DISCLAIMER: Nada es mío, solo tomé prestados los personajes y sus historias para apagar mi aburrimiento.
El teléfono suena y suena sobre un banco. Salta el contestador. "Guay...me llamaste...no dejes un mensaje...no lo escucharé..."
Cassie no está.
Cassie está en su mundo... un mundo de colores, donde abundan las flores y el cielo es siempre azul.
Ella está saltando de nube en nube, tocando el cielo con las manos, posándose sobre una estrella, caminando por la Luna...
En ese paraíso, utopía o como quiera que se llame...ella no está loca, no es una puta anoréxica como piensa Michelle y Sid no es un gilipollas.
No padres ninfómanos. No pastillas. No instituto mental o como coños se llame. No hermanos llorones. No intentos de suicidio. No drogas. No plantones. No Tony. No nada.
Solo ella y Sid. Tomados de la mano. Sonriéndose mutuamente. Para siempre.
Mira sus manos entrelazadas y luego mira a Sid. Con un zapato de cada par, un calcetín negro y otro azul, sus pantalones estampados, su remera de súper perro (¡ataque!, ¡ataque!, guau, guau), las gafas y el gorro.
Lo quiere. Si que lo quiere.
Y él también la quiere a ella.
Lo besa en los labios. Mira sus manos nuevamente y comienza a correr llevándoselo con ella.
Recorren los planetas, el fondo del mar, los desiertos, las selvas y Bristol, ese puto pueblo que tanto adora.
Y no puede evitar pensar que no puede ser verdad tanta felicidad. Y no quiere que acabe. Pero no le importa y sigue corriendo sin soltarlo.
Puede que sea un sueño.
Puede que esté borracha.
O quizás solo esté colocada.
Pero eso... Tampoco le importa.
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