Hola chicos, aquí va mi segundo Fic de Zelda que va a ser medio largo. Para evitar spoilers actualizare el Fanfic mensualmente. Espero que lo disfruten :)


Victoria para Hyrule

-Capítulo I: El reinado de la paz-


-¡Lo logramos! – grito una voz femenina, algo chillona. En sus palabras había tato emoción como alivio. Parecía casi irreal aquel hecho.

-Así es… lo… logramos – comento débilmente una voz masculina a su lado. El metal de su espada resonó al caer al piso con fuerza y también su cuerpo.

Atónita se acercó al joven con rapidez y lo tomo entre sus brazos.

-¡Link!

El joven ahora se encontraba desmayado sobre los brazos de la joven que anteriormente había mostrado su felicidad.

Eso había sido lo último que había escuchado.

-¿Se pondrá bien? – pregunta la doncella. Se mantenía de manera ansiosa y temerosa.

-En efecto, no se sienta de esa manera, su alteza – menciono otra voz femenina, tomo su hombro y la observó – Hablamos de los poderes curativos de Mipha – volvió a decir. La voz de aquella mujer era firme y algo grave.

El joven comenzaba a abrir sus ojos. De inmediato Mipha aparto sus brazos.

-Me alaga en verdad escuchar esas palabras de su boca, señorita Urbosa. Y ahora mismo estoy más que feliz por saber que está bien mi querido amigo, Link – dice la joven Zora casi llorando, en un impulso ella se abraza al joven – Link…

-¿Eh…? – Este sorprendido los observa.

-Articula palabras, mocoso – le dice una voz joven, proveniente de un hombre ave.

-No deberías ser tan severo, Revali – anuncia Daruk, un goron maduro y líder nato.

-Casi mueres, pero debo reconocerte el mérito del valor – Lo observa de manera fija y le dice – de no ser por tu apoyo, la princesa hubiera muerto – dice – bien hecho, niño mimado.

Los otros campeones se burlan de él, avergonzando al Orni y el joven rubio aún sostenía entre sus brazos a la pequeña Zora los observa un poco confundido.

-Di algo, Link – le dice una joven rubia, la de voz chillona.

-Bueno – nerviosamente les observa.

El joven se mantenía en una cama y tenía vendajes en la cabeza. Mipha se apartó del joven para poder hablar.

-Creo que no hemos muerto – dice – Así que es un gran avance de equipo, Revali – el muchacho comienza a reírse, seguido de Urbosa, Daruk, Mipha y la princesa Zelda.

Esta última sonrió de manera dulce y un poco agria, pues con minutos después comenzó a sollozar con una sonrisa en el rostro abalanzándose contra el herido muchacho, quien soltó un leve quejido. Lo estrujo fuertemente sin soltarlo y este correspondió.

La escena era con movedora, Link alzo la vista hacia el frente y sonrió alegre. Miro hacia abajo donde mantenía sus manos abrazando y luego escondió su mirada sobre el hombro de Zelda.

-Link… me alegra que todos estén vivos, por mi culpa casi – el joven se aparte un momento y calla su boca con un dedo. Limpia delicadamente las lágrimas de la joven y luego besa su frente.

-Princesa… no, Zelda – La observa mientras aun calla su boca de manera amable. En ese momento los campeones observaron como una luz invadía los dorsos de las manos de ambos, un poder que ates se había visto en el dorso de la princesa, el poder divino.

El muchacho comenzó a sollozar un poco mientras observaba divinamente a su compañera y le tomaba con su otra mano el rostro.

-Daria mi vida por ti, más que un deber es algo que me invade de manera indescriptible. Es un impulso a protegerte. Un vínculo que pude sentir cuando despertaste tu poder, en ese momento la espada me hablo y me transporto a un sintió donde pude observar cómo es que durante las eras hemos luchado, y permanecido unidos.

Los ojos de la doncella se encendieron y lo observo de manera ferviente.

Urbosa miro a los campeones y todos se retiraban, dejando a solas a la doncella y al héroe.

Mipha denotando un poco de tristeza ante aquella escena agacho la cabeza con una sonrisa algo amarga mientras caminaba con desgana hacia la salida.

Los campeones notaron aquel gesto de la Zora, sin embargo se limitaban a hablar.

Mientras tanto, Link seguía mirado a la joven. Alegre alejo su mano de su boca y se echó sobre en la cama – Lo siento, Zelda, me encuentro exhausto – dice cayendo sobre la almohada – Quizá hable de más ante nuestros amigos. Pero no le encuentro lo incomodo al asunto – sonríe.

-Tu no, pero… tus palabras fueron muy dulces para mi persona, Link – ella se acomoda el cabello y lo observa – Me alegro que por fin hayamos acabado con toda está presión constante – comenta alegrada.

Con gracia se levanta y se acomoda sobre una banca a su lado.

-Me alegra mucho que esto esté resuelto, tanto como a ti – anuncia – supongo que celebraremos con un poco de comida, ¿no? – sonríe en grande mientras observa a la doncella.

-Habrá un gran banquete en tu honor, eso no lo dudes – ella se ríe también – Sólo es cuestión de solucionar los problemas del castillo y… de esa forma podremos organizar una celebración en nombre de los salvadores de Hyrule y…

Link impulsivamente la tomo de un brazo y la estrecho. La soltó un segundo y luego alzo su mirada hacia la de él .

-¿Link…? –Zelda sintió pánico ante aquel arrebato del joven. Con vergüenza trato de voltear su mirada a otro lado, pero la intensidad del azul de sus bellos ojos no la dejaban mirar a otro sitio.

Link siguió sin decir una sola palabra, como de costumbre, sólo la observo por un largo rato mientras ella trataba de esquivar la.

-Nunca dices nada cuando son cosas importantes – dice ella tomándole la muñeca delicadamente como él su barbilla – Odio esa mirada tuya… la odio por que no sé lo que estás pensando. Pero…

-¿Pero…?

-¡Por la diosa Hylia! Hablas cuando te conviene – Él seguía esperando respuesta de los labios rosados de Zelda.

-Contesta, Zelda – dice Link mostrándose divertido ante las quejas de su excelencia.

-Pero también me gusta esa mirada… porque…

Link enmudeció un momento aún más y sonrió – ¿Por qué…?

-Porque es agradable, amable y cálida. Benigna y dulce… por qué me gusta y punto ¿No me puede gustar tu torpe mirada?

El muchacho rubio comenzó a reírse de aquel acto tan torpe suyo. Luego la doncella se alejó de su agarre y por fin el joven dejo de reírse. La observo con una sonrisa agradable y luego volvió a reposar sobre su cama.

-Me pregunto cuando fue que empecé a caerte bien, princesa Zelda – el muchacho se recuesta cómodamente.

-Me salvaste la vida – dice ella – empecé a ver mis errores y mi comportamiento brusco hacia tu persona las cuales eran injustificadas – confiesa nerviosa – lo hice mal por mucho tiempo y cuando menos lo esperábamos apareció Ganon. Siempre velaste y cuidaste de mí y eso fue estupendo, es por eso que te debo mi vida entera, Link.

-¿Sólo por qué salve tu vida? –Pregunta Link modestamente.

-Sí y no – confiesa. De manera inesperada se acerca al joven Hylian y le toma sus manos – Link yo… cuando comenzamos a conocernos mejor fue que yo.

En ese instante la puerta se abrió de golpe dejando ver a un hombre mayor, con barba y cabello semi-blanco y rubio.

-¿Padre? – Link sintió como el corazón se le detenía de la sorpresa.

El joven se levantó de repente y sintió como aquel hombre se abalanzaba sobre él

-¡Link…! – el hombre grito ahogadamente. Por la puerta, Zelda pudo observar a alguien que la llamaba y ella corrió hacia el hombre. Una escena conmovedora se mostraba. Padres e hijos en un encuentro que no pensaban iba a ocurrir.

-Mi querida hija – anuncio la voz ronca del rey – Creí que no volvería a verte – Estrujo a la muchacha con fuerza, igual que el padre de Link a él.

-¡Eres mi orgullo y todo lo que tengo!

-Padre… gracias por creer en mí – las lágrimas del joven se derramaban, eran pocas pero aquello lo necesitaba.

Momentos después de que ambos tuvieron charla con los jovencitos acordaron celebrar aquello. El rey daría reconocimiento a la joven y a los campeones por sus valerosas hazañas.

El rey y el padre de Link salieron de la sala dejando a los jóvenes conversar tranquilamente.

-Me alegra ver que tu relación con su majestad ha mejorado – dice el joven mientras observa con una sonrisa a Zelda.

-Y a mí me hace sumamente feliz saber que eres el orgullo de tu padre – las mejillas del joven se ruborizan y siguen sus ojos mirándola – Al fin has podido ser lo que esperaban, ambos logramos lo que deseábamos con tanto fervor.

Hubo un silencio después de aquello. De repente ambos tratan de hablarse, mencionando sus nombres. Al ver que fue al unísono se ríen y Link cede la palabra a la princesa.

-Gracias por todo lo que has hecho por mí, Link… espero que no dejes de ser mi guardia personal. Eres un valioso amigo ahora… no quiero que dejes de formar parte de mi vida – comenta agachando la mirada.

Link soltó una risita y ella le miro –Sin lugar a dudas… quiero vivir para proteger a la princesa del reino de Hyrule. Como héroe ancestral ese ha sido mi rol, ¿no? Entonces hagamos posible ser princesa y guardia personal.

-Eso es lo que más quiero, Link… Porque yo…

-¿Por qué tú…? – El muchacho se sentó a su lado y la observo.

-Quiero que… seas feliz siempre pero… quiero que esa felicidad – La joven comenzó a juguetear con sus manos, cosa que él notó – La compartas conmigo…

Sus manos comenzaron a sudar y sus mejillas enrojecieron al carmesí. Volvió a bajar la mirada sin pensarlo, para evitar que le viera. El joven la miro de manera más intensa y reaccionó ante los encantos de la princesa.

Poco a poco bajo a verle el rostro y sonrió dulcemente. Tomó su mano y la llamo.

-Zelda…

Ella sólo movió su cabeza para darle el mensaje de que lo escuchaba.

-Sí es que se realiza un baile… ¿Me dejarías bailar contigo al menos una pieza?

Ella paralizada por sus sentimientos asintió asustada y más roja que una fresa.

-Genial… seré la envidia de cualquier chico bailando con la señorita más bella del reino de Hyrule y vecinos.

Ella sonrió dulcemente, como al terminar con Ganon y Link también.

Espero que… un día de estos pueda decirle lo que realmente pienso… Princesa Zelda

Continuará….