Los personajes no me pertenecen, solo los uso para mi esparcimiento y diversión, son propiedad intelectual de su creadora. Las fechas y los hechos que se relataran mas adelantes fueron reales, pero serán alterados y se cambiaran algunas cosas de esos hechos. Cualquier parecido con la realidad, quizás no sea tanta coincidencia.
UNA LUZ EN EL INFIERNO
CAPITULO 1
El Reencuentro
Una figura se encontraba en el muelle de Tokio fumando un cigarrillo mientras su mente seguía atormentándola por los recuerdos de esa tarde. La Luna su única testigo la seguía desde el firmamento, como el alma en pena que se había convertido desde ese día. Cada latido de su corazón seguía latiendo por ella, cada fibra, cada respiración hacia que deseara aun mas partir para esta a su lado. Limpiando sus lágrimas se subió a su moto, esa que tantas veces compartieron recorriendo la costa, mirando el mar que tanto amaba su sirena. A estas alturas el casco era una molestia, solo unos lentes para que su vista fuera clara con la velocidad, pues la seguridad ya no era una prioridad. Salió rauda por las calles de Tokio a una velocidad que hacía que sus sentidos la hicieran olvidar, aunque sea por un instante, aquella soledad. Corrió tan rápido que no se percato que la seguían, aun así acelero su Yamaha YZF R6 a toda velocidad para no ser multada nuevamente.
Del otro lado de la vía un policía comenzó a perseguirla, casi obsesivamente aquella moto que casi choca contra el patrullero. Comunicando la persecución, comenzó a seguir al motociclista aun arriesgando su propia seguridad y la de su compañera en su Nissan 370Z con la sirena a todo lo que daba. Lo que fue una carrera por las oscuras calles y callejones de Tokio conjuntamente con el apoyo de un helicóptero, el cazador y la presa se encontraron en un puente que estaba elevado, o mejor dicho por orden de la policía fue elevado para terminar la persecución. Haruka Tenoe no tuvo más remedio que frenar dejando una marca en el asfalto del Rainbow Bridge y tras ella, la patrulla le corto el paso. De la unidad se bajo un joven de cabello negro acompañando por una mujer de cabellos castaños recogidos en una cola, la cual tenía la cara algo descompuesta por la experiencia que acababa de tener.
- ¿A dónde va tan rápido? – Comienza con arrogancia.
- Ese no es tu problema cerdo… ¿Kou? – Reacciona al mirar a su perseguidor.
- ¿Tenoe?
Ambos se quedaron mirándose un instante el cual fue interrumpido por la mujer que oficiaba de acompañante ese día. Sin que ambos pudieran seguir la conversación la mujer policía sometió a la rubia esposándola con fuerza en el piso. Con otras unidades que llegaron al lugar se encargaron de trasladarla a la sede de la Policía Metropolitana de Tokio. Mientras Haruka era trasladada en otra unidad, la compañera del Sargento Seiya Kou lo encara de la peor manera.
- ¿Pero qué rayos te pasa maldito loco? – Dice con furia contenida.
- ¿Perdón Oficial Kino? – Cuestiona con molestia.
- ¡No sé cuál es tu maldito problema, ni tu pasado! ¡Le pedí en varias ocasiones que dejaras la persecución! ¡Incluso el operador se lo pidió! ¡Casi chocamos varias veces! y ¿Por qué? ¡¿Por una infracción y una noche en el calabozo?!
- Yo estoy a cargo y si no te gusta…
- ¡No me gusta! – Dice tomándolo con fuerza del cuello empujándolo contra el patrullero. – ¡Si quieres matarte hazlo solo, no me involucres en tu demencia!
Lita ve que su superior se intimido por la fuerza que estaba ejerciendo y opta por dejarlo en el piso. Se da la vuelta y el alcanza a escuchar algo que le molesto.
- Tenían razón, solo eres un loco que algún día hará más mal que bien…
Seiya se quedo meditando esas palabras durante el regreso a la estación, en donde la joven Oficial no dijo nada a nadie sobre el comportamiento de su superior, aun así le dejo todo el papeleo a él, pues ella se retiro a otro sector de la dependencia. Puntualmente a la armería a descargar su nerviosismo con el nuevo simulador de realidad virtual. Con los papeles terminados fue hasta el calabozo donde encontró que Haruka tenía una marca en la cara y detrás de ella una mujer inconsciente en el camastro.
- ¡Veo que sigues haciendo amigos! – Comienza sarcástico.
- Ya basta de cháchara Kou, dame los papeles para irme de este agujero. – Responde cortante.
- Me temo que no te será tan sencillo esta vez Tenoe. Es tu tercera falta de este tipo en lo que va del año y se te trasladara al Instituto Correccional de Katsusshika.
- ¿Qué? ¡¿Cómo te atreves?! – Cuestiona nerviosa.
- ¿Yo? No es mi culpa que siempre estés corriendo como una loca por mi ciudad. – Responde con calma.
- No pues hacerme esto… no ahora… el mes que viene…
- Lo sé.
- No puedo ir ahí, no puedo… – Dice cayendo de rodillas apoyada en los barrotes de la seccional. – no puede estar pasando esto…
Seiya miro a la mujer que se había quebrado, dejando atrás aquella fuerte personalidad que siempre lo enfrento. Se aprieta el tabique y lanza un largo suspiro.
- No sé porque, pero veré que puedo hacer. – Responde dándose la vuelta.
A la mañana siguiente el turno entrante notifico a la ex corredora de Formula 1 que sería obligada a cumplir un mes de servicio comunitario a cargo de uno de los efectivos de la Dependencia. Mientras que en el despacho del Inspector otro dilema se desarrollaba.
- ¡No puede estar pidiéndome esto! – Cuestiona apoyando sus manos contra el escritorio.
- Técnicamente no lo pido Kou, se lo ordeno. – Responde con una siniestra sonrisa.
- Pero no soy niñero de nadie.
- No es ser niñero. Solo será una custodia para la contraventora. ¿O no fue esa su recomendación? – Responde mirando por encima de sus lentes.
- Si, pero…
- Pero nada. Esas son sus órdenes y si lo cumple podrá regresar a su unidad con su compañera actual.
- ¿Alguna queja de ella? – Pregunta con tranquilidad.
- ¿De Kino? No, no dijo nada, a pesar que anoche estaba más pálida que mi hija Hotaru. – Ríe cantarinamente y continúa. – Hasta ahora es la única que no ha elevado ninguna queja y espero que siga así. ¿Está de acuerdo? – Dice inclinándose en su escritorio haciendo que el reflejo de la luz entrante pusiera blanco cristales de sus gafas. Cosa que siempre intimidaba a todos sus subalternos.
- Si Inspector Tomoe. – Responde cuadrándose delante de su superior.
- Puede retirarse, dígale a la Teniente Kaolinet que le entregue el expediente. Oficialmente queda a cargo de la contraventora Tenoe.
Al cerrar la puerta escucho como se reía, cosa que acostumbraba a hacer. Una válvula de escape después de la muerte de su esposa en el atentado del metro de Tokio tiempo atrás. Kaolinet lo esperaba con el expediente y como era costumbre en la mujer guiño el ojo y por séptima vez dejo inútilmente su teléfono en un papel, el cual al darse la vuelta tiro en el primer cesto de basura que encontró.
En sus años de servicio Seiya nunca había tenido que hacer algo así, cosa que solo estaba a cargo de oficiales nuevos o bien de castigados. ¿Lo habían castigado por seguir a una potencial criminal? No, no era eso, después de su pérdida, ningún compañero le duro. Se había vuelto frió y sin vida. Se había alejado de casi todos, solo sus hermanos lo visitaban, al menos Taiki, pues Yaten simplemente lo llamaba para su cumpleaños o navidad. Su vida había perdido color desde aquella tarde que todo cambio, que todo su mundo se apago como la vida de ella. Se metió en un baño y de su bolsillo saco una pequeña petaca de licor, bebió un buen trago para calmar sus nervios, o al menos hacer que no se note su temblorosa mano después de no beber por unas horas. Por otro lado Haruka salía a la calle para prender un cigarrillo, no la dejaron fumar desde que entro al calabozo y por eso rompió la nariz de su acompañante. Ambos se encontraron afuera y se miraron desafiantes, casi con algo de odio.
- ¡Mañana en el Parque numero 10 a las 09:00 hs. ¡Y se puntual!
- ¡Si señor! – Responde con sarcasmo.
Ambos se echan a caminar en direcciones contrarias, cada uno a su casa, o como le decían el lugar para dormir. La mañana siguiente Seiya estaba con su uniforme y dos tazas de café descartables y un bolso en el piso. Eran las 9:30 cuando una muy ofuscada Haruka llego al parque.
- ¡Creo haber dicho a las 9! – Comienza mirando su reloj.
- ¡Suspendiste mi licencia y secuestraste mis autos! – Responde irritada.
- Los tendrás cuando hayas cumplido la tarea. – Contesta sin darle importancia al humor de la recién llegada.
- ¡No uso un bus desde… ¡que era pequeña! No tengo idea de donde tomar.
- Es una pena. – Dice dándole una taza.
- ¿Pero esta vació? – Dice sintiendo el peso.
- ¡Lo sé! A las 9 estaba lleno y sufro demasiado el frió. – Sonríe con superioridad.
- ¿Entonces qué tengo que hacer? – Dice metiendo sus manos en los bolsillos.
- Tienes 100 horas de tarea comunitaria, por ende serás mía de lunes a viernes de 9 a 14 y seré tu supervisor.
- No entiendo porque tú. – Responde con molestia.
- Créeme Tenoe. Yo tampoco quiero esto y como lo veo es un castigo por atrapar a una loca con su moto.
- ¡¿LOCA?!
- Si eso, así que… – Dice mirando la lista que le había dado Kaolinet mientras la rubia trataba de no matarlo a golpes. – Tienes que entretener a los niños de una escuela especial que llegaran a las 10.
- No me gustan los niños. – Responde dándose la vuelta.
- A mi sí. Así que si quieres tu licencia de nuevo…
- Esta bien… Pero no me disfrazare de… – Seiya sacaba un disfraz de su bolso. – ¡No eso no!
- Acaso le tienes miedo a esta naricita roja. – Dice apretando la nariz haciendo que suene el chifle que tenia dentro.
- Entretendré a esos niños, pero jamás me disfrazare de payaso. - Responde la rubia con determinación.
- Esta bien… pero lo pondré en el reporte.
- Has lo que quieras, o mejor aun ponte tú el disfraz.
- ¡Eso haré! – Responde con una sonrisa.
Los niños llegaron y a pesar de que la corredora se mostraba hostil al principio, poco a poco se fue suavizando, no solo entretuvo a los niños, sorprendiendo gratamente a Seiya, el cual hacia muchas payasadas y era objeto de burla de los compañeros que pasaban por el lugar al verlo intentar hacer globos con forma de animales.
- Dame eso zoquete. – Dice Haruka la cual con simpleza comenzó a hacer los pedidos de los niños uno por uno.
Tras hacer varios diseños, perritos, jirafas, espadas y varias cosas más, solo quedaba la última niña esta con timidez le dijo.
- ¿Y tu que quieres linda? - Pregunta agachándose a la vista de la pequeña.
- ¿Podría hacerme un violín… es que algún día quiero ser violinista, aunque en el orfanato no puedan pagarlo.
- ¿Una violinista… – Pregunto con la voz quebrada haciendo que Seiya dejara de hacerse el payaso un momento.
- ¡Si como la gran Michiru Kaio! – Dice con felicidad la niña. – ¿La conoció?
Pero lejos de que ella sonría, salió corriendo ante la atónita mirada de todos. Seiya intento seguirla, pero se dio cuenta que era como correr contra el mismo viento. Rápidamente regreso y trato de hacer el violín diciéndole a la niña que su amiga se le había olvidado la comida en el fuego. A pesar de que la hora de servicio comunitario no había sido cubierta Seiya no lo reporto y solamente se limito a mandar un mensaje para el destino de su siguiente servicio.
Continuara...
Bueno… Comencé algo que me tenia dando vueltas hace tiempo en la cabeza y anoche recorriendo en el patrullero simplemente las piezas encajaron y decidí sacar esta pequeña locura. Espero sus comentarios y que les parece! También quiero disculparme si hay algún error, pues salio la idea hoy y no me quise dejar pasar el momento y se que es corto, pero es el primer capitulo!
Así que simplemente les digo, Nos leemos!
