Esta es una historia de Aome. Vemos distintas partes de su vida y sobre como termino. Se llama Egoismo por Egoista, algo que nuestra querida protagonista no es.

¡DISFRUTENLA!

P.D ¬¬ No se quejen. :)


"Egoísmo"
Elsa Gabriela


A nadie le gusta ser llamado "egoísta".


Salió del pozo, mirando las flores pasar, dejando que el viento jugara con su cabellera negra. Pensaba en los hechos recientes. En el como se había ido tras ver a Inuyasha con Kikyo y sobre como logro superarlo.

- Aome...- La voz de aquel joven que amaba con su corazón la distrajo de su meditación.

- Inuyasha... – No dijeron más, sus miradas decían todo, pero aún así ella tenía que decir lo que su corazón sentía..

Inuyasha, se que solo soy la reencarnación de Kikyo, pero... quiero que sepas que yo seguiré a tu lado. No me importa, solo quiero estar contigo...- Lo miraba fijamente, suplicando con su mirada para que este correspondiera su sentimiento de aceptación.

- Esta bien... Aome. –

No tomo más que esas tres palabras, para que aquella bella joven del futuro volviera a sonreír. Se acerco a él, y sujeto su mano entre la suya, dándole un ligero apretón, insegura por lo que ocurriría... pero cuando el correspondió a su demostración de afecto, supo que todo saldría bien.


Somos capaces de hacer todo en nuestro poder para evitar serlo.


- Existe el rumor de una sacerdotisa. Se dice que tomo aquel rumbo, por el lago que esta no muy lejos de este lugar. – Un anciano, ya muerto y siendo manipulado por Naraku, comentó a los ingenuos seis pasajeros que tenía ante él.

- ¡Es Kikyo! – No pudo evitar soltar un llanto de alegría al saber que su amada estaba con vida.

- Ve con ella, Inuyasha.- Nadie omitió la tristeza que había en su voz.

- Aome..-

- Ve, ella te necesita.

- Si. –

Y se fue, desapareciendo entre el polvo del camino para buscar a la que una vez amo, y que aún seguía. Miroku, Sango, Shippou y Kirara miraron a su amiga con compasión. Tenía un corazón tan grande.


Llegamos al punto en que aceptamos cualquier insulto, menos el de ser llamado "egoísta".


Estaban dentro de un demonio. Encerradas, para ser exactos. No había forma de salir, solo de entrar. Ahora en aquel tenebroso y asqueroso lugar se encontraba la sacerdotisa muerta, y la reencarnación de esta. Pero una estaba agotada, pues aquel s er despreciable mantenía a su alrededor un campo de energía que prohibía el paso de aquellos seres que recolectaban las almas de los muertos.

En pocas palabras, Aome debía ayudarla.

- Vete. Tu debes irte. – Ella le advirtió, sabiendo que no sobrevivirá por mucho tiempo.

- No, no puedo dejarte. –

- No seas tonta, sal.

- No puedo, si lo hago.. alguien que ambas apreciamos jamás me lo perdonaría.

La cargó en su espalda. Y juntas, tras recorrer un gran tramo de camino, llegaron al centro del demonio. Logrando escapar con ayuda de los fragmentos y los poderes espirituales... al salir, Aome tomo su rumbo, y Kikyo el suyo. Estaba feliz pues la había ayudado. Y de esta forma, Inuyasha no se enojaría con ella. Cuando regreso al campamento, donde seguramente la estaban esperando, se topo con el hombre que tenía su corazón, simplemente sonrió y siguió su camino.


Creo que yo llegue a tal extremo. Pero yo no me había dado cuenta. Simplemente, me gustaba hacer a las demás personas felices... aunque costará la mía. Para mí era una buena acción. Para los ojos de los demás... era "dadivosa", o simplemente una tonta más.


- Escúchame, debes de llevar la espada al templo para poder sellar al demonio. No te preocupes por mí. Solo vete y sálvate. – grito Aome al ancestro de Hojo, su pretendiente en la era moderna.

- ¡Jamás! - grito el joven.

Y combatió con ella, oh bueno, más bien siervo como el anzuelo, pues Aome en su intento por salvarlo de las tres marionetas que se parecían mucho a sus amigas: Eri, Yuka y Ayumi, fue capturada y llevada ante Hoshiyomi quien utilizaría sus poderes para restaurar la Espada del Cielo y la Tierra ("The Blade of Heave and Earth").


Pero yo no sabía lo que hacía,


- Denme la tela que deseo. Ustedes la tienen. – Kaguya ordenó a los viajeros que había sorprendido.

- ¡No te la daremos sin una buena pelea!

- Sabía que ustedes la tenían. –

Inuyasha intentó atacarla. Destruirla o desarmarla, pero aquella princesa era más fuerte. Y lo mandó directo a un árbol en cuestión de segundos. Evito cualquier otro movimiento por parte del hanyo con las raíces del árbol, las cuales eran bastantes duras y poderosas. Volvió a demandar su tela, pero antes de poder tomarla, Aome le lanzó una de sus flechas. Esta rozo su kimono, purificandolo. Pero solo una parte. Pero logro sorprender a aquella mujer.

Como siempre...

- Interesante...- fue todo lo que dijo.

- ¡Libera a Inuyasha en este instante! – Se colocó a un costado de él, apuntado su flecha de forma amenazadora.

- ¡Muevete, tonta!

Pero Aome no hizo caso a los gritos del demonio. Y lanzó la flecha, esta fue absorbida por el espejo de aquella princesa Kaguya de la Luna, y después el ataque fue regresado, pero no hacia la sacerdotisa, sino hacía el hanyo que estaba en él tronco del árbol.

El tiempo se detuvo, Aome se movió rápidamente para intentar evadir el ataque, la tela famosa fue lanzada al instante que la flecha penetraba en la espalda de Aome.

Hubo un silencio repentino.


Pero al final, mientras veía sus miradas por ultima vez...


- Hemos recuperado la perla, Aome. – Shippou dijo alegremente a la joven que consideraba su madre adoptiva.

- Así es, pequeño. Dejemos que Inuyasha pida el deseo. –

Miroku y Sango miraban como la sacerdotisa entregaba la perla a su amigo. Todos esperaban ansiosamente el deseo que haría.

- Deseo... que todo vuelva a ser como solía serlo antes de la llegada del demonio Naraku.

Una luz envolvió los cuerpos de todos, y de todo Japón. Al abrir los ojos, la exterminadora de monstruos, el monje y el pequeño zorro se dieron cuenta que Aome estaba envuelta en una luz blanca. Estaba transparente, como un fantasma.

Entonces apreció Kikyo, y la mirada de Inuyasha se ilumino con un amor que sobrevivía por años, y generaciones.

- Me tengo que ir, yo jamás debí de haber aparecido en esta época. Los extrañare.

- Nosotros a ti, Aome. Te queremos mucho. – Miroku habló por sus camaradas quienes estaban bañados en lagrimas al ver que tendrían que decir adiós.

- No guarden rencor a Inuyasha. Solo piensen que así debió de haber sido la vida. Y todo fue un mal sueño.

Shippou comenzó a llorar, juntos con Sango. A Aome le dolía ver esto, pero no le quedaba de otra. Ella había entregado la perla a Inuyasha, este pidió un deseo y se había cumplido. Pronto los familiares que se crían muertos estaban parados ante sus seres.

Sango tenía de vuelta a su padre y hermano. Shippou a su papá, Miroku a sus ancestros (su abuelo, papá), e Inuyasha, tenía el amor de su vida.


Supe que todo había valido la pena.


- Los quiero Y muchas gracias muchachos por todos los momentos juntos. Lamento no poder volver a verlos, pero... yo jamás fui una persona egoísta. Ustedes se merecen una vida suya con la gente que aman.

Fueron las ultimas palabras de Aome que dijo a sus amigos, quienes al desaparecer lloraron incontrolablemente. Pero con el paso de los años aprenderían a lidiar con ello. Y mientras ellos comenzaban a cerrar las heridas que Naraku había creado, Aome sonreía tristemente...

- Si, tal vez jamás logre olvidarlos muchachos. Pero, yo jamás pertenecí en aquella era, yo soy del futuro, y ustedes del pasado. El balance debe permanecer como es. Ustedes felices con su familia y seres queridos, y yo con la mía.

Lagrimas recorrieron su fino rostro. El viento frío de otoño las mando lejos, muy lejos de ella. Su madre comenzaba a subir las escaleras hacía su casa, venía del supermercado. Su abuelo, termianaba de sacudir alguna reliquía, y Sota estaba jugando con Buyo. Todos al verla, corrieron a su lado, pues por fin había vuelto su pequeña niña, su hermana, su nieta.

Después de todo, a nadie le gusta ser llamado "Egoista"


Espero sinceramente que les haya gustado. Estaba un poco aburrida y comenze a escribir. :) Review.

:) Elsa Gabriela