Stranger Things pertenece a The Duffer Brothers y Netflix. No gano dinero con esto.
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NOCHE DE GRADUACIÓN
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Mayo 12, 1989.
Dustin se quedo sentado en su motocicleta un momento luego de estacionarla junto a la acera, recargando los codos sobre el manubrio de su Vespa y tratando de juntar algo de coraje.
Allí estaba Stacy, a unos metros de él con su grupo de amigas fuera de la tienda de vestidos de Truvy, luciendo increible como siempre y allí estaba él, preguntándose por doceava vez ese mismo día por qué no se había siquiera animado a invitarla al baile de mañana.
No era que fuese la primera vez que no lograba hacerlo y eso era, quizás, lo que a Dustin mas le molestaba porque había sido su ultima oportunidad de hacerlo porque mañana, finalmente, era su propio Baile de Graduación al que iría; la ultima oportunidad que tenia de ir con ella. Claro que sabía que sus posibilidades de asistir con la niña más popular de la escuela, la porrista principal, eran ínfimas – por no decir nulas –; pero no haberla invitado siquiera volvían completamente imposibles cualquier escenario en el que se imaginaba yéndola a buscar a su casa para asistir juntos.
Los muchachos le decían que no pierda su tiempo, Max decía que Stacy era una pérdida de aire y Once simplemente sonreía con pena sin saber que decir. Con el tiempo sus amigos comenzaron a cansarse de darle charlas o consejos y lo entendía, porque sabía que él y su obsesión con Stacy eran un callejón sin salida.
- Bueno… – había dicho Will cuando, al sentarse Dustin en el almuerzo e informarles que no había juntado el coraje para pedirle ser su cita, quiso ofrecerle alguna clase de consuelo. – Eso no significa que no tengas ninguna oportunidad. Quizás puedas invitarla a bailar contigo una última vez al menos.
Y eso a Dustin le había dado un poco más de esperanzas (y de miedos). Sabia que quizás lo rechace como hacia en cada ocasión que lo había intentado, sabia que Stacy no era la muchacha mas dulce del mundo y si tuviese él mismo un poco mas de amor propio, no se sometería cada año a su sonrisa forzada, su no tan gentil rechazo, ni sus ojos en blanco cada vez que – desde 1984 – él le había pedido una pieza y ella lo había rechazado pero… ¿Cómo no intentarlo?
¡Eso! No podía preocuparse, no perdía el que daba lucha sino el que se rendía antes.
Dustin se bajo de su Vespa finalmente y se acomodo la ropa mirando a su alrededor y al grupo de muchachas a unos metros de él que parecían estar esperando a otra chica, dispuesto a acercarse a Stacy y pedirle que, aunque sea, le reserve una canción para bailar con él al día siguiente.
Comenzó a caminar en dirección a las chicas, de a poco sus risas comenzaron a ser distintivas y la charla a tomar forma mientras él se acercaba a ellas en lo que parecía ser una caminata en cámara lenta. Pero lo iba a lograr, no se acobardaría, él era un león, un buen partido, incluso un buen bailarín o, al menos el mejor de su grupo aunque eso no era decir mucho; y, además, en Septiembre comenzaría la universidad en Harvard con el orgullo de su madre que se lo decía a todo el mundo aun si nadie lo preguntaba.
- Okay, Dusty, eres inteligente y ella lo sabe porque siempre te ha pedido las tareas. Eres alto, tu cabello es suave y salvaje y genial para armar trenzas según Ce y hasta Steve te ha dicho que cualquier chica se perdería en tus ojos azules. Si no reservas un baile con Stacy hoy, mañana no podrás hacerlo porque estará tan bella que te olvidaras de respirar. Vamos, solo tres metros mas… – se dijo Dustin a si mismo, dándose el aliento necesario para poder enfrentar a la muchacha hasta que esta se dio la vuelta y él, preso del pánico, tanteo la puerta de la tienda que tenia mas a mano y entro, escondiéndose allí.
No esperaba encontrar tal imagen cuando paso por la puerta de RadioShack.
- ¡Oh, maldición! – gruño, levantando las manos en el aire, causando que Mike y Once den un salto de sorpresa. – ¿Ustedes son siameses por boca o qué? ¡Cielos!
La pareja, cuya chica estaba firmemente apretada contra el mostrador y cuyo chico la tenia sostenida del trasero mientras ella lo rodeaba con los brazos por el cuello y por la cadera con una pierna; se separo solo lo necesario para darse la vuelta cuando escucharon la voz de su amigo. Se sonrieron, ya a esas alturas no se sonrojaban pero si sentían algo de pena en especial con Dustin, quien llevaba la delantera ante los demás por todas las veces que los sorprendió en algún arrumaco.
- No hay nadie. – dijo Once, apuntando a la tienda vacía salvo por ellos tres y subiéndose al mostrador de RadioShack, sentándose junto a la caja registradora y cruzándose de piernas con la confianza de quien hacia eso seguido.
Dustin rodó los ojos.
- Claro y por eso hacen un rapidito en medio de la tarde, prácticamente en público. – resoplo el muchacho, acercándose al mostrador y recargándose junto a ella.
Esta vez si se sonrojaron pero Mike rápidamente tomo el control, sacudiéndose el sonrojo y empujándolo del hombro.
- ¿Que haces por aquí de todas formas? Dijiste que ibas a retirar tu esmoquin. – replico Mike, aunque en realidad no le molestaba que este allí.
Dustin se encogió de hombros y, por un momento, se pareció mucho al niño que Once conoció algunos años atrás.
- A eso venia pero cuando pare con la motocicleta vi a Stacy en la esquina y…
- ¡Ughh! – esta vez fue el turno de Mike y Once de gruñir, ella sacudiendo la cabeza y mordiéndose el labio con una mueca de hartazgo y un poco de pena por su amigo y Mike, cubriendo su rostro con las manos y resoplando, cansado del mismo tema.
El otro muchacho estiro las manos a sus lados y abrió la boca en sorpresa ante la reacción de sus amigos aunque, en parte, les daba la razón, como ellos mismos hacían cuando llegaban a comprender los chistes de sus amigos cada vez que los encontraban particularmente apasionados. Había cosas de las que mejor no hablar.
- Oigan, esto es serio. Estaba yendo a por ella y de pronto me acobarde de nuevo. Ustedes son mis mejores amigos, maldición, denme un consejo. – replico Dustin, un poco ofendido.
Mike miro a su novia sentada encima del mostrador mientras ella se estiraba a tomar la bolsa con las revistas que había comprado camino a la tienda de su novio y sacó unos dulces que también tenia, metiéndose una paleta en la boca y abriendo una de las revistas de belleza y moda, concentrándose en ella.
- No me mires a mi, amor, esta vez te toca a ti. – dijo la chica, con una sonrisa picara asomándose y dejándole a Mike la tarea de escuchar y 'aconsejar' a Dustin por cuarta vez en el día.
xx
Y media hora después…
Mike suspiró.
No era que no le gustara tener visitas mientras trabajaba en la tienda. Si bien no siempre podía dedicarles mucho tiempo cuando sus amigos pasaban cuando él tenia su turno los martes, jueves y sábados, siempre les podía dedicar al menos un rato entre clientes u otras tareas. Su jefe siempre fue muy bueno con él y no le solía molestar si lo veía hablando con algún amigo que haya pasado a saludarlo o cuando Ce iba a pasar la tarde del sábado con él; a veces incluso hasta su propio jefe hablaba con ella, intentando convencerla de que hable con el Jefe de la Policía – sabiendo que ella era la hija del Jefe Hopper – para que su padre abra una escuadrilla de investigación que busque vida en espacio exterior. Once siempre le decía que si, que lo haría aunque sabia que Hopper jamás aceptaría, y para Mike era muy difícil no desternillarse de risa cuando el hombre la tenia hasta una hora contándole historias de su juventud y de las veces que 'podría jurar' haber visto un plato volador.
Ese viernes, por ejemplo, Mike estaba recuperando de antemano el turno del día siguiente al cual no iría por tener el baile, cuando para las cinco y media de la tarde su jefe le dijo que lo dejaba a cargo de la tienda porque ya no habría mucho mas movimiento. Suspiro, sabiendo que se aburriría como un hongo hasta las ocho cuando salía de trabajar y ya quería pasar por Once para ir a tomar su helado y luego ir a ver una película; pero como enviada del cielo la campanilla de la entrada sonó y allí estaba su novia entrando a la tienda con una bolsa de revistas en los brazos, luciendo preciosa en sus pantaloncillos rosados y ese top azul ceñido que le sentaba increible.
Mike le regalo una amplia sonrisa y Ce le respondió de la misma manera, acercándose a su novio, quien estaba detrás del mostrador.
- ¿Donde esta todo el mundo? – había preguntado la chica, recargándose sobre la formica y haciendo fuerza con sus brazos, estirándose para besarlo.
Mike la beso para luego tomarla de los brazos y atraerla hacia él, haciéndola trepar por encima del mostrador. Ella río.
- Creo que intuyeron que vendrías y decidieron dejarme disfrutar de mi novia en paz. – comento el muchacho entre mas besos y con una sonrisa cuando la tuvo de pie frente a él, aprisionada contra el mueble y viajando con sus labios hasta su cuello.
Once suspiro de gusto, abriendo la boca y soltado un pequeño jadeo de placer. – Que bien me caen tus clientes. – susurró – Ya te extrañaba. – dijo Once y lo abrazo del cuello, besando a Mike de nuevo.
Teniendo a Once aprisionada contra el mueble, encerrando su cintura con sus brazos mientras ella prácticamente colgaba de su cuello y se besaban con la voracidad que permitía estar solos en RadioShack, Mike y Once estaban particularmente cariñosos. Él se descubrió a sí mismo bajando sus manos a sus caderas y la forma en que ella intercalaba las atenciones de sus labios entre él y la paleta de fresa que estaba comiendo, dejándole un gusto aun mas dulce y los labios maquillados con caramelo, hacían que el joven se encendiera de una manera animal. Quizás fue eso, esa nueva cercanía que habían comenzado el año anterior porque ella comenzó a necesitar tocarlo, y que Mike últimamente venia sintiendo que ese deseo abrazador los estaba envolviendo cada vez mas fuerte y voraz; que cuando Once paso su paleta por los labios de Mike y lo beso de esa forma tan hambrienta, él simplemente la cogió del trasero y la subió a la mesa del mostrador para fundirse en labios y lengua hasta que la voz de Dustin interrumpió su momento de pasión.
Pero eso había sido antes. Ahora, media hora después, Mike estaba apoyado cansinamente sobre la formica, con la boca entre abierta en una mueca de cansancio y luchando por no quedarse dormido mientras sostenía su rostro con una mano y la otra la tenia apoyada sobre las piernas de su novia, quien hacia un test de personalidad para saber qué animal domestico era según el resultado de sus respuestas. Todo, mientras Dustin iba y venia de la puerta a ellos, repitiendo el mismo tema del que venia hablando sin parar.
- Yo se que no tuve el coraje de ir a pedirle que vaya conmigo pero pienso que siendo Stacy, quizás deba reservar un baile para mañana, ¿verdad? Porque siempre he ido a pedirle una pieza en ese momento pero creo que ese es mi error. Quizás ella cree que es porque se me ocurrió en ese momento… – siguió comentando el muchacho, armándose una fantasía en su cabeza donde Stacy no era la cretina que sus amigos decían.
Mike suspiro de nuevo y levanto la vista hacia Once, sentada con la espalda contra la pared y la caja registradora.
- Ce, si me amas por favor haz algo por mí. – susurro Mike casi con desesperación.
Ella asintió sin despegar la mirada de la revista pero llevando una de sus manos a la cabeza de Mike, acariciándole el cabello con ternura.
- Mátame. – suplicó el muchacho y causo la risita de la chica tras la revista de moda al tiempo que Dustin volvía a asomarse a la puerta, temiendo perder la oportunidad de ver cuando 'su chica' salía de la tienda de vestidos.
Once lo miro con diversión mezclada con dulzura, enredando un dedo en uno de los bucles de Mike. – No puedo, eres mi cita para el baile. – susurro divertida. – Además ya hasta creo que me agradas.
Mike sonrió y se apoyo en el pecho de su novia, cansado de todas las ideas y suposiciones de Dustin que le habían dejado la cabeza inflada como un globo aerostático. No era que no le gustara estar para sus amigos, él de hecho es siempre el primero en querer ayudarles pero este tema venia sin parar desde hacia semanas… por no decir los últimos cuatro años. Once lo rodeo con su brazo y busco sus labios para besarlo porque lo amaba, porque entendía el cansancio de Mike y, también, porque llevaba media hora sin darle un beso, lo cual era inadmisible.
- No se si se fueron o siguen en la tienda de Truvy. – comento Dustin aun desde la puerta con medio cuerpo fuera de la tienda. – ¿Cuánto mas pueden tardar en comprar un vestido?
Mike se encogió de hombros.
- Yo no tardo tanto en comprar ropa, ¿verdad Mike? – pregunto la chica, pasando los dedos por la línea de la mandíbula de su novio. Mike negó y ella le sonrió antes de volver a besarlo.
En realidad, Ce podía tardar el doble de tiempo solo en escoger una camiseta, pero hasta Mike sabia a sus 17 años que existían ciertas cosas que a una novia no había que decirle nunca. No eran mentiras, eran métodos de supervivencia.
- Oigan, dejen de besarse un momento, ¿quieren? No se si asomarme y fijarme si Stacy…
- Sigue ahí, Dusty, ya deja de preocuparte. – exclamo Ce, un poco mas exasperada esta vez. – Puedo oler su falta de talento desde aquí.
Dustin rodó los ojos volviendo dentro de la tienda y a sus amigos y Mike rió, tomando el rostro de su novia y llevándolo a sus labios para besarla bien. No era algo que solían mencionar seguido, pero sabían que a Ce no le caía bien Stacy en especial porque en segundo año ella y la otra muchacha audicionaron para una obra escolar y el director había escogido a la otra muchacha, lo cual dejo a Once desconcertada y bastante enojada diciendo que, aunque ella no se consideraba Meryl Streep, no podía entender por qué Stacy le había ganado, siendo que tenia las mismas técnicas actorales que un árbol.
- ¡Oigan, pedazo de calientes! – llamo Dustin de nuevo, golpeando sus manos frente a los enamorados.
Ambos se separaron con un gruñido.
- Ya Dustin, no sé, no sé que debes hacer. – dijo Mike, harto de escuchar siempre el mismo tema. No era falta de interés por su amigo, era que simplemente no podía entender como Dustin, inteligente como era no podía darse cuenta que Stacy es una perra. – Te diré lo mismo que te he dicho durante todo este tiempo: deja de intentarlo. No lo hagas.
Dustin quedo boquiabierto.
- ¡Eso no es un consejo!
- No es que quiera echarte mierda, sino que ya sabes como es. ¿Para qué quieres exponerte de nuevo? – pregunto Mike, volviendo a darle un beso en el hombro a su novia y acariciando sus lados con la punta de sus dedos mientras ella volvía a su paleta y a su revista.
- Quizás cambie de opinión. Mañana es nuestro último baile, mañana es nuestro baile de graduación a fin y al cabo…
- Y yo no debería estar comiendo esto, quizás no entre en el vestido. – dijo Once, absorta por completo.
Mike y Dustin se miraron entre si y sonrieron.
- Si, buen punto. – ironizo Dustin. – Me refiero a que todos estos años me ha dicho que no pero tal vez, como mañana es la ultima oportunidad, me diga que si.
- O tal vez te vuelva a decir que no y te arruine tu propio baile de graduación, ¿has pensado ya en eso? ¿Realmente quieres pasar otro baile disfrutándolo solo a medias por el sabor amargo de otro nuevo rechazo? Dustin, te queremos y te lo hemos dicho cientos de veces, Stacy no es buena para ti.
Ce miro a Mike mientras hablaba y luego a Dustin. Podía sonar extremadamente cruel lo que le había dicho pero ella sabía que su novio tenía razón. Había cosas que Dustin no sabia o no quería ver. A veces se preguntaba si decirle o no que había escuchado a la joven en el baño diciendo lo que realmente opinaba de su amigo pero los muchachos le habían dicho que eso le rompería el corazón.
Finalmente el joven resoplo. – Gracias. – dijo por lo bajo y volvió a acercarse a la ventana.
Ambos jóvenes en el mostrador intercambiaron una mirada, Mike inquisitivo y Once ofreciéndole una leve sonrisita y palmeándole el brazo, diciéndole sin palabras que por más duro que haya parecido, al menos había dicho la verdad.
- ¡Oh mierda, mierda!
Dustin se acerco corriendo desde la puerta hasta donde estaban sus amigos con el pánico pintado en la cara y, antes que Mike y Ce puedan siquiera preguntar qué pasaba, dos muchachas de su edad se acercaron a la puerta y entraron a RadioShack.
El joven se desespero por parecer casual, tomando una de las revistas que su amiga había comprado haciendo de cuenta que la leía, sin percatarse que la sostenía al revés.
- Hola. – saludaron Stacy, la muchacha del momento y su amiga mas cercana, Jennifer Hayes.
La muchacha de los sueños de Dustin se quedo mirando los artículos cercanos a la puerta en un claro gesto de que no le interesaba acercarse a donde estaban ellos, con esa misma dulce mirada de asco que le daba a casi todo el mundo y Jennifer suspiró, acercándose al mostrador con una sonrisa mucho mas sincera, tomando un papel de su bolso.
- Hola muchachos, ¿como están? – saludo animadamente y le dio el papel a Mike. – Perdonen que los interrumpa pero vengo a retirar mi cámara de fotos, la que no disparaba el flash.
Dustin fingió seguir leyendo la revista acercándola a su rostro tanto que podía tocar el centro de la misma con la nariz, Mike simplemente sonrío y asintió, tomando el recibo de Jennifer y yendo a buscar la cámara que la chica había dejado para arreglar la semana anterior y Once miro a la joven rubia un segundo y luego a su amigo y como ésta lo observaba. La muchacha miro a sus compañeros con curiosidad y luego a Stacy, con su tan amigable expresión y volvió su atención al grupo, esta vez centrándose en Once y la revista en sus manos.
- ¿Buscando ideas para mañana, Jane? – preguntó la joven, ofreciendo una calida sonrisa.
Once se la devolvió, tímida pero sincera y asintió.
- Yo también me compre varias revistas, en especial porque no se qué me haré en el cabello aun. ¿De que color será tu vestido?
Once miro a los lados, asegurándose que Mike no la oiga. – Negro. – susurro ya que quería sorprenderlo y Jennifer levantó las cejas en una mueca cómplice y picara. Once se sintió halagada y Jennifer le sonrió y volvió su atención a Dustin, mirando la revista que tenia en la mano y dándose cuenta que estaba al revés, pero decidió no mortificarlo.
- Hola Dustin. – dijo simplemente con una amplia sonrisa que enseñaba todos sus dientes y Once tuvo que parpadear dos veces porque creía estar teniendo visiones.
Dustin asomo su rostro solo apenas para mirarla. – Hola Jennifer, ¿como estas? – saludo cortésmente y luego, sin ser capaz de poderlo ocultar, volvió su cabeza en dirección a Stacy, sacudiendo su mano en forma de saludo y recibiendo de la otra chica una mueca de disgusto horriblemente disfrazada tras una sonrisa fingida, causando que: Once la mire con los ojos entrecerrados, Mike – quien volvía con la cámara – ruede los ojos por la falta de respeto y Jennifer le haga un gesto, regañándola por no tener tacto. La otra muchacha simplemente se sacudió el cabello.
Jennifer resoplo antes de ponerle atención al muchacho que le hacia un recibo de entrega y posteriormente agradeciéndole por dejar su cámara de fotos como nueva. Se volvió a Dustin, aunque le hablaba a los tres.
- ¿Están emocionados, muchachos? Yo no puedo creer que mañana sea, finalmente, nuestro baile de graduación. – comento con el entusiasmo de una adolescente que había esperado ese momento desde hacia cuatro años. Mike y Ce le devolvían la sonrisa por contagio y una que otra palabra por cortesía, mientras Dustin se cubría con la revista e intentaba mirar a la otra muchacha.
Once no lo podía creer.
- Jenn, vamos ya que aun necesito pasar por la farmacia. – se quejo Stacy, haciendo muecas de que quería salir de allí, la otra chica suspiro.
- Bueno, muchachos, lo siento pero estamos de pasada. Buenas noches. – saludo la joven y cuando su mejor amiga se dio la vuelta, Jennifer tomo la revista de Dustin de sus manos y la volteo con gentileza.
No paso desapercibido ni para Mike ni para Ce, la dulzura con la cual le sonrió a su amigo.
- Nos vemos mañana. – susurro Jennifer y salio de la tienda a encontrarse con su 'simpática' mejor amiga que ya había salido, sin palabra previa.
Luego silencio.
Más silencio.
Y mas silencio hasta que…
- ¡Oh cielos! – gritaron Mike y Once mirándose entre si con la sorpresa y la claridad evidentes frente a ellos y volviéndose a Dustin, sacudiéndolo. – ¡Le gustas a Jennifer Hayes!
El susodicho se quedo absorto un segundo antes de dejar la revista y sacudir la cabeza, devolviéndosela a su amiga. – ¿De qué están hablando? Jennifer siempre ha sido así conmigo, es muy amigable con todos.
- ¿Eres ciego o eres estúpido? – pregunto Mike, chasqueando los dedos. – Rayos, has perdido tanto tiempo fijándote en alguien como Stacy que ni siquiera has notado a quien sí le gustabas.
- Yo lo sospechaba. – comento Once. – Quiero decir, no me sorprende, Jennifer habla siempre bien de ti. Yo solo lo atribuí a que a diferencia de su amiga, ella no tiene hielo en las venas. – comento la chica, riéndose y causando la risa de su novio también aunque no las de su amigo frente a ellos.
- Oigan, no hablen así de ella. – se quejo Dustin.
A diferencia de otras veces, ni Mike ni Once gruñeron ni se rieron de él, solo rodaron los ojos y suspiraron, sabiendo que hablar de ella con su amigo era como hablarle a una pared. Finalmente el muchacho miro su reloj y decidió que debía irse pronto a retirar el esmoquin que dejo apartado.
- De acuerdo, será mejor que me vaya. – suspiro, palmeando el hombro de sus amigos. – ¿Ustedes que harán esta noche?
- Iremos al cine. – contesto Mike, llenando una copia del recibo que le habían dado a su compañera de escuela.
- Si, íbamos a ver Cementerio de Animales pero como me asustare y Hopper no dejara que Mike se quede esta noche porque mañana tendremos la pijamada en su casa, mejor decidimos ir a ver Campo de Sueños. – contó Once, emocionada por tener su cita.
Dustin abrió la boca para hacer un comentario con respecto a ellos y se los quedo mirando un momento pensando en la ironía de que vayan a ver una película de béisbol, sabiendo que ellos aun se encontraban 'en juego'. Ahí estaban sus amigos que aunque se solían besar y estrujar aun en público, él sabia que a lo máximo que habían llegado había sido a segunda base, aun luego de tanto tiempo.
Pensó en hacerles un chiste al respecto, pensó en si decirles que aprendan algo y que completen el maldito recorrido y tengan sexo de una vez, así le salvaban a él la vergonzosa situación de encontrarlos en un arrumaco especial, como lo había hecho aquella vez.
Decidió no decir nada. Ninguno de ellos lo sabia y él mismo esperaba olvidar esa imagen de Mike con la cara hundida en el pecho de Once mientras ella hacia toda clase de sonidos, cuando se suponía que debían estar preparando limonada para los seis y no llegando a segunda base en el sillón de la casa de Lucas luego de haber pasado una tarde nadando en su piscina; sin embargo existía la enorme posibilidad de que los tres se encontrasen en un tácito acuerdo de jamás tocar el tema.
- ¡Que se diviertan! – dijo Dustin finalmente, saludando con la mano y retirándose de la tienda.
Mike y Once lo saludaron y, una vez que se aseguraron que no volvería a entrar, la jovencita se acomodo en el mostrador de RadioShack y atrajo a Mike con los brazos y las piernas y el muchacho le sonrió antes de volver a besarse con la voracidad que los había envuelto antes de verse interrumpidos por su inoportuno amigo.
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¡Hola a todos!
Finalmente estoy de vuelta con una nueva historia. Como había dicho antes estaba preparando esta pequeña historia que iba a tener tres partes pero quizás tenga cuatro o cinco, ya que tuve que dividir el primer capitulo en dos. La segunda parte de este primer capitulo vendrá la próxima semana.
Se que la clasificación 'M' no tiene sentido ahora… pero lo tendrá luego.
Y por favor déjenme reviews si quieren que siga con la historia.
AVISO Lectores de 'Cosas Raras': quiero recordarles que una vez termine con esta historia, volveré a escribir en esa serie. De hecho tardé tanto en subir esta nueva historia porque se me ocurrieron nuevos escenarios Mileven para ustedes.
¡Nos vemos en el próximo capitulo!
