Disclaimer: Todo lo que reconozcan pertenece a JKR.
Este fic participa del Primer Reto Mensual "Primer beso" del foro "Scorly: Enemies, Friends and Lovers".
La espera vale la pena
por Samanta Black.
El sol brilla en lo alto y, a pesar de que han diagnosticado que ese será uno de los días más calurosos del verano inglés, Roxanne camina con rapidez hacia el campo de Quidditch de los Puddlemere United, consciente de que el entrenamiento ha comenzado hace ya bastante tiempo.
Efectivamente así es, por lo tanto se apresura a sentarse en alguna de las gradas atestadas de gente que, como ella, han venido a apreciar la demostración anual del equipo.
Mientras Roxanne observa a Héctor ir y venir en su escoba, golpeando y esquivando bludgers, no puede evitar pensar, soñar, encontrarse en su lugar. Pero pronto su mente vuelve a darle vueltas al "problema" que la ha venido persiguiendo desde hacia días y en el cual no puede parar de pensar. Al menos, hasta que Héctor la ve y le dedica una de sus brillantes sonrisas, obligándola a centrar su atención nuevamente en él.
El entrenamiento termina más rápido de lo esperado, por lo cual Héctor se acerca a ella y sin importarle todas las chicas que gritan a su alrededor en busca de un autógrafo, le susurra:
—Me ducho y nos vamos ¿de acuerdo?
Roxanne asiente con una sonrisa y se dispone a esperarlo en la salida, sin poder evitar que su estómago de tumbos por cada segundo que pasa hasta que él vuelva a encontrarse de ella.
Como se ha hecho rutina entre ellos, Héctor los desaparece a ambos a Florean Fortescue, donde se sientan en una de las mesas más apartadas de la terraza mientras esperan sus helados de chocolate y pistacho.
Sean vacaciones de invierno o verano, Héctor y Roxanne no pierden la costumbre de verse prácticamente todos los días, ya sea en la heladería o en una plaza cualquiera del Londres muggle. Pero Roxanne sabe que ni eso, sumado con las visitas a Hogsmade que para ellos son sagradas, son suficientes para pasar la cantidad de tiempo que le gustaría junto a su mejor amigo. Y despotrica contra el destino que ha hecho que él nazca cinco años antes, o ella cinco años después. Es por eso que aprovechan esos, para ellos, pocos momentos juntos para contarse todo lo que puedan, aunque ya lo sepan prácticamente todo el uno del otro.
Pero Roxanne sigue indecisa sobre contarle justamente ese problema, porque sabe exactamente cómo reaccionará el muchacho y eso no le agrada demasiado. Por lo que decide comenzar a comer su helado, dejando a Héctor el espacio para hablar.
—¿Ahora vas a decirme que te sucede, Roxanne? —le pregunta Héctor como quien no quiere la cosa, mientras se lleva a la boca un poco de pistacho. Roxanne maldice interiormente por el hecho de que la conozca tan bien, pero aun así decide seguir tratando de esquivar el tema.
—A mí no me sucede nada, Héctor —responde, tal vez un poco más brusca de lo que pretendía, lo que le arranca una carcajada a Héctor y un ceño fruncido a ella.
—Vamos, pecas, con eso a mí no me engañas. Te conozco hace años y sabes que puedes decirme lo que sea —dice Héctor, sin jamás perder el buen humor que lo caracteriza. Roxanne decide obviar el apodo que insistentemente le ha pedido evitar y que Héctor ha usado durante los cuatro largos años desde que se conocieron, para concentrarse en reunir el valor para contarle la verdad.
—Lo que sucede es que… —empieza a decir Roxanne, clavando la mirada en su helado—. Lo que sucede es que pronto cumpliré dieciséis y soy la única chica de mi año que jamás ha besado a un chico.
Cuando Roxanne termina su confesión, casi en un susurro, entierra la cabeza entre las manos, mientras Héctor la mira pasmado, sin saber muy bien cómo reaccionar.
—¿Nunca? ¿Estas segura que tú nunca…? —es lo único que se le ocurre preguntar, consiguiéndose una mirada fulminante por parte de Roxanne.
—No, Héctor, nunca —le contesta mordazmente, mientras "apuñala" su helado con la cuchara, en un vano intento de controlar la furia que en ese momento siente contra su mejor amigo.
—Bueno, Rox, eso no tiene nada de malo… —empieza a decir Héctor, antes de verse interrumpido por Roxanne.
—¿Ah sí? ¿Y a qué edad diste tú tu primer beso? —le pregunta sin abandonar el tono irónico.
—A los doce… —contesta Héctor, pero antes de que Roxanne pueda volver a interrumpirlo, continúa rápidamente—: Pero esto no es sobre mí, es sobre ti, Rox. No tiene nada de malo que no hayas dado tu primer beso aún. A veces, la espera vale la pena.
—¿Estás seguro? —le pregunta la chica, aún insegura, mientras se niega a levantar la mirada de su helado.
—Totalmente —responde Héctor, mientras acerca su silla a la de ella—. Pero, si realmente te preocupa tanto ese hecho…
Pero Héctor no termina la frase, porque levanta el mentón de Roxanne y se inclina lentamente sobre ella para besarla. Es solo un roce de labios, pero Roxanne puede escuchar a su corazón latir a toda velocidad y a su estómago dando volteretas mortales dentro de su cuerpo.
—…ahora puedes decir que tu primer beso fue con un súper sexy y famoso jugador de Quidditch —termina Héctor su frase con una de sus deslumbrantes sonrisas, mientras vuelve a alejarse de ella y atacar las últimas cucharas de chocolate.
Roxanne corresponde la sonrisa mientras sus mejillas se colorean y su mente no puede evitar darle la razón a Héctor Bale, como siempre lo ha hecho. Porque la espera, para ella, definitivamente ha valido la pena.
¡Hola a todos! Aquí, con 923 palabras, les traigo mi primera viñeta para este reto con Roxanne Weasley y mi querido Héctor Bale de protagonistas. Estos dos aparecen por primera vez en mi fic "Naranja" y he decidido aprovechar este reto para escribir más sobre ellos, porque realmente me quedé con las ganas de hacerlo.
Les advierto que sin ven algún error se debe a que el reto termina mañana y estoy escribiendo esto contra reloj, con la esperanza de terminar. Trataré de darle una releída pronto, pero cualquier cosa me las hacen saber mediante un review :)
Espero que les haya gustado y nos veremos en la siguiente viñeta.
¡Hasta la próxima!
Sam.
