Herida

Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada

Espero les guste.


—¿Realmente quieres continuar con todo esto Kanon?

—No hay otra forma Aries. No desde que Saga me traiciono

—Tú traicionaste a Athena

—Yo no traicione a nadie, ella nunca fue mi diosa.

—¿Tanto resentimiento guardas?

—No es resentimiento carnero, es justicia, simplemente tomare lo que siempre debió haberme pertenecido.

—No te importa nada más cierto —pregunta Mu con la voz entrecortada

Kanon miraba a Mu de manera indiferente sin apiadarse de la frágil figura del lemuriano.

—Mu tú fuiste quien acepto este juego, estuviste de acuerdo con todo las condiciones, no sé qué esperabas obtener de de mí.

—Yo... solo pensaba que después de todo este tiempo podría llegar a significar algo para ti.

—Pues te equivocaste conmigo, mi única ambición es hacerme con el poder, nada más importa.

—Entonces no hará diferencia que no nos volvamos a ver ¿cierto?

—Es tu decisión, para mí no habría diferencia.

El dolor embargaba el alma de Mu, sin embargo por sobre sus sentimientos y emociones esta su deber para con su diosa.

La despedida estaba próxima.

—Pronto las cosas cambiarán y lo sabes, las estrellas nunca se equivocan. Athena vendrá pronto y tomara su lugar como regente de la Tierra.

—Estaré listo para el día que tenga que enfrentarla y acabare con ella.

Mu solo negaba con la cabeza ante la necedad del gemelo.

—El santuario comenzara una guerra civil muy pronto, es probable que Saga muera, tal vez quieras verlo aunque sea una última vez.

—No me interesa rememorar relaciones del pasado, el ya no es mi familia.

Mu suspira a la figura del Dragón Marino, no sabe qué hacer para que este deje sus planes, sabe que todo el odio que corroe el alma del gemelo menor no desaparecerá de la noche a la mañana, sin embargo...para el aún hay esperanzas.

—Aún puedes detener esto, todavía no es demasiado tarde. Estoy seguro que Athena...

—No te confundas Aries, no busco redención de ningún tipo, yo ya escogí mi camino y nada me hará cambiar de opinión.

—Te amo...

El dragón marino se mantuvo estoico a pesar de sentir que su corazón laceraba con las palabras del carnero.

—Adiós Mu —el tono gélido de las palabras de Kanon rompieron aún más el frágil corazón del caballero de Aries, sin embargo aceptaba su destino, aunque no lo agradase; intento cambiar el rumbo de los hechos dictado por las estrellas, quizo dispersar la oscuridad del alma del dragón marino, pero ni su amor fue capaz de atravesar el odio profundo que guardaba, finalmente la voluntad de los dioses pudo más que la esperanza de los hombres.