"kaname; rey de los condenados "

Apoyo un pie sobre el borde del tejado con su habitual gabardina gris, con la mirada perdida en algún punto. La noche era fría, pero el era totalmente indiferente. El frio era solo para los humanos; el frio, el calor, las emociones… todo era exclusivamente humano. Zero solo podía conformarse con sentir la sincera compasión digna de los suyos, de los ángeles, y es que el era eso, un ángel...

Hacia años, no sabía cuantos ya que dejo de preocuparse por el tiempo desde que nació de nuevo, que vivía de aquella forma, como un ser de luz, un ser del cielo.

Había sido informado desde el inicio, sabia que había sido humano, que había sido parte de la primera generación de humanos en ser convertidos a seres de luz ¿el motivo? El número de ellos había sido reducido peligrosamente ¿Por qué? La pregunta correcta era mas bien, por quienes...

Zero inspiro el aire, flotaba cierto aroma especial, cierto aroma que el ya conocía, incluso antes de percibirlo la primera vez, siempre cerca suyo. El joven peli plateado cerro sus ojos amatistas cuando una pequeña brisa removió sus cabellos blanquecinos y otro recuerda fugaz invadía su mente.

"dos jóvenes con apariencia de estudiantes…dos jóvenes mirándose significativamente".

Abrió los ojos negando con la cabeza para volver a la realidad, no debía pensar, no debía permitirse recordar, el ya no era humano, aquello no debía ser importante, entonces… ¿Por qué seguían acosando su mente tan insistentemente y con tanta frecuencia? . Él ya sabia que todos sus recuerdos eran de su vida anterior, takuma le había explicado amablemente que el no era un ángel original y por lo tanto, seguiría recordando algunas cosas esperando que con el tiempo desaparecieran.

El ángel peli plateado volvió a dirigir una mirada critica sobre la zona; como todo ángel tenia un deber, cuidar de las personas y velar por su felicidad, y como todo ángel tenia una contraparte, un enemigo natural, algo contra lo cual tenia que oponerse, la maldad o mas bien los demonios; aquellos seres opuestos a ellos en todo sentido, ellos eran la razón por la cual no quedaban muchos ángeles, había una guerra, una mortal y milenaria guerra entre ambos bandos.

Los demonios se encargaron de dar muchas bajas pero, ellos también las tuvieron e hicieron lo mismo, convirtieron humanos como lo habían convertido a el, por lo cual, se podría decir que actualmente ambos bandos estaban equilibrados y cabe decir que peligrosamente cerca de la extinción.

" – Zero…¿me amas?- pregunto un apuesto joven de cabellos oscuros y mirada borgoña entallado en un pulcro uniforme, ambos estaban solos en un corredor. Zero voltio la mirada, avergonzado y rojo como un tomate, maldiciendo a aquel joven por ser tan descarado. – oh te estoy avergonzando? Lo siento - volvió a hablar con cierto tono de burla y una sonrisa ladina. – maldito kuran…- había pensado Zero"

Zero no podía evitar pensar en ocasiones en lo extraña que parecía haber sido su vida pasada por causa de aquel joven, pensar en su nombre, en su rostro; sabia que había sido importante para el, ya que aparecía en cada uno de sus pequeños y fugaces recuerdos. Todas las memorias que le quedaban eran en torno a el, en torno a ellos…kuran hablándole, kuran burlándose, kuran humillándolo, kuran apareciendo en todos lados y luego aquellas contradictorias que lo hacían dudar de haber sido una persona normal y cuerda; kuran hablándole al oído, kuran sentado junto a el, kuran mirándolo como si fuera el mas hermoso tesoro, kuran aun con aquel porte arrogante y aquella sonrisa ladina, kuran besándolo mientras lo apresaba entre sus brazos…el a pesar de todo se veía feliz, aquella aparente felicidad siempre le hacia fruncir sus labios levemente en un amago de sonrisa.

"Zero se encontraba recostado sobre el césped bañado por los rayos de sol con sus ojos cerrados, se encontraba en la hora del receso en aquel internado para varones. deseaba muchas veces ser un ave para volar lejos, lejos con kuran y ser libres para ir donde quisiesen lejos de aquellos muros que lo hacían sentirse mas que como un estudiante, un preso.

Los rayos del sol eran cálidos y acariciaban suavemente sus parpados mientras una brisa rozaba su cuerpo, dejo salir un placentero suspiro y su ceño se arrugo cuando dejo de sentir aquella calidez, alguien le estaba haciendo sombra.

Abrió lentamente sus ojos para encontrarse con la alta e imponente figura del protagonista de sus sueños últimamente húmedos.

Kuran…- empezó Zero como si disfrutara con aquella palabra bailando dentro de su boca- quítate…me tapas el sol- dijo finalmente sin cortesía. Kuran arqueo una ceja juguetona mientras apoyaba su peso sobre un pie y se cruzaba de brazos en ademan pensativo.

No entiendo porque aun sigues llamándome por el apellido Zero- menciono mirándolo a los ojos con aquella intensidad habitual en el. Zero le mantuvo la mirada simplemente maravillado pero, nunca lo diría en voz alta.

Llamarte kaname?, siempre te eh dicho kuran, a estas alturas me sentiría extraño- acoto el peli plateado, kaname se dejo caer a su lado mientras una mano se estiraba para acariciar detalladamente sus cabellos, el joven cerro los ojos ante la caricia.

A mi sin embargo…me encanta llamarte por tu nombre…Zero- acepto el pelinegro con aquella sonrisa suya que hacia sentir a Zero en una nube y que su corazón galopara sin descanso. kaname siempre pronunciaba aquella simple palabra con gran satisfacción. Zero no tardo en sonrojarse mientras miraba hacia otro lado.

¿que quieres kuran?-

¿Qué no puedo ver a mi novio?- soltó con arrogancia el aludido y èl bufo.

Yo no soy tu novio!- objeto provocando una risa burlona por parte de kaname.

¿A no? – pregunto sin obtener respuesta- esta bien…- empezó con voz indiferente- entonces…me voy- declaro haciendo ademan de irse pero unos fuertes brazos lo arrastraron nuevamente al suelo posicionándolo junto a un cálido cuerpo. Zero lo había jalado junto a el, ahora ambos estaban tirados en el césped uno al lado del otro, ambos mirándose fijamente, los ojos amatistas del peli plateado lo miraban con fiereza mientras una emoción traicionera bailaba en sus iris, kaname se limitaba a mirarlo mientras ponía su mejor careta de indiferencia; no estaba dolido, obviamente sabia del carácter de los mil demonios del peli plateado y como aun le costaba aceptar lo que ambos sentían a pesar de todo lo que habían ya echo…kaname recordaba con una sonrisa todas las veces que el y Zero se refugiaban en algún armario del internado para besarse, Zero era simplemente adorable, aquel chico le fascinaba, aun aquellas partes de su personalidad que a veces lo sacaban de quicio, pero adoraba a ese niño…mas que a su propia vida.

Baka…-murmuro Zero a regañadientes a sabiendas que solo lo estaba manipulando pero dejándose arrastrar… ¿Por qué kuran tenia que parecerle tan irresistible? El mas que nadie sabia que era un maldito bastardo, que le había echo la vida miserable desde que llego y ahora… aquello era una locura, pero hace mucho que se había declarado un loco.

Siempre tan romántico Zero…- se burlo kaname dejando que la sonrisa contra la cual estaba luchando hace minutos apareciera en su rostro. su niño era terco, un total orgulloso y el siempre se valía de aquellos medios para hacerlo caer.

Zero gruño y el sonrió aun mas.

Falta poco para las vacaciones y quería que vinieras conmigo, iremos a la Riviera a pasar allí el verano- soltó kuran dejando ver al fin sus verdaderas intenciones. Zero frunció la frente mortificada.

Con tus padres?- kaname asintió.

Por favor- pidió insistente como un niño y Zero no pudo evitar sonreír pero iba a negarse, kaname lo intuyo y rápidamente lo atrajo para besarlo apasionadamente, dándole una idea de todas las cosas nada puritanas que podrían hacer.- será como si no estuvieran, siempre salen muy temprano y regresan muy tarde, son unos verdaderos turistas- acoto haciendo flaquear la voluntad del oji amatista. Zero lo sopeso por unos momentos y kaname volvió a besarlo.

Esta bien…- acepto sonrojado y kaname sonrió triunfante…"

Él ángel volvió a negar con la cabeza, mientras le daba la bienvenida al alba, un nuevo día estaba por comenzar y el debía regresar para dar un informe. Debería estar luchando en contra de aquellos recuerdos en vez de dejarlos fluir tan libremente, aquello podría resultarle peligroso, ciertamente un estorbo, no tenían ninguna utilidad, solo hacían que se confundiera y tuviera siempre mas y mas curiosidad sobre sus vivencias anteriores. Debía detenerse.

La luz se extendió por toda la tierra, llegando hasta el, cuando un rayo de sol llego a el tocándolo, en medio de esa calidez desapareció.

El peli plateado volvió a aparecer en otro lugar; muchos ángeles se movían de un lado hacia otro rápidamente, a el le parecía que en aquello también concordaban con los humanos, siempre apurados, siempre atrasados, pero Zero no estaba atrasado, su andar era grácil y tranquilo desentonando con la mayoría.

Llego pronto junto a su amigo y superior Takuma, un amable y hermoso rubio quien lo recibió con una sonrisa.

Como ah estado la noche Zero? Algún problema?- pregunto y el aludido negó. – me alegro, sin embargo, nosotros si tuvimos algunos problemas- aviso con voz cautelosa, Zero se acerco aun mas entendiendo que takuma necesitaba privacidad.

Que ah pasado?- pregunto el oji amatista algo tenso, la sonrisa de takuma desapareció y eso preocupo mas al peli plateado.

Nada bueno…al parecer, Kain ah caído- empezó el rubio en susurro y su amigo agrando los ojos- si…ya nos llego el informe, pocos lo saben pero darán la reunión para informarles a todos pronto- Zero sabia de quien hablaba takuma, en el mundo de los demonios, todo se regia por jerarquías, los mas fuertes pesaban sobre los mas débiles y todos eran doblegados por un ente en particular o como ellos les decían, rey…Kain siempre había sido aquel ente desde que él hubo nacido, y ahora el rubio le decía que lo habían derrocado.

¿Quién?- pregunto simplemente y la mirada de takuma se oscureció.

Alguien malo, mucho mas malo y peligroso para nosotros que Kain, realmente tendremos que estar mas alertas que nunca, ah sido algo increíble- divago el rubio y Zero se impaciento.

Quien takuma?- volvió a preguntar.

Kaname, su nombre es kaname- soltó y algo en el interior de Zero se removió con fiereza.- al parecer se enfrentaron en una lucha y al final kaname resulto vencedor tras acabar con Kain de la manera mas cruenta- siguió el rubio con tono lastimero- es muy astuto Zero y sabe jugar sus cartas, había permanecido sin llamar la atención hasta ahora y sabes que es lo que mas me asombra? Que fue un humano, un humano convertido como tu…-takuma intento ser cuidadoso con sus palabras, pero Zero ya no lo escuchaba, no escuchaba nada.

Kaname…su kaname, había muerto también, y no solo eso su alma había ido a parar al infierno; solo las almas condenadas podían quedar a merced de los demonios. Los demonios al igual que los ángeles solo seleccionaban almas jóvenes que les servían para sumarlos a los suyos, lo que indicaba que ambos habían muerto, kaname también murió muy joven como el…

Zero no tenia tiempo para pensar si ambos habían muerto en el mismo tiempo o en tiempos separados, uno o dos años después, solo sabía que el kaname de sus recuerdos había muerto joven, había sido condenado al infierno y ahora era un demonio…

Las preguntas del porque de todo aquello se arremolinaban en su mente; los recuerdos que tenia de kaname le decían que a pesar de que no era un persona totalmente noble, cuando estaban juntos parecía haber luz en el…al parecer esa luz no había sido suficiente…

Zero – escucho la voz de takuma y aquello lo trajo a la realidad.

Si?- takuma frunció el ceño

Estas bien?- su amigo intento sonreír sin éxito.

No te preocupes…- takuma asintió.

Luego de ponerse al tanto con Takuma de otras cosas, el ángel volvió a su tarea de vigilar a la raza humana, esperando no encontrarse con ninguna compañía indeseable como la noche anterior, su cuerpo vibro incomprensiblemente con el pensamiento de que hubiera una posibilidad de encontrarse con aquel pelinegro de sus recuerdos.

Sabia que esto seria un estorbo- pensó Zero molesto.

xx.x.x.x.x..x.x.x.x..x...ox.x.

Zero apareció en un callejón cuando el sol estaba a punto de morir detrás de los rascacielos, pronto anochecería. Había tenido mucho que hacer en todo el día, desde vigilar niños hasta cuidar las vidas de los bomberos al apagar un incendio; sentía que algo iba a pasar en aquella zona, su instinto protector se lo decía.

Se apoyo contra el respaldo de una pared metiendo sus manos en los bolsillos de la gabardina, los humanos no notarían su presencia ya que para ellos el era invisible así que podía relajarse antes del anochecer. Cuando la noche llegaba con ella lo hacían presencias demoniacas y ahora mas que nunca debía estar alerta.

Pasaron los minutos y el cielo estaba oscurecido, las calles estaban mas abarrotadas de gente, dignas de una gran cuidad, luces eléctricas por doquier y la vista de Zero volaba en todas direcciones hasta que detuvo su vigilancia cuando cierto aroma familiar y delicioso entro en su perímetro nuevamente…¿de donde venia aquel aroma? O mas bien…¿a quien pertenecía? Siempre que caía el sol llegaba a el, no importara donde estuviese.

Él ángel dejo salir un suspiro mientras, su atención era llamada por una ancianita que estaba a punto de cruzar la calle, al parecer todo iba bien porque el semáforo iba a cambiar a rojo pronto pero, algo no andaba bien… muy cerca de la mujer se encontraba un regordete puberto con la maldad dibujada en el rostro, justo detrás de ella, Zero pudo adivinar sus pensamientos, ese niño iba a arrojarla a la calle…sus instintos angelicales tintinearon, si alguien planeaba un acto lleno de maldad eso solo significaba una cosa…

Presencia demoníaca - pensó Zero acercándose antes de que el regordete mocoso realizara su fechoría. se posiciono justo detrás del niño que no debía pasar mas allá de 14 años y coloco una mano fuertemente sobre su hombre mientras su influencia se descargaba sobre el alejando los malos pensamientos; el muchacho se quedo estático mientras sopesaba sus posibilidades, de repente perdió toda motivación y dando media vuelta se alejo justo cuando el semáforo dio la señal de paso de peatones, la vieja mujer emprendió su camino, cruzando la calle sin haber imaginado que había estado en peligro de muerte a tan solo unos segundos.

Miro como la mujer llegaba del otro lado sana y salva, luego de eso llevo su manos al interior de su gabardina donde reposaba su fiel y siempre útil sable.

Zero no utilizaba su arma a menudo, de echo era la segunda vez en su existencia que tenia que recurrir a aquel método y es que cuando un ángel se topaba con un demonio, la única forma de salir ileso era ganando el enfrentamiento, los demonios disfrutaban el furor de la batalla a diferencias de los pasivos ángeles.

Él peli plateado tomo la liviana arma bajo su mano y recorrió la zona en busca de una señal que lo obligara a atacar, los demonios permanecían regularmente escondidos tras las sombras, moviendo sus macabros hilos, destruyendo vidas y llevando a otras a la perdición.

Hola Zero… – saludo una sedosa y oscura voz de repente, tomándolo totalmente por sorpresa. El ángel dio un pequeño sobresalto mientras se giraba rápidamente hacia la fuente de esas cuerdas vocales.

El cuerpo de Zero se quedo petrificado en cuanto sus ojos detallaron por auto reflejo al intruso; una elegante y alta figura se alzaba frente a el, desprendiendo un aura oscura e imponente por todos sus poros, su cuerpo definido estaba protegido bajo una gabardina negra que llegaba hasta sus tobillos; sus oscuros y ondulados mechones caían atrayentemente sobre sus hombros; en su hermoso rostro una sonrisa ladina se alzaba con soberbia, mientras un par de ojos del color de la sangre lo enfocaban con intensidad.

Kaname…-la palabra salió de los labios del ángel sin proponérselo y el demonio sonrió aun mas.

Es irónico que tuvieras que renacer para poder llamarme por mi nombre ¿no crees?- comento de forma burlona pero con cierto tono maravillado.

Zero borro todo atisbo de sorpresa de su rostro y se obligo a pensar fríamente; estaba frente a kaname kuran, su kaname, el chico de sus recuerdos, el pelinegro que seguramente había sido su gran y ultimo amor, estaba frente a el, y por sus palabras el debía recordarlo igual que Zero lo recordaba a el, el sabia quien era.

Olfateo el aire cautelosamente cayendo en cuenta de que el delicioso aroma venia del cuerpo de aquel demonio, los cabos se ataron rápidamente dejándolo ver en aquella niebla que había bloqueado su mente. Todo se proyectaba claro ahora, por supuesto…kaname lo recordaba, kaname sabía quien era, kaname lo había estado vigilándolo desde el inicio, muy cerca, siempre cerca…

¿Qué haces aquí?- pregunto al fin Zero sintiendo un deja buh; la pregunta podría considerarse estúpida, ¿Qué mas estaría haciendo un demonio? Simplemente Destruir y atormentar personas, pero el caso era diferente porque se trataba de kaname, quien al fin luego de tanto tiempo mirándolo desde la oscuridad había decidido dejarse ver.

Kaname alzo una ceja divertido haciendo aun mas intensa aquella sensación.

Tal parece que ciertas cosas nunca cambian… – dijo el demonio divertido para luego empezar a caminar hacia el ángel. El cuerpo de Zero se tenso, aun así no retrocedió mientras, kaname avanzaba mas hacia el hasta dejar poca distancia entre sus cuerpos.

En un arrebato de sobria lucidez Zero sintió desesperación por irse, huir, repentinamente no deseaba encararlo, no se sentía listo, no aun, no cuando el lo miraba de ese modo y le sonreía de aquella forma que hacían que sus recuerdos parecieron vivencias recientes. ¿Qué era aquello? Era miedo, eran nervios…eran emociones humanas…no podía ser cierto…el ya no era un humano…

Aléjate…-ordeno el ángel de una forma que parecía mas bien como una petición, tan bajo que creyó que lo había imaginado, olvidándose que contaba aun con su sable. desvió ligeramente la mirada evitando caer en la perdición de sus ojos borgoña cuando una risa suave y melodiosa inundo el ambiente, kaname estaba riendo.

De veras que no hemos cambiado en nada, sigues siendo igual…- Zero lo miro retadoramente ante su actitud tan descarada, tenia que admitirlo tal vez el demonio tenia razón. - igual de noble…igual de hermoso, igual de terco…-enumero de forma placentera, como si la idea fuera alucinantemente maravillosa.

Oh, gracias – soltó el ángel sorprendiéndose a si mismo por su tono irónico; el ya no era humano, el ya no podía sentir nada, el ya no amaba a kaname, debía dejarse de estupideces y acabar con aquello ahora que tenia la oportunidad. Èl no era un tonto, el tenia claro que no era rival para aquel demonio, después de todo era el actual rey y el un simple ángel guardián, pero al menos era lo suficientemente fuerte para salir de ahí sin morir en el intento.

Zero volvió a palpar la empuñadura de su mortal sable con cautela.

– y tu eres igual de descarado, maldito y mira que sorpresa! Eres un demonio! Ahora todo se vuelve literal- dejo que el sarcasmo y el veneno adornaran sus palabras – ahora…aléjate – ordeno esta vez con mayor firmeza. Los ojos de kaname parecieron encenderse en una chispa perspicaz, sonriendo de manera extraña y sospechosa.

Cuidado Zero, recuerda que ese no es el comportamiento que deben tomar los ángeles ¿Qué paso con su famosa gentileza?- ironizo con burla y Zero gruño entendiendo a que se refería, estaba siendo mordaz, acido y rencoroso en cierta forma en ves de simplemente quitarlo de su camino, kaname parecía haber adquirido el don de sacar lo peor de el o simplemente manipularlo para infundir en el oscuridad, su luz estaba menguando.

Zero, desesperado por salir de allí, consiente mas que nunca que kaname seria su perdición giro sobre sus talones con toda la intención de huir como un cobarde pero, en cuanto se giro para desaparecer unos delgados y largos dedos de pianista se enroscaron poderosamente en torno a su brazo aprisionándolo sin imponer demasiada fuerza; al instante una feroz corriente recorrió todo su cuerpo pasando por su columna, inundando cada recoveco. Sus auras chocaron, luz contra oscuridad, mientras sus formas se moldeaban acoplándose entre ellas.

Èl ángel se paralizo en su sitio mientras las sensaciones lo inundaban y algo en su interior empezaba a palpitar cada vez mas fuerte, sus ojos se agrandaron; aquello parecía, sonaba, como un corazón…el volumen de los latidos aumento, tan rápido y fuerte que supo que incluso kaname podía oírlos; pero aquello era imposible, el no tenia un corazón, no al menos uno de carne como los humanos, entonces ¿Qué era aquello?. Kaname, pareciendo adivinar su desconcierto deicidio hablar.

Es cierto, no tienes algo a que llamar corazón…pero aun sigues conservando la esencia de este en tu interior, como una sombra del original; no eres un ángel común Zero, alguna vez fuiste humano y aquella esencia sigue en ti, solo que necesita de algo o de alguien para despertarla...en este caso, ese alguien soy yo- confeso con malicia y Zero sintió su cuerpo arder y volvió a tener miedo ahora mas que nunca- por mas que intentes ser un ángel normal, no lo lograras, y menos si yo estoy cerca- confeso y sus ojos brillaron en afecto pero el peli plateado no era capaz de verlos ya que aun se encontraba de espaldas- sabes porque siempre te dicen que intentes olvidar todo Zero? Porque mientras más tiempo pasas con aquellos atisbos humanos más probabilidades hay de que sientas y seas como uno…que vuelvas a ser un humano – el peli plateado volteo a mirarlo como si hablara de cosas descabelladas.

Eso es imposible…-

No, no lo es- rebatió tranquilamente el demonio- no puedes ser un humano de nuevo literalmente pero, si serás mas humano que ángel porque sentirás y pensaras como tal, y eso es peligroso, peligroso para los tuyos por eso jamás te dijeron sobre esto…me temo que soy un egoísta y mi deseo de tenerte a mi lado es mas fuerte que tus relaciones sociales pero, es nuestro destino- dijo kaname con pasmosa tranquilidad sorprendiendo a Zero.

destino?- soltó con burla- creo que estas delirando kuran- dijo cayendo en cuenta muy tarde que lo había llamado por su apellido, kaname volvió a reír complacido y lo jalo hacia el, aturdiendo al ángel que sentía que la situación se le había salido de las manos. El cuerpo de Zero quedo totalmente indefenso ante el del demonio quien lo rodeo con sus brazos tan rápido que no fue capaz de parpadear, kaname ladeo el rostro para enterrarlo en el cuello del ángel mientras Zero parecía sufrir una especie de convulsión, los latidos aumentaron y tuvo que cerrar los ojos para poder soportar el vértigo que lo arropo, un mar de sensaciones y emociones nacieron de algún lugar de su interior expandiéndose sin compasión, saturándolo. ¿Qué le estaba pasando? Tenia miedo, miedo a lo desconocido, miedo a sentir, miedo a kuran…

Por favor…déjame ir- pidió suavemente en una suplica, descartando un enfrentamiento que sabia no ganaría y menos sintiéndose tan vulnerable, kaname negó lentamente acariciando su cuello con sus lacios y sedosos mechones pareciendo absorber con obsesivo afán de el.

Lo siento Zero…no puedo dejarte ir, te quedaras conmigo…esta vez para siempre- sentencio el demonio contra la tersa piel de su cuello y Zero se estremeció- te dije que era un egoísta…siempre eh sido un egoísta…- el ángel en un sano intento de supervivencia se separo bruscamente de el empuñando su sable y rozando el filo contra la garganta del pelinegro quien no tardo en esbozar una sonrisa burlona y escéptica.

Oh, en serio vas a matarme Zero? Puedes hacerlo?- reto mirándolo con intensidad y el joven vacilo, era cierto, no se sentía capaz, no a el. kaname viendo su duda aprovecho para mandar muy lejos con un manotazo el peligroso sable y en menos de un latido de corazón volvió a aprisionar a Zero contra su cuerpo quien punzaba de puro placer al tenerlo cerca. Zero cerró los ojos intentando calmarse ante aquella situación tan bizarra. – no te alejes mas de mi Zero…- susurro contra su oído.

No…no podemos…tu eres…-

Se lo que soy…se lo que eres…pero eso nunca ah sido un obstáculo, eso fue lo que me dijiste aquella vez – Zero no entendió a que se refería y el demonio sonrió encantado ante la idea de poder ayudarlo- bueno, si no recuerdas…tendré que darte una mano- acoto de manera irresistible abrazándolo mas fuerte y acercando su hermoso rostro al de Zero mientras tomaba su mentón con sus dedos acariciándolo, a Zero no le quedo de otra que encararlo, sintiendo como si se fundiera con aquel cuerpo; que dejaba de ser el para complementarse con el demonio en algo nuevo. Su cuerpo ya no reaccionaba en rechazo a su contraparte mas bien parecía recibirla resignada.

Lo ultimo de luz pura e inmaculada que lo distinguía como un ángel al igual que el resto de los suyos murió cuando los suaves y tersos labios del demonio tomaron posesivamente los suyos y en su lugar una llamarada de fuego y pasión se alzo dentro de el aun mas brillante y fuerte que cualquiera; la inmensidad de recuerdos saturo su cerebro, proyectándose ante el como una película a velocidad luz; todas sus vivencias, sensaciones, sentimientos, todo recayó sobre el como un rayo hasta que la velocidad de los recuerdos disminuyo parando en uno en especifico…

"Zero se preguntaba cuanto podría resistir antes de llegar al clímax, kaname lo embestía sin compasión mientras relamía y besaba sin descanso sus ya hinchados labios, Zero se sentía realmente en el paraíso, se sentía mas que feliz. Intentaba corresponder de la misma forma e intensidad los besos hambrientos de su pelinegro mientras el orgasmo empezaba a nacer en el, sus gemidos aumentaron junto con los de su novio notificándole que ambos se vendrían juntos. Kaname dio unas cuantas estocadas mas antes de ser llenado por el orgasmo y derramando su esencia en el interior del oji amatista.

Kaname cayo agotado sobre Zero mientras se envolvían en un cálido abrazo y kaname los cubría con una sabana. El pelinegro abrazo por la espalda al albino apoyando su firme mentón sobre el hueco de su cuello.

Te amor Zero…- susurro kaname contra su oído haciéndolo temblar de manera deliciosa.

Yo…también te amo- expreso tímidamente el joven volviendo loco al peli negro quien tomando su rostro con una mano lo voltio para besarlo apasionadamente, metiendo de lleno su lengua en la cavidad cálida y humedad de su boca. ese niño lo enloquecía, su timidez le hacia perder el control, se veía tan hermoso y adorable cuando se sonrojaba o se avergonzaba de algo…

Kaname y Zero habían pasado el día juntos y cuando la tarde cayo kaname llevo a Zero a su habitación; se besaron, se tocaron, para luego entregarse uno al otro por primera vez.

Kaname sentía que no merecía ni merecería nunca a alguien como Zero, el era tan cálido y bueno y kaname era tan… el mas que nadie sabia que no era una buena persona, ni de noble sentimientos, Zero lo había vivido en carne propia y aun así…estaba ahí, con el, lo había perdonado y había logrado amarlo a pesar de todo, se sentía gratamente afortunado.

Siento que estoy corrompiendo a un ángel – había dicho kaname muy sutilmente aunque en verdad lo decía en serio. Zero sonrió mirándolo con afecto.

Siempre y cuando seas tú el que me corrompa, no me importa- objeto haciendo a su novio sonreír sinceramente. Parecía un sueño pero en verdad amaba a ese chico. era consiente de que se estaba tirando al chico mas cotizado y con la peor fama de la escuela, era sabido que kuran era de los que siempre obtenían lo que querían, siempre se salían con la suya, y su lema era que el fin justificaba los medios, èl lo sabia. – no importa incluso aunque fueses el mismo demonios…estaremos juntos- confeso sinceramente y kaname lo volvió a besar con adoración."

Lo ves?- pregunto retóricamente el demonio separándose de sus labios unos cuantos centímetros- debemos estar juntos – Zero no respondió, su mirada se encontraba perdida mientras seguía divagando, la idea de estar con aquel demonio maldito se instalo en su interior y le dio miedo saber que esta vez la aceptaba, porque había recuperado todos sus recuerdos y con ellos el poder sentir, sus emociones habían vuelto, sus sentimientos por kaname kuran…

Maldito bastardo…- mascullo resignado. Zero volvía a ser el, bueno no exactamente el, sino de el, tenia sus recuerdos y sensaciones propias consigo, como si aun fuera de carne y hueso.

Te amo Zero…- soltó de repente kaname suavemente y el aludido lo miro mientras sus ojos brillaban ante aquellas palabras, una sensación cálida se instalo en el y supo que estar al lado de aquel demonio, no seria tan difícil como había pensado.

Me gustaría decir que te odio por ser un maldito ego maniaco egoísta…pero nunca pude siendo humano mucho menos ahora- acepto el ángel con seriedad y kaname ladeo la cabeza.

Eh vuelto a corromper a un ángel…- dijo el demonio más para si que para los dos con una sensual sonrisa torva; por primera vez en aquel encuentro Zero se permitió sonreír…

Zero aun tenía curiosidad de saber como habían muerto, esperaba recordarlo algún día, aunque lo dudaba, nadie era capaz de recordar como moría. Ni siquiera el.

FIN

x.x.x.x.x.x.x..x.x.x.x.x..ox.x.x.x.x.o.o.x.x.x.x

N.A: OLA! Este es mi primer oneshot y mi primer lo q sea yaoi xDD lo hice en menos de un dia, apurada porke es para un concurso y crei q la fecha de entrega habia llegado a su limite, en fin de seguro tiene miles de falla, porfa comenten ydiganme q les pareció owo. sayo