Declaimer: Los personajes no me pertenecen, son de Cassandra Clare, sólo la trama es mía.
Summary: ¿Que pasaría si no existieran los Nephilin? ¿Y si todos fueran mundanos? ¿Como serían? Clary una adolescente hermosa y Jace un muchacho muy... Jace. CxOoC M por Lemmons CxJ MxA IxS MxK
Advertencia: Esta historia contiene escenas de sexo explícito, si eres menor de edad o no te gusta, no lo leas, después no te quejes de que no estabas advertido!
No permito su reproducción o adaptación en su totalidad.
*De una manera diferente*
by
Gissbella Salvatore
Capítulo I
El reloj sonaba y para colmo mi visión estaba rosa. ¿Qué demonios…? Del susto abrí mis ojos de golpe y me arrepentí cuando la luz me golpeó de lleno en los ojos.
Gemí. No, no es bueno despertar así.
Me levanté y fui al baño. Me lavé los dientes y luego, tanteando, llegué a la ducha. Aun sin abrir mis ojos dejé que el agua caliente cayera sobre mí para despertarme. Busqué el Shampoo con fragancia a uva y me lo puse en el cabello, disfrutando de la fragancia que se fundía con el agua caliente, luego seguí con la crema y por último agarré el jabón.
A la media hora salí de la ducha. Me puse mi bata azul y me sequé lo más que pude el cabello con la toalla, envolviéndolo en ella y me fui a mi dormitorio, directo al closet.
"A ver…" pensé mientras buscaba que ponerme. Me decidí por una camiseta con hombros descubiertos de manga corta color verde oliva, unos infaltables jeans blancos y miré por la ventana y vi que había sol, pero se veía que no hacía calor, asique me decidí por ponerme un chal tipo sueter de algodón y cachemira que se ataba con un cinto. De zapatos me puse unos grises. (N/A: Ver atuendo en mi perfil)
Volví al baño para secarme bien el cabello y peinarlo. Me costó un poco desenredarlo, pero pude, asique cuando mis rizos rojos estuvieron presentables salí de ahí.
Una vez vestida y peinada fui a la cocina para prepararme mi café, tostadas y mi jugo. A esta hora de la mañana no me cabía mucho en el estómago. Una vez teniendo todo me fui a con mi bandeja al living y encendí el plasma para ver las noticias de la mañana y el clima. Anunciaba lluvia. "Qué raro" pensé irónicamente; Vivía en Nueva York.
Mi celular sonó en mi habitación, debajo de mi almohada para ser más precisa.
—¿Hola?
—Buenos días, mi nueva modelo.
—Magnus!— me reí y caminé hacia el living de nuevo. —Buenos días, ¿Pasa algo malo?
—¿A qué te refieres? ¿Tiene que pasar algo malo para que te llame?
—No, claro que no, pero como nos vamos a ver en un rato…
—Ah! No, no pasa nada. Sabes que yo siempre lo tengo todo bajo control.— no pude más que carcajearme. Tenía razón.
—¿Entonces…?
—Solo quería asegurarme que mi nueva modelo estrella ya se hubiera levantado. Odio la impuntualidad.
—No te preocupes. Ya estoy bañada, cambiada y desayunando. Además son las…— me fijé en mi reloj de la mesita de luz —siete y cuarto de la mañana. A las nueve y punto estoy allí.
—Ok. Te espero.
—Besos.— y con eso corté.
Magnus Bane era un famoso diseñador de modas y, desde hoy, yo era la nueva cara de su marca pijamas para mujeres *Magnusfico*
La verdad era que le debía mucho a él. Éste era mi primer trabajo como modelo, de hecho, si él no me hubiese encontrado y observado mis… dotes, no estaría a punto de hacer esto. Y yo justo me había ido de casa hace un año por una pelea con mi padre. Asique estaba trabajando de mesera en un café del centro cuando el señor se apareció y dijo:
-Flashback-
—Clarissa, ve a la mesa 8— ordenó mi jefe. Rápidamente me encaminé hacia allí.
Mientras me acerqué pude ver a un hombre con e cabello de punta, tenía mucho maquillaje y... ¿purpurina? Vestía una remera naranja casi brillante y un pantalón negro con una cadenas.
"La gente de hoy" pensé.
—Tienes un buen trasero!— fue lo primero que me dijo cuando llegué a él, lisata para tomar su pedido. Le habría dado tal paliza sino me hubiera quedado mirándolo como una idiota por su extraña vestimenta.
—¿Disculpe?— logré preguntar.
—Me interesaría que trabajaras conmigo para modelar mi ropa— luego sacó una tarjeta de no sé dónde y me la tendió —si estas interesada— yo agarré la tarjeta, la vi y luego volví a mirarlo a él quien me sonrió y dijo, como si nada hubiera pasado —Un capuccino, por favor.
Enarqué una ceja.
-Fin del Flashback-
Me reí suavemente al recordarlo, yendo a terminar mí desayuno. Luego de llevar todo de vuelta a la cocina, volví de nuevo al baño a maquillarme. No me gustaba sobrecargarme la cara, asique siempre usaba lo básico para mí: sombra gris clara, delineador de ojos negro, mascara para pestañas (N/A: Rímel); de manera que resaltaran mis ojos verdes y brillo labial rosa suave. Me dejé el cabello suelto y listo.
Tomé mi bolso con todo lo necesario para una chica durante un día y salí de mi apartamento, bajando al estacionamiento del edificio.
—Buenos días señorita Morgenstern.— saludó el vigilante.
—Buenos días.
Busqué a mi Volksvagen escarabajo y saqué la alarma antes de subir y salir de allí hacia mi primer día de trabajo con Magnus. (N/A: Ver auto en mi perfil)
A las nueve menos diez estaba aparcando frente a ¿La casa? que suponía era el estudio.
Llegué a la entrada donde había tres guardias.
—¿Necesita algo, señorita?— me preguntó uno de ellos, se veía de unos treinta años más o menos.
—Sí— sonreí —tengo una cita con el señor Magnus Bane.— el señor se dio vuelta hacia uno de los otros.
—La lista— el otro se la dio —Su nombre, por favor.
—Clarissa Morgenstern.— me miró de arriba abajo y luego volvió sus ojos a la lista.
—Puede pasar, señorita.
—Gracias.
—Pase por aquí— me indicó el otro guardia y lo seguí.
La casa era grande y había mucha gente en ella.
—Vuelve a tu trabajo— se escuchó la voz de Magnus y cuando me di vuelta lo vi. Estaba vestido extravagantemente como siempre que lo vi: Llevaba una camisa marrón con negro, unos pantalones de cuero violetas y unas botas marrones. Tenía el cabello con purpurina y sus muy interesantes ojos tan verdes como un gato, tan diferentes a los míos.
—Hola Magnus— lo saludé.
—Hola— me inspeccionó con la mirada haciéndome sentir nerviosa ¿Se había arrepentido? Sonrió. —Sigues igual de magnífica.
Le sonreí.
—Gracias. Tú sigues tan extravagante!— me ruboricé de la vergüenza al decir aquello
Él se rió.
—Honesta. Me gusta. Pero basta de charla— dijo agitando las manos — Pongámonos a trabajar.— me llevó por un corredor, pasamos por un living en el que había personas yendo y viniendo para todos lados.
—Magnus, ¿estás seguro conmigo? Me refiero a que, nunca modelé ni nada parecido, ya sabes.
—Sí, sí— dijo impacientemente —No te preocupes, tú eres la indicada. Necesito a una diosa con cara de ángel, pero que sea una perra cuando quiera— me sonrojé —y desde la primera vez que te vi supe que eras tú.
—Bueno…— no sabía si sentirme alagada o insultada.
Me sonrió.
Llegamos a una habitación que, lo primero que noté fue que tenía las ventanas tapadas, que en el piso había una gran alfombra blanca y detrás había unos paneles blancos que tapaban la pared. En ambos lados había unas lámparas gigantes que enfocaban todas las luces en el centro de la alfombra y un muchacho estaba de espaldas a ella.
—Aquí es— al escuchar la voz de Magnus el chico se dio vuelta y le sonrió. Era hermoso; cabello negro y ojos azules, cuerpo normal. —Él es Alexander Lightwood, y va a ser tu fotógrafo, pero cuidadito que es mío— lo miré enarcando una ceja y luego me volví de nuevo hacia Alexander, quien se acercaba a nosotros. Una vez que conocí a Magnus ya no me sorprendía nada.
—Hola Alexander— le tendí la mano y él la tomó —Soy Clary, mucho gusto.
—Es un placer. Soy Alexander Lightwood, pero solo dime Alec. Todos lo hacen.— me sonrió.
—Bueno— interrumpió Magnus —Empecemos. Ven que te voy a llevar a maquillar…— paró en seco y me miró —No va a ver mucho maquillaje por lo que veo. Ven querida— lo seguí hacia la habitación de al lado donde había dos espejos y dos asientos. El primero estaba ocupado por una mujer de cabellos lacios, largos y negros como la tinta. A simple vista se veía que era delgada con cuerpo esbelto, piel color clara. Toda una amazona. Una muchacha joven estaba maquillándola.
El segundo asiento junto con el otro espejo estaba desocupado, y presentía que era para mí.
—Supongo que sabrás que éste es tu lugar.— me hizo sentar y llamó a otra muchacha. —Esto va para todas chicas; ella es Clarissa Morgenstern y es mi nueva modelo.
—Soy Isabelle Lightwood— escuché la voz de la muchacha de al lado mío. Me voltee a verla —Espero que te vaya muy bien.
—Gracias.
—Genial. Isabelle, ¿confío en que le darás algunos consejos? Es primeriza en esto. Mel!— llamó a alguien —Ya te he dicho lo que quiero que hagas con ella— me apretó los hombros y con eso se fue bajo la mirada claramente malhumorada de Isabelle.
—Soy Melani— se presentó otra muchacha que entró a la habitación. Tenía cabello castaño, piel clara y ojos celestes. —Voy a ser tu maquilladora.
—Soy Clary.
—Ok, empecemos.— y con eso cerré mis ojos. —Magnus tenía razón; tienes una cutis maravillosa, solo necesitarías maquillaje.
Sonreí, halagada.
—Gracias.
—Entonces…— se escuchó la voz de Isabelle —es la primera vez que modelas.
—Sí.
—¿Hace mucho que tratas de hacerlo? Quiero decir, los castings y todo eso.
"¿Castings?"
—No, yo no… no hice ningún casting— yo seguía con mis ojos cerrados, sintiendo como Mel trabaja conmigo.
—Mmm. Entonces eres amiga de Magnus.
Vacilé.
—No exactamente.
No volvió a preguntarme nada. Luego de unos minutos escuché la voz de… creo que era de Alec.
—Izzy, ve a cambiarte que Paul ya está esperándote para la sesión.
—¿Paul? ¿No vas a sacarme las fotos tú?
—No. Lo siento. Pero Magnus me pidió que me encargara de Clary
Un resoplido sonó.
—Está bien. Suerte, Clarissa.— deseó sin ningún buen deseo en la voz. Sus tacos resonaron mientras se alejaba.
Wow. Creo que no le caía muy bien que digamos.
—Listo— anunció Mel
Me miré en el espejo para encontrarme con mis ojos verdes con sombras metálicas en tonos azules, algo de malva y un toque nacarado cerca de las cejas. Tenía un efecto morado/azul y profundidad. Estaban delineados de negro y encima de las pestañas había una sombra azul intenso con destellos de purpurina. Mis labios tenían mi color rosa tirando a rojo natural pero con brillo
Se veía que la purpurina era la marca registrada de Magnus.
Mi cabello rojizo estaba levantado, mis rizos caían desordenados por mi espalda y mi flequillo tapaba levemente mi ojo izquierdo. (N/A: Ver maquillaje y peinado en mi prefil)
Sonreí, satisfecha.
—Muchas gracias.
Alec me sonrió.
—Sígueme, por favor.— lo seguí y me llevó a otro cuarto donde había varios percheros llenos de ropa. Me llevó hasta uno que decía Clary en la hoja de un papel pegado en el frente. —Como verás; éste es tuyo.— miré la ropa y vi que habían camisones hasta medio muslo juveniles y de dos piezas.
—Empieza con el primero.
Él se fue y el primero que tuve entre mis manos fue un camisón rosa y blanco de tirantes ajustables, y con eso salí, media avergonzada.
Alec estaba del otro lado de la puerta, esperándome. Cuando me evaluó sonrió.
—Magnus tenía razón. Tienes el cuerpo y la cara perfecta para ésta marca.
—Gr-Gracias— tartamudee.
Lo seguí y entramos a una habitación luminosa con ventanales. Era un dormitorio con todo lo que debía tener: cama, mesas de luz, armario, algún que otro sillón, pero casi pegado a la puerta de entrada estaba todo el mobiliario del camarógrafo y Magnus, claro.
—Bueno, Clary, empecemos.
Y ahí empezamos. Primero estaba algo tímida, pero Alec, y sobretodo Magnus, me decían que pose hacer, donde pararme, como poner mi mirada, etc. Pero luego de un rato, empecé a hacer mis propias caras, gestos y todo eso. También ayudaba el hecho de que muchas cosas que decía Magnus nos hacía reír y eso hacía más llevadero todo. Lo que sí era agotador era cambiarme tanto de ropas y maquillarme tantas veces; creo que fui y volví a las otras habitaciones más de diez veces.
—Terminamos!— dijo Magnus. Suspiré y él sonrió. —¿Pensaste que las modelos la tenían así de fácil?
—Si te sirve de algo; ya aprendí que no.
—Bueno, ve a cambiarte que yo me quedo aquí con éste muñeco— miró a Alec —Tenemos cosas que hacer.— prácticamente ronroneó.
—Ok— salí rápido de la habitación y me di vuelta para mirar la puerta cuando escuché la puerta cerrarse de golpe. Me reí bajito.
—Ouch!— por estar de tonta choqué con alguien y estuve por caerme si ese alguien no me hubiese envuelto en sus brazos, pegándome a su pecho.
—Per-Perdóname— murmuré levantando mi rostro para verlo.
Unos ojos imposiblemente dorados y llenos de fuego me hipnotizaron.
N/A: Hola! Nuevo fic, nuevos personajes.
Ésta historia salió mientras buscaba algún fic de Jace y Clary en FF y me di cuenta de que la mayoría eran One-shots (muy buenos, por cierto) :)
Como creo que se dieron cuenta; en ésta historia no hay cazadores de sombras ni submundos ni ángeles... sólo mundanos. Y que mundanos! jaja
Aquí va a haber romances, intrigas, risas, locuras, llantos, desiluciones, iluciones, sorpresas, lo que se me ocurra! Pero mucho, MUCHO AMOR.
Traté de captar la escencia de todos los personajes; si tienen algún consejo, idea, sugerencia, etc, díganmela. No muerdo, eh! :D
A Clary le hice un OoC respecto a su apariencia, es decir, por ejemplo, es pelirroja de ojos verdes, pero NO tiene pecas. Si alguna ha leido algunos de mis otros Fanfics se habrán dado cuenta que a los personajes femeninos como Bella, por ejemplo, las... embellezco, por así decirlo. No me gustan que siempre sean el patito feo y que sus anatagonistas sean más bellas que ellas, de modo que me desquito aquí. :)
No sé si va a gustar éste fic, pero... nada pierdo con probar!
Espero que les haya gustado el cap.
Besos a todas.
Giss.
¿Review?
