entender que se estaban golpeando.
Sena iba a decir algo pero vio que Kurita se reía alegremente.
− ¿No deberíamos hacer algo para separarlos?
−Que va, no te preocupes Sena-kun, aunque se golpeen a muerte son amigos desde hace mucho, mucho tiempo casi tanto como yo-Kurita comía tranquilamente ignorando el espectáculo-ya verás que pronto serás amigo de Hiruma-san y Musashi-san. ¡Sí, seremos el cuarteto del Deimon Devil Bats!-grito alegre.
Sena sintió un poco de envidia cuando miro a los chicos pelearse con tanta confianza y amistad, pero fue sustituida por un agradable sentimiento de calidez, nunca tuvo amigos a parte de Mamori y Sasune. Algo le decía que esos peculiares chicos eran gente buena en el fondo, bueno, menos Hiruma…
− ¿Y qué se supone que debo de hacer yo? En el equipo me refiero-dijo el castaño más pequeño confiado.
− ¿Vas a jugar con nosotros?-pregunto Kurita ilusionado.
Asintió mientras el gordito le cogía de las manos y le hacía girar alegremente. Se detuvieron en cuanto Hiruma y Musashi cesaron su pelea y regresaron al sitio como si nada comiendo y riendo con normalidad.
El rubio le sonrió maliciosamente a Sena.
−Tú, enano serás el anotador (se llama así el que tiene que llevar el balón a la área de gol, ¿no? Es que no me acuerdo XD) y a la vez el secretario-Hiruma le paso una cinta de video.
− ¿¡EH, POR QUÉ?!
− ¿Cómo que porque enano? Pues porque tienes buenas piernas he visto como esquivaste a los hermanos Huh, que pena que te pillaran en el recinto. Y una cosa más, a partir de mañana te llamaras, Eyeshield 21, no pienso dejar tu identidad al descubierto, otros intentarían ficharte y eso sí que no. El caso es que no acepto una negativa-se tanteo el pelo en busca de la metralleta sonriéndole mostrando sus colmillos-O debo refrescarte la memoria haciéndote agujeros…
Sena se quedó blanco sudando negando mucho con la cabeza.
−Oe, Hiruma-llamo Musashi sonriendo maliciosamente- ¿Esta noche le vas a hacer eso al profesor Parcelaso?
−Kekekeke, por supuesto viejo, hoy es miércoles, el día de las bromas a los profes que me joden, con vuestra ayuda, el viejo Parcelaso saldrá por patas, eso te incluye a ti Sena-señalo al castaño más pequeño.
Sena escupió el agua que bebía.
− ¿¡QQQQUUUUÉÉÉÉÉÉ?!
−Dios que bien me lo voy a pasar, ¡KEKEKEKEKE!-se río cual demonio poniendo los ojos en blanco.
Sena ni se imaginaba lo que iba a pasar…
TBC…
Al fin lo acabe, bien aclaraciones.
Edades de los personajes principales en el fic:
Sena-14.
Kurita-17.
Musashi-17.
Hiruma-17.
Mamori-26.
Agon-19.
Unsui-19.
Otra cosa, Sasune, Filadelfio y Parcelaso son míos y probablemente muchos otros personajes que aparezcan los he creado yo para variar un poco.
CHACO Y GRACIAS POR LEER.
