Secretos entre Amo y Sirviente.

Capítulo número uno: Miradas, sonrisas y una misión.

Estaba Charles Grey, dentro de un elegante carruaje, de un color grisáceo con bordes dorados. Cualquiera que lo viera desde el exterior, sabría que aquel vehículo, pertenecía a Su Majestad, la Reina Victoria. Aunque, Su Majestad, últimamente no había abandonado su palacio, la muerte de su querido Albert, la había dejado en una profunda tristeza.
Claramente, los mayordomos de la Reina, habían estado usando el carruaje frecuentemente, entregando las cartas que la Reina redactaba y esperaba que sus más fieles siervos, leyeran. O también buscando información importante.
Grey llevaba una de esas cartas a un siervo en especial, en realidad "siervo" no era correcto, si no, "perro". Grey sonrió divertido y miro por la ventana, como se alzaba la majestuosa mansión Phantomhive. Siempre perfecta e impecable.
El carruaje se detuvo a unos metros de la entrada principal de la mansión. En la entrada se podía ver, al mayordomo de la casa esperando recibirlo. Con una sonrisa amable.

.

.

.

Luego de ser recibido por el mayordomo Sebastián, el sirviente lo guío hacía la habitación de visitas. Luego de dejarlo allí dentro, con una reverencia, se retiró del lugar.

Grey vio los bocadillos que habían allí servidos, junto con una taza de té humeante. Sin consultarlo ni esperar a que el Conde Phantomhive apareciera, se devoró uno por uno los deliciosos bocadillos de chocolate, crema, canela, vainilla y otro sin fin de sabores más.

La puerta se abrió, dejando ver al pequeño Conde y al mayordomo detrás de él, como una sombra.

El oji azul se sentó en uno de los sillones en silencio.

-Buenos días Conde. -Saludo Grey, con su característica sonrisa burlona, mientras bebía un sorbo de té, de la tacita, que anteriormente, el mayordomo Sebastián había traído.
-Buenos días Conde Grey. -Saludo también el pequeño ojiazul. Grey bebió un poco más de su taza y luego, la coloco en la elegante mesita fina de roble.
-Me complace mucho su visita, me alegra tenerle aquí. -Dijo el peli azul, tratando de averiguar la razón de la visita del peliblanco.
Grey sonrió y saco una carta, con el sello de la reina en esté, y se la entregó.
El Phantomhive, leyó la carta con parsimonia y luego fijó sus ojitos azules en los ojos grises de Grey.
-Según esta carta dice, -mientras colocaba la carta en la mesita- Su Majestad necesita de mis servicios, en el condado de Hértford.
-Así es, lo ha entendido bien -mientras sonreía divertido, Ciel ante esto, alzo la ceja y continuo escuchando- yo lo acompañare para supervisar todo.
Supervisar significaba para ellos, controlar que el Phantomhive no se pasara de listo. Claro que, algunos detalles habían faltado nombrar, pero Grey sabía que Ciel Phantomhive lo había entendido todo perfectamente.
En el condado de Hértford, habían sucedido varios asesinatos, robos y otras fechorías más. Pero eso se resolvería rápidamente, lo que le interesaba a la corona inglesa, era que en ese condado, recientemente habían encontrado una fuente rica en recursos minerales. Esos minerales eran nada más que Oro puro. Pero, ¿cuál era el problema? Simple.

Antes de que la Reina supiera de este hallazgo, otro conjunto de nobles lo sabía. Entre ese grupo, guardaban el secreto y entre todos, recogían lo que podían. Estos nobles, ambiciosos, claro está, se habían llenado los bolsillos de oro desde hace meses. El deber de la Reina era que hubiera igualdad entre todos, no podía dejarlo pasar. De una u otra forma, Charles Grey y Charles Phillip habían recogido información de uno de los miembros de aquel grupo –los métodos que usaron, sobre todo Grey, no hace falta saberlo.

-Entonces, ¿cuándo partiremos? –Pregunto Grey a Ciel.

-Mañana, ahora si me disculpa, debo de atender unos asuntos. –Dijo el peli azul, mientras miraba a su mayordomo de una manera un tanto… extraña, el mayordomo le sonreía de igual forma.

-Puedes quedarte el tiempo que quieras. –Concluyó, luego de retirarse, Sebastián se retiró junto a su amo, sin antes hacer una reverencia.

Grey no dijo nada, se había quedado pensando en las miradas y sonrisas que Ciel y su mayordomo se daban entre ellos.

-¿Qué fue eso? Pregunto al aire.

-Bien, iré a prepararme, pero antes… Debo dar una visita a la cocina…

.

.

.


Hola a todos, es la primera vez que subo un Fic de Kuroshitsuji, me gusta mucho esta serie, soy una fiel seguidora de Yana-sama.

Últimamente tenia muchos ánimos y quería escribir sobre esta maravillosa serie. Bueno esto es lo que salió, espero seguirlo bien. Esta historia va a tener SebastiánxCiel, claro que estoy usando a Charles Grey como relator o eso intento xD

Este capítulo es corto, y trataré de hacer la trama más elaborada y larga. Les agradezco su lectura, espero lo hayan disfrutado.

Sin más que agregar, gracias.

Saludos...

Sori*