¡Holitas a todos! Bueno, llevo bastante tiempo intentando subir algo a Fanfiction y por fin (gracias a la ayuda de Nerea) os puedo empezar a dejar mi primer Fic de HP. Es mi primer R/Hr y espero que no seáis demasiado críticos, y que os guste tanto como a mi jeje. Dejadme también vuestras opiniones si os apetece, que todas serán bien recibidas n.n No os hago esperar más, disfrutad del Primer Capítulo de "Latidos de Mariposa". Nos vemos de nuevo al final¡al ataque!
OoO...OoO Latidos de Mariposa OoO...OoO
-Capítulo 1: La Pesadilla de él-
Hacía calor, un ardor insoportable se extendía por todo su cuerpo; el muchacho abrió los ojos lentamente y descubrió que se encontraba en un lugar semejante al infierno. Poco a poco se fue incorporando, pese a que el calor abrasaba sus pies desnudos y sus cabellos de igual color que el fuego que lo rodeaba. Estaba en un terreno volcánico y agrietado por todas partes, allá dónde alcanzaba su vista, sólo se veía desolación. Todo totalmente desierto, salvo por los pequeños volcanes que erupcionaban cada pocos segundos, como si se tratara de una coreografía de un baile ensayado; y por las llamas que salían ocasionalmente a través de las gruesas grietas del suelo enrojecido.
Aparte de todo eso, la única forma de vida que podía distinguir era la suya propia. Despertando de su inexplicable letargo, se frotó los ojos, que eran de un color azul cielo y seguidamente, dio uno par de pasos hacia delante. Pronto se tropezó con una barrera invisible, que le impedía seguir adelante.
-¿Pero qué diablos...? –se preguntó medio dormido aún, adelantando su mano derecha para tocar lo que parecía un espacio vacío.
En el instante en que su mano y la barrera invisible se rozaron, salió despedido repentinamente y con fuerza unos metros atrás, haciéndole chocar contra el suelo y caer de bruces en él. Casi sin fuerzas, logró incorporarse de nuevo. Se volvió a acercar a la invisible barrera e intentó buscarle una lógica a todo aquello, sin que le diera mucho resultado, después de todo no se le dada demasiado bien pensar...
Cabizbajo, pensó en la forma de salir de aquella situación, cuando entonces, alertado por un extraño murmullo, alzó la vista y observó desde su posición a unas figuras terriblemente familiares que surgían de entre las llamas y se le acercaban lentamente.
Ahora, intentó pedirles ayuda mediante gritos, pero de su garganta no salía ni un solo hilo de voz, se llevó las manos al cuello incrédulo y lo intentó de nuevo, con la misma suerte... Su rabia se reflejó en su rostro. Sintió una tremenda impotencia al descubrir, sin saber por qué, que se había quedado encerrado. Fue entonces cuando los vio, a un desaliñado y ensangrentado Harry llevando de la mano a una, al parecer agotada, Hermione. Iban corriendo hacia él. Desesperado, aporreó la barrera con todas sus fuerzas¡tenía que ayudarles, salir de allí como fuera! Se detuvo cuando sintió una risa aguda en la lejanía, aterrorizado entrecerró los ojos para distinguir la alta y tétrica figura que se alzaba detrás de sus amigos, que habían llegado a su posición.
Harry se volvió para encarar al encapuchado que venía directo hacia ellos, varita en mano; mientras tanto, entre sollozos, Hermione se volvió hacia él y con expresión triste apoyó una de sus manos, ahora llena de heridas por todas partes, en la barrera que no les dejaba escapar a él ni a ellos. El muchacho puso la palma de su mano junto a la de ella, mientras negaba con la cabeza impotente, no permitiría que le pasara nada¡no así demonios!
Pero entonces, miró por encima del hombro de la chica y vio que su amigo yacía ahora en el suelo, sin apenas fuerzas para defenderse más. El encapuchado aprovechó para lanzarle uno de sus hechizos con la varita, la luz le cegó por unos instantes; cuando logró recuperar la visión, la inmensa capa negra se encontraba frente a él, cogiendo a Hermione por el cuello. La chica mantenía su porte firme, aunque se la veía en el fondo muy asustada. ¡Maldita sea, suéltala despreciable! Se repetía una y otra vez, al ver que de su boca seguía saliendo el más puro de los silencios. Las palmas de sus manos continuaban "juntas", intentó leer las palabras que le dedicaba la castaña a través de sus labios, solamente supo que pronunció su nombre, lo demás no lo entendió.
-Hermione... –consiguió susurrar, con un nudo en la garganta y la voz desgarrada sin que ella lo oyese.
No le dio tiempo. El encapuchado rió sonoramente, murmuró algo y un resplandor verdoso le hizo caer de bruces al suelo.
-¡No! –se oyó en mitad de la noche, el grito desesperado emitido desde el interior de una figura que se agitaba bajo unas blancas sábanas.
Ron se llevó sus propias manos al cuello, para comprobar si aquel grito ahogado había salido de él, y efectivamente así fue. Se sentó en su cama de un salto, con todas las sábanas enrolladas alrededor de sus piernas. Sus dedos pasaron ahora por su frente, percatándose de que sudaba abundantemente y su piel estaba también muy fría, provocándole un temblor nervioso en su cuerpo.
Mientras se frotaba todavía los ojos intentando despejarse, encendió la lamparilla de su mesita de noche, y miró de soslayo al reloj despertador que descansaba sobre ella, eran apenas las 5:35 de la madrugada y ya se hallaba desvelado.
-Maldita sea... –se quejó, desenrollándose las sábanas- otra vez ese estúpido sueño¿podré dormir a gusto algún día de esta semana?
Miró a su alrededor aun confuso, para ver que la tenue luz reflejaba las sombras de los póster del Equipo de Bulgaria y de la que había sido su estrella, Víktor Krum. Éste posaba de forma orgullosa con ese porte tan arrogante, de cabeza hueca según él. Con un gesto de desprecio los arrancó de la pared e hizo una bola en sus manos con ambos ¿por qué diablos seguía teniendo esto en su habitación después de lo de hace un par de años?–pensó con un odio que se reflejaba en sus ojos azules, observó las figuritas que tenía en su mesita de noche y las barrió con la mano. "Pero bueno ¿en qué estoy pensando¿es que acaso no me va a dejar de atormentar lo del baile? Tengo que olvidarlo de una vez, tengo que hacerlo." –se hizo prometer a si mismo, arrojó la bola de papel al suelo y se llevó las manos a la cara. "Pero entonces ¿por qué ese sueño todas las noches? Ya no puede ser coincidencia, que salga Harry vale, porque es mi mejor amigo, pero... ¿Hermione? Ey no, para¡ella también es mi amiga¿no tengo derecho a soñar con ella o qué? Pero ¡y esos sollozos, esa cara, mi ira, mi impotencia¿por qué¿será que acaso estoy...?"–negó con la cabeza, no quería reconocerlo, jamás lo haría, tenía su tremendo orgullo para cerciorarse de que no lo haría.
Tras hacerse la pregunta, salió de la cama al conseguir deshacerse de su blanca tela prisionera, se puso las zapatillas y se dirigió a la puerta de la habitación mientras se estiraba perezosamente. Tal vez algo caliente me venga bien, pensó. En pocos segundos se situó frente a la puerta, pero antes de que pudiera girar el pomo para salir por ésta, él mismo giró por si solo de repente y con brusquedad. La puerta se abrió de golpe, golpeando a Ron con fuerza y tirandole al suelo.
-¡Ouch! –se quejó con una mueca de dolor, mientras ya oía la vocecita preocupada de su madre en el umbral de la puerta.
-¡Ay Ronnie, hijo¿te has hecho daño? –le ayudó a levantarse- ¿qué hacías ahí detrás?
-Mamá, ya puedo yo solo.
-Vamos, vamos, no evadas las atenciones de tu madre preocupada –le dijo Molly con un aire en su voz que sonaba extremadamente tierno.
Por unos segundos observó a su pequeño pelirrojo, bueno quizás no tanto después de todo... –se lamentó en su foro interno- el pequeño al que acababa de incorporar y la miraba somnoliento seguía teniendo esa carita tan dulce llena de pecas, pero ya era todo un muchacho de 17 años que le sacaba al menos cabeza y media de estatura. Lo miró aun preocupada.
-¿Te encuentras bien, Ronnie?
Ron asintió, luego se encogió de hombros mientras bostezaba.
-Claro¿por qué no iba a estarlo mamá? –sabía que en realidad no lo estaba, pero no podía contarle ese sueño a su madre¡se pondría echa una histérica y pesada! No le apetecía nada la idea, así que muy a su pesar, prefirió mentir.
-Pues no sé... primero, porque son apenas las 6 de la madrugada –puntualizó ella- y también porque has dado un grito que se ha oído en casi toda la casa, hijo.
Éste se quedó paralizado unos segundos, se rascó la cabeza enmarañada y suspiró.
-Vaya, lo oíste... –agachó la cabeza, avergonzado.
-No sé qué te ocurre últimamente Ronald Weasley, llevas una semana entera despertándote por las noches –la voz de Molly era ahora calmada, exhaló un enorme suspiro antes de continuar- pero sea lo que sea, sabes que nos tienes siempre a tu lado ¿vale?
Ron pudo ver la forzada sonrisa de su madre para tratar de darle tranquilidad, aunque no supiera de qué se trataba, no parecía querer interrogarle sino que simplemente le importaba más la seguridad de su hijo que cualquier otra cosa en ese momento. Lo comprendió. Le dedicó una de sus sonrisas y la abrazó con todo el cariño que pudo, intentando despertarse de una vez por todas.
Molly notó la fuerza con que el pelirrojo la abrazaba y no pudo evitar protestar, separándose de él a regañadientes.
-¡Ay Ronald, vas a dejarme sin respiración!
-Lo siento mamá –la soltó y se le escapó una risita, que acalló cuando vio el rostro severo de su madre, que no soportaba tales burlas- y tranquila, estoy bien.
-Muy bien, entonces... –la Señora Weasley miró a su alrededor como perdida, volvió sobre sus pasos hasta la puerta- ya que estoy despierta prepararé el desayuno.
-¡Genial, me muero de hambre! –se relamió con la idea Ron, se dirigió a la puerta para salir pero su madre le detuvo y lo miró con el mismo gesto severo.
-¡Shhhh, no grites que están todos durmiendo Ronald! –le reprendió, luego empezó a bajar las escaleras, se giró hacia él en uno de los rellanos y susurró- ¡y por Merlín, arréglate un poco ese pelo y ponte algo encima antes de bajar o pillaras un resfriado!
Ron asintió de nuevo con su media sonrisa en los labios, al tiempo que su "pesada" pero querida madre terminaba de bajar las escaleras. Entró nuevamente en la buhardilla, se miró de arriba abajo y vio que sólo llevaba sus boxer de los Chudley Cannos, para variar¡tenía cientos de ellos, le encantaba el Quidditch!
-¿Qué tienen de malo...? –se rascó la cabeza intentando ver cual era el problema para que tuviera que obedecer a su madre. Sería porque estaba dormido aun, o porque realmente no tenía ganas de pensarlo tan temprano; en todo caso, sacudió la cabeza y cerró la puerta tras él.
Echó un largo vistazo a su habitación, con la cama patas arriba por culpa de su pesadilla, la bola de lo que habían sido sus posters reposando en el suelo medio abierta ya y las figuritas compartiendo su misma suerte. Sin pensarlo, hizo la cama como buenamente pudo, ya que no se le daba tampoco demasiado bien... Cuando terminó, cogió la papelera, recogió las cosas del suelo y las arrojó a su interior con una sonrisa de satisfacción en sus labios.
-Jaque Mate, Vicky –susurró dejándola en su sitio, entró en el baño y cerró dando un portazo.
OoO...OoO Continuará... OoO...OoO
Bueno, hasta aquí el Primer Capítulo. ¿Qué os ha parecido? Espero que haya sido de vuestro agrado, y no querráis matarme por la pequeña intriga con la que lo empecé jejeje. Os daré un tiempecillo para que podáis leerlo tranquilamente, y podáis dejarme vuestros Reviews, y volveré a subir otro Cap. Gracias a los que han llegado hasta aquí, y si queréis seguirme... ¡Os veo dentro de poco! Un besazo para todos: muakkk.
.:Vaira Whisp:.
