Ranma ½ no me pertenece, este fic es escrito sin fines de lucro, solo para su entretenimiento, está escrito por un grupo compuesto por: Ultimate Dimentor y Akasaku, ambos somos los creadores y trabajamos en conjunto para darles este pequeño entretenimiento.

Grupo de Ultimate Dimentor y Akasaku

Presenta

Proyecto "Daraku shita tamashī" 2018

"Almas corrompidas"

-¿Do…? ¿Dónde… es… estoy?

El lugar se ve completamente oscuro, no hay ventanas, así que, al abrir los ojos, no distingue nada.

-¿Qué... es… es… este… lu… lugar?

No entendía donde se encontraba, solo se podía escuchar el ruido de algo goteando, cayendo al piso con un "tack, tack, tack", pero solamente había oscuridad, y una risa profunda, penetrante y realmente maliciosa.

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Capítulo 1: Los hermanos Saotome llegan a Furinkan

Ya había amanecido, al salir el sol, sonó su alarma, la apago y perezosamente se levantó de la cama, debía ir al instituto, su último año de tortura pensó con gracia una chica de ojos marrones.

-Buenos días-Dijo mientras se acercaba al espejo, tomo su cepillo del cabello y empezó a desenredarlo despacio, lo ato en una coleta baja, dejando dos mechones de su cabello negro/azulado delante de su rostro, junto con su cerquillo, dio un bostezo y bajo a la planta baja de la casa.

-Buenos días Kasumi-onee-chan-Saludo Akane mientras se sentaba en la mesa a desayunar, su hermana, una muchacha unos años más grande que ella, se acercó con un cuenco de arroz a servirle el desayuno y con una cálida sonrisa le respondió.

-Buenos días Akane-chan, ¿Cómo amaneciste hoy? ¿Pudiste dormir bien?-Empezó a servir más platos, para el resto de las personas de la casa, quienes empezaban a bajar.

-¿Cómo amanecieron?-Pregunto un hombre de mediana edad vestido con un simple Gi de color negro, sentándose en su lugar mientras estaba leyendo el diario.

-Aaahhh… Con mucho sueño, los gatos no dejaron dormir con tanto ruido-Dijo la hermana del medio, una chica de cabello castaño claro que le llegaba un poco más arriba de los hombros, apareciendo detrás de su padre, lista para el desayuno.

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Ya lista para salir al colegio, Akane, después de despedirse de todos, arranco a correr hacia el instituto, era la única que aun iba a ese lugar, ya que Nabiki estaba en la universidad al igual que Kasumi.

Al llegar a la entrada, soltando un suspiro, empezó a caminar más lento que los demás, evitando a toda la multitud de la escuela.

En el pasillo se cruzó con unas odiosas compañeras de su salón, quienes amaban molestarla, la líder del grupo, de unos impresionantes ojos verde musgo, una larga cabellera plateada, la miraba con rabia, la peli azul, intento seguir de largo, pero las secuaces de la peli plateada, no la dejaron pasar, un poco fastidiada, la chica las encaro.

-¿Qué quieres ahora Hikari?-Dijo Akane mirándola realmente molesta.

-¿Yo? Nada, fenómeno, solo andas en mi camino, córrete-Diciendo esto empujo a Akane al suelo, tirando de paso sus cosas.

-Tranquilo, no fue nada-Susurro Akane empezando poco a poco a levantarse, mientras Hikari y sus secuaces se iban riendo al salón de clase. Al juntar todas sus cosas, se fue al salón y se sentó en el último banco junto a la ventana.

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Era la hora del almuerzo, Akane estaba sentada bajo un hermoso árbol de cerezos mientras comía tranquilamente, estaba escuchando música con sus audífonos para que nadie pudiera molestarle, faltaba poco para que la campana sonara y tuviera que volver al salón

Miraba como algunos alumnos, corrían de aquí para allá detrás de una pelota, así que, con un suspiro, miro hacia un costado, y lo que encontró no fue de su agrado, parándose lentamente, se acercó hasta el lugar divisado.

-¿Qué creen que hacen?-Preguntó mirando seriamente, a los matones, quienes tenían agarrado a un crio de primer año, estos voltearon a verla enojados, pero al verla a los ojos, esos ojos que parecían muertos, sintieron un escalofrió, que los hizo soltar a su víctima dejándola caer y correr, el chico, miraba con ojos de cordero degollado a su salvadora.

-¡MUCHAS GRACIAS! Me has salvado la vida, estoy agradecido-Dijo el chico con una enorme sonrisa mientras la tomaba de la mano, estaba realmente feliz de que alguien no dejara que le dieran una paliza, sus brillantes ojos azules y el repentino contacto dejaron sorprendida a la chica por un segundo. Un poco asustada por el contacto del niño, ella se alejó mirándolo con los ojos abiertos enormemente, soltando un suspiro apaciguo su expresión y le dijo.

-No fue nada, no te preocupes, aunque deberías de alejarte de esa clase de chicos o solo te meterás en problemas-Y diciendo esto, empezó a caminar hacia su salón pues justo en ese momento sonó la campana.

-Es… Espera, por favor, por lo menos dime el nombre de mi salvadora-Corrió hasta ella y la detuvo, al voltear, Akane vio la expresión brillosa de la criatura y con un soplido se presentó.

-Akane-Dijo de forma un tanto descortés por la prisa, al seguir caminando escucho la voz de niño quien se despedía como si nada.

-¡ADIOS AKANE-SEMPAI! ¡GRACIAS! ¡UN GUSTO CONOCERLA! ¡Yo soy Hiro…!-No alcanzo a terminar de escuchar, pues ella ya había entrado al edificio, aunque alcanzo a ver por la ventana al pequeño niño de unos 9 años, que salió corriendo hacia su lado de la escuela ya que él estaba en elemental.

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Cuando entro al salón ya todos estaban chillando, no dándole demasiada importancia se sentó y a los segundos llego la profesora, quien aclarándose la garganta hablo.

-Bien clase, aunque un poco tarde, hoy les voy a presentar a sus nuevos compañeros de clase-Todas las chicas parecían alborotadas al ver como un muchacho de su edad entraba, usando el uniforme varonil del colegio con los primeros botones desabrochados, llevaba el cabello atado en una trenza en la espalda con cerquillo en los ojos, quien al levantar la cabeza todos descubrieron unos impresionantes ojos azules, al lado, un poco más bajita estaba una chica con los mismos impresionantes ojos azules y el cabello rojo como el fuego, usando el uniforme celeste con camisa blanca del instituto Furinkan, regalándoles a todos una tierna sonrisa.

-Preséntense por favor-Dijo la profesora sin mirarlos, escribiendo sus nombres en el pizarrón.

-Yo soy Ranma Saotome, un honor estar con ustedes-El chico hizo una reverencia mientras se presentaba, al incorporarse, los miro a todos con una seriedad impresionante y al ver al fondo, abrió grande los ojos por un segundo y después volvió a su seriedad y formalidad.

-Yo soy Ranko Saotome, espero podamos ser amigos-Con una timidez que contrastaba con la de su hermano, ella les dedico una sonrisa pequeña y llena de amabilidad.